martes, 11 de enero de 2011

SIN INTERNET

Los arreglos en mi ordenador o, en su caso, su sustitución por uno nuevo siguen en proyecto. Pero estos días en que me he visto privado involuntariamente del acceso a la Red de Redes me han servido para reflexionar sobre el papel que juega Internet en nuestras vidas.

La más importante de estas reflexiones es la del tiempo que se pierde navegando. No sé el resto de la gente, pero lo que es yo, cada vez que me conecto para mirar una cosa puntual, acabo dedicando muchísimo más tiempo del previsto, ya que unas consultas llevan a otras, pinchas un enlace aquí y otro allá, y acabas perdiendo media tarde en un asunto que debería haberte llevado un rato corto.

Por eso esta temporada que estoy desconectado tengo la extraña sensación de que los días son más largos, y me da tiempo a hacer más cosas. A ello ayuda que estoy de vacaciones, aunque la verdad es que también en vacaciones suelo perder demasiadas horas con el ordenador dejando de lado viejas aficiones como la lectura, que he retomado bastante estos días.

Mi segunda reflexión es sobre la sensación de “desamparo informativo” que tengo sin Internet. A mí la Red me apasiona sobre todo porque gracias a ella puedo acceder en pocos segundos a cualquier información de cualquier cosa que me interese o resolver cualquier duda que tenga, desde la fecha de una película a un dato histórico, pasando por una noticia de ultimísima hora, el nombre de cualquier alcalde de España, el teléfono de un restaurante, la foto de un monumento, las críticas sobre un hotel o, yo qué sé, cualquier tema que se me pase por la cabeza. Yo soy mucho de pensar en cualquier cosa y corroborarla rápidamente en Internet, o de interesarme por una cuestión concreta y leer en ese momento todo lo que encuentro sobre ella gracias a mi conexión de ADSL. Internet ha favorecido mi curiosidad cultural y me ha hecho aprender mucho (adoro Wikipedia a pesar de sus inconvenientes y limitaciones). Antes de su aparición, si te apetecía informarte sobre algo, tenías que planteártelo, irte a la biblioteca, buscar los libros, etc. Ahora en cambio, entre la duda que llega a tu cerebro y la respuesta certera pueden transcurrir menos de cinco segundos. No da nada de pereza aprender cosas nuevas.

Y por eso, sin Internet, tengo una sensación curiosa y ligeramente incómoda de que no me puedo enterar de las cosas en el momento que a mí me da la gana, de que estoy apartado de la principal fuente de conocimiento y comunicación. Antes de ayer, sin ir más lejos, tuve que solicitar una subvención y me sentí bastante frustrado de tener que ir a preguntar a los funcionarios en vez de tramitarlo todo en unos minutos a través de la oficina virtual.

A veces uno es tan idiota de preguntarse cómo podría vivir e informarse la gente antes de llegar Internet a nuestras vidas.

5 comentarios:

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Me reitero a lo dicho en su comentario anterior.

Muchas veces me pregunto cómo habría sido mi vida de estudiante si hubiera dispuesto de Internet. Es cierto que en mis últimos años de carrera ya podíamos navegar desde la Universidad pero la cantidad de materiales disponibles, incluso de Informática, era muy limitada.

Sin embargo, recuerdo que haciendo el Proyecto comencé a entrar en foros de programadores y de informática y a disponer de mayor número de manuales. Sin ellos, terminar habría sido más complicado. Era el año 2001 y conseguí un acceso telefónico en casa de mis padres (que pagaba yo).
Terminando el proyecto, y procediendo a empaquetar la aplicación que estaba desarrollando para su distribución, el IDE me daba un misterioso "Error. Código 3" que no venía documentado en ningún lado. Tras dar muchas vueltas, publiqué la duda en un foro y, al día siguiente, un argentino me explicó cómo resolver mi problema. Fue entonces cuando de verdad fui consciente de cómo esto podría cambiar el mundo.

Por aquellas fechas, el señor Neri y otros colegas de entonces comenzaron también a usar el correo electrónico y ciertas tareas en las que colaborábamos ganaron exponencialmente en rapidez, eficacia y calidad.

¿Cómo habría sido disponer de esto cursando el Bachillerato o la EGB?

Teutates dijo...

Desde luego para las mentes curiosas y ávidas de conocimiento es una herramienta hoy en día imprescindible, pero todo se puede volver en contra de uno si se deja embaucar por la red. Creo que si no es buscando algo concreto que te pueda interesar, el resto de la navegación es un "come horas de órdago" que nos ayuda a perder el tiempo más que a ganarlo, foros tontos, juegos en red, redes sociales tonterías que llagan a nuestros correos... un sin fin de gilipolleces que son equiparables a la ya famosísima caja tonta.
En fin, que internet puede ser tanto un ángel como un demonio en nuestras vidas.

Anónimo dijo...

Su discusión es muy interesante pero tengo que dejarles, las tareas atrasadas me llaman y no quiero que luego me digan (o me diga yo misma) que pierdo el tiempo enganchada en la red.

Dulcinea dijo...

Realmente internet es ángel y demonio al mismo tiempo dependiendo del uso que se le de. Para mí su inconveniente más grande es que hay que ser un usuario con experiencia para diferenciar lo que es verdad y lo que seguramente sea mentira. Cualquiera puede dar información falsa, difamar, etc, y no hya ningún control. También hay muchas estafas y engaños publicitarios-

Isel dijo...

¿Es bueno un coche? es peligroso, lo podemos poner a 200 y matarnos y matar a más gente.
Internet es una maravilla, peor que puede ser una pesadilla si se te pasa el tiempo en él y dejas otras cosas al lado.