La semana pasada me contaba un inmigrante argentino que uno de los grandes cambios que notó al venir a España fue que aquí la gente, cuando va con los amigos buscando un bar, nunca entra en locales poco concurridos; prefiere los garitos atiborrados hasta la bandera donde apenas puede alcanzarse la barra. En cambio en su tierra todo el mundo busca espacios desahogados para tomarse un chisme tranquilo y sin que le aplasten. El motivo es que a los argentinos, a diferencia de los españoles, les molesta mucho el roce y si están tomando algo y les tocas levemente al pasar, se vuelven todo sorprendidos y tienes que disculparte y todo.
- Pero ustedes son otra cosa, ché, les gusta el rosesito así amorosongo, no más.
El caso es que me hizo pensar un poco en las diferentes actitudes ante el contacto físico. Porque la verdad es que yo en estos temas parezco más argentino que español. Reconozco que no me siento nada cómodo con que me anden sobando, aunque sea accidentalmente, y que no me salen por naturaleza determinados gestos efusivos como abrazos, palmetadas en la espalda, achuchones en el hombro o esporádicos agarrones o toques en el brazo del interlocutor mientras dura la conversación.
Es más, admito que ni siquiera me seduce esa costumbre de plantar dos besos a las mujeres que me presentan o a las amigas con las que me encuentro. Mucho menos a las compañeras de trabajo. Sin llegar a los extremos del genial Fernando Vizcaíno Casas, que opinaba que a las féminas solo las deberíamos besar en la mano o en la boca, sí opino que los dos besitos de marras bien podrían sustituirse por un “hola” o, si se trata de una presentación, por un neutro apretón de manos.
Mi evolución en este tema ha ido pareja a mi adquisición de tablas (tampoco muchas) en la vida social y profesional. De más jovencito no tocaba a nadie nunca y mantenía las distancias a rajatabla, pero el tiempo me ha enseñado que esta actitud, al menos en España, no tiene buena acogida y que procede disimular mínimamente mi frialdad natural repartiendo, en algunos casos, algún abracete, sujetando con la izquierda el brazo de la persona a la que tiendo la mano derecha o arreando alguna palmada cuando se hace una broma. No voy mucho más allá.
Sin duda doy importancia a mi intimidad y espacio físicos y me disgusta que los invadan injustificada o exageradamente.
Con todo, reconozco que no estoy del todo contento con esta forma de ser, porque aunque es cierto que en este tipo de gestos hay mucho de hipocresía y de rito social, no puedo negar que hay gente, algunos amigos y compañeros de trabajo incluidos, que son de verdad muy afectuosos y desean transmitir su confianza con el contacto físico. A mí me gustaría ser menos rígido y saber demostrar mi cariño por algunas personas con mayor soltura y expresividad, pero confieso que casi nunca me sale y que cuando lo hago es porque creo que debo hacerlo, no porque tenga ninguna gana.
Lo curioso del tema es que en mi familia son cariñosos y siempre se han prodigado muestras físicas de afecto, aunque sin exageraciones. Espero que no lea esto ningún psicólogo porque a saber qué conclusiones peregrinas podría sacar.
De todos modos la mesura me parece importante y no niego mi fobia manifiesta hacia determinados comportamientos, como por ejemplo tocar el cogote a alguien, que me parece una falta de respeto con connotaciones subconscientes de dominio-sumisión, o besarse entre dos amigos varones, que es una mariconada grave, muy grave, gravísima.
Si no quiero emigrar a argentina, tendré que seguir observando los usos y costumbres de mi entorno y hallar el punto intermedio entre lo que me pide el cuerpo y lo que es una exigencia mínima de la vida en la sociedad española.
- Pero ustedes son otra cosa, ché, les gusta el rosesito así amorosongo, no más.
El caso es que me hizo pensar un poco en las diferentes actitudes ante el contacto físico. Porque la verdad es que yo en estos temas parezco más argentino que español. Reconozco que no me siento nada cómodo con que me anden sobando, aunque sea accidentalmente, y que no me salen por naturaleza determinados gestos efusivos como abrazos, palmetadas en la espalda, achuchones en el hombro o esporádicos agarrones o toques en el brazo del interlocutor mientras dura la conversación.
Es más, admito que ni siquiera me seduce esa costumbre de plantar dos besos a las mujeres que me presentan o a las amigas con las que me encuentro. Mucho menos a las compañeras de trabajo. Sin llegar a los extremos del genial Fernando Vizcaíno Casas, que opinaba que a las féminas solo las deberíamos besar en la mano o en la boca, sí opino que los dos besitos de marras bien podrían sustituirse por un “hola” o, si se trata de una presentación, por un neutro apretón de manos.
Mi evolución en este tema ha ido pareja a mi adquisición de tablas (tampoco muchas) en la vida social y profesional. De más jovencito no tocaba a nadie nunca y mantenía las distancias a rajatabla, pero el tiempo me ha enseñado que esta actitud, al menos en España, no tiene buena acogida y que procede disimular mínimamente mi frialdad natural repartiendo, en algunos casos, algún abracete, sujetando con la izquierda el brazo de la persona a la que tiendo la mano derecha o arreando alguna palmada cuando se hace una broma. No voy mucho más allá.
Sin duda doy importancia a mi intimidad y espacio físicos y me disgusta que los invadan injustificada o exageradamente.
Con todo, reconozco que no estoy del todo contento con esta forma de ser, porque aunque es cierto que en este tipo de gestos hay mucho de hipocresía y de rito social, no puedo negar que hay gente, algunos amigos y compañeros de trabajo incluidos, que son de verdad muy afectuosos y desean transmitir su confianza con el contacto físico. A mí me gustaría ser menos rígido y saber demostrar mi cariño por algunas personas con mayor soltura y expresividad, pero confieso que casi nunca me sale y que cuando lo hago es porque creo que debo hacerlo, no porque tenga ninguna gana.
Lo curioso del tema es que en mi familia son cariñosos y siempre se han prodigado muestras físicas de afecto, aunque sin exageraciones. Espero que no lea esto ningún psicólogo porque a saber qué conclusiones peregrinas podría sacar.
De todos modos la mesura me parece importante y no niego mi fobia manifiesta hacia determinados comportamientos, como por ejemplo tocar el cogote a alguien, que me parece una falta de respeto con connotaciones subconscientes de dominio-sumisión, o besarse entre dos amigos varones, que es una mariconada grave, muy grave, gravísima.
Si no quiero emigrar a argentina, tendré que seguir observando los usos y costumbres de mi entorno y hallar el punto intermedio entre lo que me pide el cuerpo y lo que es una exigencia mínima de la vida en la sociedad española.
Buenos días Don Neri y compañía.
ResponderEliminarVerá: yo no tengo dudas de que no es necesario que emigre a Argentina.
Por cierto ¡anda que allí no se rozan bailando el tango...!
Usted mismo comenta que es perfectamente capaz de sentir afecto pero que le molesta el contacto físico.
No le doy mayor importancia.
Yo misma que soy de natural expresivo, reservo los abrazos para especiales circunstancias y con personas de mi sexo.
Por ejemplo, en casos en que una amiga sufre es muy recomendable "mostrar" físicamente ese contacto de proximidad incondicional.
En cambio, me encanta usar palabras cariñosas y las digo muy sentidamente: cariño, cielo, corazón, cada una es como piel con piel pero metafóricamente.
Es cálido y se agradece si se hace con naturalidad.
Tal vez sea una antigualla pero no trato igual a hombres que a mujeres. A los primeros tampoco les permito que me besuqueen. Me complace mucho más un amistoso apretón de manos.
Pero todos los extremos son malos: yo conozco a un médico chiflado que JAMÁS ha besado en la boca ¡a su mujer! porque dice que es antigiénico y que con estos "intercambios" se contagian las caries.
¿Qué le parece, lo ve?
¡Hombre, consuélese!.
Lo importante es hacer saber a la otra persona que simpatizamos, ¿cómo?, respetando las variadíiiisimas maneras de ser, (menos la del chalado que un día de estos se va a encontrar con que su mujer se ha ido con el del Butano)
Un abrazo (simbólico y verbal)
Asun
Pues me temo que estás muy equivocado, todos los argentinos que conozco son sobones de natural, no se si será sólo con las mujeres,pero desde luego conmigo no se cortan un duro...mi profe de pádel nos estampa a las cuatro dos besos a la llegada y dos a la salida...y eso que pintamos canas....en cada buena jugada, y por si las moscas algún otro....se pasa la hora besándonos y nosotras dejándonos hacer,jeje.....¡hay que ser más cariñoso leche...!no seas tan seco que parecerás mi abuela que de puro seca era clavada a la "collares"(¿sabes quien era?)
ResponderEliminar¡ANTIHIGIÉNICO!
ResponderEliminarQue no sé que diablos he puesto...
Esto de despedirse sin "tocarse" va a ser un problema...no puedo amndarle un beso, ni un abrazo...le mandaría un jamón, peeeroooo...
Asun
A mi me pareces un poco rancio Neri.yo tampoco soy muy dado al contacto físico con los demás.
ResponderEliminarConmigo ya es otra cosa.
Como en todo en el medio está la virtud.
No soporto a los sobones. Ni las apestosas aglomeraciones. Ni los bares y playas concurridas.
Pero reconozco que la gente cariñosa, afectiva me transmite buenas vibraciones.Y un abrazo en las grandes ocasiones se agradece.
Lo de besar a un amigo tampoco me va.
Sin embargo en mi familia siempre nos hemos besado los varones con mucha naturalidad y la gente mayor agradece mucho esas muestras de afectos.
Y lo de cielo, cariño, corazón,no me va demasiado entre personas cercanas.
Ya no te voy a decir lo que pienso de las mozas que se toman la libertad de llamarte cielo o cariño sin conocerte de nada.
Me dan ganas de preguntarles si hemos yacido juntos y no lo recuerdo.
Aprendiz:
ResponderEliminar¡Hola,¿que tal?!
He leído tu comentario y creo que por alusiones me he reconocido y debo aclarar que cielo, cariño y corazón, son mimitos para las AMIGAS, jamás se lo diría a un varón en la vida social...y menos sin conocerlo...
Perdona, brujo, pero quería aclararlo porque me he visualizado a mí misma haciéndolo y ¡puf! que feo.
¿No te importa que te salude cordialmente, verdad?
Pues, eso, muchas gracias.
P.D. ¿CÓMO SE LE OCURRIRÁN A NERI ESTOS TEMAS TAN BUENOS Y QUE DAN TANTO JUEGO?
¡Bienvenida, Semilla! A mí este tema me lo ha contado un salteño que vive en Madrid y no sé si será verdad. Tenga cuidado con su profesor de paddel...
ResponderEliminarAsun, es que bien pensado los besos en la boca son una marranada por lo de los microbios y demás, pero creo que compensa.
¿Rancio yo, Aprendiz de brujo? Le voy a ... Lo de "conmigo ya es otra cosa" me ha hecho gracia, pero le participo que un lector del blog me ha reconvenido cristianamente por el contenido verde y marrón cada vez más habitual del blog, así que tenga cuidado...
A mí lo que me encabrona mucho es que me llamen "hijo".
jajaja yo soy un poco como tú, no soy muy cariñosa que digamos, son sólo formas de ser. Yo soy más de dejarme querer que de mostrar cariño. Cuando saludo a alguien a veces le doy dos besos y otras no, lo que sí que no me gusta es que mientas hablo con alguien me agarre las manos o brazos, pero porque me incomoda hablar tan cerca. Mi hermano chico sí es un soba, y a mi me pone negra, y le digo que no se puede estar dando besos todo el santo día...
ResponderEliminarUna vez mi amigo me presentó a una chica, y nos dijo que no le diera dos besos que no le gustaba, y era una situación un poco tensa porque te quedas que no sabes que hacer... pero eso son extremos.
Es un placer que me saludes. Te leo siempre con atención, desde la sana discrepancia la mayoría de las veces.
ResponderEliminarMe pareces extraordinariamente amable con todo el mundo y muy generosa en los adjetivos hacia los demás.Y había entendido tu comentario.No te conozco, pero no te imagino diciendo cariño o cielo a un desconocido.
No era alusión directa sino una aportaciópn adicional, abundando en el asunto de esas formas que a menudo se utilizan entre los cercanos,(como es tu caso).
Que tengas buen día.
¡Gracias brujo por tu contestación y tu amabilidad!
ResponderEliminarNo voy a acaparar más - me disculpo por ello - pero quería decir que si todos nos esforzáramos por ser más cordiales, vivir sería más agradable.
Gracias por darme tanto espacio, ¡hoy me he ido entusiasmando, ya digo me encantan los debates de este blog! pero, reitero, perdón por "la paliza"
Asun
Complejo de minusvalía afectiva, sr. Neri. Ha tenido mala suerte: este post acaba de leerlo un psicólogo.
ResponderEliminarEs broma, es broma: ni soy psicólogo ni creo que tenga ningún complejo a la vista de lo que nos cuenta en este post. Como le he dicho otras veces, aprecio de manera especial este tipo de artículos en los que transmite sensaciones bastante personales. Gracias por compartirlas con nosotros.
La expresión del afecto y de la cercanía hacia alguien es una cuestión desde luego muy particular de cada uno y en la que influyen más cosas aparte de la cuestión puramente física, como ya han apuntado los comentarios anteriores. Hay personas que dan abrazos muy efusivos pero resultan tremendamente frías y distantes, y hay personas que con un simple apretón de manos transmiten calidez y cariño. Creo que hace mucho la actitud general, la expresión de la cara, la mirada, la sonrisa, incluso la expresión corporal en general (aproximación o distanciamiento del torso, posición de los brazos y de las piernas...). En definitiva, no creo que se trate sólo de decidir si dar la mano o un abrazo o 2 besos, sino que mi impresión es que lo que importa es lo que se quiere transmitir, ya sea de manera consciente o inconsciente.
Yo creo que tiendo a ser bastante afectuoso, pero como sé que cada persona es un mundo en estos temas, suelo optar por transmitir ese afecto con esas otras cosas que no son de contacto físico. Prefiero ser moderado en la demostración física del afecto pero ser generoso con todos esos otros signos, utilizándolos para transmitir mi grado de afecto y cariño.
Otra cuestión de la que usted habla, para mí un poco diferente, es la del "espacio vital". Ese espacio que cada uno necesita para sentirse a gusto en cada circunstancia: desde muchos metros en una playa tranquila hasta apenas un resquicio en la primera fila del concierto del grupo de música favorito. Espacio que es muy distinto de unas personas a otras. La concurrencia más o menos alta que buscamos en un bar es un claro ejemplo, como pone de manifiesto el sr. Neri y su conocido argentino. Pero hay muchos más. ¿No les ha pasado nunca en un supermercado semivacío que, analizando tranquilos la enorme variedad de yogures, por ejemplo, llega una persona (suele ser una señora mayor) y se pone justamente al lado, casi rozándose, y empieza a mirar y toquetear los mismos productos que ustedes están mirando?
Me ha encantado este cruce de comentarios entre Asunción y Aprendiz de Brujo. Permítanme echarles unas flores: cada uno en su estilo y con su manera de ver las cosas, ¡los dos son brillantes!
Saludos a todos
Hola a todos (sin besos ni nada). El contacto físico ha sido una evolución en mi persona, acorde con el camino de la vida. Reconozco que no me gusta que me aplasten en los bares, de hecho no me gustan los bares (aunque voy a ellos cuando no me queda más remedio para relacionarme), pero el contacto físico con alguien conocido es una ruptura de la soledad y supone un acercamiento, que psicológicamente crea confianza. Saludar con besos o con un apretón de manos, no le había dado mucha importancia hasta que me he encontrado en el extranjero, sin gente conocida a mi alrededor, es decir sin contacto físico con nadie. En Italia se saluda a todo el mundo con un apretón de manos, a parte de las primeras situaciones en las que me encontraba con la mano extendida cuando yo estaba a medio camino de los dos besos correspondientes, eso me ha causado una sensación de lejanía bastante desagradable, que he terminado rompiendo despidiéndome con dos besos a los cuatro amigos con los que me relaciono. Pero como dice el Sr. Al Neri, estoy en Italia y hay que ser un poco listo para moverse socialmente allá donde estemos, de besos nada, solo apretón de manos, pues ellos se lo pierden. Todo depende de las circunstancias.
ResponderEliminar¡GRACIAS ÁLEX!
ResponderEliminarTe mandaría un beso pero hoy estamos contenidos por respeto a Al.
Confórmate con un pellizquito maternal :-))))
Me sorprende lo que cuenta de los argentinos. Los tenía por más dados al roce y los pocos que conozco, pues eso, son más efusivos.
ResponderEliminarYo debo ser como la gran mayoría que circula por este blog (o por lo menos que comentan), pues no soy mucho de sobeteo. Hace años alguien me dijo que lo educado y cortés al conocer una chica no era plantarle dos besos en la cara, sino esperar a ver qué hacía ella. Lo de "esperar" se entiende en décimas de segundo. La verdad es que evitas situaciones ridículas como la que cuenta Espartaco al acercar tu cara a la de la otra persona y ver su mano extendida.
Me ha sorprendido lo de los besos a los amigos del mismo sexo. Lo he debido ver tan poco, que ni lo recuerdo. Yo sólo los doy a familiares (y hay algunos a los que ya me cuesta).
Ahhhh, lo del médico ese es para hacérselo mirar
ResponderEliminarYo soy mucho de dar besos pero siempre con lengua, que no piense nadie que me da asco o que soy escrupuloso.
ResponderEliminarPero más allá de eso no suelo ir: sobarn el paquete, oler las axilas,... lo reservo sólo para los amigos en fiestas señaladas.
Saludos.
Me muerooooooooooo Ignatuuuuuuuuuuuuuuuuus................no puedo más!!!! ahhhhhhhhhhhhhhhhhh......
ResponderEliminarEsa fotooooooooooo!!!
Me va a dar algoooooooooooooooooooo...
con lengua dice.... jaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa.....
ResponderEliminarLo siento Nagore, estuve viendo fotos de la Duquesa y me sentí obligado a poner esta en mi perfil. Pero son peores las que he usado en una entrada de mi pseudo-blog.
ResponderEliminarJajajajaja...
ResponderEliminaray! por favooooooooor...que me ha dau un "parraque" y se me quemao la tortilla!!!
ResponderEliminarYa se ha pasao, ya se ha pasao...ea
Sr. Neri entiendo que si a usted le pillan éstos por la calle tambien le iba a dar algo no???
ayyy... Ignatus
Pues que sepas que soy la "namber uan" del CLUSS DE FANS de la Duquesa de Alba, es mi ídola! me encanta esa mujer.
Me voy, me voy... que hoy no ceno.
Muchos besos a tod@s!!!
Yo con lo de dar dos besos en la mejilla a una mujer no tengo problemas, pero eso de estar en un local pequeño y hasta arriba de gente...¡como me agobia!.
ResponderEliminarLo mío sí que es grave y de hacermelo mirar por un especialista. Mis primos me llaman seca porque nunca he sido de dar besos, en cambio a mis hijos los persigo todo el día con el morrito puesto. No soy de contacto físico ni con hermanos ni con mis amigas, me cuesta mogollón y con mi marido y mellis estaría todo el día achuchándolos.
ResponderEliminarJoer, acabo de releer y estoy para que me encierren.
AdB ¿las miembrAs de tu club de fans podemos llamarte cariñotesorocielitolindo?????
Perroviejo:
ResponderEliminarLo siento pero AdB despues de arduas negociaciones esta tarde, ha llegado a un acuerdo conmigo y soy la ÚNICA que puedo llamarla "cariñotesorocielitolindo" que para eso soy la que se lo ha inventao.
Y va superenserio.
¡Aaah, se siente!
Lo de ignatus no tiene nombre: bueno sí ¡resalao!
Buenas noches a todos
Asun
Bueno, bueno, sorprendido me hallo de descubrir la red existente de blogs y comentaristas. ¡Esto parece "Friends"! He echado un vistazo a los blogs de Asunción y Aprendiz y, claro, he visto muchos comentaristas conocidos. Yo, sinceramente, no sé si voy a poder sacar tiempo para participar bien en más sitios, así que de momento permítanme seguir dándole a esta pluma...
ResponderEliminarEnhorabuena, eso sí, por la actividad tan intensa en éste y los otros blogs.
Un problema parecido ha sucedido con Ben Laden.
ResponderEliminarEntraron los yankees en la casa, y no sabían cómo saludarle.
El soldado no sabían qué procedía, si un abrazo, un beso, un saludo, así que ante la duda le arreó dos tiros y salió de dudas.
Marian, Asun.., porque ayer estuve cenando con mi madre, y me recordó el infinito respeto que se ha de tener a las señoras casadas y con descendencia, que si no sus ibais a enterar...
ResponderEliminarVosotras todavía no os habeis dado cuenta de que soy un adolescente emocional...
En fin. Saludos cordiales y respetuosos para las dos.
Ignatus, vaya calderos que se gasta la duquesa, macho.
Sosegada ya mi alma tras la conmoción de anoche...
ResponderEliminarBuongiorno Espartaco, me he sentido reflejada en su comentario, yo tambien me encuentro en "tierra extraña" y no me acostumbro. Solo que a mí me pasa al contrario, aquí todo el mundo se besa, varias a veces al dia, cuando te ven y cuando se despiden. Si te encuentras con la misma persona en tres ocasiones a lo largo del dia, suman un total de 6 besos que te planta por varios dias en semana multiplicado por mucha gente... un espanto!!!
Yo siempre doy la mano y me lo acaban cogiendo todo.
Solución, como hacemos en Bilbao:
desde la acera de enfrente levantas la mano "parriba" y dices iep!! o eup! o aupa! y luego dices:
- ya vas?
- siiii.. ya voy!
pero nunca dices a donde.
A mí me pasa igual que a Mariam, yo a los niños chicos es que me los como!
ResponderEliminar¡¡¡POR DIOS, NERI, AYÚDEME!!!
ResponderEliminarJUAS, JUAS, JUAS....
Alguien debía haberme advertido de que AdB y "Aprendiz" eran respectivamente hombre y mujer ¡ y no la misma persona femenina que yo conocía!
Ahora, tengo la cabeza como un bombo, he desairado a una y he piropeado al otro...le ha llamado "cariñotesorocielitolindo" a un tío que ni siquiera conozco!!!
Oiga, esto da para un post. ¡Ja, ja, ja!
¿No podría usted, tan caballero, salir en mi auxilio y corroborar a Adb que no soy un pendón ni una demente?!!!!
Gracias mil, en realidad esto es divertidísimo, me lo estoy pasando estupendamente pero, quizás, este buen señor ande desorientado. A mí me ha advertido ella que se estaba ¡tronchando!
Un saludo y ¡un beso para que se vaya acostumbrando, tomélo como venido de una "Pigmalión de la afectividad!...
Asun
En este trabajo que hago ahora todo el mundo se empeña en tocarme el brazo, no me había dado cuenta hasta que lo he leído por aquí.
ResponderEliminarConfieso, Asunción, que iba a intentar deshacer el entuerto de los Aprendices pero pensé que no era a mí a quien correspondía, menos aún cuando el propio caballero Aprendiz de Brujo ignoró la cuestión, sospecho que con esa picardía que parece caracterizarle y que es una de las causas de que tenga club de fans.
ResponderEliminarEn cualquier caso, está usted simpatiquísima últimamente, así da gusto.
Alex gracias por confiar más en mi picardía que en mi despiste...Convencidito estaba de que el vino que bebe Asunción no es blanco, no es tinto, ni tiene color.
ResponderEliminarYo ya me había puesto en guardia patacar.No pasa nada. Todo aclarado.
Que tengais todos un buen día.
ESTE MENSAJE ES PARA ASUNCION!!! ésto es algo muy, pero que muy importante. Por favor, ábrelo cuanto antes, ES URGENTE!!!
ResponderEliminarESTE MENSAJE ES EN RESPUESTA PARA NAGO Y POR EXTENSIÓN PARA TODOS:
ResponderEliminar¡¡¡UN MILLÓN DE GRACIAS!!!
¡¡¡VIPERINOS SOIS MARAVILLOSOS!
¡¡¡ BESOS Y ABRAZOS - sin que sirvan de precedente - DESDE MI MÁS CARIÑOSA EMOCIÓN!!!
¡¡¡Cava catalán para todos!!!
(¡Ojalá la copa fuera real...la intención es la pura verdad!)
Asun
Asun
¡Muchas felicidades, Asun! Que pase buen día.
ResponderEliminarMuchísimas felicidades Asun!!!! pásalo genial!! Besoss
ResponderEliminarNo creo que sea una realidad muy común en Argentina.
ResponderEliminarAl margen de eso, lo de la mayoria de gente prefiera ir a un bar lleno de gente en vez de vacio o con poca gente, ratifica-aun más si cabe- que somos uno de los pueblos más borregos de la tierra.
De algo vendra eso de:"¿Ande va la gente?, donde va Vicente"