viernes, 5 de agosto de 2016

DONALD TRUMP

¿Por qué la prensa llama siempre "el magnate" al candidato republicano a la Casa Blanca?

De Donald Trump tengo muy poco que decir. Hay algunas opiniones del histriónico candidato republicano a la Casa Blanca, descendiente de inmigrantes, que no me parecen mal, y otras muchas con las que estoy en total desacuerdo. Además, como ya he comentado alguna vez, cuando analizo cualquier asunto de política extranjera mi opinión suele ser muy distinta según lo haga desde la óptica de los intereses españoles o me ponga en la piel de los ciudadanos del país en cuestión, en este caso de los estadounidenses.

En todo caso, lo que parece indiscutible es que los medios de comunicación internacionales han orquestado una tendenciosa y machacona campaña en contra de este candidato. Y de toda esta campaña (que no se entiende en ningún medio que aspire a dar una mínima apariencia de objetividad y todavía menos en los mass media no americanos) lo que más me asombra es la insistencia en llamar “magnate” a The Donald. En particular a la prensa española no se le cae este adjetivo de la boca cada vez que se refiere a él. En la mayoría de los informativos, noticias o columnas de opinión elaborados en nuestro país el nombre de Trump aparece recurrentemente precedido por el apelativo “magnate” y, también con muchísima frecuencia, por “multimillonario”.

En mi opinión, no procede en absoluto que la prensa haga explícita y continua referencia a la condición socioeconómica o profesional de un candidato a la presidencia del gobierno de un país. Por supuesto, tengo mis sospechas –por no decir certezas– sobre los motivos por los que a Mr. Donald no dejan de llamarle magnate a todas horas, sin venir a cuento, mientras que del resto de aspirantes al sillón del Despacho Oval no se dice ni pío sobre sus medios de vida, actividades económicas o condición social, empezando por la abnegada esposa Hillary Clinton, a la que los periodistas jamás llaman letrada, pese a su enorme prestigio durante años en el mundo de la abogacía.

Sin duda hay un punto de populismo barato en esta estrategia. Los medios saben muy bien que resaltar insistentemente la condición de multimillonario de un candidato, para más señas conservador, es una de las mejores maneras de desprestigiarlo ante unas masas envenenadas de igualitarismo y bastante predispuestas a repudiar, por pura envidia, a cualquier personaje mediático con una cuenta corriente holgada. Con esto no quiero decir, ni mucho menos, que los negocios, actividades y actitudes de este político en particular me merezcan la menor simpatía, pero estaremos de acuerdo en que, nos caiga mejor o peor, un rico tiene todo el derecho del mundo a presentarse a las elecciones, y en que no parece demasiado normal que las televisiones y los periódicos le apoden “el magnate” y no paren de sacar a colación su fortuna y su poder financiero. Además, lo de magnate, reconozcámoslo, tiene una intencionalidad añadida, pues coloquialmente este término equivale a mafioso.

Y ni que decir tiene que si en vez de un poderoso empresario del sector hotelero y del juego, el cabeza de lista hubiera sido un camionero o un humilde operario de una cadena industrial de montaje, los plumillas de la prensa no solo se habrían abstenido de recalcar este dato, sino que hubieran crucificado a cualquiera que osara llamarle obrero. Cualquier alusión a los orígenes, profesión o nivel cultural de un candidato pobre chocaría con un muro infranqueable de corrección política. El atrevido sería estigmatizado como clasista, elitista y fascista (en el mejor de los casos).

Pero no nos extrañemos. En esta democracia maravillosa, la política y el periodismo son así. Una manipulación, una estafa…  y un puto circo.

4 comentarios:

Sinretorno dijo...

para la prensa y las élites, la democracia, la vozdel pueblo está en crisis: brexit, Trump. El despotismo ilustrado parece mejor.que tenga un buen verano y descanse de tantocirco.

J dijo...

No conozco mucho de Trump salvo lo que se habla de él en los medios. Y si tan mal hablan, tiendo a pensar que no es tan malo como lo pintan. Seguro que es mejor que la bruja Hilaria...

Tábano porteño dijo...

Obsérvese que Dirty Harry, fiel a su impronta de duro, parece no temer al political correctness mediático (aunque no muy convencido):

http://www.clarin.com/mundo/entusiasmo-Clint-Eastwood-vota-Trump_0_1625837466.html

Al Neri dijo...

J, exactamente eso mismo ha dicho Juan Manuel de Prada en un reciente artículo de opinión.

Tábano, Clint es un fiera.

Sinretorno, cuando el Sistema ve que un hombre, idea o doctrina peligrosa calan en las masas rápido lo llaman populismo.