martes, 1 de mayo de 2012

1 DE MAYO: REPASANDO LA "LABOREM EXERCENS"

De la encíclica Laborem exercens (1981, Juan Pablo II):


"(...) el error del capitalismo primitivo puede repetirse dondequiera que el hombre sea tratado de alguna manera a la par de todo el complejo de los medios materiales de producción, como un instrumento y no según la verdadera dignidad de su trabajo, o sea como sujeto y autor, y, por consiguiente, como verdadero fin de todo el proceso productivo.

(...)

(…) el sistema socio-político liberal que, según sus premisas de economismo, reforzaba y aseguraba la iniciativa económica de los solos poseedores del capital, y no se preocupaba suficientemente de los derechos del hombre del trabajo, afirmando que el trabajo humano es solamente instrumento de producción, y que el capital es el fundamento, el factor eficiente, y el fin de la producción.

(...)
 
La consideración sucesiva del mismo problema debe confirmarnos en la convicción de la prioridad del trabajo humano sobre lo que, en el transcurso del tiempo, se ha solido llamar «capital». (...) el principio de la prioridad del trabajo respecto al capital es un postulado que pertenece al orden de la moral social.

(...)

… la diferencia consiste en el modo de entender el derecho mismo de propiedad. La tradición cristiana no ha sostenido nunca este derecho como absoluto e intocable. Al contrario, siempre lo ha entendido en el contexto más amplio del derecho común de todos a usar los bienes de la entera creación: el derecho a la propiedad privada como subordinado al derecho al uso común, al destino universal de los bienes. (...) Esto se refiere de modo especial a la propiedad de los medios de producción. El considerarlos aisladamente como un conjunto de propiedades separadas con el fin de contraponerlos en la forma del «capital» al «trabajo», y más aún realizar la explotación del trabajo, es contrario a la naturaleza misma de estos medios y de su posesión.

(...)

Bajo esta luz adquieren un significado de relieve particular las numerosas propuestas hechas por expertos en la doctrina social católica y también por el Supremo Magisterio de la Iglesia. Son propuestas que se refieren a la copropiedad de los medios de trabajo, a la participación de los trabajadores en la gestión y o en los beneficios de la empresa, al llamado «accionariado» del trabajo y otras semejantes. (...) sigue siendo evidente que el reconocimiento de la justa posición del trabajo y del hombre del trabajo dentro del proceso productivo exige varias adaptaciones en el ámbito del mismo derecho a la propiedad de los medios de producción.

(...)

Se puede hablar de socialización únicamente cuando (…) toda persona, basándose en su propio trabajo, tenga pleno título a considerarse al mismo tiempo «copropietario» de esa especie de gran taller de trabajo en el que se compromete con todos. Un camino para conseguir esa meta podría ser la de asociar, en cuanto sea posible, el trabajo a la propiedad del capital (...)"

9 comentarios:

Aprendiz de brujo dijo...

Seguimos donde estábamos. Quien lee una encíclica Neri?. Nadie. Quien cumple una encíclica? Nadie.
El catolicismo sociológico del que formo parte; y el militante del que formé parte defiende/defendemos la propiedad privada como una leona defiende a su manada.Sabes lo que piensan el 90% de los católicos del mundo?.Que un euro consumido genera más riqueza y bienestar que uno donado a una causa benéfica.Y quizás tengan razón.
Olvidate de Encíclicas. Juan Pablo II, fue mucho más indulgente con los banqueros del Opus, a los que jamás afeó públicamente; que con los curas de la Teología de la Liberación, que sin duda en su esencia estaban mucho más cerca de lo que predica esa Encíclica.
Te digo yo por donde se pasan o nos pasamos las palabras del Papa, cristianos y no cristianos?.Exactamente por el mismo sitio.

Al Neri dijo...

Bueno, usted se pasa por ahí no solo las encíclicas, sino todos los demás aspectos y preceptos del Cristianismo, excepto, claro, la Teología de la Liberación para tocarme bien los huevos.

Aprendiz de brujo dijo...

En serio Neri. No es por tocarte los huevos. Y el cristianismo y sus preceptos no me son ajenos, ni despreciables por lo menos desde un punto de vista teórico.Hay muchos que me parecen extraordinariamente positivos.Y no veas en mi un anticlerical recalcitrante, ni un comunista peligroso.
Soy un escéptico liberal del montón en la práctica.
Simplemente digo que igual que Juan Pablo II reprendió publicamente a Ernesto Cardenal,(quizás con razón), podía haber hecho lo mismo con alguno de los millones de católicos,(entre los que admirablemente no te encuentras) que defienden la Propiedad Privada por encima de cualquier otro derecho.
Vaya que no acabo de ver yo correlación entre la Encíclica,(que no se lee ni Magú)y los actitudes del Papa, que los sigue/seguía groso modo, todo el mundo.
No te mosquees conmigo macho. Son puras especualaciones.En la práctica defiendo mi propiedad privada con uñas y dientes; y la de mis clientes, por cierto.
No te tengo que instar a que hagas una encuesta entre tus amigos católicos. Verás cuantos son favorables a que se realice cualquier tipo de medida, que ponga en tela de juicio el concepto tradicional de Propiedad privada de los medios de producción.
Todos,- católicos o no- coincidiríamos que ese sería el desastre definitivo para el país. Que nadie invertiría un euro en España...etc, etc.
Y aunque te pese, en lo esencial,(al menios teoricamente hablando), creo que estás mucho más cerca de la Teología de la Liberación, que del catolicismo tradicional.Tan solo es una percepción personal.

LANGOR dijo...

Buenas:

Una preguntilla, si una maquina (ej calidad 200) hace el trabajo mejor que 10 obreros (ej calidad 100) ¿Debemos de mantener los 10 obreros o poner la maquina?

Dulcinea dijo...

¡Que mejor doctrina que la de la Santa Madre Iglesia para celebrar el día de los trabajadores! La iglesia es la única que apoya a los desheredados aunque a los rojos luego se les llenan la boca de derechos y reivindicaciones.
Aprendiz de brujo no le basta con acosar en plan lascivo a las chicas del blog a pesar de estar casado sino tambien a los buenos cristianos y a la doctrina de la Santa Madre Iglesia. Si no te has leido ni la encíclica, para que hablas, a ver?
Langor no perdamos de vista que toda maquina es obra del hombre y no sustituye al hombre, lo ayuda a lo mas aunque ello suponga que muchos queden en paro hasta que se adapte la producción, etc.

Aprendiz de brujo dijo...

Me gusta más cuando me llamas sátiro. Tienes manía persecutoria, Dulcineo.Háztelo mirar, de veras.Necesitas incorporar urgentemente hortaliza a tu dieta y creo que cada día cagas peor. Si no no hay quien entienda ese mal hunor Gruñes como una gorda vieja.
Cada día me recuerdas más a maría Antonia Iglesias.

Un beso.

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Pues otra pregunta. Si compro una máquina y se me estropea o se hace vieja pasado el periodo de garantía, ¿podré tener la cara de exigir que me paguen por tirarla a la basura o que, diez años después, el fabricante me devuelva lo que le pagué?

Muchos borjamaris-niños de papá del PP, para los cuales los trabajadores de las empresas que no tienen son peores que animales, deberían haber trabajado alguna vez en la vida para un jefe, con unos horarios fijos, con competencia, con peligro de despido (su jefe no ha pagado nada por ellos, no como por las máquinas), cobrando por su trabajo la décima parte de su valor, sudando, sufriendo... Hay otros que peperos que encima son trabajadores poro cuenta ajena. Y ya se sabe qué son los obreros de derechas.

J dijo...

Amén, Amén, Amén.

Señor Neri, gracias por recordarlo.

Desgraciadamente, nuestros Pastores no nos recuerdan convenientemente estos aspectos de la Doctrina Social de la Iglesia. O, al menos, no lo hacen con la suficiente fuerza.

Como corolario (es opinión personal, claro) a estos párrafos de la encíclica, yo diría que la Bolsa es un instrumento diabólico no muy compatible con el contenido de la Laborem Exercens".

Al Neri dijo...

Importante cuestión plantea Langor.

No le quepa duda de que buena parte de la crisis actual tiene que ver con la pérdida de funciones humanas frente al avance de la tecnología.

No creo que la solución sea renunciar a las máquinas, a las TIC, a la evolución y a las mejoras, pero, ¿qué hacemos con la gente que cada vez sobra más en todas las empresas? ¿Reducimos horarios, repartimos el trabajo, trabajamos seis meses y descansamos seis, inventamos tareas nuevas (complicado), mantenemos a todos aunque no tengan un puesto de trabajo?

J, en efecto, y también lo ha indicado el Brujo, la Iglesia a veces solo parece fijarse en algunos pecados.