Ayer encontré este párrafo enjundioso en la novela Las hijas del frío (2005), de Camilla Läckberg:
"Ante todo, la tolerancia de los nuevos tiempos para con los homosexuales no parecía haber arraigado más allá de las grandes ciudades, con lo que le llegaron un montón de acusaciones contra hombres que resultaban sospechosos solo por su declarada homosexualidad. En la mayoría de los casos, los argumentos presentados eran de una simpleza ridícula. Bastaba con que un hombre tuviese una profesión tradicionalmente femenina para que alguien considerarse que, seguramente, sería "uno de esos pervertidos". Según la lógica aldeana, ese individuo podía ser acusado de cualquier cosa. Hasta el momento las llamadas recibidas implicaban a un peluquero local, al sustituto de una florista, a un maestro que había cometido el error garrafal de que le gustasen las camisas de color rosa y al fenómeno más sospechoso de todos: un hombre que era maestro de guardería."
Recordemos también el polémico post 80 cosas de maricones
Recordemos también el polémico post 80 cosas de maricones
2 comentarios:
Que casualidad Sr. Neri, yo estoy con "La princesa de hielo".
Hasta hoy no había tenido la oportunidad de leer el post "80 cosas de maricones". Muy bueno, sres. viperinos, como siempre.
Aunque si cumplir dos o tres puntos de los de esa lista le convierte a uno en "sospechoso", muy a mi pesar he de reconocer que yo mismo podría serlo.
Da vértigo solo pensarlo, caray...
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