Estos chicos tan sanotes tendrán que buscarse una sede alternativa a partir de 2016 |
En mi ciudad, yo diría que en
toda mi provincia, esta semana estamos de enhorabuena. El Club Turismoto ha
decidido anteayer, por fin, suspender la edición de 2015 de la concentración motera “Pingüinos” que, por desgracia, se celebra en Valladolid uno de los fines de
semana de enero desde hace 33 años, y en la que participan motoristas de toda
Europa. El motivo oficial han sido las presiones y amenazas de denuncias de
varias organizaciones ecologistas ante su pretensión de
acampar en el Pinar de Antequera, calificado como zona natural protegida. Por lo visto no han podido encontrar una ubicación alternativa en toda la provincia, algo que no me extraña lo más mínimo dados los antecedentes. Este evento invernal tiene demasiados detractores y no es bien acogido en ningún municipio como lo demuestra la multitud de sedes (¡hasta 7 pueblos!) que ha tenido en toda su historia.
Es sabido que este tipo de algaradas moteras solo representa un negocio (y muy jugoso) para cuatro gatos, encabezados por unos pocos hosteleros de la ciudad de Valladolid y por los organizadores de la concentración. A cambio, el resto de ciudadanos tenemos que aguantar durante tres días toda suerte de violaciones de las reglas más básicas de convivencia, toleradas perrunamente por un alcalde abducido por las mafias hosteleras. Los participantes de "Pingüinos", en su mayor parte, hacen un ruido infernal, aparcan dónde les sale del tubo de escape, se emborrachan como si no hubiera mañana y dejan la zona de acampada llena de miles de kilos de basura, destruyendo cualquier asomo de vida silvestre en kilómetros a la redonda. Por no hablar de otros temas que no están demostrados pero que todo el mundo sabe.
Es sabido que este tipo de algaradas moteras solo representa un negocio (y muy jugoso) para cuatro gatos, encabezados por unos pocos hosteleros de la ciudad de Valladolid y por los organizadores de la concentración. A cambio, el resto de ciudadanos tenemos que aguantar durante tres días toda suerte de violaciones de las reglas más básicas de convivencia, toleradas perrunamente por un alcalde abducido por las mafias hosteleras. Los participantes de "Pingüinos", en su mayor parte, hacen un ruido infernal, aparcan dónde les sale del tubo de escape, se emborrachan como si no hubiera mañana y dejan la zona de acampada llena de miles de kilos de basura, destruyendo cualquier asomo de vida silvestre en kilómetros a la redonda. Por no hablar de otros temas que no están demostrados pero que todo el mundo sabe.
Así que, hala, simpáticos pingüinos, a mover el culito y las alitas, y a dar el coñazo a otro lugar con vuestros lindos cacharros. Buscaros una región de mercaderes (no se me ocurre cuál) dispuestos a soportaros a cambio de hacer caja. Aquí espero que se os haya acabado la fiesta para siempre.
3 comentarios:
Post glorioso!!!.Aunque no sé si nos podemos permitir prescindir de los ingresos que dejan en la ciudad y alrededores nuestros amenos visitantes.
Yo creo que habría que poner algo más por parte de ambos bandos y conservar un acontecimiento que proporciona publicidad, visitantes, y turismo potencial a Valladolid.
El pie de foto es grandioso.Buen fin de semana.
Brujo, ya verás como sí podemos permitírnoslo.
Ehhh, hecho histórico: me ha apeado el tratamiento...
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