miércoles, 11 de junio de 2014

RELEYENDO "EL PADRINO" (26): MEMORIA FRÁGIL




Johny Fontane (trasunto de Fran Sinatra) empezó a cantar muy joven en tugurios de mala muerte con su amigo Nino Valenti, pero al final su padrino, el Don, empleó todo su poder para catapultarlo a la fama como intérprete de melodías románticas, mientras que el pobre Nino quedaba en segundo plano ahogado en la bebida. En la boda de Connie, Don Vito da al presuntuoso Fontane toda una lección sobre la amistad recordándole sus orígenes. A mí esta parte de la novela me trae siempre a la memoria a ciertas personas que conozco que habiendo alcanzado el éxito profesional gracias al enchufe puro y duro, lo olvidan demasiado rápido e incluso se autoconvencen de que están ahí solo gracias a su talento y brillantez.


"(…) —¿Y qué me dices de tu viejo camarada de la infancia, el que formaba dúo contigo en tus primeros tiempos de cantante? Me refiero a Nino. Los desengaños y las decepciones le han llevado a la bebida, pero nunca se queja. Trabaja como un condenado conduciendo un camión de grava, y canta los fines de semana por unos pocos dólares. Nunca se ha quejado de ti. ¿No hubieras podido ayudarle un poco? ¿Por qué no? Canta bien.

—Padrino, Nino no tiene bastante talento —respondió Johnny, con voz cansada—. Canta bien, pero le falta algo.

Don Corleone abrió los ojos, que tenía casi cerrados.

—Tú tampoco tienes suficiente talento, y lo sabes —replicó—. ¿Qué? ¿Te apetece un empleo de conductor de camión?

Al ver que Johnny no contestaba, el Don prosiguió:

—La amistad lo es todo. La amistad vale más que el talento. Vale más que el Gobierno. La amistad vale casi tanto como la familia. Nunca lo olvides. Si te hubieses preocupado de rodearte de buenos amigos, ahora no tendrías que venir a pedirme ayuda. Pero, dime ¿por qué no puedes cantar? En el jardín has cantado bien, tan bien como Nino.

Hagen y Johnny sonrieron ante la delicada alusión (…)"

2 comentarios:

Zorro de Segovia dijo...

qué fino, el Don ...

Tábano porteño dijo...

“La presencia de los amigos en la buena fortuna lleva a pasar el tiempo agradablemente y a tener conciencia de que los amigos gozan con nuestro bien. Por eso debemos invitarlos a nuestras alegrías porque es noble hacer bien a otros, y rehuir invitarlos a participar en nuestros infortunios, pues los males se deben compartir lo menos posible. Con todo, debemos llamarlos a nuestro lado cuando han de sernos de ayuda, y recíprocamente está bien acudir de buena voluntad a los que pasan alguna adversidad aunque no nos llamen, porque es propio del amigo hacer bien, sobre todo a los que lo necesitan y no lo han pedido, lo cual es para ambos más virtuoso. De todos modos, no es noble estar ansioso de recibir favores, por más que igualmente hemos de evitar ser displicentes por rechazarlos”(Aristóteles, Ética a Nicómaco, IX, 1171 b 14-25).
"Los amigos se necesitan en la prosperidad y en el infortunio, puesto que el desgraciado necesita bienhechores, y el afortunado personas a quienes hacer bien. Es absurdo hacer al hombre dichoso solitario, porque nadie querría poseer todas las cosas a condición de estar sólo. Por tanto, el hombre feliz necesita amigos." (Ética a Nicómaco, IX, 1170 a 13-17).

. "Cualquier amigo verdadero quiere para su amigo: 1) que exista y viva; 2) todos los bienes; 3) el hacerle el bien; 4) el deleitarse con su convivencia; y 5) finalmente, el compartir con él sus alegrías y tristezas, viviendo con él en un solo corazón." Santo Tomás de Aquino Summa Theologica, II, II, q. 25, a. 7.
"El amigo es mejor que la honra, y el ser amado, mejor que el ser honrado." Santo Tomás de Aquino Summa Theologica, II, II, q. 74, a. 2.

¿Acaso era don Vito, tras su fachada de duro capomafia, un aristotélico-tomista?.