Cada uno, según su postura, ha arrimado el ascua a su sardina.
Los amigos de la monarquía han subrayado que el salario del Rey (292.000 euros brutos) es similar al de cualquier presidente de una república de nuestro entorno y que, de hecho, nuestro Rey es uno de los más baratos de Europa (3 veces más que la reina holandesa y 4 veces más que la danesa). Inciden en que Artur Mas, por ejemplo, gana más que Don Juan Carlos y en que el transparente gesto de dar a conocer las cuentas reales no hace sino reforzar la institución.
La prensa poco proclive, sin embargo, ha preferido destacar que los gastos de la Corona no están sometidos al Tribunal de Cuentas, que el sueldo del Borbón supera al del propio Rajoy y que lo de publicar los dineros no es sino una cortina de humo para compensar las andanzas del Duque de Ponlapalma, Iñaki Manoscazuelas, al que, por lo visto, varias cadenas televisivas han ofrecido presentar las campanadas para que explique lo de los cuartos.
En mi opinión, los análisis que unos y otros han hecho sobre las finanzas de los reyes son superficiales e interesados. La opinión sobre la conveniencia o no de la monarquía en España no puede ni debe basarse, o al menos no únicamente, en parámetros económicos. Con sus argumentos de estos días, los republicanos se meten ellos solitos en la ratonera, pues, amén de sus interpretaciones sesgadas, da la impresión de que aceptarían encantados a la saga borbónica si sus gastos fueran recortados hasta unos niveles razonables de austeridad o si sus cuentas pudieran ser convenientemente fiscalizadas.
Las razones por las que la monarquía debe ser extirpada de forma urgente van mucho más allá de los aspectos puramente financieros. La existencia, en pleno siglo XXI, en un país moderno, de una jefatura de estado hereditaria (como si el Estado fuera la finca de un cacique), cuyo titular goza de inviolabilidad y no es responsable de sus actos, conculca violentamente los más elementales principios de igualdad ante la ley y participación política que deben presidir una sociedad civilizada. Que una casta familiar pueda mantenerse en el poder durante generaciones por motivos estrictamente biológicos, gozando de privilegios jurídicos y materiales (al margen de la cuantía de sus emolumentos) inconcebibles en un ciudadano corriente es una burla sarcástica a todos los españoles.
Las alusiones de Don Juan Carlos, en su mensaje navideño, a la igualdad ante la ley de todos los españoles son equiparables a los sketchs más cómicos de Martes y Trece en sus mejores tiempos.
Es una lástima que la prensa y los sectores más reacios a la monarquía no aprovechen ocasiones como esta, o los recientes episodios de corrupción, para desplegar una crítica completa y profunda que contribuya a desprender de una vez la última hoja de este árbol caduco, reminiscencia de tiempos medievales, que chirría a cualquier sensibilidad equitativa, justa e igualitaria.
7 comentarios:
Que se dejen de sueldos y gaitas...y hagan memoria historica...a ese señor lo nombro Francisco Franco...ergo si su regimen es negado ahora...digan vds lo que quieran pero no deberia haber monarquia
Me encanta oirte hablar de un "país moderno", -como el que tu propugnas, vamos.
A mi Juan Carlos me parece que es un golferas que ha sabido rodearse y escuchar a gente más lista y preparada que él.(Lo cuel no es poco).Y sea por las motivaciones que fuera, su balance ha sido positivo para España.
Además como buen hombre de derechas y de orden siempre ha tenido amantes de buena cama y esposa de buena cuna.
En todo caso, estoy de acuerdo con que la monarquía debe entrar poco a poco en período de extinción, como institución.
Por cierto, no sé lo que sabría o dejaría de saber de las actividades de su yerno, lo cierto es que desde que se destapó el escándalo, ha actuado correctamente.
El puto Urdangarín a la cárcel con todos los chorizos y delincuentes como por ejemplo los valerosos nietos de Franco que gustan de dar unas hostias a sus mujeres.
Por supuesto que propugno un país moderno.
hay mucho que arreglar aún en este país y aunque este asunto no es el más urgente, habría que ponerse manos a la obra. Me conformaría con que Juan Carlos de Borbón fuese el último Rey de España. No tengo nada contra Felipe de Borbón, simplemente pienso que si quiere tener un cargo público tiene la opción de opositar, o presentarse a unas elecciones. Si tanto apoyo popular tiene, no le resultará difícil salir elegido.
Pero si ve que el puesto no está bien remunerado lo mismo lo deja.
Ya lo dejó su abuelo, justo cuando estaba a punto de cobrar..no hizo falta echarlo..
FELIZ 2012!
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