Una de las obsesiones patológicas de nuestros políticos es demostrar a cada paso que tienen una actitud cercana hacia los ciudadanos y que son sensibles a sus problemas y necesidades. Podríamos poner como ejemplos multitud de gestos y declaraciones del día a día de cualquier cargo público, pero el caso más grotesco para mí es el del "buzón directo" del jefe de gobierno estatal, autonómico o municipal de turno. Es una cosa archiconocida; entras en la página corporativa de cualquier administración y allí te encuentras bien visible el clásico enlace (con un icono de buzoncito de correos) que reza “Escribe al Presidente”, “el Ministro te responde” o “el Alcalde on line”.
Voy a explicar con detalle cómo funciona este servicio para que si a algún fiel lector de La pluma viperina se le había pasado por la cabeza utilizarlo, desista de la idea y así no pierda su tiempo ni se lo haga perder a los demás.
1º.- El político que ostente las funciones de jefe de gobierno en cada administración o entidad contará con un gabinete de tamaño variable integrado por personal eventual o por libredesignados, en el que una o dos personas se ocuparán del buzón de marras. Ni que decir tiene que el presidente o el alcalde no se leerán en su vida ni un solo mensaje dirigido a ellos.
El gabinetero dedicado a esta tarea abre cada mañana su correo electrónico y comprueba los mensajes del buzón que el sistema le ha redirigido desde la web. Coge cada mensaje, lo copia y pega en una carta, con papel precioso, y la dirige a la unidad concreta que en esa administración gestione el asunto de la reclamación, queja o pregunta del ciudadano. El oficio dirá simplemente que “recibido en el Gabinete (…) escrito de Dª Margarita Cano, que se acompaña, se dirige a ese Servicio por ser asunto de su competencia, debiéndose contestar en un plazo de quince días”.
Para ejemplificar supongamos que Doña Margarita escribe al Presidente de su comunidad autónoma para quejarse de que le han denegado una subvención que ha solicitado para instalar una caldera nueva de calefacción.
Si la Administración es un poco grande, las posibilidades de que el Gabinete acierte a la primera con el departamento competente se reducen bastante, máxime cuando el empleado responsable de hacer la gestión a menudo no ha sacado oposición alguna ni conoce en profundidad el organigrama de la organización.
2º.- Cuando el papel finalmente llega a su destino tras circular por varias secciones de nombre o cometido similar, acaba en la mesa del jefe de la unidad que tramita esas subvenciones. Si la queja de Doña Margarita es muy vehemente o denota irritación, este jefe llamará a sus compañeros de los despachos cercanos y, entre grandes risotadas, harán corrillo comentando los párrafos más cañeros.
A continuación, este funcionario encargará a uno de sus subordinados (perdón, colaboradores) que responda al Gabinete “cuando tenga un rato”.
Ya fuera de todo plazo, el pringado elegido para esta audaz misión simplemente buscará el archivo de Word de la resolución denegatoria de la ayuda, copiará el motivo de la denegación (que por supuesto ya fue notificado en su día a la interesada, que por eso se queja) y lo pegará en un nuevo escrito encabezado por el siguiente texto: “Recibido con fecha X escrito del Gabinete (…) en relación con la subvención de Doña Margarita Cano, se informa que la causa de la denegación de la ayuda es la siguiente: …”
3º.- El Gabinete recibe la respuesta y
automáticamente (o sea en un mes) el encargado redacta una nueva carta, en un
papel más bonito aún que el primero, con el emblema de la comunidad autónoma en
relieve, que irá dirigida a Doña
Margarita en persona. Esta carta no se limitará, ni mucho menos, a copiapegar las
consabidas razones para no otorgar la ayuda, sino que será un verdadero prodigio
de literatura funcionarial. Ya es sabido que los funcionarios son las personas
más hábiles para escribir mucho texto sin decir absolutamente nada.
El texto de este escrito, esta
vez firmado (sin leerlo) por el mismísimo Presidente, siempre reúne, sin
excepción, los siguientes requisitos formales y de contenido:
-
Nunca tiene una extensión inferior a la cara de un folio,
aunque el asunto sea muy simple.
- Deben aparecer necesariamente las siguientes palabras,
verbos y expresiones: “agradecer”, “amable escrito” (aunque la queja sea agresiva) “mucho gusto”, “ servicios”, “ayuda”,
“deseo”, “mejorar”, “como sabe”, “contacto”
, “sin perjuicio de”, “en su caso” y "cordialmente".
-
Siempre ha de haber un párrafo que sea absolutamente ininteligible para cualquiera, incluso para su autor si lo releyera al
cabo de… una semana.
- Y en otro apartado se incluye una pastosa y
enrevesada fundamentación jurídica que solo podría aclarar algo a los técnicos especializados y que la afectada ni entiende ni le resuelve duda alguna.
La rimbombante carta del Presidente, que la señora recibe a los seis
meses, cuando ya ha vencido el plazo para recurrir y ni se acuerda del
tema, podría ser como sigue:
“Apreciada Sra. Doña Margarita
Cano:
Recibido con fecha X su amable
escrito en relación con la denegación de la subvención en materia de
instalación de calderas de ahorro energético, en primer lugar le agradezco su reclamación,
pues el interés que usted demuestra ayuda a la Administración de esta Comunidad Autónoma a mejorar
cada día un poco más en la prestación de sus servicios.
Tras interesarme por el estado de
tramitación de su ayuda, contesto personalmente a sus preguntas con mucho
gusto:
Las subvenciones en materia de
calderas, convocadas mediante Resolución de 29 de noviembre de la Consejería de
Industria (al amparo de la Directiva ZZ/2012, modificada por la Directiva
HH/2012), no se rigen, como sabe, por el procedimiento de la concurrencia
competitiva, habiendo de estar en este supuesto concreto, sin perjuicio de lo
dispuesto en el apartado 2 del artículo X de la Ley de Subvenciones (en
redacción dada por la Ley X/2008, de 11 de marzo), a lo preceptuado en la Disposición
Final Tercera de la citada norma en lo que se refiere, interpretado sensu contrario,
a la disponibilidad presupuestaria, según señala la propia Ley XX/2012, de 20 de
diciembre, de Presupuestos de la Comunidad, en su exposición de motivos cuando
diferencia entre ayudas en concurrencia competitiva y ayudas concedidas directamente
(que es su caso) sin criterios valorativos de comparación entre las solicitudes
presentadas y hasta el límite de la consignación presupuestaria.
En conclusión, la ayuda
solicitada ha sido denegada por el siguiente motivo:
“- Incumplimiento del requisito descrito
en la Base 2.1.1-b) de la convocatoria, efectuada mediante Resolución de 29 de noviembre de la Consejería de Industria”
Es todo cuanto le indico, sin
perjuicio de recabar, si así lo desea, más información poniéndose en contacto
con el órgano gestor (teléfono XXXXXX) y de quedar expedita, en su caso, la vía
administrativa o contencioso-administrativa.
Sin otro particular, aprovecho la
ocasión para saludarla cordialmente”