miércoles, 17 de febrero de 2016

LA PLAYA NUDISTA


No cabe duda de que en el mundo de la publicidad coexisten profesionales ingeniosísimos, con un talento y una creatividad asombrosos, con auténticos tarados que hacen de la mediocridad y de la burda provocación su modus vivendi. Estos últimos consideran que lo importante de un mensaje publicitario es que impacte al público y sea recordado, con independencia de toda consideración ética o estética, e incluso de su relación con el producto anunciado.

Un ejemplo muy reciente es el spot televisivo de la "cuenta nómina" de la entidad de banca electrónica ING Direct, con el que nos llevan machacando unos cuantos meses, al principio con su versión íntegra y últimamente con un resumen de unos pocos segundos. En este anuncio, una anciana de 85 años, suponemos que viuda, llama a sus tres hijos y les pide que la lleven “por primera vez a una playa… nudista”. La historia la narra la voz en off de uno de los hijos, que explica que la buena señora “solo había visto desnudo a mi padre y tenía curiosidad, pero siempre sintió que era algo que no le estaba permitido”. Al final los tres hermanos aceptan acompañarla a la playa naturista y el spot acaba con una imagen de la viejecita sentada frente al mar rodeada de bañistas en pelotas y con el mensaje en pantalla “¿Vivimos condicionados? Cuenta nómina de ING. Siéntete libre de comisiones, libre de condiciones”.

Yo sinceramente no lo pillo. Algo se me escapa. No alcanzo a atisbar ni la más remota relación entre sentirse libre de comisiones bancarias y este singular y nada entrañable– capricho de una vieja más lasciva que un bonobo a causa de su demencia senil. Pero, claro, la parida en cuestión es difícil de olvidar para cualquiera que esté viendo la tele y supongo que de eso se trata. Imagino que la idea es sorprender, crear polémica, provocar risas, o, en fin, cualquier otra reacción excepto la indiferencia. No sé si el sistema es muy efectivo, la verdad, porque antes de escribir este post yo he tenido que buscar el vídeo en YouTube para identificar la empresa anunciante, pues, aunque recordaba perfectamente la anécdota de la abuelita salida, no tenía ni idea de si lo que se publicitaba era un producto financiero, una cadena de residencias para mayores o una comprensa anti-pérdidas.

Estos temas prefiero tomármelos con humor y no hacerme mala sangre, aunque bien mirado no sé si un caso como el de doña Encarnación Flores, que así se llama la mujer, es para reír o para llorar amargamente, sobre todo si nos toca de cerca. Porque, claro, estas cosas parecen muy divertidas cuando le suceden al vecino, pero quizá deberíamos plantearnos qué tal nos sentaría que nuestra madre de casi noventa años nos llamara una tarde por teléfono y nos confesara sus deseos inaplazables de visitar un recinto nudista y pasarse la mañana mirando rabos porque con el de nuestro padre no tuvo suficiente. Yo tengo claro que me daría un buen disgusto y que no tardaría ni media hora en llevarla al médico a por un volante para el neurólogo, el psiquiatra o el especialista que procediera.

De todos modos lo más alucinante del anuncio es que cuando la señora llega a la playa adanista y se acomoda en su silla para contemplar culos y chistorras, puede apreciarse que la muy caradura lleva un vestido que le cubre de los pies a la cabeza. O sea que la vieja, además de ninfómana, es una tramposa de tomo y lomo que pretende darse el lote radiografiando a tíos cachas como Dios les trajo al mundo sin quitarse ella ni las medias. Y cuidado, que no me estoy quejando para nada de que en el anuncio no hayan sacado a doña Encarnación en bolas, ¿eh? Casi que mejor. Solo me pregunto cuántos tortazos me llevaría yo si me meto en la misma playa y me pongo a otear a todas las jovencitas sin quitarme la camiseta ni las bermudas.

6 comentarios:

Aprendiz dijo...

Buen post Al Neri, muy de tu estilo. A mi estos anuncios me caen bastante mal la verdad, y si los publicistas hubieran leído tu análisis igual se lo hubieran pensado antes de anunciarlo.

Hay ahora otro anuncio que tampoco tiene ni pies ni cabeza, no recuerdo ni qué anuncia, pero te plantea la situación de que si estuvieras en una boda y supieras que los novios se han puesto los cuernos mutuamente, ¿a qué no pararías la boda para decirlo? (te plantea el anuncio), y el mismo anuncio responde por ti, -no, no lo harías, porque usas la cabeza. O algo así es.

El caso es que en realidad me gustaría recordar mejor las empresas que hacen estos anuncios, para no consumir sus productos o sus servicios.

Al Neri dijo...

Aprendiz, ¿me está insinuando que usted pararía la boda para aclarar lo de los cuernos?

Aprendiz dijo...

Está claro que yo no iría a dicha boda...

Teutates dijo...

Veo que no le quedó a usted demasiado claro el seminario sobre publicidad al que asistió ya hace unos cuantos lustros, pero aun así también observo, que su análisis, sin seguir los criterios que allí le dieron, es bastante razonable. Los publicistas lo único que buscan es el impacto, que su anuncio quede grabado en el subconsciente colectivo y, para ellos, seguro que supone un éxito que en cualquier blog, por pequeño que este sea, tenga su reflejo. Fíjese que incluso sin recordar la marca que se anuncia, aquí ya hemos averiguado de cual se trataba, ya sabemos que esa empresa existe y que podemos abrir allí una cuenta libre de comisiones. Sin la publicidad y sin estos flashes, muchas empresas y muchas marcas que consumimos habitualmente serían completamente desconocidas. Incluso usted que repudia el spot, le ha dado cobertura mediática.

Al Neri dijo...

Pues no sé, Aprendiz, a mí me invita un amigo a su boda y acepto la invitación sepa lo que sepa sobre infidelidades y demás. Al fin y al cabo, ¿a mí que me importa? ¿quién soy yo para ponerme tiquismiquis? Y además yo qué sé, igual se han arrepentido, se lo han contado el uno al otro y se han perdonado.

Estos temas vete a saber... Pero yo siempre digo que si me enterara de que a un amigo le pone su señora la cornamenta, no se lo diría ni de coña.

Teutates, ya, pero La pluma viperina no cuenta, que es poco mediática. Lleva usted razón en que se trata de impactar, pero yo pienso que no se puede impactar a cualquier precio. Es lo que dice Aprendiz, que dan ganas de no consumir sus productos cuando el anuncio es así de ofensivo, por mucho que nos llame la atención.

Aprendiz dijo...

Al Neri, de que no iría a dicha boda lo he dicho sin más porque creía que estabas de broma. Está claro que no pararía una boda por eso, y supongo que no se me va a dar el caso de que me inviten a una boda y yo sepa que se están poniendo los cuernos, pero en tal caso, supongo que lo pensaría en su momento si ir o no.