Cuando tengas un arranque de modestia y te dispongas a hacer autocrítica en público, piénsalo dos veces y jamás te lances sin estar muy seguro de que si mañana o dentro de unos años alguien te reprocha lo mismo no te vas a cabrear. Porque si entonces te enfadaras, habrías cometido dos errores insubsanables: dar a conocer un defecto tuyo sin ninguna necesidad y desvelar que tu gesto de modestia fue más falso que un euro de aluminio.
Hay otras precauciones que te conviene adoptar antes de sacar a la palestra tus limitaciones o intimidades. Nunca debes hacerlo en una etapa difícil de tu vida, cuando lo ves todo negro y arrastras tu autoestima deshilachada como una capa vieja. Quizá cuando salga el sol te arrepientas mucho de haber hablado de más. Lo mismo habría que decir de las confianzas nacidas al son engañoso del tintineo de los hielos y los brindis: el alcohol es el peor consejero para las confidencias. Y finalmente, cuídate de que tus explosiones de sinceridad solo se produzcan en presencia de gente que te quiere, en la que puedas confiar y que bajo ningún concepto pueda usar en tu contra la información que le has regalado sobre tus debilidades.
... porque "todo lo que digas, puede ser utilizado en tu contra..."
ResponderEliminarEl silencio como acotación a pie de página, es un estado maravilloso de sabiduría y calma, porque es mucho más lo que esconde y calla y eso a veces te ennoblece. El enemigo más peligroso, como el perro, es el silencioso.
Feliz semana a todos.
Decía San Ignacio, que "en tiempo de tribulación no hacer mudanza". Y es que es complicado por nuestro carácter, pero el que sabe parar, respirar y contar hasta diez antes de tomar una decisión, tiene mucho ganado.
ResponderEliminarOstia, qué buen post para empezar la semana.En tu línea de escepticismo con el ser humano, pero en esta ocasión es un análisis bastante real y dramáticamente cierto.
ResponderEliminarYo creo que lo principal es no desnudar tus miserias con quien no merece tu corazón.
Un abrazo. Me ha encantado.
Creo que a veces no es sólo cuestión de sentimientos sino de lealtad y respeto. Pero eso es algo, Sr. Neri, que también hay que ganarse.
ResponderEliminarSerá que, como yo no bebo.... :)
Muchos hemos visto la típica charla o conferencia, en que el orador se explicaba realmente bien... pero... él mismo, de tanto insistir en sus defectos (miedo al auditorio, etc), consiguió convencer al público de que era un orador miedoso y imperfecto. A base de insistir. A pesar de que inicialmente se le veía un orador genial.
ResponderEliminarDe pequeño, en el cole tenia un amigo que por efecto de la talidomida tenía un muñon con un solo dedo en una mano, y una pierna ortopédica. LLegó el nuevo a clase, y los dos fuimos a acogerle ...no por nada, no creo que ni fuera ni compasión, ni ganas de empatizar sino porque nos daba rabia que los demás no quisieran dar cancha al nuevo. No sabría decirles si esto tiene algo que ver con el post; pero me ha hecho recordar esta historia. Quizá porque mi amigo del muñón, cuando se le cruzaban los cables no había quien lo parara y repartía bofetadas aunque fuera con una mano.
ResponderEliminarPor cierto, el nuevo tocaba la batería de cojoñes.
Si, ya sé porque dije lo que dije. Y es que hay personas que muestran debilidad por los débiles ...sin falsos altruismos, sin preguntar porqué, sin esperar nada a cambio. Apuestan por el caballo perdedor porque se saben en él sin falsos victimismos.
ResponderEliminar"Y finalmente, cuídate de que tus explosiones de sinceridad solo se produzcan en presencia de gente que te quiere, en la que puedas confiar y que bajo ningún concepto pueda usar en tu contra la información que le has regalado sobre tus debilidades."
ResponderEliminarMuy cierto. Creo fue Cesare Pavese el que decía que el modo de reconocer un amor verdadero estaba en el hecho de poder exponer las propias debilidades ante la otra parte sin sentirse vulnerable por eso.
Hola, Nago, me alegra mucho verla por aquí. Con demasiada frecuencia somos peces que morimos por la boca. La confianza es un regalo que se merecen muchas menos personas de las que pensamos.
ResponderEliminarMe encanta esa frase, Carlos. En mitad de las depresiones y otras tormentas emocionales tomamos decisiones estúpidas y hacemos cosas muy raras.
Brujo, gracias.
Anónimo, muy buena observación. ¡Cuántas veces por bocazas nos convertimos en nuestros peores enemigos!
Gracias por su comentario, Ranas. En cuanto a lo de la debilidad que dice usted, le recuerdo también que el Cristianismo no deja de ser una doctrina que nació para consolar y dar esperanza a los débiles y a los caballos perdedores. Si tuvo tanto éxito es porque casi todos tenemos esa faceta de debilidad.
Tábano, claro que sí, el amor es eso. Por cierto, amigo, me gustaría contactar con usted para pedirle una colaboración sobre un tema relacionado con Argentina que usted dominará. Mi email es donalneri@gmail.com. Gracias por anticipado.