He seguido con curiosidad la
presentación ayer del partido político Vox, una nueva formación de
“centro-derecha, moralmente conservadora, económicamente liberal y moderada en
sus planteamientos” liderada por Santiago
Abascal, José Antonio Ortega Lara y Ana Velasco Vidal-Abarca, los tres víctimas
del terrorismo marxista etarra.
No puedo negar que me siento muy atraído por bastantes de sus planteamientos,
en especial por sus propuestas de finiquitar el modelo autonómico, apostar por
la unidad de España, acabar con el sistema electoral vigente, “cuidar y
proteger a la familia”, ampliar la penalización del aborto y endurecer la política
antiterrorista. Por todo esto sus ideas me resultan todavía más interesantes
que las de UPyD, sobre las que ya hemos debatido alguna vez.
Dos aspectos sin embargo me provocan urticaria y me alejan de Vox hasta
el infinito.
Uno son sus firmes convicciones liberales o yo diría que ultraliberales. No hace falta
haber estudiado en Salamanca para saber cómo interpretan estos señores las
expresiones “economía de mercado”, “libre iniciativa”, “pleno reconocimiento
del derecho de propiedad” y “riguroso control del gasto público” con las que
han adornado sus discursos en la presentación. Solo les falta corear el lema “laissez faire, laissez passer”
y prometer la conversión de España en una gran sociedad anónima. Además la presencia de Ignacio Camuñas entre los fundadores lo dice todo.
El otro es su estrategia de apelar a la fibra sensible de la ciudadanía
sirviéndose del pobre Ortega Lara, uno de los hombres que más pena dan en este
país debido al secuestro que sufrió durante 532 días hace dieciocho años. Entre
las muchas cualidades del ex funcionario de prisiones burgalés es evidente
que no se encuentran el carisma personal, la habilidad oratoria, la experiencia
en la gestión y la brillantez intelectual, pero ello no impidió al PP sacar rédito de su mediática figura llevándolo a congresos, exhibiéndolo en la tele día sí y día también, u otorgándole puestos simbólicos en listas electorales.
Aunque acabó escaldado y abandonó a los peperos, no parece haber aprendido la
lección cuando ahora se deja tratar de nuevo como una marioneta. De hecho, ni siquiera figurará en las candidaturas del nuevo partido; solo lo tienen de
cara a la galería.
Con todo el respeto que este señor me merece, y a pesar de la simpatía que siento por su patriotismo y de la solidaridad que me inspira como víctima de los energúmenos de ETA, considero que su horrible experiencia (en la que demostró una entereza admirable) no constituye ningún mérito político, por mucho que presuma, como hizo ayer, de “haberse jugado la vida por España”, como si hubiera ido al zulo voluntario.
Con todo el respeto que este señor me merece, y a pesar de la simpatía que siento por su patriotismo y de la solidaridad que me inspira como víctima de los energúmenos de ETA, considero que su horrible experiencia (en la que demostró una entereza admirable) no constituye ningún mérito político, por mucho que presuma, como hizo ayer, de “haberse jugado la vida por España”, como si hubiera ido al zulo voluntario.
Si Ortega Lara no hubiera sido seleccionado al azar por la escoria abertzale para aquel secuestro inhumano hoy no le conocería nadie ni nadie le invitaría a fundar partido alguno.
Las víctimas deben dejar de ser de una vez moneda de cambio e instrumento de chantaje político. Ya está bien de que los partidos utilicen a este colectivo como mascota, adorno o anzuelo electoral, o que pretenda erigirse en lobby con sus asociaciones y con partidos como Vox. Ni Ortega ni ningún otro damnificado de ETA deberían orientar ni condicionar las decisiones judicales o de política antiterrorista, entre otras razones porque la verdadera justicia ha de ser imparcial y desapasionada.
Hay muchos que se creen que por haber sufrido un atentado una persona se convierte instantáneamente en héroe de la libertad o en referente público. Olvidan que la violencia etarra también se ha cobrado a mafiosos, traficantes de droga, ex-militantes de la banda y otros muchos sujetos de muy dudosa catadura moral sin que a nadie se le ocurra elevarlos a los altares. Por muy distintos motivos parece que tampoco interesa hoy en día poner como ejemplos de virtud o convertir en mártires a las autoridades franquistas que sufrieron coches-bomba (entre ellas Melitón Manzanas o el presidente Carrero Blanco), a los falangistas asesinados en los años de plomo, o a otros que, según la ley vigente, son tan víctimas del terrorismo como Ortega o Miguel Ángel Blanco, como por ejemplo el comandante Sáenz de Ynestrillas y sus hijos.
Parece que a cada partido solo le interesan las víctimas de su cuerda o las domesticadas que se comportan como muñecos en su mano de ventrílocuo.
aún quedan muchos lanzamientos políticos de aquí a las elecciones. Creo que es una buena noticia: la ciudadanía se mueve al margen de los grandes partidos. Ya veremos si cuaja alguno sin la ayuda de los grandes medios de comunicación.
ResponderEliminarRespecto a este VOX, espero verles reaccionar frente a los temas de actualidad a lo largo de los meses. Si he de decir algo en su favor es que tienen ideología, algo que brilla por su ausencia en otros partidos nuevos y más cacareados.
Un placer volver a escribir en su foro.
Pd. si Marx levantase la cabeza a lo mejor se liaba a palos con los etarras que usan su nombre en vano.
La realidad de Vox
ResponderEliminarPolíticos aparachis del Sistema (que viven del partido y sus mamandurrias) y hombres que representan el Sistmea en esencia, creándolo y sindo sus pilares
¿Quién es quién en VOX? Abascal, Camuñas y González Quirós
http://anotacionesdepensamientoycritica.blogspot.com.es/2014/01/vox-nueva-politica-sus-promotores-mas.html
Politícola, hace mucho que no se pasa por aquí. Anímese a actualizar su nuevo blog, que promete mucho. Estoy de acuerdo con todo lo que dice.
ResponderEliminarBienvenido, Manuel Morillo. A mí también me disgusta que sean tan monárquicos.
Para mí lo más relevante de la fundación de Vox es que hace 8 años era impensable un partido político mediático que recogiera en su programa la disolución de las comunidades autónomas. Eso antes solo lo pedían los "radicales" y da que pensar.
El futuro de Vox dependerá solo y exclusivamente de la cobertura que los medios de comunicación decidan darle. También esto da que pensar.
Yo les auguro poco futuro. El votante de derechas,(liberal conservador) es muy pragmático y mucho menos crítico que el de izquierdas.Al final votarán a Rajoy. Y los disconformes con Rosa Díez.
ResponderEliminarCreo que Mariano ganará las elecciones por más de 5 puntos.
Estoy de acuerdo con Aprendiz de Brujo. Además, dudo que los medios de comunicación más derechistas, siguiendo la misma línea que la mayoría de los votantes del mismo sesgo, apoyen a alguien que va a "dividir a la derecha fortaleciendo al PSOE". Por otro lado, seguramente tengan mucho que perder si Rajoy abandonara la Moncloa. Eso sí, a falta de ver qué hace Pedro J. Ramírez que cada día tiene más enemigos en el PP sumándose a los del PSOE.
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