Funcionarios disfrutando de su merecidísimo desayuno |
Hay cosas de los pequeños comerciantes y de los autónomos que no he entendido ni entenderé jamás, por cien años que viva.
Por ejemplo, yo trabajo en una zona de la ciudad donde abundan las oficinas públicas y los centros oficiales. Los funcionarios, como es sabido, son el único colectivo de España con el privilegio de parar a almorzar a media mañana, por lo que a las 11 más o menos cientos de empleados públicos salen a los bares cercanos a tomar algo. En toda la manzana hay cinco cafeterías. Tres de ellas ya tienen recién preparado a esa hora varios tipos de tortilla de patata, minibocadillos calientes, el pan de las tostadas y toda la parafernalia para el sagrado tentempié funcionarial. Cada una de ellas tiene como mínimo dos camareros jóvenes y activos para atender con agilidad a los tropecientos clientes que atiborran durante cerca de una hora (no cada funcionario) la barra, las mesas y hasta el último rincón del establecimiento. Las tres están relucientes como la patena y disponen de terraza en el exterior cuando hace buen tiempo. Por el contrario, los otros dos bares de esas calles son tugurios espaciosos pero oscuros (no dan casi las luces para ahorrar). Las mesas tienen más mierda que la cola de un caballo. No tienen casi nada para picar y la única tortilla está hecha a primera hora de la mañana. Encima solo atiende un señor mayor, presumiblemente el dueño, con tal parsimonia andaluza que como te juntes con cuatro clientes a la vez, te pueden dar las uvas hasta que te sirve. Tampoco tienen terraza, están sin reformar y, como es lógico, siempre se les ve vacíos a la misma hora en que los otros están hasta la bandera y no dan abasto. ¡Y encima seguramente se quejarán! ¿Cómo es posible que teniendo cerca tantos ejemplos de cómo se hacen bien las cosas, los dueños de estos locales no tengan la mínima picardía de modernizar un poco sus negocios, poner un poco de trabajo y de cariño, y representar, por lo menos, una simbólica competencia para las cafeterías vecinas? ¿Están empeñadas en cerrar adrede? ¿Son demasiado tontos, demasiado vagos, demasiado conservadores, demasiado cerriles? No lo pillo.
Sí, jubilación... Llevas 5 años "liquidando", tío jeta |
El segundo ejemplo que quería poner casi roza lo cómico. En el centro de mi ciudad, en muy buenas calles, hay dos pequeños negocios, uno de ropa y otro de artículos de regalo. Los locales además son buenos y venden cosas bonitas, al menos para mi gusto. Sus dueños son gente mayor (más de 60), se les ve un poquito hartos y, todo hay que decirlo, se nota a la legua que venden muy poco. Hasta aquí nada que objetar. El problema es que en ambas tiendas llevan ya la friolera de cinco años poniendo en el escaparate carteles de papel fosforito en grandes caracteres con los textos “Liquidación por cierre. Todo al 50%” y “Liquidamos por jubilación. Precios de fábrica” respectivamente. En un caso estos carteles llevan sin quitarse las aproximadamente cinco temporadas; en el otro “disimulan” un poco más y creo que solo los cuelgan en los meses más flojos, o sea en verano. Sospecho que ambos empresarios incumplen alguna normativa en materia de comercio y de rebajas, pero, cuestiones de legalidad aparte, cada vez que paso por sus escaparates siento una vergüenza ajena que no veas, y me pregunto cómo algunos comerciantes pueden llegar a ser tan cutres y, sobre todo, tan cortos, porque digo yo que no supondrán que la gente se traga que en serio venden más barato por cierre, ni que así van a atraer a algún cliente salvo que sea gilipollas. Es más: este tipo de triquiñuelas de mercadillo de gitanos solo sirven para dar una imagen patética, inspirar lástima (en el mejor de los casos) y repeler al personal.
No sé si estas cosas que comento de verdad son de perogrullo y las ve cualquiera, o es que resulta que yo sería un pequeño empresario cojonudo y me forraría gracias a mi visión comercial. Si eso me lo pensaré porque, al paso que va la burra, me acabarán dejando con el salario mínimo.
Montamos un negocio (1)
Montamos un negocio (2)
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7 comentarios:
Como no iba a salir uno en tu blog,con la parsimonia andaluza que nos caracteriza,es mas yo creo qu el tio es andaluz y además lleva las uñas sucias,no sabe ni hablar y es mas inculto que un arao.Como se entere el alcalde de Marinaleda,de lo limpias y relucientes que teneis allí las mesas,lo bien que os expresais,la cultura y el saber estar que poseeis,y lo bien que tratais allí al pueblo andaluz,va y lo mismo desvalija aquella zona tan próspera y cargada de gente tan predispuesta al orden y a servir con tanta rapidez,vamos que me estan dando ganas de por alli a comer y olvidarme del desdén andaluz,por dios que mal lo hacemos todo,en fin cuando tengas alguna cualidad nuestra hazmelo saber,porque entonces empezaré a pensar que me valió la pena nacer en esta parte de España,tan desprovista de todo.
¿Cualidad de los andaluces? Pues... las andaluzas suelen ser muy lozanas.
Que te hemos hecho los autónomos para que nos trates con tan poco respeto?.
Cuando cojones vas a hablar bien del único colectivo que crea empleo, de cierta calidad en esta ,nuestra querida España.
Pregunto desde el cariño no habría sido más oportuno el epíteto funcionarial acompañando a parsimonia,que el empleado en tu discurso?.
a ver si soy capaz de enviarlo con mi cuenta de gmail.
Enhorabuena, Brujo, por fin tiene usted cuenta. La foto es muy acorde con su personalidad...
Muy buena la información del perfil, Aprendiz de Brujo, genial.
Un saludo a todos
Sin perjuicio de lo que disponga la normativa autonómica en esta materia, las ventas en liquidación se regulan en los arts. 30 y 31 de la Ley 7/1996, de 15 de enero, de Ordenación del Comercio Minorista (en adelante LOCM).
En particular, la liquidación por cierre responde al supuesto del art. 30.1 a) LOCM: liquidación por "cesación total o parcial de la actividad de comercio".
Siendo así, el comportamiento de los abueletes del cartel eterno que usted menciona podría contravenir únicamente el art. 30.3 LOCM, según el cual una vez se han vendido todos los productos objeto de liquidación deberá cesar la venta en liquidación. Anda que... ¡como sea verdad que en cinco años no han conseguido deshacerse de los inventarios, aún les irá la cosa peor de lo que usted creía, sr. Neri! ;-)
Si digo que la única posible infracción es la del art. 30.3 LOCM es porque, si bien el art. 31.2 LOCM establece como regla general la prohibición de efectuar una nueva liquidación durante los tres años posteriores a la ya concluida, esta regla no opera para el supuesto de liquidación por cese total del art. 30.1 a) LOCM.
En resumidas cuentas, y siempre tratándose de liquidación por cierre, un mismo establecimiento comercial puede iniciar y concluir períodos de liquidación de forma indefinida siempre y cuando:
1.- La duración máxima de cada uno de dichos períodos no exceda del año (art. 31.1 LOCM).
2.- No se haya vendido hasta el último de los productos inventariados en el momento de iniciarse la primera liquidación (art. 30.3 LOCM).
3.- No se compren nuevas mercaderías una vez iniciada la liquidación por cierre, en la medida en que ello denotaría una voluntad de continuidad de la actividad comercial de todo punto contradictoria con la intención de cerrar o traspasar el negocio (desaparición de la causa que motivó la liquidación, en el sentido del art. 30.3 LOCM).
Neri... la vida es eterna en 5 minutos... y 5 años para prepararse a la jubilación es una gota en el mar....
Hombres que hay que explicárselo to... jajaja
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