A veces creemos que los hechos comúnmente aceptados por la historiografía son verdades absolutas sin pararnos a pensar lo que hay detrás ni por qué han terminado predominando ciertas versiones oficiales mientras que otras realidades, personajes y sucesos se han relativizado o silenciado. Un buen ejemplo nos lo encontramos con el mito del "último" monarca visigodo, Don Rodrigo, vencido y muerto por los musulmanes en la Batalla de Guadalete en 711.
No vamos a dar aquí una tediosa clase de historia, sino solo destacar que Rodrigo o Roderico no debería ser en puridad el último nombre de la enrevesada lista de reyes godos que a nuestros padres les tocó aprenderse. Este valeroso caudillo, que bajó a enfrentarse con el ejército bereber y fue derrotado por culpa de las traiciones y las disensiones internas, no fue el último soberano del Reino Visigodo, que de hecho duró hasta el año 725, cuando cayeron en manos musulmanas los bastiones de Nines y Carcasona.
¿Quién fue entonces el último rey godo y por qué no ha pasado a la historia como tal?
Hubo dos después de Roderico. El primero fue su archienemigo Agila II, hijo del Rey Witiza y gobernador de las provincias Tarraconense y Narbonense. A la muerte de su padre, en 710, luchó contra Rodrigo (soberano en la Bética) por el trono del Reino, pero cuando vio que los nobles aupaban a este, se sirvió de su tío el Obispo de Toledo y del gobernador de Ceuta, Don Julián, para pedir ayuda a los moros e intentar dar un golpe de estado en toda regla. Fueron también los partidarios de Agila quienes dejaron en la estacada a Rodrigo en Guadalete provocando así su derrota frente a los sarracenos. Al final las tropas de Tariq se le fueron de las manos al traidor Agila y comenzó una invasión imparable.
A pesar de que a la muerte de Roderico Agila fue coronado rey en Toledo y pese a las evidencias históricas de su reinado (se han encontrado monedas acuñadas con su nombre y efigie), lo cierto es que nunca fue aceptado como tal en todo el territorio visigodo y además su colaboracionismo y su política servil con el Califato provocó que sus propios seguidores nombraran un nuevo rey en 713: Ardón.
Aunque puede entenderse que los historiadores hayan corrido un tupido velo sobre las traiciones de Agila II negándole su puesto en la historia, no está tan claro por qué han silenciado a Ardón, que fue entronizado en Cataluña y por lo visto lideró con bravura los últimos contingentes cristianos contra la morisma en esta zona y en los restos del Reino en el sur de Francia hasta su muerte en combate en 721. Los últimos guerreros godos, atrincherados en Nines y Carcasona, continuaron su heroica resistencia, sin rey ni líder visible, durante otros cuatro años.
De Ardón también se han encontrado monedas acuñadas en la zona del Rosellón.
Es posible que el ninguneamiento histórico de este monarca se deba simplemente a una cuestión de jurisdicción. Puesto que su mandato se limitó a un área limitada del nordeste, los historiadores serguramente hayan preferido inmortalizar como último rey a quien gobernó la totalidad del territorio del Regnum Visigothorum.
No vamos a dar aquí una tediosa clase de historia, sino solo destacar que Rodrigo o Roderico no debería ser en puridad el último nombre de la enrevesada lista de reyes godos que a nuestros padres les tocó aprenderse. Este valeroso caudillo, que bajó a enfrentarse con el ejército bereber y fue derrotado por culpa de las traiciones y las disensiones internas, no fue el último soberano del Reino Visigodo, que de hecho duró hasta el año 725, cuando cayeron en manos musulmanas los bastiones de Nines y Carcasona.
¿Quién fue entonces el último rey godo y por qué no ha pasado a la historia como tal?
Hubo dos después de Roderico. El primero fue su archienemigo Agila II, hijo del Rey Witiza y gobernador de las provincias Tarraconense y Narbonense. A la muerte de su padre, en 710, luchó contra Rodrigo (soberano en la Bética) por el trono del Reino, pero cuando vio que los nobles aupaban a este, se sirvió de su tío el Obispo de Toledo y del gobernador de Ceuta, Don Julián, para pedir ayuda a los moros e intentar dar un golpe de estado en toda regla. Fueron también los partidarios de Agila quienes dejaron en la estacada a Rodrigo en Guadalete provocando así su derrota frente a los sarracenos. Al final las tropas de Tariq se le fueron de las manos al traidor Agila y comenzó una invasión imparable.
A pesar de que a la muerte de Roderico Agila fue coronado rey en Toledo y pese a las evidencias históricas de su reinado (se han encontrado monedas acuñadas con su nombre y efigie), lo cierto es que nunca fue aceptado como tal en todo el territorio visigodo y además su colaboracionismo y su política servil con el Califato provocó que sus propios seguidores nombraran un nuevo rey en 713: Ardón.
Aunque puede entenderse que los historiadores hayan corrido un tupido velo sobre las traiciones de Agila II negándole su puesto en la historia, no está tan claro por qué han silenciado a Ardón, que fue entronizado en Cataluña y por lo visto lideró con bravura los últimos contingentes cristianos contra la morisma en esta zona y en los restos del Reino en el sur de Francia hasta su muerte en combate en 721. Los últimos guerreros godos, atrincherados en Nines y Carcasona, continuaron su heroica resistencia, sin rey ni líder visible, durante otros cuatro años.
De Ardón también se han encontrado monedas acuñadas en la zona del Rosellón.
Es posible que el ninguneamiento histórico de este monarca se deba simplemente a una cuestión de jurisdicción. Puesto que su mandato se limitó a un área limitada del nordeste, los historiadores serguramente hayan preferido inmortalizar como último rey a quien gobernó la totalidad del territorio del Regnum Visigothorum.
8 comentarios:
¡Muy interesante, amigo Neri! Desconocía por completo estas vicisitudes de nuestra Historia ¡y eso que no soy "víctima de la LOGSE"!
El enigma del reinado "fantasma" me ha interesado especialmente...
No oía hablar de los visigodos desde los lejanos tiempos en que me daba clase el Profesor Font Rius de Historia del Derecho y me temo que lo he olvidado prácticamente todo, asi que ¡muchas gracias por ilustrarme!
Un abrazo para todos
Asun
Un tema muy interesante. Sobre todo porque lleva inmerso uno de los mayores pecados que puede cometer el hombre: la traición.
El desencadenante de la caída de la España goda en manos musulmanas fueron las constantes traiciones de los witizianos y, posteriormente de los judíos españoles. No sólo el conde don Julián (también llamado, quizás, Urbán), que nada tuvo que ver con la tal Florinda que con total probabilidad no exisitira jamás, sino el resto de witizianos que en medio de las batallas, abandonaban sus puestos para unirse a los bereberes. Previamente, habían pactado con Tariq ceder alguna parte de la Península o del Norte de África a cambio de su ayuda para derrocar a don Rodrigo, del mismo modo que, años atrás, había hecho Atanagildo pactando con los bizantinos.
Además aprovecharon que, en ese momento, los vascones se habían sublevado y Rodrigo se encontraba muy lejos de Tarifa, donde desembarcaron las primeras tropas de Mahoma.
Incluso algunas de las familias musulmanas más importantes del siglo VIII eran godos traidores. Íñigo Arista, primer rey de Navarra, estaba emparentado con ellos.
Me ha encantado esta entrada. La lista de los reyes godos, sucumbe en algún lugar de mi memoria -Punset sabrá exactamente en cual- y aunque la historia que le traigo es algo posterior, es la única que conozco, pero sirva como ejemplo añadido al del Subdirector acerca de los godos traidores (el caso de éste señor fue tambien a la inversa, ya que despues se convirtió de nuevo al cristianismo)
Es un lugar especial, tiene mucha magia y encanto y un enorme pino, bajo el que se pueden pasar muchas tardes leyendo un buen libro, porque nunca pasa nadie.
Umar ibn Hafsun
Por cierto: España no ha cambiado tanto... :S
Me recuerda esta historia a algunas de las hojitas del 'taco', no sé si lo conocen: narraciones curiosas, no siempre contrastadas, que se leen con agrado y se olvidan al medio minuto.
Saludos a todos.
Son muy interesantes las historias que cuentan, Subdire y Nagore. El período visigótico me gusta mucho y creo que su importancia en la configuración de la nación española ha sido muy ninguneada. En esta etapa se aprecian también los primeros síntomas de la influencia nefasta de los judíos en la sociedad hispana.
Otro tema curioso es el de la supuesta muerte de Rodrigo en Guadalete. Algunos historiadores dicen que no murió y que se fue a Portugal.
También me interesa bastante la influencia de la lengua gótica en el español actual. Por ejemplo hagan el experimento de decir muchas veces seguidas y en alto el nombre "Roderico" y ya verán lo que pasa :-) . Otros nombres como Elvira, Álvaro o Alberto o Fernando son puramente visigóticos.
Muy interesante el enlace sobre Bobastro, Nagore, no conocía la existencia de ese lugar: es cierto que ya sólo las fotos transmiten algo especial.
Tiene razón, sr. Neri, en que hay mucho que aprender y descubrir en casi cualquier época histórica, también de las menos conocidas. Hay cuestiones relativamente fáciles de analizar y comprender (por ejemplo todo lo relativo al arte o, como usted apunta, a la lengua) y otras en las que a duras penas creo que se pueda llegar a conclusiones fidedignas por la escasez de fuentes o por su contaminación.
o sea que Ardón ... es el primer rey de Catalunya. Ahh ... los bribones de los historiadores ..
Muy irónico, Sr ZdS. Dejando aparte que en aquella época ni siquiera existía la denominación Cataluña, y por supuesto nadie era consciente de ser catalán. Supongo que los habitantes de esta tierra creían ser godos o romanos.
Desconocía completamente estos reyes godos, Sr Neri. Ha hecho una aportación muy interesante.
Y ya que cita la ciudad de Carcasona, allí pasé un fin de semana hace un par de meses. Les recomiendo mucho la visita, si pasan por allí, está cerca de la autopista que conecta Tolosa con Barcelona. La ciudad medieval es extraordinaria.
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