Aunque defiendo sin rodeos un estado confesional católico, creo en la separación entre Iglesia y Estado. A algún superficial le puede parecer contradictorio, pero no lo es. Un estado confesional católico sería el que reconoce esta religión como oficial, ampara a la Iglesia y facilita su labor, y se compromete a legislar conforme a los valores cristianos. En un estado así (aunque rara vez se ha logrado en la práctica) podrían deslindarse perfectamente las respectivas competencias estatales y eclesiásticas sin incurrir en mezclas, vasallajes, clientelismos ni controles mutuos, separando, como digo, ambos ámbitos. El estado no tiene por qué tolerar que los curas se entrometan en asuntos políticos, ni la Iglesia debería permitir que ningún régimen intentara influir en la religiosidad de sus fieles en beneficio de sus intereses de gobierno.
Una de las cuestiones en las que la frontera entre ambas jurisdicciones más ha costado definir a lo largo de la historia es el matrimonio. Y aunque parezca mentira, en la actualidad, en plena democracia laica, existe una indeseable confusión de facultades al respecto precisamente por culpa del estado, que en mi opinión pisa ilegítimamente el terreno de la Iglesia.
La primera premisa de la separación entre estado e Iglesia es que ambos se reconozcan y respeten mutuamente sus respectivas jurisdicciones en materia matrimonial. El estado puede y debe regular el matrimonio civil para proteger los muchísimos derechos e intereses derivados de la unión entre un hombre y una mujer (menores, manutención de los contrayentes, titularidad de bienes, etc), pero debería tener muy claro que el modelo de matrimonio que regule jamás puede yuxtaponerse con el matrimonio canónico, respecto al cual solo la Iglesia tiene competencia.
En otras palabras, el estado, en primer lugar, no debería exigir a los contrayentes canónicos formalizar un segundo matrimonio, el civil, sino simplemente darse por enterado, recibiendo el oportuno justificante, de que la boda religiosa se ha celebrado y que esos dos señores están casados a todos los efectos (obligaciones y causas de nulidad) con las reglas del matrimonio católico, sin perjuicio de aplicarles las normas comunes a cualquier tipo de matrimonio en materia fiscal o de regímenes económicos.
Ello supone, por supuesto, que las autoridades administrativas nunca serían competentes para declarar la nulidad de dicho matrimonio ni para intervenir de modo alguno en su vida jurídica. A los esposos canónicos no se les podría ofrecer en ningún caso la posibilidad del divorcio, que solo sería aplicable, si así se contempla en la ley, a los casados por lo civil. Eso sí, el día que los contrayentes religiosos se presenten en el Registro Civil con una sentencia de nulidad del Tribunal de la Rota, el estado lo apuntará y dará por concluida la convivencia a cualquier efecto fiscal, de régímenes económicos o de cualquier otro tipo.
No obstante, se haya celebrado la unión de un modo u otro, el estado tendrá constancia de la paternidad de los hijos habidos en el matrimonio y exigirá rigurosamente a los padres, estén juntos o sepadados, el cumplimiento de sus obligaciones legales con estos hijos.
En segundo lugar, no se tendría que permitir a ningún bautizado casarse por lo civil. Según el derecho canónico, los bautizados en Cristo están obligados a casarse por la Iglesia, de tal modo que si el estado les permite celebrar una boda ante el juez estará violando territorio ajeno. No obstante, como todo el mundo tiene derecho a dejar de ser católico bien por haber cambiado de opinión o por considerar absurdo pertenecer a una religión en virtud de una ceremonia que le impusieron siendo un bebé, debería dejarse a cualquiera la puerta abierta del matrimonio civil siempre que se demuestre fehacientemente que no se es católico. En un país como España, donde casi todos los niños son sacramentados, lo lógico para acceder al matrimonio estatal sería apostatar en cualquier parroquia y presentar el correspondiente justificante, o bien acreditar documentalmente que nunca le han cristianado a uno.
El sistema que propongo y que, a diferencia del vigente, es plenamente respetuoso con la separación entre Iglesia y estado, se aplicó en España desde 1939 hasta los años 70, y se da la paradoja de que prácticamente solo recurrieron a la boda civil los pocos protestantes que vivían en España, puesto que la administración franquista no inscribía los matrimonios celebrados por otro rito que no fuera el católico. Digo que es paradójico porque los casos de ateos, agnósticos, comunistas o anticlericales de cualquier pelaje que solicitaron certificación de apostasía casi pueden contarse con los dedos de la mano, a pesar de ser una posibilidad legal que el Caudillo reconoció generosamente haciendo gala de una extrema sensibilidad hacia la conciencia de los españoles. Se ve, sin embargo, que los rojillos, maquis, militantes clandestinos y demás santos laicos que tanto se llenaban la boca de lucha y de libertad, no eran lo bastante coherentes o no tenían los huevos que hay que tener para vivir según sus valores en medio de una sociedad profundamente cristiana donde su condición pública de apóstatas les habría supuesto, qué duda cabe, algún pequeño inconveniente práctico.
11 comentarios:
Señor Neri, llámame superficial o llámeme lo que quiera. El estado debe de ser aconfesional. Soy católico como usted, católico heterodoxo, pero no me interesa ningún tipo de talibanismo, venga de donde venga.
Lo que ya es indigerible es que usted vea algún gesto de generosidad en uno de los mayores criminales de la historia, ese al que usted llama caudillo.
A los esposos canónicos no se les podría ofrecer en ningún caso la posibilidad del divorcio De acuerdo, ¿por qué cojones no me dejan casarme para siempre en la sociedad actual?
De todas formas voy más allá, no se debería permitir el divorcio ni a los esposos canónicos ni a los no canónicos. Primero, porque si no es para siempre no es matrimonio y segundo porque no es lógico que tengan los mismos derechos derivados del matrimonio aquellos que no asumen las mismas obligaciones que los que se casan para siempre. Si no quieren casarse para siempre, que se amanceben...
Por cierto, comparto la necesidad de un estado confesional.
Para el aspirante a crápula; mucho más criminales que Franco son todos los presidentes, monarcas, diputados y demás ralea que desde 1981 han consentido por acción o por omisión el asesinato de cientos de miles de inocentes en el seno materno.
Queda muy bonito y políticamente correcto llamar a Franco criminal y asesino pero es simplemente una gran mentira.
Que superficial soy.Ya sospechaba yo que lo era, pero hoy me he dado por enterado.
Yo creo que el Estado debe ser aconfesional. Sin duda.De hecho tengo mis dudas de que se pueda hablar de Estado confesional. No se si nombre y apellido en este caso presentan contradicciones insalvables.
Y el estado, no sebe darse por enterado de nada. De hecho antes de hacer la boda religiosa. Todo el mundo debería pasarse por el juzgado y estampar la firma correspondiente.
Lo que me parece del todo correcto es que la Iglesia adoptar exigencias mucho más drásticas para casar a cualquiera de forma religiosa.
Es decir que pusiera coto a la sangría de teatrillos más o menos descarados en que se convierte sábado si, sabado también cada uno de los templos de la geografía española.Es complicado negar un sacramento, poqrue puedes hacer perder la fe a alguno de los contrayentes, pero de alguna forma la Iglesia tiene el derecho a defenderse del uso ilegítimo que alguno hemos hecho de cremonias
que para muchas personas respetables son sagradas.
Es un tema complejo. No es fácil
Sí, los que iban a por el certificado de apóstatas para poder casarse por lo civil seguro que sí tenian "algun pequeño inconveniente práctico", como ser apuntados en la lista negra, ser echados del trabajo o no encontrar trabajo nunca y tener que exiliarse.
J, yo comparto tu opinión Franco no era un criminal. Fusiló a no menos de 200.000 personas después de ganar la guerra, pero no es para llamarlo criminal y asesino.
Yo creo que era un hombre de honor, que tuvo que emplear la fuerza, para librarnos de la peste comunista.
Y luego ya se sabe. Quien hace un cesto hace cientos.Gana su legítima cruzada y le cogió cariño a apretar el gatillo, y optó por exterminar España de gentuza.
Un tipo generoso hasta para abandonar el poder. Un hombre de honor. Viva Franco.VIVA.
Iba a añadir un comentario, pero poco tengo que apostillar al comentario de J con el que estoy completamente de acuerdo.
El que sea católico que se case por la Iglesia y el que no que se case por lo civil pero para siempre, que para eso se llama matrimonio, y si no, que se arrime para aparearse como los animales y ya está.
Vaya hombre, ya estamos echando la culpa de todos los males a Franco cuando Franco, con sus errores como todo ser humano, se desvivió por el país y aunque lo dudéis hizo mucho bien a todos los españoles fueran de las ideas que fueran. ¿Asesino? ¿Como puede alguien llamar asesino a Franco y no decir ni palabra de los crímenes del comunismo y de la izquierda republicana española? Me parece repugnante.
J, es obvio que un estado confesional tampoco permitiría la disolución del vínculo en el caso de los matrimonios civiles y configuraría estos con características idénticas o muy similares a las del matrimonio canónico.Sin embargo, a falta de un estado confesional, yo me conformaría con que se respetara la jurisdicción de la Iglesia sobre todos los aspectos del matrimonio de los bautizados.
Opino que el señor Neri se equivoca al llamar generoso a Franco,ya que se queda corto,pues el Caudillo,fue un patriota,un héroe y alguien que salvo a España de convertirse en un Gulag y acabar como el resto de dictaduras comunistas que en el mundo han sido.
Vamos a ver si nos entendemos.Decir o simplemente plantearse el que un estado sea confesional o mantenga una religion como "oficial" es tan estupido como decir que sea oficialmente del Athletic, o de Kimi Raikonen. Un estado deve ser aconfesional y sin ningun tipo de ligaduras con ninguna religion o secta. Si te quieres casar te casas en terminos legales, y luego si quieres por la religion que practiques, a modo personal. Hoy en dia legalmente te puedes casar con una persona y solo una al mismo tiempo, mientras que religiosamente (dependiendo de la religion que proceses) con varias. Matrimonio legal y religioso son dos cosas muy distintas y deven estar separadas.
Luego, como APOSTATA dire que los insultos propinados te los puedes meter... En los años de los que habla literalmente no se podia apostatar puesto que por H o por B al mes o asi estabas en la carcel, te quedabas sin trabajo, etc. Pero esta bien que a los bautizados solo se les pueda casar por la iglesia, incluso voy mas alla, creo que a los confirmados y casados por la iglesia se les deveria obligar a sufragar esa religion y no a todos como ahora...ASI SEGURO QUE EL NUMERO DE APOSTASIAS SERIA IMPRESIONANTE.
Y respecto al claudillo era un asesino sin escrupulos que estara debatiendose entre terribles sufrimientos en vuestro infierno...Viva las trece ROSAS, Durruti, el POUM, CNT-FAI-AIT, Salvador Puig Antic y todos y cada uno de los que lucharon contra el traidor franco y sus esbirros durante la guerra, postguerra y dictadura. franco traidor asesino.
Los alemanes porlomenos se avergüenzan del nazismo y asi lo enseñan en las escuelas, pero aquí, para vergüenza nuestra, no solo hay individuos que lo valoran sino que tenemos grandes monumentos al fascismo como el valle de los "caidos" o el que teneis en el cerro.
De todos modos creo que tambien os avergonzais vosotros ya que os escondeis bajo SEUDONIMOS, algunos tan COBARDES como francotirador: aquel que se esconde para MATAR gente...MUY CRISTIANO...sois la vergüenza de Europa, y nos dejais a los demas en condicion de "algun inconveniente claro" frente al resto del mundo.
Por cierto soy yo...el antifascista
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