domingo, 24 de julio de 2011

SUBVENCIONANDO CAPRICHOS

Me molesta que las empresas de servicios de ocio hagan descuentos a determinados colectivos como los estudiantes, los parados y los jubilados, y también que las Administraciones les subvencionen este tipo de actividades.

Defiendo abiertamente una política solidaria y redistributiva en materia de renta, trabajo, vivienda, alimentación y otros bienes y derechos básicos (sobre los medicamentos habría mucho que hablar), pero el ocio, amigos míos, es un capricho que solo deben disfrutar quienes puedan pagárselo. Y no se me entienda mal, porque no estoy quitándole importancia al descanso y a las aficiones lúdicas; al revés, solo que creo que hay muchas formas de relajarse y entretenerse sin gastar ni un euro, y el que quiera hacerlo con actividades que cuestan dinero, que las pague íntegramente y, si no puede, que se joda y vea la tele o pasee por el campo. Así de claro.

Siempre me irrito con rollos como el descuento del cine con carnet de estudiante o el abono de fútbol más barato para desempleados o jubilados. Si a estos grupos no les abarataran el servicio, la entrada sería más asequible para la mayoría de gente. Encima estas medidas son absolutamente arbitrarias e injustas, ya que a la mayor parte de los chavalines universitarios les paga el cine papá y seguro que muchos jubilados tienen más dinero que los currantes normales como yo, con una edad y situación intermedias que nos impide acceder a los chollos estos. Pero es que además me da igual. Aunque estuvieran jodidos para llegar a fin de mes, me parece fatal que se les ayude con estas cosas. Que no vayan al cine ni al fútbol, que no se van a morir.

Mi cabreo es aún mayor cuando quien perpetra estas injusticias es la propia Administración. Dos ejemplos típicos serían los descuentos por acceder a museos y la cofinanciación de viajes de vacaciones para mayores de 60 años. Los museos públicos considero que deberían ser gratuitos para todos los españoles y su mantenimiento ser afrontado por los presupuestos de la Administración de turno o por las tarifas que paguen los extranjeros salvo en el caso de bienes declarados Patrimonio de la Humandidad o similares. En cuanto a los viajecitos del IMSERSO o del Club de los 60 de la Junta, me parecen una auténtica vergüenza. Sé que a veces, la diferencia de precio con el mercado no es tan grande y que la filosofía de estos servicios es más facilitar las gestiones y el desplazamiento a los aeropuertos y a los destinos a unas personas a las que a veces les da miedo o pereza viajar por su cuenta, pero en cualquier caso me parece un despilfarro dedicar un solo céntimo público a subvencionar a los mayores la excursión a Benidorm, a París o a Egipto, con la de necesidades prioritarias que hay en este país.

Cuando he comentado este tema con los amigos, se han escandalizado un poco y me han dicho que en el caso del fútbol, por ejemplo, sin los descuentos para parados habría muchos menos abonos y el club perdería pasta. Dejando a un lado que el futuro del Real Valladolid me la refanfinfla, sigue pareciéndome aberrante que un trabajador de 32 años tenga que pagar más que un parado o un pensionista solo por los intereses del club y más cuando –insisto- estamos hablando de algo tan prescindible como el fútbol donde no cabe apelar a solidaridad alguna. Si no puedes pagarte el fútbol, te fastidias, campeón.

De los viajes para vejetes suelen contarme que gracias a estas iniciativas se revitaliza el sector turístico y hostelero en temporada baja, ya que, si no fuera por los jubilados que lleva y trae la Junta de un sitio para otro en estos meses, se hundirían los negocios. Aquí tengo varias dudas de fondo porque observo, en primer lugar, que muchísimos viajes son al extranjero y no alcanzo a comprender quién se beneficia aparte de los abuelos y las agencias de viajes. Además, ¡qué coño!, que los hoteles hagan sus descuentos en enero, que los tour-operadores publiciten a saco sus súper-ofertas y que les pongan, si es necesario, el autobús en la puerta a los setentones, pero que la Administración deje de meter el hocico y de pagar viajes de placer a la peña, que no estamos para bromas y ese dinerito bien podría emplearse en construir buenos comedores sociales, en diseñar un plan serio de vivienda protegida, en amparar a los desahuciados por impago justificado de la hipoteca o en mil cosas más necesarias que el circuito Praga-Viena-Budapest de un matrimonio que tiene dinero de sobra para pagárselo entero.

9 comentarios:

Suso dijo...

Pues sí, oiga.

semilla dijo...

Totalmente de acuerdo en todo y además....¿por qué se subvencionan por ejemplo, clubs de esgrima, tenis etc y no me subvencionan a mí mi despacho, yo también creo riqueza?....totalmente en contra de la política de subvenciones, que cada uno se busque la vida como pueda o sepa y si el club de esgrima no funciona que cierre....como yo tendría que cerrar mi despacho...

El último de Filipinas dijo...

Se podría empezar porque los viajes del IMSERSO se limitasen a territorio nacional.

Caprichos legales dijo...

A ver Neri, es que hay muchíííííííísimo de donde quitar primero antes de llegar a eso..cosa que usted ya sabe. Y además los mayores votan, y cada vez son más, y los fetos-seres-vivos-no-humanos (Aído dixit) no. La pirámide de Keops al revés.

Prefiero que un ancianito vea el mar al menos una vez en su vida, después de la vida perra que ha llevado (algunos todavía recuerdan el hambre de la posguerra..), a pagar de mi bolsillo los abortos a go-gó de la peña, algunos por utilizar los preservativos PUT ON (no es coña, ojito con ellos que no llevan garantía y la liamos).

Si los fetos votaran..

Anónimo dijo...

Pues a mi no me parece mal que a los abuelicos se les subvencione el ocio. No tienen una pensión como para tirar cohetes y son contados los que tienen unos ahorros considerables.

Zorro de Segovia dijo...

una semana en Junio, vuelo Mad-Bcn 75€ ida y vuelta con Vueling. Hotel en Salou, (ej. Hotel Dorada Palace, cuatro estrellas 64€ hab doble y día)

Esto viene siendo unos 295€/persona a la semana. He mirado en Internet precios del IMSERSO, y sale a 200€ un hotel similar en Salou. Imaginemos pues que el Estado subvenciona 95€/persona de este viaje.

Sueldo de Rato y sus dos acólitos para este año:11M€, asignado mientras su "empresa" Caja Madrid-Bancaja aún no era privada (ni un puto duro va a ver el estado de esta operación aunque esto es otra historia).

Calculadora en mano: con el sueldo de Rato y acólitos se cubren 115.789 viajes del IMSERSO de una semana.

Leo de nuevo su post, Sr. Neri y le doy la razón, 100%, pero no veo que la supresión de los viajes subvencionados a viejos sea una prioridad para el estado.

Al Neri dijo...

Bueno, claro que no es una prioridad en este momento comparándolo con otros gastos, y por supuesto que Caprichos legales tiene razón en lo del aborto, pero simplemente no me parece bien la filosofía de que el Estado financie el ocio de nadie.

ignatus dijo...

No estoy del todo de acuerdo: puedo entender que determinados "caprichos" no deban ser pagados, pero negar que se deba facilitar/subvencionar el ocio de forma tajante me chirría mucho pues también son ocio las bibliotecas públicas, los lugares de recreo como parques, las fiestas de "la patrona" de los pueblos con sus fuegos artificiales, sus encierros y su charanga...

En definitiva, que no me parece mal facilitar el ocio de por sí, y mi duda sería establecer "hasta dónde".

Respecto a las ayudas o facilidades que den empresas privadas (el fútbol o los cines, por ejemplo), es algo en lo que creo que nuestra opinión es totalmente irrelevante pues son estrategias de márketing o de obtención de beneficios llegando a un grupo más numeroso de clientes. Enhorabuena si les va bien. Si no les funcionara quizá no bajasen el resto de las entradas, quizá cerrasen directamente y ninguno podríamos ir al cine. En cualquier caso son empresas privadas: me soprende que te indigne tanto lo que hagan en este sentido.

Feliz Navidad a todos.

alco dijo...

Sr Neri,
Los jubilados que han cotizado toda la vida se han ganado de sobras el vivir decentemente lo que les quede de vida, la cual debe componerse básicamente de ocio, faltaría más. A mi no me importa que les paguen sus viajes (que son bastante cutrillos y baratos, hablando claro) con mis impuestos. Otra cosa es subvencionar caprichos y actividades, digamos, sectarias.