¿Alguien se atreve a decir qué significa ser un buen jefe? Y por favor, no nos dejemos llevar por las pasiones, que ya se sabe que a nadie le gusta tener a un tío detrás tocándole las narices, mandándole hacer cosas en plazo, metiéndole prisas, bronqueándole (con razón o sin ella) o llamándole al móvil a deshora. Y menos aún nos gusta que un jefe o quien sea evalúe nuestra forma de trabajar. Pero como en todo, hay líderes buenos y líderes malos. Y de eso se trata; puesto que todos tenemos uno (o varios), lo hemos tenido o lo tendremos, o incluso lo somos por suerte o por desgracia, me gustaría que explicáramos lo más objetivamente posible cuáles son para nosotros las cualidades de un buen jefe.
Yo llevaba pensando toda la vida que un buen directivo nace y no se hace, que las dotes de liderazgo se llevan en los genes, pero con el tiempo y a la luz de mi experiencia profesional he descubierto que este don para organizar y mandar, si bien guarda relación muy directa con la personalidad, tiene muchos componentes abiertos al aprendizaje y a la mejora, por lo que una persona que por su apariencia o por su carácter nadie consideraría un jefe capaz, puede resultar al final muy eficaz, valorado y obedecido ciegamente por sus subordinados si sabe tener mano izquierda y controla al detalle todos los temas del trabajo. Quizá en algunos aspectos, es más un arte o una técnica que una cualidad, y desde luego tiene mucho más que ver con las habilidades sociales y la forma de tratar a las personas de lo que yo pensaba de siempre.
Voy a intentar abrir el debate enunciando cuáles son para mí las características ideales de un jefe (no están en orden de importancia):
1- Dominar minuciosamente todo el trabajo del departamento que depende de él. Con independencia de que delegue o de que él jamás vaya a realizar determinadas tareas, debería ser capaz de hacerlas todas sin ayuda de nadie. No debe haber ningún aspecto del trabajo que se le escape o que alguien pueda “venderle la moto” (ejemplo, un trámite mecánico o el manejo de una aplicación informática). Jamás debería encargar un trabajo que no sepa hacer él mismo, o al menos conocer el proceso.
2- Ser buen comunicador y explicar claramente los objetivos del departamento y de las tareas que se encomiendan. Con frecuencia, un trabajo sale mal porque no se ha explicado bien.
3- Hacer un uso inteligente y equilibrado de la delegación: aprender a fiarse de los demás y a delegarles trabajo, pero a la vez no abusar descargándose de tareas en las que es necesario un seguimiento más personal.
4- Consultar a todos los implicados y expertos en la materia antes de tomar una decisión, pero ser rápido y firme al decidir, sin dejarse “embaucar” por pesimistas y resistentes al cambio. Para ello es necesario tener un carácter fuerte y autoritario, pero a la vez saber ceder y rectificar si es preciso, pues lo importante es que el trabajo se haga bien y no quién tenga razón o más orgullo.
5- Motivar al personal que depende de él resaltando de forma directa o indirecta todos sus logros y el trabajo bien hecho, y regañar o recriminar sólo cuando sea estrictamente necesario. En caso de acierto o de una buena iniciativa de un subordinado, resaltar siempre su mérito ante los jefes superiores, mientras que en caso de error, asumirlo siempre como propio, sin perjuicio de las medidas posteriores para que no se repita el fallo. Jamás hablar mal de un miembro de su propio equipo a sus superiores.
6- Tener reuniones frecuentes con todos los miembros del equipo para distribuir el trabajo en vez de hacerlo de forma individual, así como para ponerles al tanto de las novedades y decisiones importantes. Pero nunca celebrar reuniones inútiles (sólo por reunirse) o largas.
7- Intentar hablar en persona los asuntos, evitando en la medida de lo posible el teléfono y el correo electrónico.
8- No tener jamás trato de favor por ningún miembro del equipo e intentar en la medida de lo posible equilibrar las responsabilidades de cada uno en función de su formación y/o categoría, evitando agravios comparativos.
9- Tener una relación cordial, sin exceso de confianzas. La amistad jefe-subordinado es tan utópica como la amistad hombre-mujer ;-)
10- No tolerar jamás ninguna insubordinación, jetada o escaqueo, especialmente si perjudican injustamente a los demás compañeros. En estos casos es mejor reaccionar pasándose que no llegando. No reaccionar por orgullo, sino por justicia y por el bien del trabajo.
11- Intentar promocionar a los empleados más eficaces y comprometidos con el trabajo.
12- Tratar exactamente igual (con idéntico tono y respeto) a sus jefes y a sus subordinados, desde el Director hasta la empleada de la limpieza.
13- Respetar religiosamente el tiempo libre de “sus chicos”, evitando llamadas los fines de semana o en vacaciones salvo casos plenamente justificados o cuando así lo demande la especial dedicación o compromiso del trabajador. Darle mucha importancia a las vacaciones y al descanso de su gente.
14- Seleccionar él mismo, si puede o le dejan, a su propio personal. Y aquí una nueva pregunta: ¿se puede ser buen jefe si se tiene un mal equipo (vagos, inútiles…) o es un factor decisivo para no serlo?, o dicho de otra manera: si se cuenta con unos colaboradores penosos y el trabajo sale fatal, ¿es culpa del jefe por no saber motivarlos o encauzarlos, o bien es imposible hacer las cosas bien con cierta gente por muy buen líder que se sea?
¡Ánimo y participad! Me interesan mucho vuestras opiniones. Y tened en cuenta que estas "reglas" dependen lógicamente del tipo de trabajo y de empresa.