A lo mejor hay quien piensa que es una contradicción, pero he de reconocer que, pese a mi fobia manifiesta al papel histórico de Estados Unidos en el mundo y a su mentalidad política, económica y social, me encantan el cine y la comida americana. Hoy voy a hablar precisamente de esta última para comparar tres restaurantes de estilo yanqui que hay en Valladolid.
Aunque como ya dije un día, no hago ascos al McDonalds ni al Burger King, obviamente prefiero otro tipo de establecimientos donde el servicio, la calidad y, por qué no decirlo, el ambiente, están mucho más cuidados. En España ha habido varias experiencias de restaurantes genuinamente estadounidenses. La primera de ellas fue Planet Hollywood, que ha terminado fracasando estrepitosamente por su incapacidad para conectar con el público español, por sus precios muy poco competitivos y, seguramente, por sus fastuosos e inútiles gastos de promoción. Los Planet de España en los que yo he comido han cerrado todos.
Sin embargo, la cadena Foster´s Hollywood sí ha triunfado. Desde hace diez años soy cliente de Foster y debo decir que los restaurantes de esta marca que conozco en varias ciudades me encantan. Aunque su local en Valladolid (en Parquesol) no me parece el mejor que he probado, nadie puede negar su estilo, su variedad y, lo más importante para mí, la calidad de su carne. Sus hamburguesas son deliciosas, difícilmente imitables, y hay un sinfín de entrantes y complementos para elegir. No obstante, para mí Foster Valladolid tiene dos puntos débiles: uno, que no permiten reservar mesa, por lo que los fines de semana te puede tocar esperar una hora o más debido a su enorme volumen de comensales; y dos, que cuando tienen demasiada gente van muy deprisa en la cocina y ello repercute en las hamburguesas, pues a mí a veces me la han cocinado mal o me la han quemado un poco. En esto último influye también el grosor excesivo de los filetes, que los hace más difíciles de coger el punto en la plancha.
Hace no muchos años han abierto en Arroyo de la Ecomienda el Brook Steakburguer, un pequeño restaurante con el mismo tipo de comida que ofrecen en el Foster pero con la simpática nota de imitar el ambiente de un local de hamburguesas americano de los años 60, con la decoración típica, las gramolas esas para elegir canción y el vestuario de los camareros, logradísimo. Sin embargo, fui muy ilusionado a cenar con unos cuantos amigos hace dos meses y sufrí cierta decepción. La comida no está mal, pero es mejorable y, en cualquier caso, sensiblemente inferior a la de Foster´s Hollywood para un precio muy similar. La carne es bastante peor, el pan de las hamburguesas es pésimo y está más tieso de la mojama, y nos sirvieron patatas fritas viejas, de esas que ya saben un poco a revenido. Aunque sí se puede reservar mesa, el defecto más grave del Brook es la risible dimensión del establecimiento, que les obligó a arrinconarnos como a sardinas en lata. Dado el éxito del negocio, deberían hacerse con otro local porque, la verdad, no se está cómodo. El punto más fuerte a su favor, insisto: la ropa y las gorritas de los empleados, que me parecieron geniales.
Para terminar dedicaré unas líneas a la franquicia del Peggy Sue´s en la ciudad, que ha abierto la semana pasada en la calle Gamazo y ha tenido un éxito sin precedentes en la inauguración y en los días inmediatamente posteriores, hasta tal punto de que algunos de mis amigos y familiares han tenido que desistir de cenar allí el finde pasado. Yo he estado ayer y voy a enfocar mis comentarios desde tres puntos de vista: comida, decoración y servicio.
En el primer aspecto, no puedo sino lanzar mis más entusiastas alabanzas al restaurante. La carta es excepcional y, sobre todo, originalísima y americanísima. Hamburguesas genuinas y de una calidad de sobra a la altura del Foster (a mí me parecieron incluso más jugosas), unos hotdogs enormes, deliciosos y divinamente aliñados, una presentación de los platos preciosa, divertida y muy superior a la de la cadena hollywoodiense, y unos postres y complementos yanquis al 100%. Muy destacables me parecieron los detalles de un helado azulito con sabor a gominola o más concretamente al palote Maski, un brownie delicioso y la sustitución de la europea Fanta por la cinematográfica Pink lemonade. Todo ello a un precio aceptable.
La ambientación y los decorados están más logrados que los del Brook, a excepción de la ropa de los empleados. De verdad te sientes metido, mientras comes, en la película Grease o en la primera de Regreso al futuro.
La organización y el servicio son los únicos aspectos en los que todavía deben mejorar. Digo todavía porque, hasta cierto punto, es comprensible que resulte negativamente explosiva la mezcla entre la bisoñez de sus jovencísimos encargados y camareros y la masiva afluencia de público que han tenido estas primeras semanas. Como simple anécdota contaré que hace dos sábados intenté comer allí y que, a pesar de estar abierto y con gente dentro, tenían la puerta atrancada y no dejaban pasar a quienes no hubieran reservado. Me explicaron muy amables que se les había terminado no sé qué y que se había estropeado la máquina registradora, por lo que, sintiéndolo mucho, no podían atender a más gente.
Por lo tanto, dejan reservar, pero, atención, porque su "sistema de rotación”, como lo llaman ellos, es abracadabrante. Intenté coger mesa a las 10, pero el encargado me dijo que, debido a los turnos, tenía que reservar a las 9.30 o a las 10.30, algo que no comprendí hasta el final de la cena. Este encargado, por cierto, cuando llegamos a cenar, estaba tan desbordado y tan tenso por el jaleo que parecía al borde de una apoplejía, llegando a perder la cuenta de a quiénes había acomodado y a quiénes no, y de si había tachado las reservas. A pesar de que no estuvimos mucho tiempo y a que buena parte del mismo se consumió en esperas por la descoordinación del personal, cuando llegó la hora del siguiente turno, justo al pedir los cafés, este nervioso muchacho se acercó a nuestra mesa y con sonrisilla forzada nos soltó a bocajarro que, si no nos importaba, nos iba a traer la cuenta porque ya había gente esperando por nuestra mesa. Algo absolutamente intolerable que no me ha pasado en la vida ni en los más cutres chiringos. Para acabar, se confundieron en la cuenta en quince euros a nuestro favor (éramos cuatro) y, cuando llamamos al responsable para hacérselo notar y pagar la diferencia, se armaron tal lío, los pobres, que al final nos lo perdonaron medio aturdidos, a pesar de que en la nota faltaban una hamburguesa doble y dos postres. Ver para creer.
Espero que la indiscutible calidad de esta nueva hamburguesería, que recomiendo vivamente, se vea pronto acompañada por una verdadera profesionalidad de los que la atienden, algo que sucederá sin duda en unos meses, cuando estos chavales se despabilen.
Yo también soy una gran fan de la cadena "foster hollywood", ciudad que visito, ciudad en la que tengo que comer/cenar ahí.
ResponderEliminarA mi el de Valladolid, situado en Parquesol, me desagrada especialmente porque encuentro que es un establecimiento pequeño, los de otras ciudades son mas grandes.
Lo que comenta de que en el de su ciudad no se puede reservar me parece que es política de la franquicia, ya que cuando intento reservar en los dos que hay en Pamplona me dicen que no se puede.
Los otros restaurantes que comenta en el post no los conocía... los apunto para ponerle remedio...
Un saludo.
A mi también me encantan estos restaurantes americanos, y por mi comería todos los días allí. En Jaén que yo sepa han puesto dos en estos últimos años: El Foster Hollywood y el Tommy Mel´s, y además están los dos puerta con puerta. El Tommy es muy de película de Grease y la comida está buenísima, y los cocteles! El Foster no me gustó tanto...
ResponderEliminarHe estado en el de la Flecha, el Brooks Steak porque me lo recomendaron muchísimo y también me pareció flojo y abarrotado. Quiero ir al peggy.
ResponderEliminarEn mi opinión, la calidad de la carne del Foster's es mucho mayor que la del Peggy. Y la hamburguesa en general, mucho más rica y fácil de comer.
ResponderEliminarNeri tengo metido el gusanillo con el Foster. a ver si nos damos un homenaje
ResponderEliminarHombre, lo de los cafés así hecho está fatal. Lo que sí he visto en algunos restaurantes es una indicación por escrito previa de que los cafés, caso de gran afluencia, se servirán en la barra (para dejar libre antes la mesa). Y cuando eso pasa me suena que alguna vez vi que al café te invitaba la casa.
ResponderEliminarHabrá que ir al Peggy un día de diario. Por cierto, a ver si es verdad que te gusta el estilo americano, Neri: ¿dejaste el 10% de propina? (qué malo soy).
Al peggy ese mejor k no vayáis,maliiiiisimo y cariiiisimo,x comer na,ay kda eso,ahora vosotros veréis
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