Hoy voy a dar mi opinión sobre pecados y castigos divinos. Como soy un gran ignorante en temas teológicos, no sé si estaré diciendo muchas herejías y por eso ruego a los entendidos en Magisterio de la Iglesia que me corrijan si es menester.
Tengo la certeza de que Dios nos castiga por nuestros pecados. No siempre, claro, porque Dios es infinitamente misericordioso y seguro que todos merecemos mucha más caña que la que recibimos, pero en líneas generales sí suele haber un castigo asociado a nuestras faltas.
Sin embargo yo no acabo de concebir estos castigos como grandes sucesos apocalípticos, rayos que caen del Cielo, enfermedades o desastres naturales que asolan a los pecadores. Quizá a veces pueda ser así, pero no me convence mucho esta idea. Más bien creo que las desgracias personales en forma de mazazo rotundo son consecuencia de un azar que el Señor no administra, porque si no…¡cualquiera tiene Fe con las cosas que pasan en el mundo! Son, digámoslo así, una manifestación del libre albedrío humano, que es un gran don de Dios a veces con contrapartida desagradable.
Por eso a mí me parece que los castigos divinos al final no son más que una consecuencia bastante lógica de nuestros pecados. Porque si lo pensamos detenidamente, las reglas morales no están inventadas al buen tuntún, por capricho, sino que tienen la finalidad última de proteger a las personas. Y así, el que incumple estas reglas, o sea peca, se está dañando o castigando a sí mismo.
En otras palabras: cuando pecas satisfaces un capricho o placer a corto o medio plazo, pero a la larga el desliz pasa factura. Y esa factura es a lo que yo llamo castigo divino.
Voy a poner algunos ejemplos:
- Un soberbio que se cree más que nadie y se dedica a cantar las cuarenta a todo el mundo, es probable que sea respetado o temido durante un tiempo, pero su castigo a largo plazo será discutir con todos sus seres queridos, perder a sus amigos y quedarse más solo que la una.
Tengo la certeza de que Dios nos castiga por nuestros pecados. No siempre, claro, porque Dios es infinitamente misericordioso y seguro que todos merecemos mucha más caña que la que recibimos, pero en líneas generales sí suele haber un castigo asociado a nuestras faltas.
Sin embargo yo no acabo de concebir estos castigos como grandes sucesos apocalípticos, rayos que caen del Cielo, enfermedades o desastres naturales que asolan a los pecadores. Quizá a veces pueda ser así, pero no me convence mucho esta idea. Más bien creo que las desgracias personales en forma de mazazo rotundo son consecuencia de un azar que el Señor no administra, porque si no…¡cualquiera tiene Fe con las cosas que pasan en el mundo! Son, digámoslo así, una manifestación del libre albedrío humano, que es un gran don de Dios a veces con contrapartida desagradable.
Por eso a mí me parece que los castigos divinos al final no son más que una consecuencia bastante lógica de nuestros pecados. Porque si lo pensamos detenidamente, las reglas morales no están inventadas al buen tuntún, por capricho, sino que tienen la finalidad última de proteger a las personas. Y así, el que incumple estas reglas, o sea peca, se está dañando o castigando a sí mismo.
En otras palabras: cuando pecas satisfaces un capricho o placer a corto o medio plazo, pero a la larga el desliz pasa factura. Y esa factura es a lo que yo llamo castigo divino.
Voy a poner algunos ejemplos:
- Un soberbio que se cree más que nadie y se dedica a cantar las cuarenta a todo el mundo, es probable que sea respetado o temido durante un tiempo, pero su castigo a largo plazo será discutir con todos sus seres queridos, perder a sus amigos y quedarse más solo que la una.
- Una persona envidiosa sufrirá un infierno comparándose con todo el mundo que tiene o sabe más que él. ¿Hay peor castigo?
- Un avaricioso vivirá angustiado y tenso por su afán de enriquecerse y si llega a ser rico, mucha gente –incluso su pareja- solo le querrá por el interés. ¡Qué triste!.
- Un promiscuo puede gozar mucho de los placeres del sexo, pero si su conducta es persistente y huye siempre del compromiso y del amor, terminará distorsionando su relación con las mujeres, incapacitado para amar de verdad cuando le llegue el momento (que ya es duro) y lo más seguro que abandonado y solo cuando pierda la juventud y su físico deje de cotizar en el mercado.
- La gente que comete gula comiendo o bebiendo en exceso terminará casi seguro teniendo graves problemas de salud. En el caso concreto de la bebida, sufrirá marginación social.
- Quien comete delitos graves, roba o mata, o aquellos que cometen adulterio tarde o temprano son sorprendidos y pasan las de Caín, en la cárcel o con divorcios tortuosos.
- Las mujeres que solo saben enganchar a los chicos con su cuerpo tarde o temprano son abandonadas por otras. Como bien dice el Subdire, ¿para qué comprar la vaca teniendo la leche gratis?
- Si no amas a los demás ni te preocupas por ellos, al final eres un piltrafilla que gira sobre sí mismo y da menos frutos que un cáctus. Nadie puede ser feliz así.
- El que se acostumbra a mentir erosiona su voluntad y se termina convirtiendo en un pelele incapaz de afrontar la realidad y del que nadie se fía ni nadie toma en serio.
En definitiva, para mí el castigo a las inmoralidades se basa un poco en el refrán de que en el propio pecado se lleva la penitencia. En la mayoría de ocasiones es difícil imaginar un castigo más severo que el sufrimiento de los que echan a perder su felicidad con el pecado.
En definitiva, para mí el castigo a las inmoralidades se basa un poco en el refrán de que en el propio pecado se lleva la penitencia. En la mayoría de ocasiones es difícil imaginar un castigo más severo que el sufrimiento de los que echan a perder su felicidad con el pecado.
Estupenda entrada Neri.
ResponderEliminarMe ha gustado mucho y además se puede utilizar dentro del ámbito religioso como usted ha hecho o fuera de él.
"Quien mal anda, mal acaba"
Hay tantos puntos en común entre los valores religiosos y los valores humanos. Esos puntos tan importantes que se están perdiendo poco a poco y en los que deberíamos "machacar" en la educación de los niños. Los que somos padres debemos procurar que crezcan rectos y con valores para ser buenos hombres el día de mañana, pero en esta sociedad es muy difícil, tarea dura nos espera.
Parece que ahora todos nacemos en posición de exigir, creamos auténticos tiranos que se creen que solamente han venido a este mundo a disfrutar, a excederse en todo y a no pagar por ello.
Y como bien dice todo en la vida se paga, de una manera u otra se paga.
La esencia de tu entrada, Neri, la comparto.
ResponderEliminarY también lo que comenta Marian sobre los puntos en común entre valores religiosos y humanos. De hecho creo que si mañana se demostrase que Jesucristo no existió o descubrieran su cadáver en la supuesta tumba de Lorca, yo no actuaría distinto el resto de mi vida, pues creo que los valores cristianos son la manera correcta de moverse por el mundo, haya o no "vida eterna". Me llevaría un buen chasco, pero no cambiaría.
Me disperso. Lo que no comparto son las primeras líneas en las que sostienes que Dios castiga "pero no siempre" (¿qué lógica es esa?). Y, no sé, me parece que de hacerlo, Dios haría que la relación causa-efecto fuese más evidente, para reforzar su utilidad "pedagógica".
En cualquier caso sí creo que los pecados conllevan, inherentemente, un perjuicio hacia uno mismo. Siempre. Aunque a veces compense (o lo parezca).
En fin, saludos con prisas.
Mi querido Sr. Neri,
ResponderEliminarLa verdad es que estoy totalmente de acuerdo con ud. en que “las reglas morales no están inventadas al buen tuntún, por capricho, sino que tienen la finalidad última de proteger a las personas. Y así, el que incumple estas reglas, o sea peca, se está dañando o castigando a sí mismo.”
Pero, aún así, parte de una premisa errónea, o por lo menos mal expresada por ud. (perdone mi atrevimiento): “los castigos divinos al final no son más que una consecuencia bastante lógica de nuestros pecados.”… No. Las consecuencias (buenas o malas) que pueden derivarse de un acto no son ni un castigo divino, ni un premio divino…
Dios es un Padre que ante todo nos ha otorgado un don poco valorado por nosotros: la libertad. Y como don que nos ha concedido, Dios no anda dándonos golpes si la usamos mal, ni dando aplausos si la utilizamos bien…. Aunque como Padre que es “sufra” al ver el mal y “goce” al ver el bien… (Pongo entre comillas la palabra “sufra” y “goce”, porque teológicamente es incorrecto decir esto. Dios es inmutable… Pero yo de las cosas teológicas -respetándolas y aceptándolas- paso un poco, porque me siento incapaz de comprenderlas: soy demasiado pequeña para entender esas complejidades...)
Aunque es verdad, a pesar de la libertad que Dios nos ha concedido, que Dios puede intervenir cuando quiera, en los sucesos humanos… y de hecho, los milagros son intervenciones divinas: sucesos sin explicación racional posible... Pero esas intervenciones divinas, no suceden constantemente... para nada.
A mí no me 'mola' lo que pones.
ResponderEliminarLo primero que me ha venido a la cabeza es aquel episodio del Evangelio en el que Jesús explicaba que un ciego (o leproso, o lo que fuera) no lo era por pecado alguno, suyo o de sus padres. En fin, que desligaba los males de este mundo de nuestra actitud.
Cierto es que en al AT aparece la historia de Israel muy ligada a su comportamiento respecto a Yavhé, pero se supone que eso queda ¿superado? en la revelación plena que es Cristo. [El AT no se puede interpretar literalmente; la revelación de Cristo sí.]
Por otro lado, y más en plan mundano, no tienes más que mirar el mundo un poco más allá del ombligo de los que tenemos de todo en el primer mundo. Las cuatro quintas partes más pobres del mundo son sitio donde gente perfectamente inocente sufre miserias constantes; y donde los 'malos' son los que viven ricos, despreocupados, y muriendo en la cama (a veces en el primer mundo, con el dinero que han robado de aquí y de allí).
En fin.... que sí, si el pecado se comete con poca inteligencia parece que se paga en vida. Pero no es por pecado, sino por falta de inteligencia. Es la misma razón por la que los 'buenos' pero poco inteligentes también tienen 'castigo' sin necesidad de hacer mal alguno.
Por terminar... el magisterio de la Iglesia sostiene que Dios podrá ponerte o no a prueba (con 'males'). Pero esas prubas (o 'males') son sólo permitidos por Dios por entenderse que son para mayor bien de la persona en particular; ya sea para extraer lo máximo del mismo, para permitir una reconversión o para proteger a terceros.
(otro por último) La vida no es como las pelis. Aquí rara vez ganan los buenos, los malos se lo pueden pasar estupendamente, y nunca suena una musiquita al final de cada etapa/episodio/vida.
"Tengo la certeza de que Dios nos castiga por nuestros pecados. No siempre, claro, porque Dios es infinitamente misericordioso y seguro que todos merecemos mucha más caña que la que recibimos, pero en líneas generales sí suele haber un castigo asociado a nuestras faltas".
ResponderEliminar1-Como puedes tener esa certeza de que Dios nos castiga.... Tendrás la fe, la creencia...La certeza imposible.
2-No siempre poruqe es infinitamente misericordioso.... Esto suena contradictoria.la infinita misericordia debería dar lugar a que no nos castigara nunca.
3-Que nos merecemos más caña que la que recibimos....No te lo crees ni tú macho. Dios se merece más caña. No ha hecho un buen trabajo precisamente.Ya no te digo si pienso que estamos hechos a su imagen y semejanza.
El Euribor, la hambruna sexual, el precio del polvo en el puticlub, Zapatero, la vejez, las resacas inhumanas de los domingos, el triplete del Barca, la Junta de vecinos que tengo esta tarde, el menos cinco de Claver del otro día, el rechazo de Dulcinea, tus descojonos cuando suspendía Procesal en la carrera...Te pece poca caña la que mete el Creador, no me jodas.
3- Si suele haber un castigo asociado a nuestras faltas... y a nuestras virtudes también. Si eres egoista acabarás siendo infeliz y si eres generoso acaban dandote pol culo, (dicho en el sentido decente y heterosexual de la palabra).
Si eres lujurioso cabas frustrado porque puedes con todas menos con Dulci. Si eres casto acabas con unos callos en las manos como alubiones de la granja...
En fin, a mi Dios me tiene contento...
En todo esto hay varias cosas que no me cuadran. Conozco a personas que son unos auténticos malnacidos sin escrúpulos y que hacen todas las trampas que pueden y, sin embargo, les va fenomenal en la vida y no veo que reciban castigo ninguno. De igual forma, me he fijado que a la gente buena le dan por todos los lados. A algunos su bondad les tapa los ojos -quizás no sea así pero cada día comprendo menos a los buenos vitalicios- y, a otros, les causa tantas desgracias que, en ocasiones,se vuelen desconfiados y recelosos lo que, junto a los palos recibidos, les acaba arruinando la vida.
ResponderEliminarEs como las normas de circulación. En ppo., -ahora son sólo para recaudar- están pensadas para que no nos matemos pero no siempre se matan los borrachos que circulan a 200. Muchas veces éstos provocan los accidentes matando a familias enteras. También puedes ir conduciendo bien y tener un accidente por una pequeña distracción, una fatalidad... ¿Es culpa tuya?
En esto estoy con Miguel casi al 100%:
"si el pecado se comete con poca inteligencia parece que se paga en vida. Pero no es por pecado, sino por falta de inteligencia. Es la misma razón por la que los 'buenos' pero poco inteligentes también tienen 'castigo' sin necesidad de hacer mal alguno."
Por supuesto naturalmente que Dios castiga. Muchos creen que pueden llevar la vida que les apetezca, fornicando, viviendo amancebados, prescindidiendo de Dios en sus vidas, bo ayudando nunca a los pobres ni a los necesitados, pero luego pasa lo que pasa, que Dios les manda desgracias que no se explican. Y no solo son desgracias consecuencias del propio pecado sino desgracias que no tienen nada que ver, para dejarles claro que no se puede llevar cierto tipo de vida.
ResponderEliminar¡Qué cabecica,Dulcinea!
ResponderEliminar¡¡¡QUÉ CABECICAAAAAA!!!
Dulci, eres un instrumento divino para torturarme por mi vida disoluta...No te dejes utilizar de esa forma por el Altísimo.
ResponderEliminarTe amo con la fuerza de los mares, te amo en la distancia y en el tiempo...Te amo a puro grito y en silencio, YO.
No entiendo a qué te refieres Suso. ¿Por que que cabecita?, ¿niegas acaso que Dios castiga a los pecadores?
ResponderEliminarSe entiende que Dulci no habla de oídas.
ResponderEliminarImagino a sus papis el día que nació y poco a poco se iba desarrollando.
¡Tantos y tan grandes fueron sus pecados! ( se sabe que el padre de Dulcinea,con frecuencia inusitada,acostumbraba a decir "¡caramba!","¡andanda!","jóspitas!"Y de esos barros estos lodos.
"Luego pasa lo que pasa, que Dios les manda desgracias que no se explican- por ejemplo, YO MISMA- Y no solo son desgracias consecuencias del propio pecado sino desgracias que no tienen nada que ver, para dejarles claro que no se puede llevar cierto tipo de vida.
Amig@s,escuchad a Dulcinea.
¡Cómo voy a negar que Dios castiga a los pecadores cuando hoy mismo me está castigando a leerte por meterme contra Dios y su Iglesia en mi blog!
ResponderEliminarPequé, Señor,pequé,¡tened piedad y misericordia de mi.
Dulcinea,¡sed mi amparo y defensa en las tentaciones de mis enemigos!
Dulcinea, creo que piensas cómo piensas por la confluencia de varias razones:
ResponderEliminar1. Tines un conocimiento teórico de Dios. Lee y medita el Evangelio.
2.Eres demasiado joven.
3. Tienes poco experiencia de la vida.
4.Conoces poca variedad de personas de forma profunda.
En resumen, lo que necesitas son años de vida. La vida es una gran maestra.
Con el paso de los años comprenderás las diferentes opciones de vida de los demás, aunque la tuya sea distinta.
Un besito.
Viperinos (es decir, los que pasamos por aquí), no seaís malos con Dulcinea... Es joven, nada más... ¿O ya se os ha olvidado como eraís vosotos de jóvenes? ¿Eh, agüeletes?
ResponderEliminarYo, al menos, era ansí y me veo reflejada en ella...
Suso pitorreate si quieres, pero no con ello cambiarás el hecho de que Dios castiga a los pecadores.
ResponderEliminarSandra, soy joven pero no tonta y conozco el Evangelio y gran variedad de gente que no lo cumple. Entiendo bien las opciones de los demas y para mí también sería muy cómodo y placentero llevar esas opciones. La gente no tiene una vida de pecado porque hayan elegido esa opción "respeable" sino porque no tienen fuerza de voluntad ni capacidad de sacrificio para llevar una vida de acuerdo con los planes de Dios.
Sandra y si eras como yo, que creías en las cosas y ahora disculpas el pecado y a los que viven arrejuntados como los animales, pues que triste, me das un poco de pena, guapa, menudos volantazos que pega tu vida. Dios no quiere soldados como tú.
ResponderEliminar¡Toma coz,Sandra!:para que vayas dando consejitos a las jóvenes.
ResponderEliminarDulci,perdón por el pitorreo.Reconozco que he sido niño malo. Te pometo que te invitaré a mi cumple,¡tendremos Fantas y chuchis!
Y no vendrán ni amancebados ni form¡nicadores.
Por cierto,¿qué es fornicar?
Dulcinea, repito:
ResponderEliminar1. Tines un conocimiento teórico de Dios. Lee y medita el Evangelio.
2.Eres demasiado joven.
3. Tienes poco experiencia de la vida.
4.Conoces poca variedad de personas de forma profunda.
En resumen, lo que necesitas son años de vida. La vida es una gran maestra.
Pd. GRACIAS por lo de guapa. No me lo suelen decir y un piropo ansí inesperado siempre sienta bien... Aunque si vieras los pelos que llevo, quizás retirarías el piropo...
Un besito.
¡¡¡DIOS NO QUIERE SOLDADOS COMO TÚ!!!
ResponderEliminarCABEZAAAAAAAAA
Mi querido Suso,
ResponderEliminarYo también dí coces, pero tuve la suerte de que, a pesar de todo, hubo gente en esta vida que me enseñó... Por eso cuando veo a gente como Dulcinea, me sale la vena...
Además, me ha dado una de cal y otra de arena: una coz y un piropo.
Por cierto, Suso... Sigo esperando tu visita y nuestro intercambio: tu libro con dedicatoria por un pulpito con Albariño... ¡Sé que eres famoso y todo eso, pero no te olvides de mi...!
Un beso gordo.
Sandra, enséñame tú, renegada, a meditar el Evangelia, anda, guapa.
ResponderEliminarSi tengo unos conocidos que van a vivir en pecado sin casarse ni nada, ¿qué debo hacer, tratarles como a un matrimonio?, ¿aplaudir su decisión?, ¿debo asistir a su fiesta de arrejuntamiento cuando se trasladen al piso?, ¿tengo derecho a insistirles en que se casen y no vivan así o debo ser como los católicos maduros y que se han meditado bien la Biblia y lavarme las manos y pasar del tema? y encima esta pareja se dicen cristianos que conste.
¡somos soldados de Cristo y debemos combatir el pecado y practicar la corrección fraterna con intransigencia cuando sea necesario porque la intransgencia puede llegar a ser santa en algunas ocasiones.
Dulcinea, repórtese al dirigirse a otros comentaristas y evite descalificaciones personales o... ya sabe.
ResponderEliminarNo me creo que exista Dulcinea como ser humano. Es un personaje de ficción. Un ente de razón,alguien que sólo está en la fantasía, pero que no es real
ResponderEliminarEjemplo de "ente de razón", además de Dulcinea que, insisto, no existe, sería un Centauro: un ser con torso de hombre, cuerpo de caballo y unos cojones de tigre.
Pues eso.
Dulci, reina, ya hacia mucho que no te me exaltabas así. Hoy no te tomaste la pastilla? En vez de mirar si los demás viven en pareja o se casan por los altares revisa tu propia vida que seguro que hay mas de una cosa que mejorar.
ResponderEliminarDulcinea, no te creo. Estás de coña, como yo tantas veces.En serio tu última entrada llamando renegada a Sandra no me la creo.
ResponderEliminarY menos aún que te niegues ir a una fiesta de unos amigos que libremente deciden irse a vivir juntos,"como animales".
Dulcinea, que bien me has calao... Soy una renegada de tomo y lomo... yo vivo arrejuntá con una manada de mandriles y la pereza es mi pecado favorito de hecho tengo varios "negros" (pero bien cachas, eh!) que me hacen la limpieza y trabajan por mi... yo a vivir la vida, cual nueva diosa romana del Olimpo... Y para colmo de males, ya ves que le hecho los trastos al Suso y pasa de mi...
ResponderEliminarDulcinea, no seas niña y no te exasperes ansí... Hay un refrán por ahí que dice que sabe más el diablo por viejo que por diablo... Date tiempo y mientras, intenta relajarte...
Otra vez, gracias por lo de guapa. Chicos, aprended de Dulcinea y a todas las chicas que pasemos por aquí, decidnos lindezas...
Marian, Aprendiz... ¿por donde andaís, guapetonas?
Sandra que error acabas de cometer...Clebarr y yo somos atacadores inasequibles al desaliento...
ResponderEliminarY eso que a mi me parece que a Cristo le gustaría tener muchos soldados a su lado de tu bravura, pero la has cagado.
Sandra corazón digo yo....en esa casa en la que vives con un montón de chulazos negros ¿Hay sitio pá mí? Lo digo por ir de visita eh.
ResponderEliminarDulcinea ¿Viviendo amancebados y fornicando? ¡¡¡Que divertido¡¡¡
¿Sin Dios? Bueno es que no creo yo que sea momento el de la fornicación de acordarse de Dios......salvo por aquello de Oh oh dios mío y no creo que sea apropiado.
Relájese mujer que no todo es tan malo.
Aprendiz de Brujo,
ResponderEliminarQuizás la he cagao con tó el equipo, quizás... Pero confieso, que nunca me habían llamado renegada... Y, la verdad, me ha hecho mucha gracia...
Es más, siempre me han "atacado" por ser muy "tradicional" en los temas de la Iglesia y ahora "sentirme" una hereje me ha hecho gracia...
Ademá, no se lo tengo en cuenta a Dulcinea. La verdad, pienso que es demasiado joven y que aún vive en una burbuja... Pero confieso que me da pena que tenga y propague esa idea de un Dios de mala uva, vengativo y cuadriculado... entiendo que muchos, al ver a alguien así se asusten del Cristianismo...
Lo que ciega a Dulcinea es su excesivo-deformado fervor y su poca vida. Nada más.
Marian , ¿un chulazo? ¿Sólo uno? ¿Me lo dices en serio? No seas tonta: no tan soy egoista... Ahora mismo te mando páhi a cuatro o cinco... Y de lo mejorcito de la casa... Un beso!
ResponderEliminarSandra, no te preocupes que no te voy a dar la murga.Si que entiendo tu sentir al verte en el otro lado por un día.
ResponderEliminarDos matices: yo creo la gente no se asusta ante la idea de Dios que propaga Dulcinea. Creo que la gente está/estemos lejos de Dios por otros motivos que no vienen al caso.
Yo no echo la culpa ni a los curas, ni a los conservadores, sino a una evolución de la sociedad por equis motivos.
Reiterarle a alguien su juventud toca mucho los cojones. A mi me jodía cuando tenía diez años menos y me lo espetaban.
Sefo, te dije un dia que me dejaras en paz con tus chorradas de mujer lasciva. Tú sí que te tomarás todo tipo de pastillas y ya sé yo de cuáles.
ResponderEliminarSuso, si que existo aunque por desgracia somos pocos los catolicos que tenemos las cosas claras y existimos y sí, somos un poco raros como centauros, pero ahí estamos para poner nuestro granito de arena para que no se empañe la Verdad.
Burlaros Marian y Sandra lo que querais y vosotras seguid pensando lascivamente en los negros y en solo gritar ay dios mio cuando estais acopladas, que así os irá en la vida, pobres.
Aprendiz de brujo,
ResponderEliminarDe verdad, que lo de "renegada" me ha hecho gracia, pero me siento para nada en el otro lado. Sé quién soy y cómo pienso en estos temas y la actitud inmotivada de Dulcinea me ha parecido graciosa.
Tienes razón en que lo que aleja a la gente de la Iglesia, no es determinados comportamientos de otros cristianos... Pero esos comportamientos (cuando no llevan el sello del Amor cristiano) no ayudan a acercarse a la Iglesia... más bien al contrario.
Por otro lado, para mí, la evolución de la sociedad lleva aún más a Dios... Hoy en día, con tantos avances, hay demasiadas cosas sin explicación, Hoy en día con tanta riquezas, somos más pobres interiormente...
Y tienes toda la razón, en que riterar la juventud toca las narices. A mi también me molestaba. Y además queda de que voy sobrada... Por tanto: DISCULPAS DULCINEA.
Dulcinea, no pretendía burlarme DE TI, quería quitar hierro al asunto, pero ya veo que en verdad eres tan joven e inexperta en la vida que no sabes pillarlas al vuelo.
ResponderEliminarY me temo querída mía tengo yo un chulazo en casa del que estoy perdidamente enamorada desde hace 17 años, tengo dos hijos maravillosos y si con lo de "así os irá" te refieres a eso ¡¡que me vaya así siempre¡¡¡
Otro tema es, el del "aclopamiento" también conocido como sexo, punto que me temo por tu manera de expresarte aún te falta probar y sobre todo disfrutar. Y si por tu manera de ver la vida
decides ni probarlo ni disfrutarlo respetaré tu decisión y no lo veré como algo feo o antinatural como parece ves tú el caso contrario.
Dios no castiga, a mi forma de ver a la gente que vive una vida tranquila sin hacer daño a nadie, creo que es mucho más generoso que todo eso.
Pero, sí tenemos que tener cuidado, yo la primera, con juzgar a los demás.
Sandra envíame el negro o mejor me lo traes que tengo la comida hecha y te invito.
Dulcinea, ven tú también.
ResponderEliminarDulcinea, no hagas ni pueñetero caso. Yo estoy contigo.
ResponderEliminarGente poco recomendable y abiertamente promiscua como muchos de los que entran por aquí no te deben quitar el sueño. Estos impíos que se burlan del castigo divino..., ya se reirán menos el día del Apocalisis (Now), ya.
El crujir y rechinar de dientes se lo van a llevar por partida doble, o incluso, triple de 6,25.
Entonces verán lo que pesa en la balancilla de los pecados, esas copichuelas en bares con luces rojas, donde diosas con poca ropa dicen que les aman o las fracturas de muñeca por pensar en lo que no deben.
Y luego se quejaran y maldeciran porque tienen más callos en las manos que un camionero turco y más dioptrías que "Rompetechos".
Un colchón de fakir y duchas frías les daba yo, SIN CONTEMPLACIONES, un día sí y otro también.
Insisto,no existes.Sólo representas un papel.
ResponderEliminarSi creyeras en lo que escribes tienes razón en que sois muy pocos los cristianos como tú. Yo creo que dos o tres. Desde luego el Papa te conoce y te mete un guantazo que te enteras de qué va la vaina.
Es de agradecer la lucidez que tienes cuando tú misma afirmas de ti "somos un poco raros como centauros".
Efectivamente,como centauros con los cojones de un tigre.
¿Y a mi que me da que eres un tío, Dulcinea?
Dulcinea, Marian tiene toda la razón, hicimos un poco de guasa para quitarle hierro al asunto, pero sin ánimo de ofenderte... Ya siento si en vez de aplacar la hoguera, le hemos echado más leña...
ResponderEliminarMarian, me paso ahora mismo a tomar un cafe y ya miro lo que has cocinado hoy...
Suso: Aprendiz de brujo y un servidor hemos debatido varias veces sobre si Dulcinea existe y si es un hombre (tesis sostenida por mí algunas veces). El Brujo dice que es un personaje inventado y sospecha de mí :-)
ResponderEliminarPor cierto, Marian, vaya pinta que tienen sus croquetas. He salivado al abrir su blog.
¡Ay mamá, qué risas! Marian y Clebarr hoy han estado sembrados...
ResponderEliminarY a todo esto, ¿de qué estábamos hablando?
A sí, lo del pecado y el castigo. Yo creo que algo hay de verdad y que Dios debió de cometer algún gran pecado. Su castigo somos nosotros que nos tiene que aguantar. ¿Habéis pensado alguna vez que como lo sabe todo, se tiene que leer este blog? ¡Qué gran putada! ¡Qué habrá hecho el buen Dios para merecernos!
En fin, la próxima vez se lo piensa dos veces antes de jugar con arcilla, costillitas y sopliditos...
Marian, sabe usted hacer croquetas? Me puede mandar unos kilos por Internet?
ResponderEliminarSubdirector depende de su router pero lo intentaré.
ResponderEliminarPuedo hacer un mapeo NAT si me dice qué puertos usan las croquetas.
ResponderEliminarDejese de lios, ya le acerco yo un tupper. No vayan a tener troyanos las croquetas y me toque pagarle un pc nuevo.
ResponderEliminarMadre mía la que hay liada aquí. Yo no sé si Dios nos castiga por nuestros pecados, pero sí creo que se vale de las desgracias para abrirnos los ojos y hacernos rectificar. Es decir, que yo no veo las desgracias naturales ni las enfermedades como un castigo, éstas están desde el día en que Eva mordió la manzana (sin entrar en si nos creemos literalmente o no el A.T.), y seguirán existiendo hasta el fin del mundo, no como castigo por nuestros pecados, sino como otra consecuencia más del pecado. Dios simplemente lo permite. Y tenemos que darle gracias, y lejos de verlo como un castigo, verlo como una oportunidad de demostrarle que lo queremos.
ResponderEliminarDulcinea ha enumerado muchos pecados, que son pecados claramente, pero no creo que estos afecten a todos por igual, yo pienso que va en función de nuestra fe, y la fe la da Dios. De lo que sí creo que tenemos culpa por igual, es de no pedirle a Dios que nos aumente la fe.
Por otra parte y Dulcinea no está descaminada, los cristianos sabemos bien qué cosas son pecado, y es cierto que somos personas y caemos fácilmente en él, pero sin volvernos relativistas y acabar por aceptarlo todo. Fornicar es pecado, y si el mundo entero fornica no deja de ser pecado. Y si se habla con la gente de la fornicación habrá que decir que es pecado. Eso sí, sin despreciar a nadie porque lo haga.
Gracias Aprendiz por tu apoyo y por tu comprensión, aunque dudo mucho que los que me han atacado y hecho burla entiendan nada porque me parece a mí que solo creen en el becerro de oro y en "disfrutar la vida".
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