sábado, 30 de enero de 2010

BORRANDO DEL MÓVIL


Creo que conviene, por salud mental y física, alejar de nuestra memoria hechos o situaciones cuyo recuerdo sólo supone una espina en nuestro espíritu. Y aún así, a pesar de nuestro esfuerzo, siempre parece que nos empeñamos en encontrar escenas o lugares que revientan la caja fuerte donde hemos encerrado el fracaso o el aciago recuerdo: ese bar, aquella canción, una foto con la que tropezamos en el interior de un libro, un sabor, un perfume... Detalles sin importancia que a veces golpean y otras, sencillamente, pellizcan un resorte que, aunque oxidado tiempo atrás, todavía conserva cierta potencia.

Desde hace años, tengo por costumbre, cuando deseo olvidar a alguien, quien sea, eliminar su número del móvil. En ocasiones se siente una liberación inmediata y, en otras, me cuesta horrores contestar afirmativamente a la advertencia de confirmación. Incluso, en algunos momentos, me he arrepentido de haber eliminado el contacto -una denominación muy afortunada en este caso- de ciertas personas. Pero, al final, vuelvo a pensar que tomé la decisión correcta.


Parece una simpleza pero es un acto simbólico, casi alegórico: cuando en la antigüedad, ascendía al poder un nuevo monarca o emperador enemigo del anterior, o era defenestrado un tirano, la primera medida consistía en derribar sus estatuas y borrar su nombre de los libros y de las piedras donde estuviera grabado.

15 comentarios:

Al Neri dijo...

Para no saturar la memoria del móvil, yo borro periódicamente números a los que ya no llamo, pero siempre los traslado antes a una agenda, por si algún día -vaya usted a saber- los vuelvo a necesitar.

Anónimo dijo...

Ay que sufre usted mal de amores, señor Subdirector.
Pues un beso muy tierno para sus penas de mi parte.

Dulcinea dijo...

¿Quien te ha dado calabazas Subdirector para que estes tan rabioso que borras del movil a la pobre chica?

Anónimo dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con que a veces es totalmente necesario y saludable cortar pequeños hilos que son verdaderas maromas para el corazón...

Pero el corazón del ser humano, especialmente el femenino, a veces es ilógico... y no tiene valor para cortar ese hilo... y a veces cuando tiene el valor, luego lo añora...

Un poema de Rosalía de Castro lo explica preciosamente...

"Una vez tuve un clavo
clavado en el corazón,
y yo no me acuerdo si era aquel clavo
de oro, de hierro o de amor.
Sólo sé que me produjo un mal tan hondo,
que tanto me atormentó,
que día y noche sin cesar lloraba
como lloró Magdalena en la Pasión.
"Señor que todo lo puedes
-le pedí una vez a Dios-
dame valor para arrancar de un golpe
clavo de tal condición."
Y diómelo Dios y lo arranqué,
pero... ¿quién lo imaginara?... Después
ya no sentí más tormentos
ni supe lo que era dolor;
supe tan sólo que no sé qué me
faltaba en donde el clavo faltó,
y me parece... me parece que tuve añoranza
de aquella pena... ¡Buen Dios!
Este barro mortal que envuelve el espíritu, ¿quién
lo entenderá, ¿Señor?"

"Unha vez tiben un cravo
cravado no corazón,
y eu non m´acordo xa s´era aquel cravo
d´ouro, de ferro ou d´amor.
Soyo sei que me fixo un mal tan fondo,
que tanto m´atormentóu,
qu´eu dia e noite sin cesar choraba
cla chorou Madalena na Pasión.
"Señor, que todo ó podeles
-pedinlle unha vez a Dios-
dáme valor pr´arrincar d´un golpe
cravo de tal condiçón".
E doumo Dios e arrinqueimo
mais...¿quén pensara?...Despois
xa non sentín máis tormentos
nin soupen qu´era delor;
soupen so que non sei qué me faltaba
en donde o cravo faltóu,
e seica... seica tiven soidades
d´aquela pena... ¡Bon Dios!
Este barro mortal qu´envolve o esprito
¡quén o entenderá, Señor!"

Aprendiz dijo...

Pues yo no soy capaz de borrar el número de gente que me ha sido importante, aunque me haya podido hacer daño. Cuando borro un número es porque me es totalmente indiferente y no lo necesito, si no, sé que me arrepentiría, y total, borrar su número no te va a hacer olvidar a la persona. No le veo el sentido. Podría borrarlo del móvil para no estar recordando a la persona al ver el contacto, pero claramente lo apuntaría en algún lugar.

marian dijo...

Yo borro algunos y a otros, no se rían, les añado al lado del nombre
NO CONTESTES NI EN BROMA o PESADA o bien PELIGRO PLASTA.
Evito borrarlos porque si no fijo que contesto si me llaman y me sueltan una charla que no me interesa en lo más mínimo. Pero es que mi número lo tiene mucha gente porque lo utilizaba en el trabajo.

LANGOR dijo...

Estoy de acuerdo con usted, ya que yo hago lo ismo. Es solo un simbolo, pero de los simbolos son muy importantes para el ser humano.
El rey ha muerto, !!!larga vida al Rey!!!, y la vida continua...

Un saludo.

PD EL mal de amores se corrige jugando con la causante, riase un poco de ella y piquela, que a lo emjor se sorprende...

sefo dijo...

Tiene razón Marian, no se debe borrar a una persona no deseada o a un ex pesado porque luego te llaman y no sabes que son ellos para decidir si coges la llamada.

Boooz dijo...

Nuestros errores nos persiguen. También somos nuestros errores. Creo que una convivencia pacífica con ellos es muy saludable además de inevitable.

Para ejemplificarlo diré que es como cuando uno se compra una cartera o un móvil nuevo, o más allá, un coche nuevo. Cualquier rayón supone un latigazo a la vista. Queremos que todo esté permanentemente nuevo. Esto, además de imposible, creo que despersonaliza el objeto.

En cambio, los objetos que han recibido latigazos propios del uso les confieren una personalidad, una historia, un carácter que los diferencia de los demás. Son objetos con historia, los humanizamos (como la pluma del Sr. Neri).

Creo que lo mismo nos sucede a nosotros. La historia, nuestra historia, también son las marcas, los rayones que dejamos y nos dejan. Borrar el número de un móvil es un bonito símbolo, pero la realidad queda siempre ahí, en nuestros corazones.

Anónimo dijo...

'Ten cerca a tus amigos, pero ten más cerca a tus enemigos'.

Yo también mantengo el número de aquellas personas a las que no quiero coger el teléfono (hasta que pasa un tiempo prudente tras el cual ya es 'jarto' improbable que llamen).
Los indiferentes no. Esos se pueden borrar sin problema.

Suso dijo...

Mi poblema con el móvil es que de la mitad de nombres no recuerdo quién son.

tengo muchos que anoté en algúna Feria, o en un Cogreso, y luego leo " Margarita Bizca"- por distinguirla de "Margarita Melones"...y pasa el tiempo y no tengo ni la más remota idea de quiénes son.

Ya digo, la mitad de los nombres de agenda.

Lo peor es cuando La Piedra, mi chica, repasa la agenda, así como quien no quiere la cosa, porque me dejé el móvil en casa y va y me pregunta con unos morros que pa qué "¿quién es Margarita Melones,hein?

¡Coño, y no me pregunta por "la bizca", que está antes.

En fin...

El Subdirector del Banco Arús dijo...

No tiene nada que ver con mal de amores. Las mujeres siempre pensando en lo mismo.

ignatus dijo...

Subdirector, ¿pero no somos los hombres los que siempre pensamos en lo único? No me aclaro. Así me va.

Por cierto, Suso, menos mal que por "la bizca" no pregunta: si llega a saber que la llamaste así porque, tras operarse las mamellas, la dejaron un pezón estrábico.

VANESA dijo...

Si borras del movil a alguien que quieres olvidar y sigue en tu mente,es igual no hay diferencia alguna.

Anónimo dijo...

Perdón por la intromisión en este, vuestro blog.

Yo he borrado las fotos de mis ex, los mails... aún no me atrevo a borrar su número por si algún día recibo una llamada suya. Es absurdo, lo sé, pues si hubiese querido ponerse en contacto conmigo,lo hubiese hecho.