domingo, 6 de septiembre de 2015

AQUELLA CANCIÓN DE TERESA RABAL



Teresa Rabal hizo su última gira hace tres años


El Papa Francisco dijo en junio que “es injusto acusar a los sacerdotes y obispos de comunistas cuando hablan de los pobres”. Tiene toda la razón, pero no solo pasa con los curas; es ya una vieja y odiosa costumbre de las clases sociales acomodadas, imbuidas de un conservadurismo egoísta, llamar rojo a cualquiera cuyas ideas contengan la menor pincelada de justicia social. A mí también me han llamado izquierdista varias veces a la cara, la última hace dos años un alto cargo del Partido Popular. 

El problema es que como tanto los militantes marxistas como las personas mínimamente solidarias y sensibles sin ninguna relación con la izquierda defienden mucho a los pobres y apuestan por fórmulas redistributivas, no siempre resulta fácil captar si ciertos discursos son socialistas o simplemente equitativos. Yo creo que muchas veces, si no se especifican soluciones políticas concretas ni se mezclan otros mensajes más o menos velados, es imposible notar la diferencia. Izquierda y sensibilidad social a secas tienen un área de confluencia innegable. 

A cuento de este asunto me he acordado de una anécdota musical de mi infancia. Con siete años alguien me regaló una cinta casette de la conocida cantante para niños Teresa Rabal, que, por aquel entonces, era un auténtico fenómeno mediático. Sus alegres y pegadizas canciones eran tatareadas por todos los críos de España y por sus mamás. También es cierto que esta artista, que aún colea, no era del agrado de muchos padres, debido a su fuerte compromiso con el PCE y a que las letras de sus temas eran, según algunos, excesivamente ideológicas e inapropiadas para niños de tan corta edad como para los que iban dirigidas. Es cierto que, siempre con un tono divertido, sus canciones rebosaban valores como la generosidad y la igualdad, y buscaban concienciar a las criaturas sobre ciertas injusticias sociales con mensajes a menudo subliminales.

A mí la Rabal me parecía un poco rollo, pero mis padres me la ponían a veces en el coche para distraerme, igual que hacían con otros muchos cantantes o grupos infantiles de la época. Pero hubo una canción en particular, posiblemente de las más polémicas, que se me grabó en el coco y nunca he conseguido olvidar. Supongo que me impactaría la letra, sin más, pero luego con los años, según se fueron fraguando mis ideas políticas y fui adoptando nítidas posiciones respecto al marxismo, nunca dejé de preguntarme si de verdad aquella cancioncilla tenía tufo izquierdista o era perfectamente asumible y aplaudible por cualquier cristiano coherente; si se trataba de un panfleto demagógico para inyectar en el cerebro de los peques el cianuro de la lucha de clases, o era una buena manera de inculcarles (¿quizá prematuramente?) el orgullo del trabajo honrado y los sentimientos de justicia. 

Me encantaría que los amigos de La pluma viperina la escucharan y me dieran su opinión sincera.


13 comentarios:

Tábano porteño dijo...

Y sí, puede que tenga un aire "rojillo" -a mi juicio. El problema es que estas obras suelen tener una cuota de verdad a veces considerable.

En todo caso, si quiere hacer del párvulo un partidario redomado de la dictadura proletaria, aquí le aporto sendas canciones del cubano Milanés y el uruguayo Viglietti:

https://www.youtube.com/watch?v=iVGMqu2oSzU

https://www.youtube.com/watch?v=hZHjhWBJW4g


Hablando más en serio, menudo problema para los estudiosos del derecho y la filosofía políticos el del deber del "príncipe cristiano" en relación al arte: en buen tomismo, una obra artística es moralmente neutra, pero puede hacer mal a fulano o mengano en tanto individuo: por tanto es deber del político cristiano impedir que esa obra llegue a tales personas. Se trata -con perdón- de la cuestión compleja y grave y polémica de la censura, poco que menos anatematizada en nuestras sociedades liberales y libérrimas.

Aprendiz de brujo dijo...

Bien, las personas no disponemos de compartimentos estancos. Es decir somos un todo interrelacionado. Con esto queiro decir, que no veo a Julio Iglesias o a Torrebruno conmponiendo esta canción,pero no me parece que sea un ejercicio de proselitismo descarado, ni mucho menos.
Por cierto no recordaba que Teresa Rabal fuera tan deseable, de joven.

Luxindex dijo...

Sr. Neri, definitivamente eran otros tiempos.

Paquito (el hijo del labrador), el pobre, no sabía lo que decía: los madrugones, las rascas, las solanas… Ay, Paquito, Paquito.

En cuanto a Juanito (el hijo del constructor), francamente, no creo que ser hijo del Pocero, Luis Portillo o de Fernando Martín Álvarez le hubiese resultado tan chupiguay. En cualquier caso, el deseo de Juanito sirve para datar la canción: en concreto hablamos de la era Pre-ladrillozoico.

Y, hombre, yo de haber sido Manolito (el hijo del terrateniente) no me hubiese importado llegar a ser como su padre. ¿Cuál es el problema? Vendo todas las tierras, repatrio mi dinero en Suiza y reparto todo entre quienes a mi juicio más lo necesiten. A Manolito, aunque me resulta simpático, es al que menos entiendo de los tres; creo que a ese pollo, tan sentimental, le faltaba un hervor.

Pienso, de componerse hoy la canción, ¿qué querrían ser esos niños?

Y sí, Aprendiz de brujo, confieso que Teresa Rabal para mí también tenía diez puntos, ten points, dix points. Estaba, era, hermosa.

Al Neri dijo...

Tábano, bueno, yo a Teresa no le hubiera censurado esta canción. Bueno, igual le hubiera obligado a añadir un verso aclarando que el "amo de todas las tierras" era judío :-)

La canción tiene bastante miga y no da puntada sin hilo. El marxismo, si lo hubiere, es más subliminal que literal.

Para empezar no queda claro si el segundo niño es hijo de un constructor -como dice Luxindex- , de un arquitecto o de un albañil. Esta indeterminación es deliberada para evitar un tono obrerista que podría ser criticado.

La canción en sí no dice nada falso y es innegable la injusticia que subyace en que uno sea "el amo de todas las tierras" mientras que otros no tienen siquiera "pan en la mesa".

Lo chungo es el tono propagandístico. Nótese el cambio en la música y en la voz (que se vuelven siniestras) cuando interviene el tercer niño, que es el único sin diminutivo, por cierto. Y ya digo que hay una carga subliminal fuerte dirigida a generar en los chavalines pena-antipatía-odio hacia quien pueda tener sirvientas y avionetas, lo cual, que yo sepa, no es pecado. La alusión a las cuentas en Suiza sí es positiva, pues ayuda a aclarar ante qué tipo de rico nos encontramos.

La cuestión es si un niño de 6 años puede captar e interpretar toda esta riqueza de matices o lo único que va a retener es la idea de que los que tienen dinero (independientemente de las circunstancias) son odiosos y deben avergonzarse de su situación. De todos modos entiendo que la canción sea simple porque va dirigida a críos.

Luxindex dijo...

Hombre, Sr. Neri, pensar que si construía debía ser constructor no parece muy disparatado, la verdad.

Además, que un albañil construya «ciudades», caramba, es remoto. ¡Pero si alicatando un cuarto de baño se pasan del plazo! ¡¿Ciudades?!

Que sea arquitecto tampoco es probable por lo mismo: «vivir construyendo ciudades». A no ser, claro, que el niño, Juanito, fuese hijo de Lúcio Costa, Oscar Niemeyer, Konstantinos Apostolos Doxiadis, o Kenzō Tange, cosa improbable o que al menos (ya que hilamos fino) no se dice específicamente en la cancioncilla de la Rabal.

Al Neri dijo...

No me parece nada disparatado, Luxindex. Yo no tengo claro qué profesión es.

Una única aclaración. Cuando me refiero a la posibilidad de que sea un albañil, hablo de un albañil medio español, de los que antes de jubilarse pueden haber trabajado en las obras de muchas urbanizaciones de una ciudad, y no a un albañil andaluz, que se ha podido pasar toda su vida alicatando un cuarto de baño.

Luxindex dijo...

Sr. Neri, ¿«Albañil medio español» dice usted? Juas, pfff… Vaya, perdone por la pedorreta.

Bueno, me recompongo y sigo.

Hm… ¿«Medio español» por parte de padre o de madre? Juas, me meo.

Ay, ay, yo le recomendaría decir «Albañil español medio», pero, claro, no me atrevo, no vaya a ser que me tache de “prejuiciador” o “prejuiciante”… ¿Cómo era, cómo era aquel cursi disparate suyo con el que tiempo atrás, porfía que te porfía, quedó en ridícula evidencia? O también podría dejarme por sirio maricón, qué caramba, ya que estamos… Al fin y al cabo, el que es prejuicioso lo es para todo.

Hacía tiempo que usted no sacaba a pasear su pueblerina, acomplejada, inquina anti-andaluza cuando se queda sin argumentos. Pero compruebo hoy que sigue igual que siempre. Y me temo que así seguirá siempre. Algunos, usted y otros pocos, muy pocos, confunden contumacia con coherencia. Mal arreglo, si lo hay, tiene eso, cachis.

«Albañil medio español». Con dos cojones, separando siempre sin titubear el trigo de la paja, ¡salvando a Ssspaña! ¡Claro que sí!

Pero antes de tan alta misión, no se ofenda, ¿no cree que debería aprender a expresarse (lo de pensar, dejémoslo por imposible) bien?

Al Neri dijo...

Gracias, Luxindex. Es verdad que es más correcto y preciso "albañil español medio".

Aprendiz dijo...

No me imagino a mi padre poniéndonos ese disco.., y no porque mi padre sea como el de Manolo y tengamos esa vida, sino porque él suele despreciar esos falsos valores y esa demagogia.

Está claro que la idea que deja es que los ricos lo tienen todo para ellos olvidándose de que hay pobres; de lo malos y despreciables que son los ricos, que ni sus hijos quieren ser como ellos...

Y dicho sea de paso, yo también soy de los que piensan que eres un poco rojillo por muchas de las ideas que en otras ocasiones has manifestado ;-)

Al Neri dijo...

Su comentario no tiene desperdicio, Aprendiz.

Por cierto, disfruten de otra canción presuntamente marxista de Teresa: "Pato pobre y pato rico"




Adaldrida dijo...

Al Neri, eres todo un caballero respondiendo así a tal sarta de despropósitos. Se ve que no ofende quien quiere sino quien puede. Felicidades por el blog.

Al Neri dijo...

Gracias y bienvenida, Adaldrida.

Anónimo dijo...

A mi esta cancion me ha gustado, no la conocía, por cierto.

Lo que me pregunto es si de niño me hubiera gustado, y no puedo imaginar que me hubiera sugerido la parte del padre rico.

Es curioso, que le puede sugerir algo asi a un niño de alrededor de 5-8 años? Con 13 o 14 si me hago la idea, por mis propios recuerdos.
Yo si tubiera hijos les pondria esta cancion y similares, de mayores que juzguen ellos mismos la contradiccion que hay entre economia de libre mercado y justicia social, y la contradiccion mas dolorosa entre justicia social e igualitarismo y jerarquia piramidal de poder, de ordeno y mando.