Como ya dije en la entrega XVIII de Historias de España vieja, los izquierdistas suelen sobredimensionar la participación nazi-fascista en nuestra guerra civil para restar mérito a los militares del bando nacional. Si entonces hablé de Hitler y de su avión Junker, hoy vamos a recordar un episodio muy concreto protagonizado por el Corpo Truppe Volontarie de Mussolini.
El amariconamiento generalizado de los fascistas en la guerra española se manifestó en varios hechos concretos entre los que destaca la tibia rendición que pactaron, sin ninguna legitimidad, con los separatistas vascos (que fue anulada felizmente por el Caudillo dando a los gudaris su merecido) y su retirada más que vergonzante durante la Batalla de Guadalajara frente a la VIII División de Enrique Líster y las Brigadas Internacionales. Su huida de los comunistas en Brihuega más bien pareció la desbandada de una camada de conejillos a la llegada del zorro, dejando atrás en su carrera docenas de vehículos y carros de combate, y abandonando todas las posiciones ganadas en los días previos.
La bochornosa "hazaña" de los voluntarios camisas negras fue objeto de escarnio entre los soldados del bando nacional y la población civil, y hasta nuestros días han llegado por tradición oral multitud de chascarrillos al respecto. El más conocido es la versión improvisada de la canción Faccetta nera que circuló a partir del 37 por todos los frentes.
Faccetta nera es un famoso himno fascista (puede oírse en el vídeo) compuesto en 1935 como homenaje a la legítima pero no muy honrosa invasión de Etiopía por Italia. El estribillo de la canción original es así:
Facetta nera (carita negra)
bella abissina, (bella abisinia)
aspetta e spera, che già l´ora si avvicina (espera, espera, que la hora se avecina)
Quan noi saremo (en que estaremos)
tui fronte a te, (frente a ti)
noi ti daremo una altra legge, un altro rè. (te daremos otras leyes y otro rey)
Faccetta nera, (carita negra)
sarai Romana (serás romana)
e pé bandiera tu cia vrai quella italiana. (y por banderá tú ya verás la italiana)
Noi marceremo insieme a te (marcharemos junto a ti)
e sfileremo avanti al Duce e avanti al Re! (desfilaremos ante el Duce y ante el Rey)
Pues bien, los españoles cambiaron la letra y cantaban de esta guisa:
Desde Jadraque
hasta Sigüenza
chaquetearon cuarenta mil sinvergüenzas:
la retirada fue tan atroz
que hubo italiano que llegó hasta Badajoz.
Guadalajara
no es Abisinia,
aquí los rojos tiran bombas como piñas.
¡Menos palabras y más valor,
que viva España y la Falange de las J.O.N.S.!
Los italianos
en la trinchera
no se desprenden de sus camisas de seda,
en el empeine llevan charol
y por la calle van haciendo el maricón.
Españolita,
no te enamores,
espera, espera que vuelvan los españoles,
los italianos se marcharán
y de recuerdo un bambino te dejarán.