domingo, 11 de julio de 2010

EL COMENTARIO DE LA SEMANA (50): UN FETO MARINO

Antes que nada, un poquito de música para ambientar la jornada:



El mejor comentario de las dos últimas semanas ha sido:

"(...) En cuanto a emparejarte, siemp
re me cupo una duda: el marido de Cristina Almeida ve a la susodicha como un feto marino; o es capaz de encontrarle su aquél a esa verruga gorda y a ese rostro "aporcinado".

"Quizir", hay un plano subjetivo
: uno ve más guapo a su pareja de lo que es -eso es indudable. Pero hasta qué punto es consciente de lo horrible que en sí es o al menos le parece a la mayoría.

De qué forma afecta eso
a la autoestima del que tiene una pareja "mal considerada"? Conocéis a alguien que sea consciente de que su mujer o novia es feísima o que lo es al menos para los demás? (...)".

Aut
or: Aprendiz de brujo

5 comentarios:

  1. "siempre me cupo una duda: el marido de Cristina Almeida ve a la susodicha como un feto marino; o es capaz de encontrarle su aquél a esa verruga gorda y a ese rostro "aporcinado"."

    Eso es poesía y lo demás... lo demás tonterías...jajaja

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  2. Garcias a La Pluma Viperina por este inmerecido reconocimiento, gracias a Sandra por su comentario, y gracias al anónimo por su opinión tan halagadora.Gracias a todos. Semos campeonesssssss

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  3. "...y que evitáramos comentarios de mal gusto.La única norma de La pluma viperina..."

    Por lo que veo...no es que no lo evitéis(el mal gusto):
    NO LO EVITÁIS, LO FOMENTÁIS

    Es lamentable la imagen que dáis de vosotros mismos.
    ¡Qué pena!...necesitáis a vuestro lado un florero que os suba la autoestima.
    Por lo que veo

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  4. Hemos invertido el orden de los comentarios de Aprendiz de brujo y del anónimo, ya que el de este contenía muchos intros innecesarios que dificultaban la lectura del blog. La última bromita así, Anónimo, ¿le queda claro?

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Agradecemos tu interés por el blog y valoramos muchísimo tus comentarios. Sería ideal que intentáramos centrarnos en el tema propuesto y que evitáramos comentarios de mal gusto. La única norma de La pluma viperina es el máximo respeto hacia todos los participantes.