Giménez Bartlett ha conseguido mantenerme en vilo con una historia emocionante y humana sobre un tema fascinante: la famosa maquis hermafrodita Teresa Pla Meseguer, conocida también como Florencio o por sus apodos Teresot, la Pastora o Durruti, a la que se llegaron a atribuir en los años 50 casi treinta asesinatos (niños incluidos) en la comarca del Maestrazgo, entre las provincias de Castellón y Teruel.
En 1956, al filántropo doctor Lucien Nourissier, un prestigioso psiquiatra y profesor de La Sorbona especializado en mentes criminales, le llegan noticias sobre la sanguinaria bandolera y se decide a localizarla en el monte contratando los servicios del cínico periodista de investigación Carlos Infante, a fin de publicar un estudio sobre su “conducta patológica”. Pero encontrar a una “guerrillera” comunista en pleno franquismo, recorriendo pueblos y montañas del Maestrazgo, no es tarea nada fácil y los dos protagonistas, tan antagónicos, tendrán que enfrentarse a obstáculos muy diversos como el miedo de los lugareños (traducido en una inquebrantable ley de silencio) y la constante amenaza de la Guardia Civil, empeñada en abortar el proyecto por sospechoso.
La novela es brillante y se sustenta en tres sólidos pilares: un magnífico thriller policíaco que relata las investigaciones de Nourissier e Infante para localizar a la bandida; la difícil pero entrañable relación entre ambos durante su periplo de varios meses, y un acercamiento sensible y humano al personaje de la Pastora, del que al principio conocemos solo sus supuestos crímenes difundidos por la prensa de Franco en términos sensacionalistas y que, poco a poco, se nos va desvelando como un hombre (porque era un hombre) atormentado desde niño por las burlas sufridas a causa de su malformación y, en realidad, inocente de muchas de las fechorías que le imputan, y , si me apuras, hasta bondadoso y necesitado ante todo de un cariño que nunca recibió.
Los capítulos dedicados a las pesquisas de Carlos y Lucien se alternan con una autobiografía de la propia Teresot, inspirada por el ensayo La pastora, del monte al mito, de José Calvo Segarra. El relato de la vida de este maquis es lo mejor del libro y llega a emocionar de verdad.
La Pastora nació con unos genitales inidentificables, por lo que sus padres la inscribieron como niña para evitarle al menos el servicio militar. En un contexto rural de ignorancia y analfabetismo, Teresa, que se dedicó al pastoreo de ovejas desde niña y pasaba casi todo el día sola, fue objeto de toda clase de crueldades y abusos por parte de sus vecinos y de la Guardia Civil debido a su aspecto hombruno, haciendo solo amistad, al pasar tantas horas en las montañas, con los maquis de la llamada “Agrupación de Guerrilleros de Levante y Aragón”, con quienes terminó fugándose, ya vestida de hombre, en 1949, a pesar de ser apolítica. Desde ese año, la Pastora aprendió a leer y participó, en calidad de vigilante, en los numerosos sabotajes, robos, atracos y secuestros perpetrados por los bandoleros marxistas. En los pueblos de la comarca llegó a mitificarse al personaje dando pie a una leyenda que mezclaba su valor personal con su carácter despiadado e implacable, cuando lo cierto es que en los procesos que le hicieron en los años 60 no pudieron probarle ni un homicidio; por lo visto eran sus compañeros quienes ejecutaban a las víctimas.
El mérito más destacable de la autora es su prudente y equitativo acercamiento al fenómeno del maquis, algo a lo que no estamos en absoluto acostumbrados. Alicia Giménez no esconde los posibles episodios de brutalidad policial protagonizados por la Benemérita, pero tampoco es cobarde al hablar de los horribles crímenes de los presuntos “guerrilleros antifranquistas”, guiados en gran medida por la venganza personal.
Del maquis español, uno de mis temas históricos favoritos, podríamos hablar muy largo y tendido, pero puesto que el objetivo de la novela no es profundizar en este asunto, sino en la personalidad de un curioso personaje relacionado con estas partidas, tampoco yo entraré a hacer valoraciones más allá de recordar que, según la propia historiografía de izquierdas, estos sujetos llegaron a cometer en la postguerra 1.000 asesinatos y 850 secuestros en toda España (Isidro Cicero: Los que se echaron al monte), superando ampliamente a ETA, y eso que solo me refiero a un período de nueve años (1943-1952), obviando las salvajadas llevadas a cabo contra guardias, sacerdotes, antiguos enemigos políticos, mujeres y niños de corta edad entre 1939 y 1942.
La novelista aprovecha para resaltar, con excelente criterio, que los cuatro gatos que quedaban en el monte en los años 50 eran ya unos pobres desgraciados abandonados a su suerte por el PCE, cuyo único afán era sobrevivir o pasar a Francia, y cuyos delitos iban dirigidos tan solo a obtener dinero o comida, sin motivaciones políticas de ninguna clase. Unos simples bandoleros intentando escapar como alimañas.
9 comentarios:
Le hincaremos el diente.
Si, tiene muy buena pinta. Daré cuenta de ella en este puente.
Vale, tiene buena pinta.......o es que usted nos los describe tan bien que apetecen......no se. Bueno me queda una pregunta ¿es muy gordote? El libro digo, porque acabo de terminar "La caida de los gigantes" y tengo una tendinitis de ir con el libro de un lado a otro, y debería curar bien la mano antes de atreverme con otro tocho...... si al final me irá bien un ebook, estooooo mi cumple es en unos días ;P
Pues ya me la ha vendido, Neri. En cuanto pueda bajo a por ella.
Son historias fascinantes (no todas) como la de un señor de por aquí que salió no hace muchos años de su zulo. Todavía estaba escondido tras un falso tabique en su propia casa. Todo el mundo le daba por muerto en la guerra y es que el tío no se fiaba a éstas alturas de salir, lamadrequeloparió...
Si no llega a fallecer su mujer, ahí se queda. La pobre no pudo jamás justificar la paternidad de sus hijos y la "mala fama" la acompañó toda su vida.
En fin... que sobre ésto no se ha escrito nada.
Muchas gracias por la recomendación, tiene que ser preciosa!
Si la tuviera en soporte para ebook sería intersante. Aunque tengo todavía unos cuantos miles de páginas pendientes.
Maquis hermafroditas, monjas alféreces, nuestras queridas señoritas, Dulcinea casi desaparecida... No sé que está pasando...
Bromas aparte, sr. Neri, no conocía ni la autora ni la novela. Por lo que dice, consigue mantenerse bastante ecuánime con un tema tan delicado, lo que aumenta el interés.
Saludos a todos
Es una novela de algo más de 500 páginas.
Por cierto, aunque he enlazado la biografía de la Pastora, no recomiendo leerla a los que vayan a hincar el diente a la novela. Se disfruta más sin saber quién era el personaje.
Nagore, si no se fiaba de salir, algo habría hecho, ¿no? ;-) Sobre los "topos" hay un magnífico (e izquierdista) libro de Jesús Torbado contando muchos casos reales. Interesantísimo.
Subdire, se la he mandado por mail.
Cuando la lean ustedes podemos comentar alguna cosa más que ahora no quiero por no estropeársela.
me había perdido este post y el libro ha llegado por casualidad a mis manos, vía regalo navideño.
Apasionante, sí señor, me enganchó desde la primera página. Es una novela de PERSONAJES con mayúscula, pues dejando al margen la interesante trama, los hombres y mujeres, principales y secundarios, que conviven en esta historia son realmente intensos.
Intensidad, quizá sea ese el sustantivo que mejor califica este gran libro.
Publicar un comentario