En mi vida profesional siempre he tenido despacho propio. Siempre he trabajado en medianas o grandes oficinas, donde la gente está repartida en salas amplias para seis u ocho, en despachos de dos o tres y en despachos individuales, como el mío.
Los criterios para asignar despachito o despachazo a un trabajador de mi oficina son de lo más variopintos. Hay razones prácticas (puestos en que se usa mucho el teléfono -para no molestar a los demás- , se tratan temas sensibles o se necesita concentración), razones jerárquicas (los jefes suelen tenerlo y los superjefes, siempre) y también mucho snobismo o gilipollez (trabajadores de determinadas categorías o titulaciones lo pueden tener sin que se den los requisitos anteriores).
Tener despacho individual se suele percibir como una ventaja, al menos en mi entorno laboral. Sin embargo, yo no estoy muy de acuerdo con que esto siempre sea así. Trabajar solo en un recinto tiene cosas buenas y cosas malas que intento resumir:
VENTAJAS
- Te puedes centrar mucho mejor en tu tarea cuando hay prisa por hacer algo o necesitas reflexionar.
Los criterios para asignar despachito o despachazo a un trabajador de mi oficina son de lo más variopintos. Hay razones prácticas (puestos en que se usa mucho el teléfono -para no molestar a los demás- , se tratan temas sensibles o se necesita concentración), razones jerárquicas (los jefes suelen tenerlo y los superjefes, siempre) y también mucho snobismo o gilipollez (trabajadores de determinadas categorías o titulaciones lo pueden tener sin que se den los requisitos anteriores).
Tener despacho individual se suele percibir como una ventaja, al menos en mi entorno laboral. Sin embargo, yo no estoy muy de acuerdo con que esto siempre sea así. Trabajar solo en un recinto tiene cosas buenas y cosas malas que intento resumir:
VENTAJAS
- Te puedes centrar mucho mejor en tu tarea cuando hay prisa por hacer algo o necesitas reflexionar.
- Tienes más intimidad si alguna vez necesitas tener una conversación o hacer una gestión o llamada delicada o particular, o comer algo.
- No tienes que ponerte de acuerdo con los compañeros para abrir o cerrar ventanas, o poner o quitar calefacciones o aires acondicionados (motivo de grandes broncas)
- Si has salido el jueves hasta las tantas, el viernes puedes encerrarte y decir que no te pasen llamadas.
- Hay gente, sobre todo de fuera del trabajo, que te trata mucho mejor porque se piensa que está ante un pez gordo.
- Si te gusta una compañera puedes decirle que pase a tu despacho con cualquier excusa banal y hacerle la pelota a cuento de “lo bien que trabaja”. (Este truco me lo ha contado un amigo)
-Tus pedos pasan mucho más desapercibidos.
INCONVENIENTES
- Puede favorecer el aislamiento, pues para relacionarte con los demás compañeros estás obligado a “salir de visita”. En mi caso ha sido un elemento hasta perjudicial porque de por sí soy poco sociable y tener despacho lo ha acentuado.
- No puedes divertirte charlando con los compañeros de al lado o de enfrente, ni hacer coñas, ni meterte con el jefe cuando se va a su despacho tras darte la murga.
-Un escritorio entre dos personas puede ser una barrera a la comunicación.
- Es pesadísimo estar pendiente del “protocolo de despacho” (“adelante por favor”, “siéntate”, “disculpa, que tengo una llamada”, “déjame eso ahí”, “pasa a mi despacho, por favor”)
- Siempre acaba habiendo algún plasta (particularmente tías) que se encierran contigo y te cuchichean su vida en verso, cuando a mí la vida de mis compañeros me la trae al pairo, y encima hay que poner cara de interés.
-Tienes que aguantar comportamientos irritantes como que llamen a tu puerta cuando está abierta; pregunten “puedo pasar” o “puedo sentarme” cuando ya han entrado o se han sentado, o repitan continuamente la estúpida frase “perdona que te moleste”. Si sabes que me molestas, lárgate.
- Como tienes intimidad, siempre te plantean celebrar muchas reuniones en tu despacho en vez de hacerlo en otras dependencias de "la casa".
7 comentarios:
Si, ya, buen argumento:
" este truco me lo ha comentado un amigo..."
Vamos, Sr. Neri, confieselo ya.
1. Muy de acuerdo con Rocco: no ha colado. Buen intento.
2. En la entidad donde he pasado la mayor parte de mi vida profesional teníamos un dicho: "El tamaño del despacho es inversamente proporcional a la contribución de su dueño a los beneficios de la empresa". Funcionaba de cine.
No toda mi vida profesional he tenido despacho propio, pero unos añitos sí, conozco las dos posibilidades, y prefiero el despacho propio, sobre todo por esto que comenta de haber salido un jueves...
Actualmente estoy en una oficina con dos compañeras y es un coñazo escuchar sus conversaciones sobre bolsos, maquillajes, ropitas y colonias, si no me tiro por la ventana de la oficina es porque es un primero y no me mataría.
Yo tengo claro que prefiero despacho propio. Primero porque llevo toda mi vida acostumbrada a trabajar sola en mi habitación. Y segundo porque me distraigo con una mosca. Como a mi alrededor haya gente hablando o dispuesta a entablar conversación no me podría resistir, y eso si no soy yo la que la inicie... Por otra parte también he oído de muchos "malos rollos" que se dan entre compañeros, y yo esos ambientes no los soporto.
Pues yo por no tener no tengo ni taquilla en mi trabajo, siempre con mi ropa cpolgando de cualquier parte a la mano de cualquiera, asi que esten contentos de poder tener auqnue solo sea una mesa para poder dejar sus cosas...
Sr. Neri, veo lo muhco que se aburre en su trabajo para estar pensando en estas tonterias.
Yo pienso como Al BNery y Embajador que los despachos en el fondo es una pijeria q no esta justificada por la importancia del puesto y que sirve para que quien los ocupa se sienta importante. Estar con mas compañeros ayuda a ser mas sociables, de igual a igual. Los jefes tienen que hacerse vaer por su valía y no por tener despacho.
Hombre, nunca he tenido despacho así que no puedo hablar demasiado pero creo a priori que las ventajas tienen que superar claramente los inconvenientes: mayor intimidad, espacio vital, independencia, cierto caché...
El mayor inconveniente que le veo es un cierto aislamiento, sobre todo si vas a un puesto de trabajo nuevo en el que no conoces a los compañeros. Aislado en tu despacho es un poco complicado que llegues a entablar relación con nadie. Pero, esto, a veces, puede ser incluso una ventaja pues, cada vez estoy más convencido de que al trabajo se debe ir a trabajar y no a entablar amistades.
Después, si el despacho es tan cutre como el de la foto o está debajo de una escalera o en un mal sitio, puede parecer más un castigo que un premio.
De todas formas, antes que tener despacho, preferiría tener una o dos buenas secretarias. Y no lo digo por su capacidad mecanográfica precisamente. Eso sí que da caché y seguro que te anima a ir al curro todas las mañanas.
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