“Hay oficios macho y oficios hembra. Oficios que van dando: cazar, sembrar, curar; y oficios que van tomando: guardar, limpiar, divertir.
Para un tío que hace algo, hay cuatro que chupan. Porque yo cazo, hay guardas en la Zarza, y hay guarda en Cabrahígo y en el Tarajal, hay civiles, hay juez. Porque Miguel hace pan, coge espárragos o amontona huevos y anea, hay un puesto en la plaza, hay guardias civiles y hay juez. Porque Vitilo labra la tierra y siembra su grano, hay camioneros, hay marchantes, hay tiendas de montañés, hay civiles y hay juez.
Hay oficio de médico, como don Celestino, que donde pone la mano la pone Dios; y hay oficio de esos de los pleitos, como don Senén, que sin ellos nada se perdía, y donde ponen la mano todo se caga.
Así tendrá que ser porque así ha sido siempre, pero el que tiene oficio hembra que nunca quiera montarse en el que tiene oficio macho. Que un guarda, cuando cumpla con lo suyo, cumpla bien, busque al cazador que le ensucia el campo, pero que nunca olvide por quién come. Cariño le tengo yo al conejo que trinco y al que se me va, porque de él como."
El mundo de Juan Lobón (1967), de Luis Berenguer.
El mundo de Juan Lobón (1967), de Luis Berenguer.
1 comentario:
Pero qué cosas tan extrañas, enrevesadas y complicadas lee usted, señor Neri. Hablemos mejor de mujeres, que da más juego.
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