Igual que existe el lenguaje literario, el poético, el periodístico o el jurídico, me atrevería a decir que Internet ha ido conformando una nueva forma de expresarnos que ya es moneda común en los chats, en las redes sociales, en el messenger y en los blogs. Y hoy quería hablar precisamente del lenguaje bloguero, que yo casi consideraría un subgénero del periodístico aunque tiene características muy distintivas.
Con la maraña de ciberinformación gratuita y de miles de bitácoras que pueden visitarse con un solo clic, no es de extrañar que la principal preocupación de los autores de blogs sea captar la atención de los internautas y conseguir que se fijen en sus posts y que los lean. Como los usuarios de la Red pueden acceder en un instante a cientos de artículos gratis sobre un determinado tema, no perderán ni un solo segundo en tragarse un texto poco atractivo (incluso visualmente), árido, mal redactado o aburrido, y es por ello que la prioridad de los blogueros es expresar sus contenidos de forma breve, sencilla, directa e interesante, para enganchar. Para mí, esta es la circunstancia que más condiciona el estilo propio de los ciber-diarios.
Tras bastantes años leyendo blogs muy distintos y unos pocos escribiendo en La pluma, voy a intentar resumir brevemente cuáles son las características de este nuevo lenguaje, género, estilo o como quiera llamarse; voy a dar unos consejos muy personales sobre cómo escribir entradas en una bitácora para que de verdad sean leídas:
1.- Un buen título. Dado que la mayoría de los internautas accederán a tu post desde links de otras páginas en las que figura el título, es importante escogerlo muy llamativo, pero que sea “honrado” y guarde relación con el contenido. Es decir, que aunque durante un tiempo podrías atraer lectores poniendo títulos bombazo y sensacionalistas, si luego el contenido no tiene nada que ver o no está a la altura, te acabará pasando como al pastor mentiroso y no te pinchará nadie.
2.- Brevedad. Es muy raro que, salvo que escribas como los ángeles y seas amenísimo, alguien te lea un texto de más de 700 palabras. Desengáñate, tus posts más largos casi nadie los lee enteros.
3.- Párrafos cortos. Un texto demasiado ladrillo desincentiva la lectura.
4.- Concreción. Debe evitarse divagar. Lo mejor es abordar un tema concretísimo e incluso un detalle de un determinado tema. Un post con excesivos contenidos distintos rara vez interesa.
5.- Bien escrito. Una redacción impecable y un estilo atractivo son la mejor carta de presentación, el mejor banderín de enganche. Si no sabes escribir decentemente, cometes faltas de ortografía o no estás dispuesto a ser puntilloso con los errores tipográficos o de formato, no abras un blog.
6.- Conocimientos. Un importante elemento de prestigio es demostrar que sabes de lo que hablas. Un post no es una tesis doctoral, pero si no trasluce conocimientos, datos o experiencias interesantes no enganchará a nadie.
7.- Originalidad. Antes de publicar un post, hazte las dos siguientes preguntas: ¿esto que voy a publicar puede estar ya en Internet igual o parecido?, ¿voy a decir algo nuevo o de una forma diferente a como lo haría cualquiera? Si a la primera respondes sí y a la segunda no, mejor no lo publiques.
8.- No copiar. Una entrada no debería consistir, salvo contadas excepciones, en copiar o enlazar un texto que no sea tuyo y menos sin citar la fuente. Aunque enlaces algo ajeno, haz siempre algún comentario o aportación personal.
9.- No repetirse. Es importante buscar cierto equilibrio en la temática. No se debe caer en el extremo de hablar siempre de lo mismo, pero tampoco en el de hacer un blog excesivamente heterogéneo donde nunca se sepa por dónde vas a salir. La fidelidad de los lectores se consigue teniendo una "línea editorial" más o menos definida, aunque seas variado eligiendo temas.
10.- Estilo directo. El lenguaje de un blog debería ser muy conciso y directo, yendo al grano de la cuestión, sin introducciones ni circunloquios. Un post no es el lugar adecuado para desarrollar ideas o noticias, sino que debe ser como un flash para invitar a la reflexión sobre un punto concreto.
11- Cómodo de leer. Haz una bitácora muy cómoda de leer. Es mejor pecar de simplón que de peñazo. Un post no es ni un artículo ni sirve de lucimiento literario. Separa las ideas en guiones, numéralas, simplifica, usa negritas, escribe frases cortas, no repitas ideas... Dalo todo mascado para que se lea rápido y sin esfuerzo.
12.- Divulgativo. Un post no es un artículo magistral científico o histórico, ni una elaborada columna de opinión. Sirve para lanzar, de forma sencilla y de modo que lleguen a todo el mundo, pequeños esbozos de ideas. Sus características esenciales son la simplificación y la omisión de matices para no quebrar el principio de brevedad y facilitar la lectura y el debate.
13.- Abierto al debate. Las entradas de un blog siempre deberían dejar abierta una puerta a la reflexión y al debate. Es típico del estilo bloguero intentar “pinchar” a los lectores lanzando preguntas al aire o esgrimiendo mensajes rotundos que animen al comentario de contraste.
14.- Autenticidad. Se tú mismo escribiendo; publica lo que de verdad salga de tu corazón. Esa honestidad la notarán tus lectores
15.- Complicidad. Un buen blog debe tener en cuenta de alguna manera quiénes son sus lectores y destinatarios, y buscar cierta complicidad con ellos, pero sin venderse jamás ni reflejar a todas horas lo que ellos esperan. Al que no le guste algo que has escrito, que se largue.
16- Independencia. No hay blogs más coñazo que los voceros recurrentes de un determinado grupo político. ¡Para eso está la web del partido!
17.- Humor. Di las cosas de forma diferente y divertida. Casi cualquier tema puede ser una excusa para echarse unas risas, pero además hay formas de expresarse y de enfocar las materias que son divertidas de por sí. Un lector al que hagas reír seguro que volverá.
18.- Regularidad. Si vas a publicar solo cuando te apetezca, mejor no empieces un blog. Lo mejor es tener preparada una larga lista de temas. Cada vez que se te pase por la cabeza algo que escribir, corre a apuntarlo. Un blog que no se actualiza al menos semanalmente no lo lee nadie.
19- No comentes. A ser posible participa poco en la zona de comentarios. Tú ya has dicho lo que tenías que decir y cualquier explicación, matiz o concreción posterior robará frescura y espontaneidad al contenido del post.
20- Cuidado con la actualidad. Se actual pero no esclavo de la actualidad. No te conviertas en comentarista de cafetería de los titulares que has leído en la prensa esa mañana. Como mucho, busca aspectos curiosos de las noticias y llama la atención sobre ellos.