Seguro que si hacemos una encuesta casi nadie tendrá ni idea de qué es un zebro, y, sin embargo, este curioso animal ya extinguido llegó a ser muy popular, casi mítico, en la España medieval.
El zebro o ezebro (Equus hydruntinus) era una especie endémica de la Península Ibérica que podríamos describir como un asno salvaje solo que mucho más fuerte, veloz y arisco que el burro doméstico, además de que relinchaba en vez de rebuznar. Su pelo era gris, muy áspero, tenía todo el lomo atravesado por una franja oscura y sus patas presentaban rayas blancas y negras. Vivía en manada en las llanuras de prácticamente todo el territorio peninsular y se extinguió probablemente a finales del siglo XV o principios del XVI, aunque una crónica de caza de 1682 da testimonio de un zebro domesticado en la provincia de Badajoz.
Seguramente la causa de su extinción fue la competencia por los pastos con el ganado y su falta de adaptación a las zonas de montaña en las que tuvo que refugiarse y donde fue cazado de forma indiscriminada, ya que era una apreciada pieza cinegética sobre todo para los nobles.
De hecho, la mayor parte de la información que tenemos sobre este curioso équido proviene de viejos libros de monterías, entre los que cabe destacar Montería de Alfonso XI, de principios del siglo XIV, Relación de Chinchilla, de 1576, y diversos textos escritos en el Reino de Aragón.
Al principio los científicos supusieron que se trataba de simples pollinos asilvestrados, pero esta tesis quedó pronto en evidencia al descubrirse en España restos fósiles muy anteriores a la introducción del burro común por los fenicios en el siglo VIII a.c.
Debido a su violento carácter y a su tendencia innata a cocear y a morder, no fue posible en general su domesticación, aunque existen citas históricas puntuales de su doma y utilización como montura. El mejor ejemplo es el del El Romance del Rey Marsín, de 1500, en el que se describe al rey valenciano “fuyendo … en una cebra, no por mengua de rocín".
De esta bestia singular nos han quedado varios recuerdos imborrables. El primero es el nombre de las propias cebras africanas, a las que los portugueses bautizaron así en el siglo XVI cuando avistaron en el Cabo de Buena Esperanza a unos pequeños caballos que, por su tamaño y pelaje, les recordaban a las hembras de los ezebros de su tierra. Por otra parte no son pocos los toponímicos españoles derivados del nombre de esta especie: Cebreros (Ávila) Piedrafita do Cebreiro (Lugo), Vegacebrón (Asturias), Valdencebro (Teruel), Encebras (Alicante) o Las Encebras (Murcia), entre otros.
9 comentarios:
Sr Neri, esta vez me ha sorprendido del todo. No tenía ni idea de la existencia del zebro, ni por supuesto de su extinción tan tardía.
rollo
Por fin vuelvo de otro viaje.
Interesantísima entrada, sr. Neri. No tenía ni idea de la existencia de ese animal ni de que el origen del nombre de ciertas poblaciones tuviera ese origen.
Es interesante el tipo de equinos que existió en su día y ya desaparecidos o, debido a la acción del hombre, experimentó cambios morfológicos fundamentales.
Por cierto, ¿podría usted decirme si es cierto que tiempo de los romanos en la Península habitaron animales muy diferentes a los actuales, incluso leones?
Muy curioso e interesante.
Subdire, espero que haya disfrutado mucho.
La época Romana ya sabe que es amplísima, de más de mil años, y supongo que hubo animales que se extinguieron en este período, pero seguramente los más famosos que existían entonces y ya no existen son el león europeo (Panthera leo europaea), un bicho que habitaba en las zonas cálidas mediterráneas y que por lo visto se comió muchos cristianos en el circo y se extinguió en el siglo I d.c.(en España se extinguió bastante antes de la conquista romana), y el uro (Bos taurus primigenius), un toro gigantesco que vivía en Europa entre otras zonas y desapareció en el siglo XVII y al que dedicaré una entrada.
Yo sabía que existían los cebrallos, de hecho creía que hablabas de ellos. Son un cruce entre las cebras machos y las yeguas.
uros, leones, osos, mamut, reno, ciervos gigantes, me suenan, ... ¿zebro? es usted un pozo de sabiduría. Al principio pensaba que nos estaba tomando el pelo y hablaba de algún primo del "ligre" o bicho fantasioso similar
Zorro, el ligre no es ningún animal fantasioso, sino un cruce entre león y tigresa, igual que el tigón lo es entre un tigre y una leona.
También existen cruces entre cebras machos y yeguas, como dice Aprendiz, y entre burros machos y cebras hembras, cuyo resultado curiosamente se parece muchísimo al zebro tal y como lo describían en la Edad Media.
Oye Neri esto es un desmadre. Pa estas especies, cualquier agujero es trinchera. Necesitan un buen Obispo con dos cojones, que les indique el camino.Encontrará el infierno un león cuando, incitado por alguna ideología, empieza a sentir deseos de enchufarsela a una tigresa y se corrompa. Habrá puticlubes tigresos en las Sabanas?
Se inspiraría Torrebruno en estos fenómenos,a la hora de componer su celebre Tigres, tigres, leones, leones todos son los campeones?.
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