martes, 26 de octubre de 2010

LA OPOSITORA (2ª parte)


A los pocos días sacamos la lista con el nombre de los cuatro opositores que “cantaban” cada tarde. Me enfureció comprobar que una de cada tres chicas se llamaba María o tenía el “María” como primer nombre. ¡Como para acertar el día que se examinaba! Así que cuando Toño, el secretario del Tribunal, me confirmó que había colgado el listado en Internet, la llamé rápido para enterarme.

- Gracias por preocuparte, niño. Me estás animando mucho. Acaba de salir el orden de actuación y yo voy el jueves de la semana que viene. ¡Qué nervios!

- ¡Venga, que no te queda nada! Mucho ánimo y a ver si tienes suerte con las bolas.

Yo sí que iba a necesitar suerte con mis bolas como se destapara el pastel. Pero así supe por fin que se apellidaba Nieto Besteiro y que era la última de la tarde de ese jueves. El apellido me sonó inmediatamente. En cada uno de los dos ejercicios anteriores la habíamos puesto un cinco pelón y en el último además yo me había opuesto a aprobarla porque le faltaba casi la mitad de una pregunta. Fue repescada por los pelos.

Tenía claro que María se iba a acabar enterando antes o después de esta situación de vodevil. Si conseguía aprobar, era muy probable que con la felicidad de su éxito se mostrara comprensiva y dispuesta a indultarme por mi silencio, además de que siempre le quedaría la duda de si intercedí a su favor, algo que jamás haría por nadie. Si en cambio suspendía, fijo que montaría en cólera por haberme callado como una puta o por no haberle echado un cable. Y entonces me podría olvidar de mi diosa griega y de mis noches locas.

Según se acercaba el día fatídico, más me convencía de que la mejor estrategia era pedirle a mi suplente que asistiera por mí a la sesión. Me veía incapaz de afrontar el encuentro con ella en la sala del examen y de tenerla enfrente y mirarla a los ojos mientras recitaba de memoria el Reglamento General de cotización y liquidación. ¡Era una locura!, ¡alguien se iba a dar cuenta del tomate!

Encima, ya me conocía el percal de cuando se examinaba una real hembra del estilo a María. Los comentarios y chascarrillos de los miembros del órgano selectivo, casi todos varones, no se hacían esperar. Un día cantó una zamorana exuberante e incapaz de contener sus encantos tras el traje de chaqueta, y Julián me hizo un guiño nada más empezar, y mientras la maciza nos hablaba de la evolución del Derecho del Trabajo en España, me susurró al oído:

- A esta muñeca la inspeccionábamos a fondo, ¿eh? -y medio sacando la lengua añadió:- Por darle gusto, se afilian a la Seguridad Social hasta los gitanos…

Cuando la moza se retiró hubo más comentarios procaces.

- Del temario no sabe nada, la pobre, pero vaya culo que tiene –exclamó exaltado el veterano Matías provocando unas risotadas en las que participé, como todos.

Pero ni el tipo más frío y estoico podría soportar algo semejante si la chica era su amante, su pareja o lo que diablos fuera –que aún no lo sabía- María para mí.

La víspera del examen lo tenía todo bien planeado. Anunciaría mi inasistencia a última hora del mismo jueves para evitar imprevistos o presiones de Julián. Lo que no esperaba de ninguna manera era la llamada de María, cariñosa y acuciante; su voz casi temblorosa al otro lado de la línea insistiéndome en quedar esa noche para “desconectar de todo y relajarse”; su confesión insinuante de que estaba muy tensa y me necesitaba.

Se vino a casa a cenar y no me dejó ni sacar las cervezas ni extender el sofá-cama. Se sentó sobre mí en el sillón de la salita y me devoró como los gatos a los ratones, jugando brevemente primero pero implacable al final, y hasta violenta, hasta aplacar su ansiedad acumulada en sesiones infinitas frente al flexo y los apuntes. Su melena negra como el carbón invadía a mechones su carita de princesa en una batalla anárquica, cayendo sobre mi pecho mientras la sujetaba como podía para evitar que rodáramos los dos por el suelo.

- ¡Joder con la opositora!- resoplé cuando se detuvo y se abrazó a mí con una fuerza casi antinatural.

- ¿Te ha gustado? - me preguntó con el rostro aún cubierto de pelo. Se lo retiré dulcemente ordenándolo detrás de sus orejas y haciéndole con los dedos una cola de caballo.

María estaba muy distinta por culpa de su nerviosismo. Durante la cena me estuvo explicando, mientras yo asentía sin apenas meter baza, que se trataba del examen más importante de su vida. Era la tercera vez que se presentaba y le inquietaba sobre todo lo justa que había quedado en los ejercicios escritos. Sabía bien que aunque según las bases cada prueba debía superarse de forma independiente, era frecuente levantar notas en el oral para salvar a quienes habían destacado en los dos escritos.

- Además en este Tribunal son unos cabrones.

Tragué saliva antes de preguntar con expresión sorprendida:

- ¿Y eso por qué?

- Porque en el segundo han pegado una criba salvaje y ya no van a cubrir todas las plazas. Y luego que son unos cerdos, tío. Una compañera de preparador que “cantó” hace unos días me ha dicho que a una de Castilla y León, así muy monilla, no dejaban de mirarla las tetas…

-¡Qué barbaridad!, ¡qué asco! –casi grité- ¡Qué poca profesionalidad!

Al rato, tras un silencio durante el que casi no me atreví a mirarla, me volvió a sorprender:

- Anda, niño, acompáñame mañana al examen. Soy la última y se me va a hacer larga la espera. Contigo estaré más distraída hasta que me toque.

- Pero… ¡qué dices!, ¡qué dices! -me estremecí- No me parece buena idea. Te puedo distraer. Es un momento importante… Yo te agradezco la confianza, pero no, no, de verdad.

Insistió, casi suplicó, hasta que la convencí de que mi presencia iba a descentrarla más que otra cosa. Se quedó un poco sería, yo diría que decepcionada.

El jueves a las 12 llamé a Trabajo para pedirle a Sonia, mi suplente, que fuera ella a la sesión, pero me dijeron que ya estaba dando a luz. Contrariado y bastante bloqueado, me puse en contacto con Julián, al que no conseguí pillar hasta las dos y media.

- Julián, tío, que me ha surgido un rollo con los de Bruselas y me viene fatal esta tarde. Y Sonia ya está de parto y no me puede suplir. ¿Quiénes vais a estar seguro?

- Nada, nada. Cancela todo lo que tengas porque Matías y la sindicalera están fuera de Madrid y si no vienes tú, no hay quórum. Creo que ya te va tocando venir a un examen, que ya te has pirado
dos, majo. Te espero a las cuatro.(Leer tercera parte)

14 comentarios:

El Subdirector del Banco Arús dijo...

Menudo embrollo!!! Finja un ataque cardiaco.

En serio, hace un par de años se rumoreaba que en mi provincia nos tocaría ser tribunales de oposición y yo temblaba sólo de pensar que me podría tocar. Eso sí, siempre mantuve que tendría un criterio principal para poner las calificaciones porque mi cuerpo estaba a falta de macizas ;-)

Aprendiz dijo...

jajajaja me está entrando agobio sólo de pensar en su situación, pero cuando la chavala lo vea se le cae el mundo. Esa suspende fijo!!

Anónimo dijo...

Sr. Neri esta serie suya me está deprimiendo... como mujer y como opositora... aunque reconozco que el muchacho protagonista es idiota de narices... a mí me hace eso mi novio y le mando a tomar viento. Aunque claro, parto del hecho de ser novios, no amantes, y de que te sabes algo de la vida de tu pareja: y saber el apellido y a qué se dedica, me parece de mínimos.

Pero intrigadita estoy en cómo saldrá el muchacho de semejante lío...

Anónimo dijo...

Sr. Subdire... no dudo que quizás no haya chicas espectaculares ingenieras informáticas, pero los varones que conozco tampoco sobresalen por su belleza...

Y todas mis amigas dicen lo mismo al hablar de los solteros disponibles en sus trabajos al llegar el turno del análisis a los informáticos... por muy solteros y sin compromiso, ninguna quiere un informático ni locas, son todos feos y unos frikazos...

Al Neri dijo...

Sandra, pero es que los protagonistas son solo amantes (de momento)y el chaval es honrado pues no quiere examinarla...

Doy fe de que los informáticos son feos, muy feos.

Álex dijo...

Bueno, Sr. Neri, el protagonista será honrado por no querer examinarla, pero más honrado hubiera sido si le hubiese dicho que estaba en el tribunal de su oposición en cuanto se dio cuenta, ¿no? No daría tanto de sí la historia, pero sería lo más lógico. El nudo argumental del relato se le afloja un poco, Sr. Neri...

Teutates dijo...

Nos tiene en ascuas señor Neri... La cosa se pone "caliente" siga, siga que no puedo dormir pensando en el final.

Anónimo dijo...

Por favor, no demores la tercera entrega. Entro al blog solo para ver si se actualiza. ¿Se destensionó contigo despues del exámen?, ¿te mando a tomar por donde la espalda pierde su nombre?, ¿es tu mujer ahora?,¿llegó a ejercer un alto cargo?... ¿ministra quizá?.

EL FRANCOTIRADOR dijo...

Por favor señor Neri,siga,siga.

Álex dijo...

Sobre Halloween: quería decir algo respecto al encabezamiento en la página principal de la pluma viperina. No es este el post adecuado, pero no sé dónde escribirlo.
Nunca me han interesado demasiado este tipo de celebraciones: carnaval, la noche de San Juan, las inocentadas... No me atraen pero tampoco me molestan. Por eso nunca he profundizado mucho sobre ellas. Menos aún sobre este rollo de Halloween que siempre me resultó especialmente ajeno.
Por eso me sorprendió mucho que un día mi pareja, que es de Galicia, me contase que en su infancia todos los niños de las aldeas ponían calabazas con bocas recortadas en las escaleras de los vecinos para asustarlos, precisamente en torno al día de todos los santos. En aquellos años y en aquel entorno, poco o nada se sabía de Halloween y de los USA...
Por lo visto, en muchas zonas de Galicia existe una celebración llamada Samaín, de origen celta.
Ni mucho menos quiero alentar la celebración de Halloween en el sentido actual, pero sí quería matizar que algo hay en esa celebración que no es ni extranjero ni hortera.

Anónimo dijo...

Por favor, termine. No hago más que entrar en internet por si lo ha actualizado¡me van a echar del trabajo!

Al Neri dijo...

Álex, es muy interesante su comentario. Algo había oído, pero desconocía los detalles. Parece ser, por lo que leo ahora en Internet, que Halloween es una fiesta pagana celta que se implantó en EE.UU por los inmigrantes irlandeses, y que hasta hace algunas décadas todavía conservaba algún vestigio en las zonas rurales gallegas. Evidentementela actual Fiesta de Todos los Santos fue una reconversión cristiana de esta festividad pagana que simbolizaba la llegada del invierno ("la estación oscura").

También leo que la fiesta gallega del Samaín se ha recuperado de forma un tanto forzada a raíz de la moda yanqui, pero, insisto, hasta hace unos años estaba extinguida.

Con este asunto, opino como con los carnavales o San Juan: habría que despazar este tipo de fiestas y resaltar las que responden únicamente a la Tradición cristiana.

Rocco Lampone dijo...

Sr. Neri, menudo cabronazo que es ustéd con la maciza opositora.
Después de examinarla ustéd concienzudamente, saltandose la teoría y yendo al prácticum directamente, luego le entran remilgos de comprobar la parte teórica...

Siesque...

Padre Emilio dijo...

Este...como te llamas, Neri.
A donde quieres llevar al lector con estos párrafos.Donde nos llevas.
Donde está la persona,donde está el humanismo.
Esto es puro donjuanismo, no hay litaratura,no hay contenido, ni hondura.Ni siquiera ritmo.
No, no, no.Si no sabes escribir un relato, no lo hagas.Escribe sobre la falange, el gobierno, los homosexuales y demás.
Pero este pseudopanfleto erótico, no.