Apollonia escoltada por el fiel Calo
Siempre me sorprendió el repentino y casi violento enamoramiento de Michael (el "verdadero rayo") cuando conoció a Apollonia y siempre he dudado de la naturaleza de esta pasión. Creo que fue algo puramente carnal, aunque el cariño viniera luego. Vamos, que Michael, solo en Sicilia y a miles de kilómetros de Kay, se puso como una cafetera cuando vio a la adolescente morena pasear entre los naranjos...
Esta tendencia inevitable de los varones a dejarnos guiar por la bragueta para tomar decisiones relevantes en la vida es uno de los aspectos más negativos de nuestro sexo, hasta el punto de hacerme dudar a veces de mi vieja teoría de que los hombres somos personas más completas que las mujeres.
Michael manda salir a Vitelli, el padre de Apollonia
—Decidle al dueño del café que salga.
Los dos guardaespaldas no dudaron ni por un instante. Se pusieron las armas al hombro y entraron en el local. Segundos después, reaparecían escoltando al dueño del café. El hombre no parecía nada asustado, aunque sí algo preocupado.
Michael se acomodó en su silla y lo estudió atentamente. Segundos después, con toda suavidad, dijo:
—Comprendo que lo he ofendido al hablarle de su hija, señor. Le presento mis más sinceras excusas. Soy forastero y no conozco las costumbres del país. Quiero que sepa que no era mi intención faltarle el respeto, ni a usted ni a ella.
Los dos pastores estaban profundamente sorprendidos. La voz de Michael había adquirido un tono desconocido para ellos. A pesar de que estaba disculpándose, sonaba autoritaria. El dueño del café hizo un gesto de asentimiento con la cabeza, pero estaba más preocupado que antes, pues tenía la impresión de que aquel hombre no era como los demás.
—¿Quién es usted y qué quiere de mi hija?
—Soy americano —contestó Michael—, y he venido a Sicilia huyendo de la policía de mi país. Me llamo Michael. Si informa usted a la policía, seguro que ganará una fortuna, pero si lo hiciera, su hija, más que ganar un marido, perdería un padre. Quiero conocer a su hija. Con su permiso, señor, y bajo la atenta mirada de su familia, naturalmente. Con todo decoro y con todo respeto. Soy un hombre cabal, y en modo alguno quiero deshonrar a su hija. Quiero conocerla, hablar con ella y luego, si ambos estamos de acuerdo, nos casaremos. Si no, nunca más volverán a verme. Quizá no le caiga bien a su hija, y en tal caso no podré hacer nada. Pero si no es así, le diré de mí todo lo que el padre de una esposa debe saber.
Los dos pastores y el padre de la muchacha lo miraban con expresión de sorpresa. Fabrizzio, con temor reverente, musitó:
—Es el verdadero rayo
Muy bueno eso de ponerse más caliente que una cafetera.
ResponderEliminarEs cierto, en muchas ocasiones, hasta el más cabal y prudente de los hombres es capaz de hacer enormes estúpides para conseguir a una mujer. Y las mujeres, que son más espabiladas que nosotros para este tipo de asuntos, si se dan cuenta, pueden aprovecharse hasta el límite. Y a ese hombre, por muy inteligente o poderoso que sea, pueden convertirle en un títere o un pagafantas que nunca sacará nada. Saben que, en el momento que el hombre consiga lo que busca de ellas (y casi todos buscan/buscamos lo mismo) se marchará por otra pieza.
A diferencia, cuando un hombre se quiere aprovechar de una mujer prendada, ésta, al menos, obtendrá una cosa.
Como muy bien señalaba usted de siempre, señor Subdirector, ¿para que comprar la vaca teniendo la leche gratis?
ResponderEliminarCuando me presente a conocer a Dulcinea en Euskadi, antes de cortejarla, pienso pedir permiso a su señor padre en los términos empleados por Michael.
ResponderEliminarMe encanta esta escena, es una de mis favoritas de la película, (que es mucho mejor que la novela.
Pues Neri, el Subdirector y yo mismo te esperamos en el coche.
ResponderEliminarPor si tienes que montarte en marcha y eso.
Clebarr, estás seguro de querer ir a las vascongadas con Neri y el Subdirector?. Hombre sería emocionante.Os apuntais mis entrañables joseantonianos?. Yo pago los gin tonic.
ResponderEliminarClebar me ha hablado con pasión de un par de lupanares camino a Vitoria y siento una sana curiosidad por visitarlos.
Yo prometí no pasar más allá de Miranda de Ebro, salvo que fuera al mando de una División Acorazada. Ahora bien, si hacemos antes un par de "paradiñas técnicas" en un par de garitos que yo me sé y tú pagas los cubatitas, pues, así y solamente así, dejaré que el amor triunfe.
ResponderEliminar"hasta el punto de hacerme dudar a veces de mi vieja teoría de que los hombres somos personas más completas que las mujeres",desmientame o aclaremelo,señor Neri,¿con esa frase quiere decir que los hombres son mejores que las mujeres o simplmente hace referencia a una caracteristica que ellas no tienen,pero nosotros si?.
ResponderEliminarNo me haga aclarar mucho, Francotirador, que me puedo meter en jardines peligrosillos.
ResponderEliminarSr. Neri,
ResponderEliminarNo nos deje con las ganas de conocer su vieja teoría sobre hombres completos y mujeres a medio hacer.
No tire la piedra y esconda la mano. Ahora toca apechugar.
Fdo: Corrompido
Neri, donde está esa pluma viperina?. Dónde se fue la incorrección política y el agridulce sabor de este blogg?.
ResponderEliminarQueremos tu teoría sobre hombres y mujeres.Me pece a mi que tienes más miedo a Sefo que a un nublado, macho.
Sr.Neri, Hola de nuevo.
ResponderEliminarPérdone que discrepe (en parte) en la visón que hace usted sobre la actitud de Michael sobre Apollonia.
Igual que a él la chica me parece sensual, atractiva y parece tener buenos atributos...
Yo creo que Michael, (o en el caso de Puzzo) lo que quiso transmitir en este apartado de la Novela, es algo que no deja de ser una constante en la historia de la familia.
Recuerde que uno de los intereses del Don, era mantener al margen de los asuntos a uno de sus hijos. Pero Michel, decide en un momento involucrarse en la familia, primerlo lo hace ejecutando al capitán de policía en ese local... (se mancha de sangre) … ya no hay vuelta atrás, será un miembro más de facto.
El matrimonio con Apollonia, aunque si es fruto de un “flechazo”, tiene algo más de eso que le decía... Con en enlace “consagrado en el sacramento” Michael ( o Puzzo en la novela) no hace más que evidenciar la decisíon de romper con su pasado de chico bueno americano (olvidar a Kate) y formalizar su camino en la familia al más estilo siciliano. Ya sabe usted lo convenientes que son las mujeres sicilianas en los asuntos de la mafia...
Creo que en ese momento Michael, se sabía futuro Don - se da cuenta de ello cuando pide "excusas" a su futuro suegro-, y Apollonia le “encajaba” en el nuevo estilo de vida, que aunque no buscara, era su destino...