Los medios de comunicación llevan
tres días dándonos una intensa brasa con los sucesos que tuvieron lugar el
martes en la Plaza Mayor de Madrid durante la visita de los hinchas
holandeses del PSV Eindhoven, que jugaba contra el Atleti en los octavos de
final de la Liga de Campeones. Es imposible a estas alturas no conocer los
hechos, pues nos va a estallar la cabeza con tanta noticia, reportaje y mensaje
de repulsa con los que nos han bombardeado incesantemente como si se tratara de
un atentado terrorista o de una catástrofe natural de gran envergadura.
Resulta que antes del partido varios jóvenes seguidores del PSV, imagino que ebrios,
bromearon con unas gitanas de origen rumano que se encontraban pidiendo
limosna en la Plaza. Les lanzaron monedas desde la terraza de un bar en vez
de dárselas en mano, les pidieron que interpretaran bailes típicos de su
tierra y que hicieran flexiones, prendieron fuego a un billete de cinco
euros para ver quién lo apagaba antes, y, en fin, unas cuantas
gamberradas más que pueden verse en el vídeo del final del post.
Todas las ONG´s de ayuda al inmigrante, las asociaciones feministas, los colectivos sociales, los partidos políticos y el Secretariado Gitano, encabezados, como no podía ser menos, por la alcaldesa comunista Manuela Carmena, han repudiado estas “vejaciones racistas” y las han denunciado ante la Fiscalía de Delitos de Odio, que ya ha abierto las oportunas diligencias. También se ha exigido una explicación al embajador holandés, que se ha apresurado a pedir disculpas (como para no), y al propio club de fútbol implicado, que, por lo visto, piensa meter un buen paquete a los bromistas.
A mí también me desagrada mucho
lo sucedido, que, por cierto, no me sorprende en absoluto teniendo en
cuenta que los neerlandeses son unos auténticos salvajes con un sentido de la
moralidad más que difuso, como lo demuestran su experiencia colonial en
Sudáfrica y su actual legislación en
materia de eutanasia, drogas y prostitución. Basta un mínimo de humanidad para saber que solo a un malnacido se le ocurre pitorrearse de una persona que está
mendigando en la vía pública.
Pero al margen de los reproches
que sin duda merecen los futboleros de Eindhoven, a mí lo que me ha sorprendido de todo este fenómeno
mediático es la repentina preocupación de políticos y medios informativos por
la dignidad humana en general y la de los indigentes en particular.
La verdad es que se me ocurren infinitos ejemplos de dignidad pisoteada
bastante más sangrantes que las gansadas de los holandeses en la Plaza Mayor y
no recuerdo que nuestros mandatarios ni sus periodistas en nómina hayan protestado
nunca con tamaña energía.
Las mafias controlan la mendicidad en Madrid |
No voy a caer en la tentación
demagógica, o quizás no tan demagógica, de pormenorizar las situaciones de
esclavismo que sufren millones de trabajadores españoles por culpa de la última reforma laboral de PP, y que aún no he visto censuradas en ningún
reportaje o programa especial de las grandes cabeceras y cadenas de radio y
televisión. Puede que la tragedia de que nuestra juventud carezca de oportunidades,
tenga el futuro fundido a negro o, en el mejor de los casos, se deslome a
trabajar por cuatro perras no se perciba por la prensa como una humillación
suficientemente escandalosa, pero es que, ya que estamos hablando de
inmigrantes, tampoco me he encontrado nunca, ni en primera ni en última plana, ni
en prime time ni a las doce de la noche, ningún artículo ni documental
arremetiendo con tanto brío contra las mafias de la mendicidad que funcionan
impunemente en Madrid y en todas nuestras grandes ciudades ante la vergonzosa
pasividad de las autoridades políticas y policiales. Baste decir que el 90% de los
50.000 gitanos rumanos que pordiosean en España son manejados y sangrados por organizaciones criminales que nadie se molesta en desmantelar. Pero, claro,
no sé si los alcaldes y los concejales de turno consideran esta realidad lo
bastante degradante como para azuzar al embajador rumano o montar un pollo en
los periódicos con lágrimas de cocodrilo incluidas. Y es más: cuando algún
ayuntamiento, como el de mi ciudad, ha intentado atajar este problema
implantando severas medidas de control de la mendicación, los progres han
montado en cólera acusándole de fascista.
Clama al cielo que
quienes no han dicho nunca ni pío sobre los extorsionadores profesionales que
en pleno centro de Madrid explotan, amenazan y denigran todos los días a miles de inmigrantes de todas las nacionalidades, se pongan ahora hechos
unos basiliscos porque cuatro niñatos holandeses lancen al suelo unas monedas
para que las recojan unas "pintorescas" calés.
Hay muchas más indignidades que
no se critican en la tele ni sofocan demasiado al personal. La prostitución es
una de ellas y lo seguirá siendo por muchos años mientras la clase política continúe mirando hacia otro lado en vez de coger el toro por los cuernos y plantar
cara a uno de los peores dramas de la Humanidad, causa del más escalofriante
tráfico de seres humanos. Pero está visto que cuando un viejo verde asqueroso
mete un billete en público en el escote de una stripper mulata, a nadie le parece vejatorio, pero si un hooligan promete una limosna a una gitana
a cambio de un baile inocente, casi acaba interviniendo el Tribunal de Estrasburgo.
Y aunque habrá quien me ponga a escurrir,
a mí también me revienta no ver a nadie desvelado por la imagen absolutamente
indigna de la ciudad de Madrid y de toda España que estamos dando a los visitantes y turistas permitiendo
a cuadrillas enteras de rumanas ilegales, llenas de mugre y vestidas como en
siglo XVI, acosar sin descanso a los viandantes. Cuando esta chusma nos roba la
cartera en el metro o se hacina en un piso de nuestra propiedad llenándolo de excrementos
y de basura hasta el techo nadie organiza una campaña de prensa defendiendo nuestra dignidad humana.
1 comentario:
HOLANDA ES UN GRAN PAÍS.
https://es.sports.yahoo.com/blogs/desde-redacci%C3%B3n/-hasta-a-los-ped%C3%B3filos-se-les-trata-mejor-121313863.html
SIN PIEDAD.
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