Casi todas las mujeres que me quieren o me han querido, cada vez que me oían hablar de política (ahora hablo mucho menos), levantaban el índice y con voz recriminatoria murmuraban una y otra vez: “tú piensa como quieras, pero no te signifiques”. Mi madre, la que más, pero yo no les hacía ni caso a las pobres. Curiosamente con los hombres es distinto; casi ningún amigo ni familiar masculino me ha aconsejado que no me moje en temas políticos, que me calle mis ideas delante de desconocidos.
Dicen que en el resto de Europa las mujeres, y sobre todo las chicas jóvenes, son más entusiastas defendiendo sus ideas y se afilian mucho más a los partidos. Pero aquí en España, salvo las feministas de cuota y las marisabidillas peperas, pasan de esos rollos y todavía susurran a sus novios, a sus maridos y a sus hijos que no se signifiquen, que no sean imprudentes, que se callen la boca “porque nadie tiene por qué saber cómo piensas, atontao”.
Qué duda cabe que a las féminas españolas les caló más hondo que a nosotros la estela de sufrimiento de la guerra civil; aprendieron más de todo aquello. Toda una generación de heroínas de postguerra, que iluminaron con su trabajo y con su dulzura el panorama tenebroso que dejó tras de sí la lucha fraticida, aprendió al dedillo la lección de que a quienes más se implicaron ideológicamente en los años treinta más les tocó sufrir, a ellos y a sus familias. A los hombres les quedó el campo de batalla, el exilio, la cárcel, el fusilamiento o una victoria aguada y sin alas, pero ellas, las madres, las esposas, las hijas, solo aprendieron que al que tenía carnet, o la camisa de un color o se le había visto en un mitin, venía a buscarle por la noche el Hombre del Saco.
El miedo heredado de aquellos tiempos y el amor que nos tienen les hizo transmitir a sus hijas y a sus nietas esa máxima de prudencia en los terrenos, para ellas cenagosos, de la política. Creen, y quizá llevan razón, que cuando los diputados encorbatados y elocuentes no consiguen ponerse de acuerdo, al final siempre pagan el pato, a tiros, los curritos, en proporción a lo que apoyaron a unos o a otros. Olvidan conceptos como la justicia, los ideales, la comunidad o la patria, pero defienden como nadie la madriguera y la camada.
En las españolas de hoy en día aún pervive un instinto atávico de conservación frente a la política y los políticos, que solo ellas parecen saber, en el fondo de sus corazones, cómo pueden terminar los cruces de ideas cuando las cosas vienen mal dadas.
9 comentarios:
lo suscribo al 1000x1000
Pues ahora vienen muy mal dadas.
Espero que el nuevo año os ... bueno que coño, la verdad es que ya no espero nada bueno, así que.. que lo paseis bien esta noche y como podais el resto del año.
Ya puedo beber esta noche para olvidar porque si no agarro la bolsa de montreal y ..... no poserse por si acaso traje y corbata que veo un político y me ciego.
De seguir vivo ese instinto protector será en su generación, sr. Neri, porque las progres de mis amigas no ponen precisamente empeño en ocultar sus ideales políticos (y dudo mucho que lo pongan cuando estén en edad de fundar una familia). Y la que no habla de política es porque "es aburrido" o porque "es igual, si todos son unos ladrones".
Me gustaría aprovechar este comentario para desearles por adelantado, tanto a usted como al sr. Subdirector un feliz 2012, rodeados de sus seres más queridos.
¡Feliz año, Tablones y todos los demás!
Aunque mi nick es Interruptor soy mujer je, je...Pero debo ser una excepción porque yo sí me significo, aunque es cierto que muchass mujeres sobre todo de edad avanzada no lo hacen pero no sólo en temas políticos, en más cosas y estoy hasta las narices de tanta prudencia.
También he visto a unos cuantos hombres no significarse, pero es cierto que menos.
Feliz 2012
¡Que interesante post para abrir el año!
A mi me parece que esas mujeres que se citan en el post, más que una prudencia heredada de la guerra civil, tiene que ver con un innato sentido práctico de la vida en lo tocante a la estabilidad del hogar y de llevar las gachas a la mesa. Tienen (aquí y en Pernauco, creo yo) un sexto sentido que les hace preveer dificultades en esos campos debido estupidez de un marido - hijo - novio que, embarcado "altísimos" ideales pone en riesgo su vida, su trabajo, o su posición social.
Es una lástima que esa clase de mujeres no aplique el mismo sentido práctico a tantas otras facetas de la vida cotidiana que harían la vida en el hogar y las relaciones cotidianas entre sexos, mucho más fácil.
Por cierto y pos supuesto ¡Feliz 2012!
¿Prudencia o cobardía?
Prefiero saber a quién tengo delante. No me gustan los "bienquedas", ni los/as que se callan, ni los/as que no se mojan nunca.
Me gusta el comentario de Chirly.
"Mas porque eres tibio, y no frío ni caliente, te vomitaré de mi boca."
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