martes, 20 de diciembre de 2011

BEBER Y NO BEBER

Me parece completamente absurdo que salgan juntas a alternar por la noche personas que beben alcohol con otras que ni lo catan. En general, el nivel de consumo de bebidas espirituosas suele ser un importante elemento de criba en las afinidades para salir los fines de semana, pero de vez en cuando, en algún evento tipo cena prenavideña o en alguna quedada de esas multitudinarias de amigos de amigos de amigos, se puede observar lo grotesco que resulta mezclar, en el mismo grupo de juerga, dos especies tan distintas como la de los bebedores y la de los abstemios.

Qué duda cabe que se puede y se debe cultivar la amistad con gente de hábitos etílicos diferentes a los nuestros, pero es mejor olvidarse de ir juntos de bares hasta las tantas si no quieren vivirse situaciones absurdas y malentendidos. Entre quienes beben en compañía, sobre todo si es en gran cantidad, rápido surge un ambientillo cómplice difícil de definir y por supuesto imposible de entender por quienes no salen de la Coca-Cola a palo seco.

Los que copetean se ríen por nada, exaltan místicamente la amistad, se dan abrazos sin ser menester, se agarran del hombro, se hablan al oído muy pegados y con voz gangosa, filosofan sobre el sentido de sus vidas sin venir a cuento, vocean y dicen más inconveniencias de las debidas. Este clima suele hacerse insoportable para un señor que solo le da al mosto o, a lo más, a la cañita con limón. En unas horas no se sentirá a gusto entre los puntillos cogidos o sobrepasados de sus compañeros de alterne. Lo mismo les pasará a estos, que, por muy cocidos que vayan, siempre les incomodará tener cerca a alguien despejado que les mire con prevención y no sea capaz de integrarse en su particular euforia.

La cosa se agrava con la inveterada costumbre de los bebedores de intentar invitar a licor a sus acompañantes más sobrios y sosos, dándoles la consabida tabarra de “tómate una, chaval, que pago yo… solo una, ¿eh?”. El alcohol está tan arraigado en nuestra cultura que es complicada la vida social sin recurrir al vino o al güisqui, aunque con las mujeres parece que hay algo más de tolerancia si prefieren no empinar el codo, salvo cuando están muy buenas, que lo típico es intentar emborracharlas con fines inconfesables.

Uno vive estos dilemas desde los dos bandos, ya que, según se tercie o me apetezca, bebo o no bebo copas cuando salgo por ahí. Y, como digo, me he dado cuenta de que las noches con mezcla de gustos en este sentido no suelen funcionar bien.

13 comentarios:

El chico de los tablones dijo...

Mi corta vida nocturna ha dado de sí para pergeñar una teoría que aún va un poco más allá: en una fiesta o reunión de amigos, los dos que peor se lo pasan son -por este orden- el que más bebe y el que menos: el primero, porque invariablemente terminará diciendo algo de lo que se arrepienta o, en el peor de los casos, protagonizando alguna situación bochornosa para regocijo y descojone del resto; y el segundo, porque se aburrirá como una ostra y no le encontrará la gracia a ninguno de los chistes y ocurrencias de sus alcoholizados compañeros de noche.

Yo he vivido el uno y el otro extremo, aunque ahora, por motivos académicos, las más veces que salgo voy de secano. Esta experiencia me ha servido para comprobar que, sin mediar 4 ó 5 gin tonics, la gente tiende a caerme mal. El típico conocido (pongamos un antiguo compañero de clase de Secundaria o Bachillerato) con el que te sueles detener a saludarle efusivamente cuando vas cocido, te lo cruzas una noche en la que vas sobrio y de repente te parece un jodido borracho y un brasas impenitente.

Teorema de Tablones: suponiendo que el nivel de alcohol en sangre de los distintos compañeros de juerga se distribuye según una normal, el óptimo alcohol-diversión coincidirá siempre con la media de la distribución.

Aprendiz dijo...

Tablones no estudies tanto que ya estás inventando hasta teoremas...

Yo creo que hay personas que sin beber son unos sosos y bebidas un coñazo; mejor no ir de fiesta con ellos.

Yo siempre opino que lo mejor es el término medio, y es que por un lado no comprendo que cada vez que se salga alguien se pille un cebollón, y tampoco entiendo eso salir y no beber ni una copa nunca.

Beber unas copillas no es insano. Yo me río de los que se hacen llamar sanotes porque no beben. Una copa apetece tanto cuando sales como el pan cuando comes, ¡¡yo no puedo comer sin pan!!

De todos modos tengo que reconocer que a mí no me importa si con quiénes voy beben o no, me adapto a la situación: modo "desfase" o modo "de tranqui".

marian dijo...

Vamos hombre, seguro que tienen ustedes amigos lo suficientemente ingeniosos como para ser divertidos sin beber.

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Soy mejor persona cuando bebo. Con eso, lo digo todo.

Bueno, no. Hay que puntualizar una cosa: beber ponche-limas-colas ni siquiera lo puedo considerar beber alcohol, sino, más bien, un amariconeante:

Para saber más: Bebida del señor Neri

mis resacones de otros tiempos

Al Neri dijo...

Acertadísima teoría, Tablones.

eic dijo...

lo mejor es beber media copa menos que la media, sobre todo si es con gente del entorno laboral

te entereas de muchas cosas , porque los que han tomadio esa media copa mas, sueltan todo, y uno esta en perfectas condiciones de no decir nada que no deba y de asimilar la informacion recibida

pero solo media menos pq si es menos no se esntra en el ambiente y no se dice nada que pueda hacer incitar a otros que tiren de la lengua

El último de Filipinas dijo...

El que realmente lo pasa mal es el que gusta de beber y no lo puede hacer porque le toca conducir a la vuelta. Ese sí que sufre.

Aprendiz de brujo dijo...

Yo creo que el alcohol es un instrumento de felicidad y de destrucción.
Siempre he sostenido que se debe ser más selecto con los compañeros de mesa y botella; que con los de cama.
Beber acompañado con moderación,-incluso con un exceso moderado-, es algo estupendo y divertidísimo.
El alcoholismo, una de las mayores desgracias que puede sufrir una familia.
No soy capaz de estar en un bar a las dos de la mañana sin beber ni gota.Quedarse en casa viendo una película es otro plan maravilloso, que no precisa complemento alguno.

sefo dijo...

No depende del nº de copas que se beban sino del aguante que tenga cada uno.

Interruptor dijo...

No debería haber tramposos, si se sale a beber todos beben, sino es como ir a una playa nudista vestido ¿para qué, para cotillear? La solución es emborrachar al sobrio.

Zorro de Segovia dijo...

conozco a muchos abstemios que se aburrieron en noches de borrachera general ... no recuerdo ningún borracho que se aburriera porque los demás no beban.

Álex dijo...

Muy buena la frase, sr. subdirector: "Soy mejor persona cuando bebo. Con eso, lo digo todo". Pues nada, nada, pruebe un día a comentar aquí en ese estado de gracia... ¡a no ser que ya lo haga habitualmente! :-)
Me disgusta especialmente la complacencia social generalizada que hay con el asunto del alcohol: salir y cogerse un cebollón monumental o simplemente achisparse en cualquier reunión de amigos se ve como lo más normal y apropiado, cuando yo creo que tendría que haber una actitud algo más prudente en este asunto.
Aprendiz de Brujo ha expresado muy bien lo cerca que está lo mejor de lo peor. Y, además, resulta muy difícil argumentar a los chavales quinceañeros (o menos) que buscan el botellón salvaje por sistema, cuando todo alrededor lo favorece o, al menos, lo admite de manera sutil.
Por lo demás, personalmente me encantan las copas a ritmo tranquilo con gente con la que estoy a gusto, incluso aunque se pasen un poco con la bebida.
Un saludo cordial a todos.

Anónimo dijo...

Comentarios muy lúcidos todos.

¡¡Brindo con tod@s los viperin@s, abstemi@s y beod@s, para que paséis una muy FELIZ NAVIDAD y os deseo los mejor para el 2012!!

Copita!

He de deciros que me encanta que pongáis el Belén en el Blog.
Que el Niño Dios nos conserve al menos la Salud, a pesar del apellido de la nueva Ministra de Sanidad..

Otra copita al canto..!

Brindo por tí, brindo por la amistad, brindo por el amod..Brindo pod mi. Bdindo poo todios, blindo pó blindá. Buedísimo. Yuhuui, bindo odra ved. Grindo borgue dengabos essito y guidadín gon la garrederaaa, busashos, zi gebes do gonduzgass.. ¿Tú guién edes? Hic! GELICES NAVODIDES hic!, FELISANO 2112