Uno de mis géneros musicales favoritos son las bandas sonoras de cine. Si me gustan tanto es porque los responsables de componer o seleccionar música para las películas siempre buscan provocar sensaciones al espectador (suspense, ternura, miedo, tristeza, susto…) y por eso los temas escogidos suelen tener una carga emocional mucho mayor que las piezas o canciones normales. Desde hace años colecciono este tipo de música y he encontrado verdaderas joyas que me han transmitido muchas emociones.
Por eso he pensado crear una nueva sección de La pluma viperina, bajo el título OPERACIÓN B.S.O. , en la que se incluirán, con un breve comentario, bellas composiciones de distintas soundtracks de la historia del cine.
Eso sí, me permitiré la licencia de incluir canciones que aparezcan en alguna película aunque no se compusieran expresamente para la gran pantalla. También pondré música de series de televisión.
Como sé que varios lectores comparten mi afición, les animo a participar remitiendo cuando quieran a laplumaviperina@gmail.com sus bandas favoritas, redactando una breve nota para encuadrar la pieza y la película, así como el código de Goear o de Youtube correspondiente.
Por eso he pensado crear una nueva sección de La pluma viperina, bajo el título OPERACIÓN B.S.O. , en la que se incluirán, con un breve comentario, bellas composiciones de distintas soundtracks de la historia del cine.
Eso sí, me permitiré la licencia de incluir canciones que aparezcan en alguna película aunque no se compusieran expresamente para la gran pantalla. También pondré música de series de televisión.
Como sé que varios lectores comparten mi afición, les animo a participar remitiendo cuando quieran a laplumaviperina@gmail.com sus bandas favoritas, redactando una breve nota para encuadrar la pieza y la película, así como el código de Goear o de Youtube correspondiente.
Para romper el hielo en esta primera entrega, hoy le toca el turno a una peli estrenada hace pocos meses a la que tengo pensado dedicar unas reflexiones en otro post. Se trata de Invictus, producida y dirigida por Clint Eastwood, que aborda la utilización por Nelson Mandela de los mundiales de rugby de 1995 en Sudáfrica con fines políticos y propagandísticos. Estaba viéndola con mucho interés cuando de repente comenzó a sonar una canción que me produjo un amago de escalofrío seguido por una sensación de paz. Se trata de Colorblind, un tema especialmente compuesto para esta cinta que quiero compartir con todos.