Según los datos más actuales parece que existen 242 países en el mundo, una cifra a todas luces desproporcionada y absurda que demuestra la absoluta discordancia entre la realidad política internacional y las verdaderas necesidades y derechos histórico-culturales por una parte y, por otra, las más elementales condiciones para que la justicia, la paz, la igualdad y la calidad de vida de los hombres y mujeres de todo el planeta sean efectivas.
Resumiendo el farragoso párrafo anterior: es necesario reducir el número de estados para satisfacer convenientemente los derechos legítimos de las pocas naciones verdaderas que en realidad existen en el mundo y para hacer de nuestro planeta un lugar más justo para todos, en el que el 90% de la riqueza deje de estar en manos del 10% de la población, entre otras cosas.
No voy a entrar en disquisiciones sobre la diferencia entre estado y nación. Lo que sí quiero aclarar es que una patria no tiene por qué identificarse con una determinada lengua, etnia o cultura más o menos homogéneas, y que además no todos los pueblos del mundo tienen capacidad ni para regirse a sí mismos mediante una entidad política ni para contribuir positivamente al progreso de la Humanidad.
En resumen, pienso que existen muy pocas nacionalidades con identidad propia, con un proyecto histórico coherente y con potencialidades para mejorar el mundo. Creo que la escisión y la multiplicación de estados es a menudo un proceso artificial que responde a intereses espurios y vulnera las aspiraciones de estas naciones genuinas. Y, por último, reconozco el derecho de estas a conservar su influencia en aquellos territorios con los que históricamente hayan tenido una fuerte vinculación política, cultural, económica o de sangre (no me gusta llamarlo colonialismo) a fin de favorecer los derechos humanos y la mejora de las condiciones de vida en todos los rincones de la Tierra.
Por ejemplo, sinceramente me parece que en Europa no debería haber más de diez países, e incluso me paso con el número. La proliferación de chiringuitos como Eslovaquia, Croacia (y demás ex yugoslavos), Bielorrusia, Ucrania, Austria y otros muchos que me callo no hace sino perjudicar a millones de ciudadanos, amén de suponer una burla al heroísmo de siglos de unas pocas naciones gracias a las cuales han llegado a nosotros la civilización, los valores occidentales enraizados en el Cristianismo y muchos derechos que hoy nos parecen básicos y que, sin embargo, se han conquistado con batallas y sacrificios sin número durante más de mil años.
Por último, me gustaría especificar que los pueblos musulmanes deben tener, por supuesto, derechos políticos en su entorno territorial histórico, pues no en vano han demostrado en el pasado su capacidad para organizar comunidades avanzadas y distintivas. Su aportación al progreso es innegable mal que nos pese y no obstante la situación actual de muchos estados de la órbita árabe. Eso sí, estos derechos político-territoriales de los moros me parecen razonables siempre que no colisionen con los que algunas potencias occidentales puedan tener, de forma justificada, en el norte de África. España, por ejemplo.
13 comentarios:
un moro me contó un día, en Ksar Seghir, más o menos lo mismo que he leído en este post. Me hablaba de España Musulmana, Al-Andalus, y tal y cual. Le mandé a tomar por culo, y él a mí claro.
Tu propuesta de reducir el número de paises sería muy bien recibida por los estudiantes de primaria. Yo añadiría la prohibición de dar nombre a montañas de menos de 5.000 metros y a ríos de menos de 500 kilómetros. Así en dos meses acababan el curso y tendrían más vacaciones.
Bromas a parte, coincido contigo, Neri, en que un menor número de países facilitaría las cosas y serviría para mejorar la situación de las personas. Pero se ve que la mayoría piensa que no es así y que el buey solo, bien se lame. Me parece un error, pero es lo que hay.
El problema de tu planteamiento es lo que ha dado a entender Zorro de Segovia: cuáles son esas "naciones con derecho a".
¿En qué punto de la historia nos detenemos? ¿Del 711 al 1492? ¿En 1898? ¿En la "propuesta" de Rai (Roma, Atenas, Jerusalén)? ¿En la época del Egipto Antiguo? ¿Por qué no, al menos para Europa-Asia-África, un único pueblo, el judío, ya que así lo quiso Dios y escrito está? Y aunque no se haya dicho así en la entrada, ¿por qué casualmente habría que detenerse en el momento justo que el sol no se ponía en el imperio español (o en otro parecido?
Sé que habrá argumentos para defender en concreto esta última idea, pero serían de similar peso a los que defendiesen propuestas diferentes pues a lo largo de la historia ha habido motivos para apoyar una cosa y su contraria con sólo fijar la mirada en momentos distintos.
El problema es que salvo el pueblo judío y los EEUU ningún otro ha sido elegido por Dios. Y si ahora el que "pita" es este último, pues será por méritos propios, en base a los cuales todos deberíamos comer hamburguesas, ser cada vez más incultos, más gordos y hablar con un chicle en la boca. ¡Córcholis, si eso ya ocurre! Sólo falta cambiarle el nombre al país para que se cumpla tu sueño.
Susituyendo "de América" por "de la Tierra" lo tenemos hecho.
Saludos para todos.
Arrepentidos los quiere el Señor, pero no tanto.Preve, Neri dejad de autocensuraros.A mi me gusta leeros.
Nos iría mucho mejor si los designios de los estados estuvieran regidos, no ya por uno pocos países sino, por una entidad única a nivel mundial, eso sí sería lo justo y equitativo, pero resulta algo idilico, utópico e inviable mientras existan terruños con aspiraciones todo poderosas a engrosar la extensa lista de paises que tenemos, en vez de luchar todos por un objetivo común de mejora general de las condiciones de vida en nuestro planeta.
Me gusta lo que han planteado Zorro e Ignatus, que han dado en el clavo del asunto y han abierto un debate delicado al que podríamos decidar semanas.
Además los países muy pequeños o recientes suelen ser a menudo fruto de consensos internacionales cuando no está nada claro a qué gran nación deberían pertenecer por haber estado vinculados a varias durante un número parecido de siglos. Un ejemplo en Europa podría ser Rumanía (¿debe ser húngara, turca, austríaca?)
Pues bien, aunque reconozco que en no pocos casos estamos ante un tema de voluntarismo y/o de poder (al final son los Estados más fuertes los que marcan la historia anexionándose no siempre a quien deben, sino a quien pueden), también opino que en la mayoría de ocasiones no es tan difícil determinar honestamente a qué órbita cultural pertenecen determinados territorios y de la mano de qué naciones han aportado su granito de arena distintivo a la Historia.
El buenísimo ejemplo que han puesto ustedes sobre el Al Andalus puede analizarse desde este punto de vista que propongo. Una lectura seria de la Historia nos lleva a concluir que todos los territorios ibéricos han estado cohesionados con la amalgama cultural cristiana y han formado parte de un proyecto coherente durante muchos siglos y desde luego a partir del nacimiento del concepto moderno de nación. Cabe entender el período musulmán como un paréntesis. Largo pero un paréntesis en lo que ha sido la dirección unívoca del proyecto España-Portugal (países que debieran en mi opinión ser uno solo). Además el dominio islámico en la Península jamás fue pacífico ni admitido por el conjunto de sus habitantes.
Eso sí, insisto, hay casos dudosos y estas dudas siempre las resuelve el que tenga más cojones o el Ejército más fuerte, está claro. Dejemos un espacio para que la Historia premie a los más inteligentes, audaces y decididos, ¿no?
El problema me recuerda, salvando las distancias, al palurdismo de los pueblos más pequeños de mi Región, que
se resisten tozudamente a fusionarse con otros municipios en aras de la eficiencia y del mejor servicio a sus vecinos, cuando dichas fusiones no atentarían contra la identidad de nadie (a veces son pedanías que se han convertido estúpidamente en municipios independientes).
Había que restaurar el Imperio Austro-Húngaro y acabar con esos chiringuitos que dices de los Balcanes, Chequia, eslovaquia, Hungría, Rumanía, etc. Luego Alemania tenía que cogerse un buen cacho de Polonia y el otro para Rusia que tambien se quedaría con todo el antiguo imperio ruso. Francia debía llevarse el BENELUX, España a Portugal, norte de Marruecos y Sahara, Italia todo lo que pille por ahi cerca, incluso parte de los alpes austríacos y d elos Balcanes, los países nórdicos todos en uno pa ahorrar, Inglaterra a Irlanda y si queda luego por ahí alguno suelto, ya se vería o se reparte como buenos hermanos.
Nunca, desde que te leo, me había topado con una entrada con la que estuviera más en desacuerdo. Me recuerda -salvando las distancias- a los argumentos de quienes quieren reducir la población. Yo querría que hubiera MUCHOS MÁS países. Concretamente a España no le ha venido especialemnte bien ese intento de concentración llamado UE
Me parece que ustedes están hablando de estados, no de países. Los países son los que son, cada cual reconoce a sus iguales y a los que no lo son. Si hay 300 o los que sean, pues eso. Otra cosa son los estados, un concepto más elaborado y con carga administrativa, con consecuencuias legales: derechos y obligaciones para cada ciudadadno de un estado determinado.
Me ha encantado el recordatorio que ha hecho Dulcinea del imperio austro-húngaro, un engendro multiétnico, religioso y lingüístico, casi imposible de manejar y que no aguantó la primera derrota militar que tuvo.
Yo creo que los estados actuales son consecuencias de la historia, y que la historia determinará el futuro. De momento, podrían jerarquizarlos: primera división, segunda , segunda B, etc, como la liga, ya que es evidente que (por decir algo) Alemania pesa mucho más que Malta.
Dentro de unos limites no veo mal que la gente con una misma lengua y cultura quiera autogobernarse pero otra cosa son los abusos de que cada valle se crea con derecho a la autodeterminación.
Pimpinela, la UE no tiene nada que ver con el post porque la UE no es un país que absorba a otros sino una organizacion internacional en la que estan integrados varios estados aunque les quita soberanía. La UE no es que haya menos paises si no que se asocien para cosas comunes.
Eres la hostia, Neri: un año sin visitarte, y cada vez peor.
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