El otro día me regalaron un lector de e-books, concretamente el Kindle. A pesar de mis recelos iniciales hacia este tipo de cachivaches, llevaba tiempo queriendo probar uno porque había oído maravillas sobre la tinta electrónica y su gran similitud con el papel de un libro normal. Y así es en efecto; me he quedado alucinado porque la pantalla del Kindle se ve exactamente igual que la página de un libro. Puedes leer horas con él, que no se te cansa la vista; las hojas se pasan rapidísimo; la batería dura un montón y la verdad es que es más cómodo que leer un libro convencional, sobre todo esas novelas-tocho de mil páginas que se estilan ahora y que te dejan las muñecas hechas puré si lees en la cama.
Además he conseguido muchos libros electrónicos. Alguno en concreto lo llevaba buscando años y estaba descatalogado, pero gracias a este invento lo he tenido en unos segundos y lo he podido disfrutar. Me he fijado en que si los libros son algo raros o específicos (ensayo, historia o monografía) es complicado conseguirlos en versión digital, pero se pillan sin problema todos los de autores famosos de todos los tiempos o los best sellers de moda.
Lo que más me gusta del rollo de los e-books no es la pasta que me voy a ahorrar, ya que la mayoría de los libros me los regalan, sino el espacio del que voy a disponer en mi casa, porque como seas aficionado a la lectura, los libros (mis padres son el mejor ejemplo) se acaban comiendo cualquier vivienda por grande que sea. He intentado abducir a mi padre para regalarle el Kindle y cumplir así el sueño de mi madre de no acabar ahogada entre mamotretos, con el salón, la entrada y varias habitaciones convertidas en una suerte de biblioteca municipal, pero mi padre, aunque es un hombre de su tiempo que adora el ordenador, me ha dicho que me deje de mosergas y que donde esté un libraco que se pueda tocar, pasar la página con el dedo ensalivado y conservar como un tesoro único, que se quiten los formatos epub, fb2 y mobi, y el cacharro ese del demonio con sus teclitas asépticas y despersonalizadas. Pero es que mi padre, como buen coleccionista, es de los que muchas veces valoran más el continente que el contenido, y a mí me pasa justo al revés: lo que quiero es leerme la novela o el ensayo y santas pascuas.
Aunque debo reconocer que soy un renegado, porque no hace tanto que, sin llegar a los límites de mi padre, yo también defendía a capa y espada el encanto del libro tradicional. Pero es que no había visto una pantalla de tinta electrónica y no me hacía ni idea de lo que era.
De todo este asunto, mucho más que con las películas, me inquieta la repercusión del pirateo en la actividad editorial, en la evolución de la literatura y, en fin, de la cultura. Cuando se generalizó el uso de la fotocopiadora, sufrieron las editoriales de libros de texto, sobre todo universitarios, pues todo quisque se fotocopiaba los manuales de derecho o de economía para estudiar. La producción literaria se vio a salvo porque a nadie se le ocurría ir a una reprografía con la novela El Hereje, de Delibes. Además el pirateo de fotocopia fue muy fácil de atajar reprimiendo a unos establecimientos físicos bien localizados. Pero con la llegada de los e-books a Internet, el panorama ha cambiado radicalmente. Ahora los paganos serán los autores literarios o de ficción y además es imposible controlar a los piratas por mucha Ley Sinde que se gaste el Gobierno.
Asistimos, una vez más, a las convulsiones propias de la llegada arrolladora de la sociedad de la información a nuestras vidas. La conclusión es simple: a partir de ahora escribir novelas será menos rentable que antes, se pongan como se pongan.
Todavía el precio de los libros digitales es demasiado parecido al de los encuadernados como para no sucumbir a la tentación, y si las editoriales aún no han sufrido el mazazo en toda su intensidad es simplemente por el desfase generacional en las nuevas tecnologías y por la aún moderada expansión del los dispositivos de lectura electrónica. Dentro de cinco años, veremos.
Como handicap importante de los e-books está, al menos para mí, que cuando todo el mundo tenga el aparato, se me va a acabar una espléndida fuente de ideas para regalos. Con lo socorrido que ha sido siempre regalar un librito…
18 comentarios:
Un profesor mío que trabaja en una empresa dedicada a los e-book, nos trajo varios para promocionarlos en clase, y la verdad que los vi interesantes, sobre todo si vas a viajar...
Pero a mí me gustan más los libros de papel, sé que con un libro electrónico no leería. La verdad yo no leo porque me encante leer, sino que le suelo pedir a mi madre algún libro que le haya gustado, por tenerlo entre manos en los ratos aburridos, pero me gusta cogerlo, ver el tamaño de la letra, el grosor del libro, leer el resumen de atrás... y si me llama la atención lo leo. Y luego cuando lo veo en mi mesita me dan ganas de leerlo...
Creo que si en mi casa en vez de haber muchos libros, hubiera un e-book con todos los libros del mundo, no leería absolutamente nada. Sin embargo yo suelo tener dos o tres libros siempre entre manos. Quizás el E-book sea un buen invento para grandes lectores.
Pues qué quiere que le diga, yo no soy como su padre, valoro más bien poco el continente y me importa sólo el contenido, pero si me agradan las sensaciones de la lectura, tener el libro en mis manos, pasar las páginas, como usted dice, con el dedo ensalivado, tocarle, verle, y colocarle en la estantería, es un placer sin parangón que el lector electrónico no da.
Esto lo digo atrayéndome sumamente las nuevas tencnologías y los nuevos aparatos que salen al mercado, pero sustituir el libro tradicional, por el aparatito de marras, por ahí no paso.
Si que puedo leer algún que otro libro en el teléfono móvil, e incluso en el ordenador, pero el libro, lo compro igualmente, porque me gusta tocarlo, verlo y sentirlo, y sobre todo, cómo ya he dicho, colocarlo en la estantería.
Respecto al pirateo, estoy de acuerdo con usted, me importa bastánte más que el de la música, hasta el punto que si algún día sucumbo a este aparatito, seguiré comprando libros, ya sea electrónicos o su formato original.
Me gusta! lo encuentro práctico y muy cómodo.
Aún no he renunciado al encanto del "vinilo" así que tampoco creo que renuncie al del papel.
Mientras no me arranquen el olivo, bajo el que me siento a hacer ambas cosas...
Yo es que soy muy rústica, demasiado.
Oiga Neri, ¿Desde donde se descarga los libros?
Casi todas las cosas que dicen ustedes que les gustan en los libros de papel las tienen en los ebooks. En todos viene la portada, el resumen, la biografía del autor. El resto de cuestiones "nostálgicas" tampoco las veo demasiado sentido teniendo en cuenta que a la larga me parece más práctico el e-book, porque leyéndose exactamente igual (no tiene nada que ver con leer en el móvil ni en el pc) puedes llevar miles de tochazos dentro de un aparatito, hacer notas y marcas en la lectura, mirar diccionarios, etc. De verdad me parece un buen invento al menos el tiempo que lo llevo usando.
Y se lo dice alguien que no quiere entrar en las nuevas tecnologías en muchas cosas y que sigue trabajando con agenda de papel de toda la vida, por ejemplo.
Trija, yo naturalmente sería incapaz de incurrir en ese delito infame del pirateo, pero se rumorea que en emule y en webs de descarga directa (normalmente un libro no llega a un mega) como http://pordescargadirecta.com, se pueden encontrar a montones.
Me lo voy a plantear porque lo veo muy práctico pero...... ¿y el olor Sr.Neri???? Ese olor de los libros mmmmm.
Las Navidades pasadas me regalaron un chisme de éstos. No me gustó nada y aprovechando que había sido adquirido en unos grandes almacenes famosos por devolver el dinero sin preguntar, fui al Corte Inglés con el resguardo de compra y me pillé la pasta.
Luego recapacité y me di cuenta de la soberana gilipollez que había hecho. Resulta que el aparatejo en cuestión era de la gama más cutre y de ahí mi desilusión. Luego me enteré de que los había mucho mejores como, por ejemplo, el que Ud. menciona. Desde entonces estoy esperando que alguien me regale uno, pero no hay manera.
Pero el mayor problema de estos chismes, es la pregunta que se lanza al aire de ¿Cómo afectarán estos aparatejos a la creación literária?
Un músico puede vivir de los conciertos, el cine aporta las dimensiones de la pantalla y ahora el 3D. Pero ¿los libros?. ¿Podrá un escritor vivir de jornadas o conferencias? Lo dudo mucho. Quizá cómo apunta levemente el señor Neri, en cinco años nada de nada, sólo quizá los grandes bestsellistas sobrevivan al libro electrónico y quizá nos quedemos sin poder leer grandes obras que no se editarán nunca por ser su autor un iniciado o simplemente porque pocos podrán vivir de la literatura.
Echo en falta en el post de hoy una pequeña guía para elegir ebook. Las personas que como yo tenemos una capacidad de -3 (en un nivel de 1 a 10) en temas tecnológicos nos vendría francamente bien una explicación.
¿Qué Sr.Neri se anima????
Bueno, pues mi impresión es que hay sitio para todo. Habla Nagore del encanto del vinilo y la realidad es que se siguen publicando y vendiendo discos de vinilo en ediciones cuidadísimas y hermosas, aportando todo lo que le falta a una descarga digital. Lo mismo pasa con ediciones en CD: cajas con varios discos, versiones complementarias, documentación... El encanto y la percepción del soporte físico es difícil que desaparezca del todo: aún seguimos haciendo una ampliación en papel de alguna foto que nos gusta especialemente o que queremos enmarcar.
Lo que dice Teutates de colocar y tener el libro en la estantería es muy cierto: el placer de contemplar, tocar, ver y controlar (sin depender de un enchufe o una batería) los libros, discos, fotos o imágenes que significan algo especial.
Todo esto es compatible con las ventajas que aportan los libros electrónicos y que hay que aprovechar al máximo. Seguramente pase con la literatura lo mismo que está pasando con la música o la fotografía: una cierta banalización de los contenidos, un consumo cada vez más rápido y superficial, pero en el que cada uno tenemos que esforzarnos en encontrar lo que nos gusta, distinguir lo que es de calidad y decidir qué es lo que queremos conservar y admirar en formato físico.
Respecto al problema de la creación literaria que apunta también Teutates yo confío en que pase como parece que ha pasado siempre en la historia, que contra viento y marea, en las peores circunstancias, con dinero o sin dinero, el talento y el afán creativo pueden con todo.
Perroviejo, a mí me asesoró el Subdire, pero también miré muchos foros y me compré una revista con un reportaje comparativo entre marcas. Llegué a la conclusión de que cada marca tiene sus pros y sus contras. Parece ser que las mejores son Kindle, Papyre y Sony.
Ventajas de Kindle: Tiene la pantalla de mejor calidad y con el mejor contraste del mercado (que para mí es lo más importante). Además es el más barato de los buenos.
Inconvenientes: No se vende en España, sino en la web de Amazon y te lo mandan desde EE.UU en 4 días. Solo tiene un año de garantía. Y no admite el formato estándar de todos los demás lectores y en el que están casi todos los libros: el epub. Esto es fácil de solucionar porque con el programa calibre se convierte cada libro al formato de Kindle (mobi) en menos de un minuto; es sencillísimo y queda perfecto.
Sony y Papyre: Sus ventajas son que admite epub directamente, que tiene 2 años de garantía española y que se adquiere en cualquier tienda española. Sus handicaps es que son más caros que el kindle y la pantalla no es tan perfecta como este (se ve menos contrastada, el fondo más gris, vamos, entre otras cosas)
Teutates, su valoración ética es la clave de todo. Pero no olvide que las editoriales siempre han abusado con los precios. No es normal que una novela valga 30 euros. Hay una plataforma por ahí con el lema "un libro, un euro" para que las editoriales vendan los ebooks a ese precio. Si los vendieran a este precio e incluso a 2 o 3 euros, no ganarían tanta pasta por libro, es verdad, pero seguiría siéndoles rentable el negocio pues la gente compraría mucho más y no olvidemos que ya no tendrían gastos de papel, encuadernación y distribución.
Suso (que ha comentado por error en el post anterior), no creo que este tema tenga que ver con ser más o menos tradicional. Pruébelo y me cuenta. Además yo siempre seguiré comprando libros (hay algunos que apetece tener, que están firmados o que no se encuentran en digital)
Si bien es cierto, señor Neri, que cuando sale un libro al mercado, la edición que sacan puede llegar a 30 euros, existe el libro de bolsillo que cuesta entre 10 y 12 euros, que encuentro bastante razonable para una edición impresa y opder disfrutar de los placeres del libro tradicional. Hablando con un editor, pocuriosidad le pregunté el coste de editar un libro, me dijo, que una novela a el le costaba, en una tirada de 1000 ejemplares, 6 euros. Si hay que sumar la distribución los impuestos y algo para el escritor, 10 euros, es un precio muy ajustado para un libro.
Yo no renuncio al digital, de echo, es posible que algún día tenga un aparato de estos, pero en formato electrónico, me apuntaré a la plataforma un libro un euro.
Gracias Sr.Neri, yo lo que encontré fue más del tipo:
-Pasa de pantalla tactil, total para pasar página no necesitas mucho más que un par de botones.
-Pasa de lapiz, porque si se te pierde lo pagas caro caro caro y tampoco es que funcionen mejor con lapiz que con botones. Y además lo que quieres es leer no escribir ¿cierto?.
-Que tenga buena duración de batería.
-Que admita diferentes formatos.
-Tinta electrónica y ahora casi todas son así por lo que he visto.
-Y lo de la memoria, que tampoco es tan importante porque en todas puedes poner tarjeta adicional.
Ah sí y que siempre es mejor de 6" o de 7" que de 5", pero esto estaba claro.
Teutates, las ediciones de bolsillo son una mierda y, entre otras cosas, a usted, que es un romántico, le joderá tener libros cutres de bolsillo en sus estanterías. En el único sitio que quedan bien es en el expositor giratorio de los quioscos y librerías. Además estas ediciones siguen resultando caras y encima tardan en salir un tiempo después del "estreno" del libro (por razones obvias).
Perroviejo, por lo poco que sé, son buenos consejos. Kindle tiene 6 pulgadas e insisto en que su problema es que solo lee sus propios formatos y hay que convertir, lo que hay que sopesar con sus grandes ventajas.
Ese cacharro tiene unas grandes desventajas, que hacen que sea para mi, un aparato inútil: se rompe, hay que tener cuidado de no sentarse encima, o de ponerlo con cuidado en la maleta, y de llevarlo en el avión ni te cuento, todo el viaje pendiente del chisme. Supongo que necesita pilas o cargarse o algo, hace que sea imposible llevarlo en unas vacaciones campestres de más de una semana, y la última, pero por ello menos importante, si te lo roban te dan un disgusto de muerte.
Con los libros convencionales, el problema del espacio se soluciona regalando o cambiando libros ya leídos (que jamás volverás a leer).
No me convence Sr. Neri.
Estoy a tu disposicion para intercambiar libros. Tengo algunos miles, sin exagerar.
Un saludo
Me ha encantado tu análisis de las "bondades" de los lectores electrónicos.
Antes o después todos sucumbiremos, en mayor o menor medida, aunque a día de hoy parezca que hay mucho "fundamentalista". Esto es como la tónica, hay que empezar por probarlo.
En casa ya hay un lector electrónico por persona, y te aseguro que libros adquiridos en papel son leídos en formato electrónico por comodidad tanto al viajar, como en los desplazamientos diarios, sin olvidarnos como tu apuntabas de lo que supone leer algún “pequeño” libro sin un buen atril.
Solo una puntualización sobre tus comentarios respecto a las pantallas. Técnicamente las mejores son las del Kindle y Sony por igual. Ninguna comparación posible con los Papyre (te lo digo de primera mano, pues tenemos dos Sony y dos Papyre).
En el tema de formatos de lectura el ganador es el Papyre sin discusión (aunque con el Calibre es un aspecto solucionable).
El resto de características son para valorar de una forma muy personal... táctil, teclado, Wifi, batería, sencillez de uso, diccionarios, conversor texto a voz, precio, 5”, 6”, ...
Ratifico uno de los primeros comentarios, los lectores electrónicos actualmente, y por simple cuestión económica, solo son compatibles con grandes lectores, y por tanto con los mejores clientes de las librerías, y curiosamente son estas las que se niegan a aceptar los cambios necesarios para sus negocios.
Personalmente creo que los autores no están en peligro, pero sí todo tipo de intermediarios e incluso muchas editoriales. Cuanto más tardemos en aceptar el nuevo modelo y adaptarnos, más grave será la caída... y más empleos quedarán por el camino.
Gracias, Anónimo, muy interesante y estoy de acuerdo con usted.
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