El Diccionario de la RAE define respeto como “veneración, acatamiento que se hace a alguien”; como “miramiento, consideración, deferencia” y, en una tercera acepción –entre otras- como “manifestaciones de acatamiento que se hacen por cortesía”.
Yo quiero lanzar un par de preguntas: ¿Todas las ideas deben ser respetadas?. Y más importante aún: ¿todas las personas merecen respeto?
Para mí responder a la primera es sencillo. Por supuesto que no todas las ideas son dignas de respeto. Hay opiniones que yo ni venero, ni acato, y con las que no tengo la más mínima consideración ni deferencia. Algunas porque me parecen gilipolleces mayúsculas y otras –sobre todo políticas- porque me parecen egoístas o perversas.
Cuando era un chaval lleno de entusiasmo pensaba incluso que a quienes difundían o proclamaban públicamente ciertas doctrinas o planteamientos, y mucho más a quienes se dedicaban a atacar los míos, era mejor pegarles un garrotazo en el sentido más literal del término. Así, muerto el perro, se acabó la rabia. Pero ahora que me he convertido en un hombre cómodo, civilizado y rebosante de sensibilidad democrática, casi siempre me callo la boca y me conformo con gruñir para mis adentros, sobre todo en ambientes que no son de confianza. Quizá este sea el respeto de la acepción tercera del Diccionario: "tolero" las mamarrachadas que me dicen por pura cortesía, o casi mejor por no montar un pollo, no cometer un crimen o no desarrollar una úlcera de estómago.
En cuanto al respeto hacia las personas, hay que diferenciar.
Todos los seres humanos somos iguales en dignidad, y esta dignidad sagrada hay que respetarla a cualquier precio. Por muy subnormal o impresentable que sea un tipo, por muchas tonterías que diga, por muy incoherente que sea su comportamiento, por mucho que nos provoque la carcajada, siempre debemos evitarle insultos, humillaciones o cualquier actitud que le dañe o le haga sentir incómodo. Este respeto debería llegar incluso a defenderle de una vejación pública infligida por terceros, independientemente de la causa o –insisto- de lo deplorable que nos parezca el sujeto.
Aunque, claro, todo esto no significa que tengamos que hacer caso o tomarnos en serio a quien es imposible tomar en serio. Siempre he dicho que el respeto entendido como el derecho a que te escuchen, a que te valoren y a que no te tomen por el pito de un sereno no es algo con lo que se nace automáticamente, sino que debe ganarse a lo largo de la vida, a base de demostrar que eres una persona seria de la que uno puede fiarse; que si prometes algo, lo cumples; que si dices de estar a una hora, estás; que si predicas una cosa no haces luego la contraria; que no dices lo primero que se te ocurre, ni opinas a destiempo o al buen tun tún, teniendo siempre que rectificar a toro pasado; que sabes defenderte y no toleras que te falten, etc…
Quien no se ha preocupado por demostrar todo esto, o mejor dicho ha demostrado todo lo contrario, que luego no se queje de que nadie le hace caso, de que nadie se fía de él o de que le hacen más chirigotas que al común de los mortales. Que no proteste por que en el trabajo no tienen en cuenta sus criterios, ni por que en casa es el último mono. Que no se sorprenda por que cuando opina de cualquier tema la gente ni le escucha, ni se cabree cuando, tras aguantar sin decir ni pío la misma broma pesada durante años, comprueba que cada vez es más pesada.
El respeto, el honor en definitiva, hay que currárselo. Si ni siquiera nosotros nos respetamos, no pretendamos que lo hagan los demás.
9 comentarios:
Querido Al Neri,por mi amplia experiencia,tengo que decirte que tanto en el ámbito personal como en el profesional,precisamente se acaba respetando más a quien no tiene palabra,al maleducado,al que veja al debil,al patan,en definitiva se respeta con honorables excepciones solo al que se teme.Te pongo un ejemplo,te puedes encontrar con el típico vecino grosero,que molesta y plantea problemas pero que sin embargo es el más temido y el más consentido de la escalera,así de triste es todo.
A pesar de estar de acuerdo con gran parte de lo expuesto en tu excelente artículo, me temo que disiento en lo de que todas las personas merecen respeto. Chusma como la que acaba de asesinar a los dos guardias civiles en Mallorca o aquellos que como el siniestro PNV comparten los fines de estos separatistas asesinos, lo único que merecen es el pelotón de fusilamiento.
Yo también pienso que no todas las ideas deben ser respetadas, más que nada, porque me he dado cuenta que muchas veces las gente habla por hablar sin haberse parado nunca a pensar por sí mismos en por qué piensan de un modo u otro. Mis amigos me han dicho alguna vez con determinados temas, que soy muy cabezona y que no acepto otras ideas. Y claro que no las acepto, ni las aceptaré. Pongo como ejemplo el tema del aborto.
Sobre si todas las personas merecen respeto, estoy totalmente de acuerdo con lo que dices. Y también con lo de que uno debe ganárselo a lo largo de su vida, pero esto no lo veo tan fácil.
En cuanto a lo que dice El Francotirador de que sólo se respeta al que se teme, yo creo que es por dos motivos, por evitar problemas o por falta de carácter. Todo el que he conocido que parece que se come el mundo, lo que tiene es muy mala leche, a esta gente hay que hacerle saber que contigo no se puede pasar, no creo que con ello consigas que te respete, pero al menos que no te vea la cara de tonto.
Después de una primera y segunda corrección, rehuye al hereje, sabiendo que está pervertido
(Tit 3,10-11).
Es como aquello tan simplón que se dice: Yo respeto tus ideas pero... No mire usted yo tengo un respeto por usted que aunque no me lo demuestre es una persona pero yo con esas horrendas ideas le pueden dar mucha morcilla.
No se puede tolerar el mal. Es evidente que si no se tolera a quién lo comete pues así debe ser con quién siembra tempestades con esas ideas y las expone, las da publicidad.
Muy en la línea de Al Neri creo que se debe distinguir a las personas de las ideas y de sus actitudes.
Muchas ideas son perversas o malas y no merecen ningún respeto. Ante la tal manida frase que todas las ideas son dignas de respeto o tolerables, yo siempre opongo la aplastante lógica proposicional. Esto es:
Proposición p: "Todas las ideas son respetables".
Proposición q: "No todas las ideas son respetables". De estas forma q = -p.
Pero por p se infiere que p · x =1 cualesquiera sea x. De esta forma, podría ser p · q o lo que es lo mismo p · (-p) lo cual es una contradicción en términos. Esto es, afirmar que todas las ideas son respetables supone aceptar justo lo contrario lo que, a todas luces, es imposible.
Por otro lado, los seres humanos, son respetables por sí mismos, pero ese respeto se puede perder no tanto por las ideas como por las actitudes que lleven asociadas esas ideas. Y en estas actitudes incluyo la defensa de ciertas ideas que deberían ser, incluso, criminalizables.
Y en cuanto a lo afirmado por El Francotirador estoy de acuerdo en que muchas personas, por no decir la mayoría, confunden el respeto con el miedo.
Se pueden dar los dos casos:
- Lo más común será que no se respeten determinadas ideas pero que se respete a la persona que las sostenga. Ocurrirá con buena parte de los oponentes ideológicos y es una base necesaria para lograr futuras "conversiones".
- Pero también puede ocurrir que se respeten las ideas de una persona pero no a la persona que las profesa o dice profesarlas, normalmente por las acciones que lleva a cabo en su vida diaria. Ocurre en una cantidad no despreciable entre los supuestamente afines, camaradas y correligionarios.
También puede ocurrir que se den las dos circunstancias a la vez. Entiendo que en la mayoría de las ocasiones será un caso perdido o camino para la forja de santos.
Claro que el respeto se gana y no todo el mundo merece el mismo. Las personas que hacen cosas no respetables se arriesgan a que los demás les pierdan el respeto. Y estoy muy de acuerdo con que quien no se respeta a si mismo luego no le respetan, por ejemplo si alguien permite que se rian de él o que le hagan bromitas siempre con lo mismo sin ponerse firme, todo el mundo, hasta quien al principio se cortaba un poco, creerá que todo el campo es orégano y también se burlara de él.
Sinceramente Neri, me ha parecido una entrada excelente. Estoy completamente de acuerdo en todas y cada una de las acepciones o significaciones diferentes de la palabra "respeto" que has desarrollado.
Además, estoy convencido que es fundamental conocer las diversas acepciones de un término tan necesario para la convivencia cotidiana como para la estructuración política y social de un Estado, y que precisamente confundirlas entre ellas o desconocer alguna es una de las causas de que haya en nuestra época un permanente estado de "diálogo de sordos".
Hay que distinguir entre las ideas y las personas.
Todas las personas son dignas de respeto, y debe respetarse que cada uno tenga sus ideas.
Sin embargo no todas las ideas, pensamientos o reflexiones deben ser objeto de respeto.
Aquellas que suponen un atentado contra los demás ya sea verbal o físico por supuesto no merecen ningún respeto, pese a que la persona que lo manifieste sí que lo merezca.
Por lo tanto nadie merece que lo desprecien por su ideas(O por lo menos nadie merece que le lapiden por sus ideas) pese a que esas ideas o creencias sean reprobables.
Todo esto siempre que no se pase de las ideas a los actos y por supuestos éstos sí deberán ser objeto de represalia (penal o de ignomínea social).
Publicar un comentario