jueves, 9 de mayo de 2013

SIN CRITERIO



Hablaba en la entrada anterior de las condiciones necesarias para tener independencia de criterio, pero no decía nada de la más elemental, que es, antes que nada, tener criterio. Parece de perogrullo, sí, pero no sé yo…

La gente solo sabe llenarse la boca de democracia y libertad, sobre todo de libertad de expresión. Parece que les va la vida en gozar del derecho a expresar sin cortapisas sus puntos de vista; que sacan pecho porque en una bazofia de constitución pone que pueden difundir libremente sus “pensamientos, ideas y opiniones mediante la palabra, el escrito o cualquier otro medio de reproducción”. Pero luego resulta que la inmensa mayoría nunca opina de nada, ni dice nada,  ni difunde nada ni piensa nada, sencillamente porque pasan de todo, pero también, y fundamentalmente, porque carecen de criterio y ni se les ocurre qué decir.

Un ejemplo bien palpable son las redes sociales de Internet. Hasta el último mono se ha apresurado a hacerse un blog o una cuenta en Facebook o en Twitter para estar a la última y poder aportar su granito de arena a la sociedad global. Dando por sentado que solo un pequeño porcentaje de la población puede manifestar sus opiniones en los medios de comunicación de masas, nada nos impide sin embargo generar contenidos propios y distribuirlos a través de estos nuevos instrumentos de la sociedad de la información. Cierto que con ellos, en frío y partiendo de cero, es imposible hacer llegar nuestros planteamientos a millones de almas, pero digo yo que tanta obsesión con el derecho a opinar, tanto orgullo por las libertades que plasmó el panfleto de 1978, debería traducirse por pura lógica en un ansia natural por dar a conocer nuestras reflexiones, críticas, sensibilidades y posicionamientos aunque sea a las pocas decenas de amigos y conocidos que tenemos en nuestras cuentas en las distintas redes sociales.

Pero no. La gente, que debería estar ardiendo en deseos de utilizar Internet como cauce de expresión, no sabe ni qué expresar. Basta echar un vistazo a lo que publican a diario todos nuestros contactos en cada uno de los foros o redes de los que formamos parte. Por cada cien personas, solo una, y soy muy optimista, cuelga contenidos que ella misma ha creado, emite reflexiones propias o hace comentarios personales originales que aporten algún valor añadido a la información que ya tenemos por la prensa o la televisión. Prácticamente nadie comunica nada útil ni enriquecedor, ni comenta un libro que ha leído, ni una película que ha visto, ni pone fotos interesantes de los lugares que visita, ni hace críticas inéditas de las noticias, ni propone una solución novedosa a algún problema social ni explica o profundiza tan siquiera en algo con sus propias palabras. ¿El motivo? Que el personal está falto del menor sentido crítico, no tiene opinión, ni sabe en lo que cree ni por donde le da el aire.

Más claro todavía: La mayor parte de los amigos que tenemos en Facebook o en Twitter ni siquiera escriben nada, por decirlo así, de su puño y letra. Se limitan a compartir o a pegar enlaces absurdos, como imágenes de gatitos maltratados con “haz me gusta si estás en contra”; textos vitalistas, de autoayuda, amor o amistad que demuestran lo cursis y lo bobos que son; publicidad engañosa de ofertas y descuentos; chistes gráficos malísimos; caricaturas o ataques demagógicos al presidente del Gobierno en ese momento; diatribas populacheras contra las supuestas causas de la crisis; pataletas irracionales contra los vascos o los catalanes; invitaciones grotescas a boicotear productos con argumentos manipulados; reflexiones políticas facilonas, o en el mejor de los casos, convocatorias de manifestaciones. Pero insisto: todo copiado.

¿Y cuántos “blogueros” conocéis que no acaben día tras día copiapegando noticias, vídeos o canciones, o enlazando a contenidos ajenos, sin poner más de tres palabras suyas?

Así es la democracia, amigos: todo el mundo asegura muy digno tener opinión y querer medios para expresarla, pero después, si los tiene, no sabe qué decir o se dedica a decir gilipolleces. Al final, como toda la vida ha sucedido, acaban pensando y opinando cuatro y todo el rebaño a repetir sus consignas, por muchas vías de expresión que haya; los tres mafiosos que controlan los mass media importantes siguen convirtiendo la opinión publicada en opinión pública, como decía Ortega y Gasset; y por cada genio que crea algo, hay mil becerros que le copian, le chupan la rueda o intentan sacar provecho de su esfuerzo tocándose las narices.

¿Para qué leches quiere la gente la democracia y las libertades si ni sabe usarlas ni tiene el menor interés en aprender?

13 comentarios:

Luxindex dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Brisa dijo...

El gran problema de la democracia es haber hecho creer a la gente que todos somos iguales.

Yo no creo que sea cuestión de criterio, es más bien cuestión de inteligencia. El que abre un blog y no tiene nada que decir, es un tonto, en democracia y bajo una dictadura.
Que la Constitución garantice este derecho está muy bien, pero la gente no va a tener algo interesante para publicar solo por tener el derecho a ello. Históricamente se han escrito manifiestos maravillosos bajo gobiernos despóticos, y estos gobiernos no han podido impedir que los pensadores piensen, ni que sus ideas se conozcan.
El problema, con mayúscula, es la MEDIOCRIDAD, y el engaño de los políticos que, bajo un pseudo progresismo, hacen creer a la gente que "todos somos ingenieros".

Entiendo su indignación pues pienso lo mismo.

Aclaro: todos somos iguales ante la ley (bueno, salvo la Infanta Cristina y todos los políticos de mi país). Pero esto no implica que todos estemos igual calificados. Que se entienda.
Besos,

Aprendiz de brujo dijo...

No entiendo el post. Quiero decir, la exquisitez, la cultura, la originalidad, son bienes escasos. Estamos todos de acuerdo. Pero no entiendo que puede tener que ver la libertad de expresión. Y por supuesto escapa a mi corto intelecto, la manía persecutoria que tiene el ponente, contra el citado derecho.
Digo yo que el camino a recorrer es procurar extender la cultura, la educación y el acceso al conocimiento al mayor número de personas posible, sin censuras, tutelas ni sectarismos.
Y no cagarse en la libertad de expresión. Amos digo yo.
Todo esto con independencia de que a algún tonto se le llene la boca invocando de forma recurrente un derecho, un refrán ó un una bandera. Lo malo, no es el producto sino la recurrencia del tonto.

C. S. dijo...

Pero la libertad de expresión ¿no servía para poder decir cosas que sabes que van a sentar mal y que no te pase nada? ¿dónde ponía que esas cosas tenían que ser inteligentes o ingeniosas?

El último de Filipinas dijo...

La Democracia no deja de ser como el facebook. Unos pocos hacen las entradas y el resto de los mortales sólo pueden pinchar en si les gusta o no.

nago dijo...

Es verdad. Y lo que es peor: la censura y la crítica celosas que algunos aplican a las palabras de los demás.
Si no tienes Blog -para algunos- es como si no existieras o no tuvieras derecho a participar siquiera en un concurso.
¿alguien sabe con certeza si yo lo tengo? ¿cambiaría eso algo? ¿con qué derecho se dedican a censurar algunos sólo por opinar distinto, emplear un vocabulario determinado, defender con firmeza una idea o publicar una canción? ¡publicar una canción¡
¿por qué hay caer bien a todo el mundo?

No, no sólo no se mojan sino que además censuran. Incluso aunque en el fondo de su alma, opinen o sientan como tú. ¿Hipocresía? ¿Cobardía? ¿Carentes de imaginación? ¿Flojera?

No sé que es peor... pero nunca más! porque nunca he sido tan "yo" como lo soy ahora.

Feliz finde :)

P.d. "si tú no te sientes libre, deja al menos que yo lo sea, aunque pueda esta equivocada"

Al Neri dijo...

Yo no critico tanto el derecho en sí, sino la actitud risible de quienes lo divinizan y luego ni quieren ni saben ejercerlo.

Eso por no hablar del sarcarmo que representa reconocer pomposamente una libertad que luego se coarta todos los días como en una república bananera, otorgar un derecho que nadie (salvo los oligarcas de siempre) va a disfrutar porque no está capacitado o porque, si lo está, no van a dejarle salvo que se haga vocero de las consignas oficiales.

Es un poco como dar pan a quien no tiene dientes, como darle el carnet de conducir a un ciego.

Nago, perdone, pero no he entendido nada la intención ni el sentido de su comentario.

AVISO: No sé qué pasó con la encuesta del Caso Noos. De repente se quedó congelada, sin funcionar, sin poder votar. Esto es cosa de Blogger o de La Zarzuela...

nago dijo...

Perdóneme usted; a veces no me entiendo ni yo...

En cualquier caso, de ningún modo me refería a éste Blog, sino a la falta de libertad que me he encontrado en otros a la hora de opinar.

Cada vez me explico peor... lo siento.

Carlos T. dijo...

Dicen que hay una ley en internet, no escrita, llamada ley 1990 que significa que en el mundo de las redes sociales 1 escribe, 9 comentan y 90 leen y miran pero no dicen nada.

Es cierto que hay una gran falta de criterio, pero también es verdad que generamos tal cantidad de información que no nos da tiempo a asimilarla, y eso nos puede hacer caer en esa falta de criterio. Obviamente, dentro de "información" no meto el tema de los gatitos ni las fotos frente a los espejos que luego se cuelgan en tuenti.

Muy interesante su post.

Al Neri dijo...

Nago, menos mal.

¿Qué tal sus entrañables gatitos?

nago dijo...

Están muy bien, Sr. Neri, gracias por preguntar.
Totalmente recuperados. Los estoy alimentando con leche, una yemita de huevo y una cucharada de miel por cada 200 cc.
Me caben los 5 en una mano y eso que las tengo pequeñas...
Hasta que no terminen con el periodo de lactancia, no voy a entregar ninguno; dos de ellos ya están en proceso de adopción.
Duermen por la noche de un tirón. La verdad es que no me dan apenas trabajo, pobres, unicamente darles de comer cada 3 o 4 horas y ayudarles a hacer pipí...

Lo que más me gusta de éstas situaciones que se dan en mi vida con más frecuencia de lo que yo quisiera, es lo que aprenden mis hijas con ellas; quien respeta y ama a los animales, aprende a hacerlo con las personas.

Y eso que no me gustan los gatos... :)

Un saludo.

Aprendiz de brujo dijo...

Nago, ni puto caso a los censores de pacotilla.A ti te gustan los pájaros y los gatitos. Yo como soy un reconocido feminista prefiero acoger en mi regazo a las pájaras y a las gatitas.
Bueno, a lo que voy. No permitas que te enerven los mediocres. Tu vales mucho.
Un beso.

nago dijo...

Gracias... Adb.
Un beso