lunes, 28 de noviembre de 2011

5 METROS CUADRADOS


Todavía no sé por qué fui a ver esta película. Bueno, sí, porque me gusta el cine social, el que denuncia situaciones cotidianas de injusticia, y supuse que iba a encontrarme con un drama realista sobre las familias hipotecadas que se quedan en paro y demás, pero qué va: la cinta de Max Lemcke es una más a arrojar al cubo de la basura del cine español, por su inverosimilitud y por su histrionismo.


A pesar del protagonismo de Fernando Tejero, que hacía temer una charlotada de la peor catadura, 5 metros cuadrados empieza muy bien. Una pareja joven y trabajadora hace un esfuerzo para saltar del alquiler a la compra hipotecándose hasta las orejas por un pisito con vistas al mar en las afueras de Valencia. El piso se ha empezado a construir sin los preceptivos informes medioambientales y, a mitad de las obras, la Generalidad decide paralizarlo todo. Álex y Virginia se quedan sin piso y encima la constructora se niega a devolverles los cincuenta mil euros ya ingresados a cuenta.


La película tiene un planteamiento muy interesante, pues toca palos jugosos como el conchabeo entre los promotores y los concejales, el afán desmesurado de los jóvenes españoles por acceder a una vivienda en propiedad ya que “alquilar es tirar el dinero”, la repercusión de los problemas económicos en la estabilidad de las parejas, el papel de los padres o la precariedad laboral.


Pero el punto más débil de la cinta es su pobre desarrollo y principalmente el estrepitoso fracaso en su intento de que nos identifiquemos con los novios protagonistas.



Aparte de que las razones por las que interviene Medio Ambiente son absolutamente surrealistas (la supuesta aparición de un lince en un monte levantino) y de los deslices en materia procesal que deberían limarse en toda producción seria y bien asesorada, resulta pintoresca a más no poder la campaña orquestada por los propietarios damnificados contra el presidente de la promotora, rozando el guión, en su último tramo, los límites del género de la comedia de acción, por no hablar del absurdo final.

Además, ya digo que la pareja protagonista no se la cree nadie. Y no solo porque al amigo Tejero es imposible imaginarlo en cualquier papel dramático, es decir sin hacer de payaso tonto del circo o sin atender la pescadería de la que nunca debió salir, sino porque a estos tortolitos que compran sobre plano en una bonita urbanización les pasan unas cosas que yo no he visto en mi vida en una familia normal.

Por ejemplo, como no les entregan la casa se tienen que ir a vivir donde los padres de ella y dormir en un colchón hinchable. Pero luego el padre (¡menudo padre!) se cabrea porque no aportan nada a la economía familiar y los larga a la calle sin contemplaciones, aun a sabiendas de que no tienen ni para comida. Entonces los pobres se meten en una habitación de hotel (que no pagan hasta que los echan) y viven a base de bocadillos, y como si el tal Álex (Tejero) no lo tuviera ya bastante chungo, se empieza a escaquear del trabajo para acudir a las protestas de los afectados por la estafa, y le acaban poniendo de patitas en la calle.

La pregunta que se hacía todo el cine es por qué una parejita que trabajan los dos tiene que pasar por esas penurias estilo años cuarenta después de enterarse de la paralización de las obras, cuando a partir de ese momento dejan de ingresar cantidades al promotor y, por lo tanto, disponen de sus sueldos íntegros. Una pregunta imposible de contestar, ya que casi nada en el argumento tiene ni pies ni cabeza.

Que nadie la vea, ¿eh?

6 comentarios:

Eduardo de la Fuente dijo...

Buffffff, por lo que cuentas (y te creo) no merece la pena verla. Yo desde luego ni me lo planteo, es que ni la pirateo en Internet. Lo siento, estoy cargado de prejuicios con el cine español.

Lo peor es que lo produzco con el dinero de mis impuestos. Qué país.

Un saludo

Aprendiz dijo...

Lo increíble, Al Neri, es que sigas intentando encontrar algo aceptable en el cine español!

Gracias por recomendarnos que no vayamos a verla, pero creo que el único en España que ve estas pelis eres tu...;-)

Zorro de Segovia dijo...

las últimas películas que he visto eran españolas:

"No habrá paz para los malvados", gran actuación de Coronado pero patético guión, sin pies ni cabeza.

"Eva", extraña, curiosa, y ... buena, o al menos eso me pareció.

El último de Filipinas dijo...

Es que con esos actores la película debe parecer un capítulo más de la serie.
He visto el trailer y es que parecen los personajes trasplantados de la tele al cine.

Ramiro Semper dijo...

La sequía neuronal de los guionistas de albarda y subvención es cada vez más patética. La cutrez de nuestro cine es un fiel reflejo de la decadencia general de España.

El chico de los tablones dijo...

Sr. Neri, no se queje tan gratuitamente, que ya sabía usted a lo que iba: si ya se huele la tostada sólo con ver el cartel de la peli...

Suscribo palabra por palabra el comentario de Ramiro Semper: país decadente = arte y cultura decadentes.