miércoles, 25 de mayo de 2016

PLACER Y DOLOR


El cuerpo y la mente están íntimamente relacionados pero el vínculo que los une es un misterio insondable.

Se ha discutido mucho si el dolor y el placer físicos son experiencias objetivables, relacionadas exclusivamente con el sistema nervioso, o, por el contrario, tienen más que ver con el mundo de la mente y de las emociones. En otras palabras, si ante estímulos idénticos los seres humanos experimentamos un mismo nivel de dolor o de placer, o depende de la personalidad de cada individuo.

En cuanto al dolor, es evidente que hay gente que se desmaya con el simple pinchazo de una aguja mientras que otros podrían resistir con entereza una sesión de tortura china o una intervención quirúrgica sin anestesia. Según algunos científicos, el motivo son las enormes diferencias de sensibilidad física entre las personas, pero otros sostienen que se trata de un problema de sensibilidad emocional, y que, en realidad, los que más aguantan no es que sientan menos el dolor que quienes se marean con un rasguño, pero sí tienen mayor coraje y son menos quejicas y aprensivos.

Con el placer pasa igual. Existen estudios que defienden que la razón por la que algunas personas son propensas al vicio sexual (promiscuidad, ninfomanía, masturbación compulsiva) es porque sus impulsos son más intensos que los de la media de la población y su clímax, más potente, por lo que el riesgo de adicción es mayor. Sin embargo las tesis más recientes van en la línea de que la excitación, el deseo y el gozo sexual son experiencias subjetivas más asociadas a la mente que al cuerpo. Es decir, que un salido no lo es porque el cuerpo le pida más guerra que al común de los mortales o porque sus experiencias orgásmicas sean de una intensidad especialmente adictiva, sino por diferentes razones psicológicas, como por ejemplo la falta de voluntad y autocontrol, la necesidad de desahogo ante determinados problemas o una baja autoestima que se intenta compensar mediante proezas amatorias (el conocido síndrome del donjuanismo tan estudiado por Gregorio Marañón).

Tampoco puede obviarse la influencia del factor cultural en este asunto. Supongo que es imposible resolver la vieja controversia de si las necesidades sexuales y el orgasmo de los varones son más intensos que los de las mujeres, pero al menos parece indiscutible que la sociedad, desde tiempos inmemoriales, ha sido muchísimo más benevolente con las manifestaciones externas del deseo carnal masculino que con las del femenino, y que incluso en ciertos círculos o ambientes "de hombres" siempre ha estado y sigue estando mal visto no hacer pública ostentación de este tipo de apetencias, a modo de marchamo de virilidad. Así, en determinados contextos culturales, un señor aparentemente mujeriego y rijoso (por sus comentarios) podría tener la líbido a niveles bajo cero, y una joven de aspecto pudoroso y recatado podría ser la más lasciva del pueblo.

3 comentarios:

Aprendiz de brujo dijo...

Gran post con mucha miga.
Hablando desde la ignorancia, uno entiende lo siguiente:
Creo que hay que distinguir pulsiones y adicciones de sensaciones. Las primeras sin duda son cosa del cerebro, -entendiendo como tal formas de canalizar ansiedades, frustraciones y faltas de autoestima; las segundas posiblemente del cerebro y quizás de algo más.
Respecto a varones y mujeres, creo que tenemos una sexualidad distinta, aunque mucho menos de lo que siempre se ha creido. Si que creo que los varones tenemos una sexualidad más primaria, somos capaces de desear más facilmente y somos más excitables por casi cualquiera.
Eso no significa que nuestra capacidad de desear sea mayor.Es distinta, aunque no tanto.
En cuanto a la capacidad de disfrutar, evidentemente todo era mentira. La capacidad de disfrute femenino es bastante superior potencialmente. Lo nuestro es un perdigonazo.
Neri, mi vecina del segundo parece que canta La reina de la noche de Mozart tres veces al día.
https://www.youtube.com/watch?v=rxGy83aipbY
Qué maravillosa es mi vecina y qué maravilloso es Mozart.

Tábano porteño dijo...


Borges, siempre polémico, opinó sobre el dolor y el placer según las etnias:

"Para los años ‘60, Borges era Borges en el mundo. Viajaba permanentemente dictando conferencias en universidades norteamericanas e instituciones europeas. A mediados de 1968, de regreso a Buenas Aires luego de realizar una estadía de seis meses en Harvard, fue invitado a un congreso de intelectuales antirracistas en Chile. Allí sostendría: “La gente sencilla no siente dolor como nosotros. Los negros tienen un organismo muy simple, no sienten ni el dolor ni las heridas. La mayor parte de las mujeres del Congo no tienen idea del placer sexual físico y los hombres, poca. Por eso pueden ser estoicos, como nuestros indios, a los que se les podía hacer cualquier cosa y no se quejaban. Nosotros somos más sensibles al placer y al dolor. Como lo somos ante el color de las rosas y el valor de las palabras”.
¿Ultraconservador? ¿racista? o ¿mero provocador?."

http://www.ellitoral.com/index.php/diarios/2012/03/10/arteyletras/ARTE-01.html

Tábano porteño dijo...

A. de B.:
atención, quizá lo que ocurre es que su vecina es masona:

"Mozart y su libretista conocían bien de estas cosas y por ello ubicaron en su ópera un arquetipo que simboliza la vía lunar gobernada por las emociones inferiores que se disfrazan y ocultan en apariencias religiosas.

Ese arquetipo es la Reina de la Noche cuyas dos arias manifiestan aspectos bien contrastantes de una personalidad siniestra.

En su primera aria aparece como la madre transida de dolor por haberle sido arrebatada su hija. Tamino se deja seducir por sus falsas lágrimas y sus mentiras. Ella lo halaga y le promete la mano de Pamina, al mismo tiempo que siembra sutilmente el odio en el corazón del joven príncipe.

Muy distinta es su actitud en la segunda aria “Der Holle Rache kocht in meinem Herzen” (El rencor del infierno hierve en mi corazón) cuando pone un puñal en la mano de Pamina para que la virtuosa pero perturbada joven asesine al Venerable Maestro Sarastro."

En esta escena se revela toda la perfidia y maldad que antes la Reina encubría con su sensiblerías y lágrimas, pues ella amenaza a Pamina si la joven no cumple con sus deseos. Claramente aquí acerca de lo que nos hemos ocupado largamente en varios escritos y conferencias.

Se trata del antagonismo existente entre los que practican la vía lunar o religiosa (el pitriyana o sendero de los ancestros de los hindúes) y los Iniciados, que practican la vía solar o devayana (sendero de los dioses)."

http://spicasc.8m.com/flauta.htm