Los admiradores incondicionales de la civilización romana no deberíamos olvidar, aunque a menudo lo hacemos, la influencia decisiva que los etruscos tuvieron en Roma.
La nación etrusca se originó en el siglo IX a.c., al menos un siglo antes de los primeros pinitos de la monarquía romana, tras la agrupación en estados-ciudades (Veyes, Tarquina, Vulci, Populonia…) de varias tribus dispersas por la actual Toscana y parte del Lacio y de Umbría. De origen aún polémico, hay quien piensa que este pueblo provenía de oriente, ya que su lengua y costumbres diferían mucho de las de otros habitantes de la península itálica, pero la mayoría de historiadores actuales defiende su carácter autóctono italiano y justifica estas diferencias apelando al origen antiquísimo de su cultura.
Los etruscos alcanzaron un nivel económico y cultural excepcional gracias a la abundancia de sus recursos naturales (por ejemplo, minas de plata, de hierro y de plomo), a su posición estratégica privilegiada, a su poderío naval y a sus continuos contactos comerciales con Grecia, Fenicia o Siria, de quienes asimilaron ideas y costumbres y con los que sufrieron también importantes desencuentros, sobre todo con Grecia.
En pocos siglos, la civilización etrusca se convertiría en una de las más avanzadas del mundo clásico, debido a la profesionalización de su comercio, a su sofisticada artesanía y a sus revolucionarias técnicas agrícolas. Su compleja sociedad se basaba en la monarquía absoluta encabezada por la aristocracia y en una especie de burguesía, absolutamente inédita en aquellos tiempos, formada por ricos comerciantes y artesanos que participaban activamente en la vida política. Otro rasgo diferencial de la cultura etrusca es la relevancia social y hasta política que tenían las mujeres, que no estaban marginadas como sucedía en Grecia o en Roma, sino que tomaban parte en banquetes, decisiones sobre el patrimonio familiar o juegos gimnásticos públicos.
Entre los siglos VII y V a.c. los etruscos alcanzaron su apogeo, comenzando sus vínculos con Roma, a la que influyeron poderosamente, hasta el punto de que Tarquinio Prisco fue proclamado quinto rey de Roma en 616 a.c. y se incorporaron al Senado romano numerosos etruscos. Hasta la caída de la monarquía en el año 510 a.c., los usos y maneras de los etrusci fueron el pan de cada día en la vida romana.
Tras la impactante y humillante derrota a manos de los griegos (Hierón de Siracusa) en 474 a.c., el poder etrusco comenzó a decaer y no tardó en sucumbir al empuje de galos y romanos. La destrucción de Veyes por Roma a finales del siglo IV a.c. marcó un punto de inflexión en la progresiva pero acelerada pérdida de autonomía y absorción de la milenaria civilización itálica, que culminaría en el I a.c. con la obtención por todos los etruscos de la ciudadanía romana y la creación de la provincia de Etruria.
Entre los elementos culturales etruscos que influyeron en Roma destacan el ordenamiento urbanístico (las ciudades de planta ortogonal), la arquitectura (el arco, la bóveda y el pórtico), las insignias y símbolos políticos (las águilas en los estandartes), las luchas de gladiadores y los juegos, y la figura del arúspice o adivino, al que consultaban el Emperador y el Senado antes de tomar decisiones importantes o emprender campañas bélicas.
Tengo entendido que la lengua original de los estruscos era muy similar al actual vascuence que, según Sánchez Albornoz, era con diferentes matices, la lengua raíz de toda la Península Ibérica dominada por tribus de origen íbero y provenientes del Norte de África. Según esto, los etruscos también podían venir del mismo lugar.
ResponderEliminarCreo que actualmente se asume que el llamado pueblo íbero era más bien una cultura, que abarcó el Este y Sur de la península, y posiblemente originada aquí. Los íberos, como tales, no procedían de ningún sitio, eran los habitantes propios de la península desde tiempos ancestrales. El origen norteafricano de los íberos está bastante cuestionado, aunque es cierto que en estudios comparativos de ADN se ha detectado un parentesco entre bereberes y vascos que dificilmente puede asignarse al azar. Pero también es posible que los bereberes procedieran de la península.
ResponderEliminarNo sabía que los etruscos hablaban una lengua similar.