Por razones de trabajo últimamente tengo bastante contacto con profesores de universidad, y curiosamente el otro día me comentaba uno de ellos cómo le llamaba la atención la forma que tienen de tratar a los docentes los alumnos de origen hispanoamericano. Este profesor tiene en un aula a una mexicana, a un par de salvadoreños y creo recordar que a un peruano, y mientras que los alumnos españoles llegan tarde, charlan durante las clases y se repantingan en sus asientos como si fueran a dormir la mona, los sudamericanos se comportan con absoluta corrección. También me contaba que a diferencia de los estudiantes de aquí, que le tratan de tú, le abrasan con emails por cualquier tontada y le echan impetuosos pulsos en las revisiones de exámenes, los cholos jamás le apean el tratamiento, le dicen “profesor Cuesta”, piden todo por favor y no se les ocurre ni por asomo llevarle la contraria.
Este fenómeno puede tener (al menos) dos lecturas y de verdad que no tengo muy claro con cuál quedarme.
Por una parte podríamos interpretar que en España hace mucho que los jóvenes han perdido los buenos modales y el sentido del respeto; que son unos nenes mimados, criados a los pechos del estado del bienestar en unas familias y con un sistema educativo que han desterrado hace mucho cualquier resquicio del principio de autoridad y les han inculcado la idea de que solo tienen derechos pero no deberes. Por contra, en nuestros antiguos territorios de ultramar perviviría un modelo social y pedagógico más tradicional y con mayor influencia religiosa en el que sigue siendo piedra angular la deferencia debida a padres, maestros y personas con experiencia o conocimientos superiores. De acuerdo con esta interpretación, los chavales iberoamericanos tendrían más educación y sabrían comportarse mejor que los españoles.
La otra apreciación, mucho menos amable con nuestros hermanos allende el Atlántico, sería que sus países pueden considerarse en la práctica auténticas repúblicas bananeras estamentales e infestadas de caciquismo en las que los ricos hacen y deshacen a su antojo, y los pobres agachan la cabeza. Al contrario que en Europa, donde está fuertemente arraigada la cultura democrática, en Hispanoamérica no es concebible el ejercicio transparente de ningún derecho individual: la única salida de los humildes es el conformismo y la sumisión perruna a los dictados de los de arriba. La corrupción y el analfabetismo que reinan en estas comunidades desde hace siglos han generado en los ciudadanos una mansedumbre casi genética, totalmente irreconciliable con cualquier reivindicación o con el trato de tú a tú con profesores u otras personas de cierta categoría social o cultural. Por lo tanto la actitud prudente los alumnos sudamericanos respondería más al servilismo que a la urbanidad.
¿Y vosotros cómo lo veis?
Este fenómeno puede tener (al menos) dos lecturas y de verdad que no tengo muy claro con cuál quedarme.
Por una parte podríamos interpretar que en España hace mucho que los jóvenes han perdido los buenos modales y el sentido del respeto; que son unos nenes mimados, criados a los pechos del estado del bienestar en unas familias y con un sistema educativo que han desterrado hace mucho cualquier resquicio del principio de autoridad y les han inculcado la idea de que solo tienen derechos pero no deberes. Por contra, en nuestros antiguos territorios de ultramar perviviría un modelo social y pedagógico más tradicional y con mayor influencia religiosa en el que sigue siendo piedra angular la deferencia debida a padres, maestros y personas con experiencia o conocimientos superiores. De acuerdo con esta interpretación, los chavales iberoamericanos tendrían más educación y sabrían comportarse mejor que los españoles.
La otra apreciación, mucho menos amable con nuestros hermanos allende el Atlántico, sería que sus países pueden considerarse en la práctica auténticas repúblicas bananeras estamentales e infestadas de caciquismo en las que los ricos hacen y deshacen a su antojo, y los pobres agachan la cabeza. Al contrario que en Europa, donde está fuertemente arraigada la cultura democrática, en Hispanoamérica no es concebible el ejercicio transparente de ningún derecho individual: la única salida de los humildes es el conformismo y la sumisión perruna a los dictados de los de arriba. La corrupción y el analfabetismo que reinan en estas comunidades desde hace siglos han generado en los ciudadanos una mansedumbre casi genética, totalmente irreconciliable con cualquier reivindicación o con el trato de tú a tú con profesores u otras personas de cierta categoría social o cultural. Por lo tanto la actitud prudente los alumnos sudamericanos respondería más al servilismo que a la urbanidad.
¿Y vosotros cómo lo veis?
7 comentarios:
Yo creo que es urbanidad. Los iberoamericanos suelen ser muy respetuosos y si tienen estudios con más motivo.
Constató que es respeto. Tengo alumnos italianos y tb constató esa buena actitud.....
Sin la menor duda, están mucho mejor educados que los españoles. No son mejores estudiantes, pero si más respetuosos. No son serviles, tienen orgullo. Si un profesor les trata despectivamente, no se lo pasan.
Pues no sé si hace falta buscar tantas razones, Neri. Yo mismo (y también por razones de trabajo) veo a muchos nativos de origen Sudamericano y observo como usan el usted con todo el mundo, incluso de padres a hijos, a los que de forma cariñosa les suelen llamar "papi" o "mami".
Y le cuento, igual lo sabe. Por razones bilingües utilizo alternativamente (según toca) el catalán o el castellano para recitar el Padre Nuestro, y en catalán se se trata a Dios de usted,
Cuando en castellano se le tutea. También ocurre con el AveMaria.
"Déu vos Salve Maria..." (Cat)
"Dios te salve María..." (Cast)
Tanto en un caso como otro, esas costumbres lingüisticas sobre la segunda persona del singular (también la del plural) igual son solo eso, costumbres. Costumbres que seguramente vienen de lo que usted dice; y que en habla o en el rezo no se han perdido sin tener el mismo rigor y arraigo de lo que significaban.
Lo del caso "Pluma Viperina", es otra costumbre o regla no escrita.
Saludos y Buen Finde !!!
Esto no ocurre solo con los jóvenes de latinomérica.
Los preovenientes de Japón, igual o más todavía. Y no es sumisión, sino educación y respeto.
Incluso en Estados Unidos la educación y el respeto son más evidentes que aquí.
En este tema, es Europa en general la se ha
"despistado" durante unos treinta años, y a base de culturilla pseudoprogre ha llegado a esta situación de flojera, estupidez, y mala educación hasta extremos ridículos.
Eso lleva a pensar a cuáles alumnos escogerán las empresas en el futuro.
Podría hacerse una tercera lectura, bastante políticamente incorrecta, que incidiera en el origen social de los hispanoamericanos que estudian en las universidades españolas. A lo mejor los únicos iberoamericanos que pueden venir a estudiar a Europa son los que pertenecen a familias millonarias desde hace varias generaciones y que, por lo tanto, han disfrutado en sus países de la educación más exclusiva y han adquirido unos modales mucho más refinados que los del estudiante medio español de universidad pública.
Algo me dice que se da una mezcla de todas estas teorías, aunque prevalece, como la mayoría de ustedes me señalan, la de que son más educados en general.
Buen apunte, Último de Filipinas. De hecho, en algunos sectores, como el del llamado -para mi descojone- "telemarketing", ya está sucediendo. Las empresas lo último que quieren es trabajadores que les salgan respondones, o sea que reclamen sus derechos.
Recordemos las razones del trato de usted en La pluma vipèrina.
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