lunes, 29 de diciembre de 2008

LOS "BICICLETEROS"

En la vida, uno tiene sus filias y sus fobias, algunas más o menos racionales y otras que nacen de las vísceras más profundas sin atenerse a razones coherentes. Mi odio a los bicicleteros, a los que me niego a llamar ciclistas porque me parecen todo menos deportistas (otro día hablo de los ciclistas y de mi pobre opinión sobre ellos), no sé si es fundado o visceral, pero el caso es que los tengo atravesadísimos.

Con bicicleteros me refiero naturalmente a los clásicos cretinos que se desplazan por la ciudad en bicicleta cuando es evidente que nuestras ciudades no están ni mucho menos acondicionadas para la circulación en este sano medio de transporte (ni yo quiero que lo estén). Los bicicleteros son personas normalmente jóvenes, muy frecuentemente (aunque no siempre) de mentalidad alternativa, que van al instituto, a la facultad, a trabajar y a todas partes montados en sus queridos biciclos, atravesando el centro de la ciudad y utilizando la calzada como si condujeran un coche.

En primer lugar, casi toda esta gente tiene la maldita costumbre de ir siempre por todo el medio de la calle, por lo que, debido a la escasa velocidad que alcanzan, terminan ralentizando y jodiendo a todos los automovilistas del carril, que no pueden aventurarse a adelantarlos sin poner en grave peligro la circulación.

En segundo lugar, conducen de una forma mezquina, haciendo lo que les sale del moño, apuntándose a todas las ventajas de conducir un coche (ir por el medio de la calzada), pero también a las propias de llevar un vehículo pequeño como el suyo, es decir zigzagueando entre los demás vehículos, saltándose los semáforos si ven que no viene nadie y conduciendo por las aceras, los muy cabrones, cuando se tercia.

Precisamente, que conduzcan por las aceras, a la velocidad que sea, es lo que más me cabrea de los bicicleteros. Y que conste que la culpa no la tienen sólo ellos, sino la policía municipal, que casi siempre hace la vista gorda. Si de mí dependiera, a cada uno que viera montado en la bici en una acera, se la quitaba durante un año sin contemplaciones.

Luego ya está el tema socio-político del carril-bici del demonio. En mi ciudad y en otras muchas de Castilla y León han hecho varios carriles-bici en los últimos años, sin que ello haya respondido a ninguna demanda social real. Basta que alguien lo pida para que nadie se atreva a negarlo, pues hacerlo sería muy políticamente incorrecto y muy poco ecológico, sostenible y esas mamarrachadas. El caso es que por ejemplo, el carril verde que en mi municipio une los principales centros universitarios, atravesando calles muy céntricas, no lo usa ni el Tato. Ves de vez en cuando, cada una o dos horas, a un bicicletero suelto. Y claro, como nunca se utiliza, al final los peatones lo invaden y es como si no existiera. En definitiva, un derroche y una sandez, además de algo que machaca la estética y la funcionalidad de los cascos históricos y de cualquier vía pública.

Lo que tenían que hacer los bicicleteros es irse a pedalear al campo o a su pueblo y dejar de tocarnos a todos la gaita.

Y luego, encima, hay una cosa secundaria (allá ellos), que a mí siempre me suscita mucha curiosidad: ¿cómo son capaces de ir a clase o a trabajar después de recorrer en bici varios kilómetros, cuando lo normal es que, sobre todo en verano, lleguen sudando como gorrinos? Cualquiera se sienta cerca de un bicicletero de estos…

viernes, 26 de diciembre de 2008

UN DIOS SALVAJE

Dos matrimonios se reúnen para abordar un incidente que ha tenido lugar el día anterior: el hijo de uno de ellos, armado… o mejor dicho, provisto de un palo, le ha roto los dientes al retoño de la otra pareja. Se trata de encontrar, "desde el diálogo", una solución positiva para los dos chavales y conseguir que el gamberro del palo pida perdón a su “víctima”, cuyo único delito había sido llamar "chivato" al agresor. Cosas de críos de 11 años.

Los papás del "vándalo" se muestran encantadores y comprensivos; están dispuestos a cualquier cosa para poner fin a las gamberradas de su "pequeño monstruo". Pero los progenitores de la víctima y anfitriones del encuentro, resultan ser un tanto puntillosos: no se conforman con nada y hacen continuas insinuaciones ofensivas sobre los métodos educativos de sus invitados.

Lo que comienza como una charla amistosa termina convirtiéndose en una ensalada de diálogos tensos, de fingimiento, de acusaciones veladas y de defensa ciega de los propios hijos, amén de una demostración de las prioridades de cada matrimonio, que a veces no tienen nada que ver con los niños, sino más bien con el trabajo, con la imagen pública y con los bienes materiales.

No quiero desgranar más el argumento de esta deliciosa comedia de Aitana Sánchez Gijón, Peré Ponce, Antonio Melero (¡el Fiti!) y Maribel Verdú (que no se despelota ni nada). Sólo deciros que esta fantástica obra, que podéis disfrutar en el Teatro Alcázar de Madrid, ha sido para mí una lección práctica de que sigue existiendo un teatro digno que no puede encontrar competencia en el cine.

Con un punto de partida puramente cotidiano, la obra repasa con humor desternillante y dentelladas críticas el modelo de familia actual, los clichés educativos políticamente correctos, el consumismo, la esclavitud laboral, la falta de valores en lo profesional, la hipocresía social llevada hasta las últimas consecuencias y la falsedad de los roles en la pareja. No os la perdáis, por favor. Y no se puede descargar del emule…

lunes, 22 de diciembre de 2008

HABLANDO SOBRE RAZAS SIN COMPLEJOS



Uno de los temas más peligrosos de tratar en esta sociedad melindrosa y falsa es sin duda el de las razas humanas y el racismo. Abordarlo en cualquier foro o desde cualquier perspectiva entraña un grave riesgo de linchamiento social o mediático si no se emplean los términos y las consignas adecuadas. Cualquier escritor, un presentador de televisión o un simple ciudadano de a pie charlando con sus compañeros de trabajo en una cafetería, debe medirse al milímetro antes de hacer cualquier alusión a los negros, a los moros o a las diferencias entre las razas, so pena de transgredir el límite sagrado de lo políticamente correcto y caer en el ostracismo más absoluto. Pero como este blog es viperino y además yo carezco de cualquier complejo a la hora de expresar mis opiniones, voy a opinar de este tema con la máxima soltura.

Como cristiano y ante todo como persona con un mínimo de humanidad, las actitudes racistas me parecen deleznables e inmorales. Yo entiendo el racismo como la exaltación de la propia raza y sus características, lo que lleva a convertir los elementos raciales en piedra angular de una filosofía política o social y a excluir, discriminar e incluso perseguir a las personas de otras razas, a las que se considera inferiores. El racismo para mí es exactamente lo mismo que el nacionalismo: ambos responden a actitudes excluyentes y de cerrazón, si bien éste se basa en la cultura, la lengua y el territorio y aquél, en cambio, en aspectos más físicos o corporales.


Las experiencias racistas en diferentes momentos de la historia, particularmente en el siglo XX, casi siempre han estado protagonizadas por bestias anglosajones y por bárbaros de romanización y cristianización tardía, y merecen toda mi ira y mi desprecio. La más conocida de ellas, surgida en el seno de la Alemania nazi, me parece una repugnancia propia de cafres, paganos indeseables y animales de bellota.

Lo que pasa es que todas estas opiniones a mí no me impiden en absoluto expresarme libremente acerca de las características de las razas y de mis gustos particulares, ponga la gente la cara que ponga. En concreto:


1º- Yo sostengo firmemente que las diferencias entre las razas humanas van mucho más allá de la morfología y los rasgos físicos, es decir que además del color de la piel y del tamaño o curvatura de la nariz (por ejemplo en los negros mandingorros y en los judíos de pura cepa) también existen diferencias de capacidad física e intelectual, de habilidades y de limitaciones.

Estos datos, estudiados con gran profusión y rigor científico en determinados períodos de la historia contemporánea, son sistemáticamente silenciados por la ciencia moderna por meras razones de oportunidad política. Evidentemente, de las diferencias por ejemplo intelectivas entre dos razas, en ningún caso debe derivarse ningún tipo de discriminación o marginación social, pues cada individuo debe ser valorado por sí mismo y no por su pertenencia a una determinada etnia, pero no creo que a nadie le haga daño reflexionar sobre ciertas realidades no por más camufladas menos evidentes. Y pongo varios ejemplos:

- Que ciertas razas concretas (en el Amazonas) fueron incapaces de descubrir el fuego hasta bien entrado el siglo XX, cuando lo trajeron los occidentales, a pesar de ser el fuego sin duda uno de los más relevantes elementos del progreso humano.

- Que ciertas etnias, supuestamente muy avanzadas (ejemplo, los mayas) no fueron capaces, tras muchos siglos de civilización, de inventar la rueda.

- Que pueblos de determinadas razas, pese a gozar de condiciones climáticas y de riqueza natural óptimas, perfectas para la exploración, la comunicación o el comercio, han vivido en plena edad de piedra (sin metales, sin escritura, sin agricultura y sin ganadería) hasta finales del siglo XIX (por ejemplo, los indios sioux).

- Que en la misma época en que unas razas se expandían, conquistaban el mundo venciendo al clima y a la geografía, desarrollaban la ciencia y la técnica, construían catedrales imposibles y conseguían cada vez cotas más altas de comodidad y calidad de vida, otras distintas, en condiciones ambientales y orográficas muy parecidas, se mantenían aisladas, sin curiosidad alguna por lo que había más allá del horizonte, viviendo en chozas idénticas que las de mil años antes, en el mismo kilómetro cuadrado que mil años antes y sufriendo hambre o calamidades.

- Que hay razas en el mundo que no han sido capaces de dejar la mínima huella o impronta cultural en la historia de la Humanidad, mientras que los pueblos de otras etnias, aunque ya no existan como tales, sentaron hace más de dos mil años las bases del derecho, de la organización social, de la economía y de la cultura que hoy tenemos.

El que quiera entender, que entienda.

2º- ¿Por qué no puedo decir en alto, sin que me miren como si fuera del Ku-Klux-Klan, que a mí los negros o los moros me desagradan físicamente?. ¿Por qué no puedo sostener en público que jamás me casaría con una mujer de raza negra porque me parecen muy poco atractivas y me dan repelús (igual que las feas en general)? No es racismo, sino un gusto estético personal. Además a mí me encantan, por ejemplo, las japonesas y considero que hay gitanas bellísimas que no me repelen, sino todo lo contrario, y también son de otra raza distinta a la mía…

Ya digo que con estos asuntos raciales lo que hay es mucha estupidez, mucha imagen de cara a la galería y mucho maricomplejines más que un verdadero respeto a las personas por encima de su raza y de su cultura.

ENCUESTA SOBRE SOLUCIONES CONTRA ETA

Pregunta: ¿Cuál crees que es el mejor remedio contra ETA? (pueden votarse varias opciones?)

Nº de votantes:
69

Respuestas:

a) Erradicar el separatismo
de todo tipo, violento y no violento. 25 votos (36%)

b) Educar a los niños vascos en el amor a España. 22 votos (31%)

c) Endurecimiento de las condenas. 19 votos (27%)

d) Cadena perpetua. 31 votos (44%)

e) Pena de muerte. 13 votos (18%)

f) Intervención del Ejército en Vascongadas. 14 votos (20%)

g) Creación de otro GAL, pero bien hecho. 5 votos (7%)

h) Vencer juntos a los violentos con las armas de la Constitución y del Estado de Derecho. 5 votos (7%)

i) Dialogando con los nacionalistas. 14 votos (20%)

j) Replantearse la validez del modelo constitucional. 10 votos (14%)

k) Otras soluciones. 2 votos (2%)

(*) En las encuestas
en las que pueden votarse varias opciones, el % no representa el porcentaje de votos que ha obtenido cada respuesta sobre el total, sino el porcentaje de votantes que ha escogido esa opción.

domingo, 21 de diciembre de 2008

EL COMENTARIO DE LA SEMANA (23) "YO TAMBIÉN SOY JUDÍO"

El mejor comentario de las dos últimas semanas ha sido:

" (...) Cuentan que David Jato (fundador del SEU ...) mientras se encontraba en Rusia luchando con la División Azul marchó de permiso a Berlín. Allí tuvo un incidente con la policía a causa de haber cedido el asiento en el tranvía a una mujer que llevaba la estrella que identificaba a los judíos como tales. Los policías le reprochaban que un soldado como él y vestido con su uniforme reglamentario hubiera tenido ese gesto con una judía. A lo que respondió que lo había hecho por dos razones: porque ella era una mujer y porque él era español. Y ante la insistencia de los policías por el carácter judío de esa mujer, él terminó enfrentándose a ellos diciéndoles que él también era judío. El lío en el que terminó metiéndose fue tan grande que el propio Muñoz Grandes (General de la División Azul) tuvo que intervenir en su favor. En realidad no era judío pero le movió ese carácter tan nuestro de rebelarnos ante la injusticia y solidarizarnos con la víctima. Un carácter que poco
a poco estamos perdiendo (...)"

Autor: Miquelino

viernes, 19 de diciembre de 2008

CUANDO DIOS APRIETA AHOGA PERO BIEN

Hace algo más de un mes, Al Neri publicó una interesante entrada sobre el cine español en la que podríamos decir que no participé víctima del principio de indeterminación de Heisenberg. Reconociendo que las excusas son como el culo -todos tenemos uno, sólo sirve para una cosa (¿se entera usted señor Zerolo?) y nos importa muy poco el de los demás (bueno, el de lAs demás sí)-, hoy me atrevo a hacer una breve entrada sobre una película que sí considero interesante.

Debo comenzar diciendo que salvo Garci -y más desde que vi Ninette-, no me gusta nada el cine español, y menos aún el humor histriónico y simple de la pareja radiofónica Gomaespuma. No obstante, he visto en varias ocasiones la p
elícula Cándida dirigida por Guillermo Fesser y confieso que no sólo me gusta; en ciertos momentos me emociona.

Basada en la vida de Cándida Villar, asistenta de Fesser, el largometraje narra, mezclando ficción y realidad, los escollos que tiene que superar una humilde viuda analfabeta del madrileño barrio de San Blas para sacar adelante a su suegra enferma, sus hijos -uno drogadicto y otro esquizofrénico-, una hija algo más que ligera de cascos y el bebé de ésta.

Creo que el logro de la película reside en la capacidad para lograr extraer risas de una vida llena de penurias y desgracias sin necesidad de recurrir a zafiedades. Orfandad, analfabetismo, pobreza, marginalidad, explotación, maltrato, abandono... se funden con sutiles toques de humor e inocencia que, con ternura, son capaces de llevarnos a decenas de situaciones en la que la risa y el llanto pugnan simultáneamente por conquistar el rostro de, incluso, el más curtido.

En su humildad y sencillez, Cándida no se siente desgraciada. Su vida, por un azar del destino -suponiendo que el Destino entienda de azares- se cruza con un periodista famoso y millonario que, teniendo todo lo que se pudiera desear para ser feliz, se niega a serlo. Al final será la menesterosa analfabeta que él acoge de sirvienta por simple caridad quien le abra los ojos para descubrirle obviedades que no podía o, mejor dicho, no quería ver.

Tampoco me gustan las flamencadas, sin embargo, a todos les dejo la banda sonora de la película, una versión de Pitingo de un tema que Julio Iglesias compusiera para Eurovisión allá por el año 1.970.


miércoles, 17 de diciembre de 2008

BATALLAS PERDIDAS

Otoño de 1.526. En la Isla del Gallo, en el Pacífico, un grupo de soldados esperan al borde del agotamiento y de la muerte, junto a su capitán, Francisco Pizarro, la llegada de refuerzos desde Panamá al mando de Diego de Almagro. Tras dos años infructuosos intentando consquistar Perú, los hombres quieren desertar y regresar a sus casas. En un instante, un audaz Pizarro desenvaina su espada, traza con ella una larga línea en la tierra, de oriente a occidente, y lanza su reto:

«Amigos, allí está el Sur. Por ahí se va hacia la muerte y hacia la gloria. Por este otro lado, hacia la comodidad y la molicie. ¡El que tenga corazón, que me siga!»


Sólo trece hombres, Los Trece de la fama, le siguieron, cumpliendo una empresa que asombraría a los siglos y a la Historia. Pizarro, años después, murió ejecutado.


19 de mayo de 1.643. Abandonados por la caballería y por los italianos, cinco tercios españoles rodeados por un ejército francés muy superior, resisten en Rocroi hasta seis cargas de caballería ofreciendo 4.000 muertos y 1.500 heridos de un total de unos 6.000 hombres. Sin munición y desangrándose, sólo aceptaron un capitular cuando el duque Luis de Borbón prometió respetar las banderas y las espadas de los supervivientes como si se tratara de la rendición de una fortaleza asediada.


23 de julio de 1.921. El teniente coronel de Caballería Fernando Primo de Rivera y Orbaneja al frente de 192 jinetes del Regimiento de Alcántara cubre la retirada de las fuerzas españolas en Annual. Tras cuatro cargas contra los rifeños, los caballeros españoles, agotadas sus monturas, realizan una última carga a pie cumpliendo su misión. Casi todos mueren y la mayoría de los que sobreviven perecen poco más tarde. Cinco meses después, encontrarían los cadáveres españoles en apretada formación. El teniente coronel se había dirigido a sus hombres de este modo:

«¡Soldados! Ha llegado la hora del sacrificio. Que cada cual cumpla con su deber. Si no lo hacéis, vuestras madres, vuestras novias, todas las mujeres españolas dirán que somos unos cobardes. Vamos a demostrar que no lo somos.»


Cuántas veces, por comodidad o cobardía mal disfrazada de prudencia dejamos de lado batallas, grandes o pequeñas, cediendo un poco más en nuestro derecho y nuestro honor. Cuando vemos que los desalmados, los sinvergüenzas, los mentirosos, los inútiles, los traidores, los gañanes, los vagos, los mezquinos... conquistan un palmo de terreno y nos quedamos expectantes, esperando un momento mejor o una mejor oportunidad, ¿no somos nosotros los culpables de sus, cada vez, más numerosos triunfos? ¿No será más difícil, o incluso imposible, ganarles en el futuro? La culpa no es de ellos, pues cumplen con su cometido. La culpa es nuestra cuando, en cualquier situación, damos un paso atrás por pequeño que sea. Toda la culpa es nuestra.

martes, 16 de diciembre de 2008

SÍ HAY TRABAJO EN PLENA CRISIS


A mí esto de la crisis ya me está sonando un poco a cachondeo. La palabrita en cuestión se ha convertido en la muletilla recurrente, en la excusa perfecta para perpetrar toda clase de barrabasadas en el ámbito empresarial y laboral. Ahora cualquier despido injustificado y cualquier ratada con los trabajadores queda perfectamente justificada aludiendo con tono apocalíptico a la puñetera crisis.

Pero no es de esto de lo que quiero hablar, sino de las casi 28.000 ofertas de trabajo sin cubrir que existen a fecha de hoy en Castilla y León, a pesar de la crisis, del paro terrible y de las colas en Cáritas.

El Servicio Público de Empleo regional alega que son puestos en los que es difícil casar la oferta y la demanda, pero a mí todo esto me apesta a vagancia, a jeta y a desvergüenza, “virtudes” tan propias de los españoles.

Pero a ver: ¿no está tanta gente en la calle por culpa de la crisis?, ¿no hay tanta desesperación?, ¿no hay tantos pobres en España? ¡Anda ya!. Existiendo 28.000 puestos de trabajo disponibles (la mayoría de baja cualificación) en Castilla La Vieja en el punto álgido de la manida crisis, me parece bochornoso que un solo castellano se atreva a lloriquear que no tiene trabajo, que no puede pagar la hipoteca o que no puede mantener a su familia. ¡Menos llorar y al andamio!; ¡menos quejarse y a la mina, o a sembrar patatas! Luego nos quejamos de que vienen inmigrantes…

Lo que pasa es que muchísimos españoles son unos vagos mierdecillas que prefieren cobrar menos en el INEM que mancharse las manos haciendo un trabajo físico, y esto me parece una inmoralidad grave. Que conste que la excusa de que “quiero trabajar de lo mío” me parece razonable hasta cierto punto, pero llegados a la grave situación laboral que nos describen todos los días, me parece alucinante que en una Región de dos millones y medio de habitantes y 140.000 parados haya un solo puesto libre, aunque sea de limpiador de pocilgas. A ver cuándo se entera la peña de que la Universidad no sirve para garantizar una silla de oficina.

Yo cada día tengo más claro que en ciertas circunstancias y con determinados límites habría que obligar a los parados, sea cual sea su titulación, a aceptar los puestos vacantes de cualquier cualificación, antes que pagarles el subsidio de desempleo, por muy costoso o antieconómico que esto pueda resultar a los afectados. Más antieconómico es que el Estado pague dinero público a quien no quiere trabajar si no es sentado. Y por supuesto que una persona tiene derecho a trabajar en lo que se ajuste a su formación, pero si no lo encuentra y se niega a aceptar otra cosa, ni es justo que el Estado se pase dos años pagando sus escrúpulos de tiquis-miquis, ni que él se queje ni una sola vez de que no puede afrontar sus gastos.

sábado, 13 de diciembre de 2008

¿SON RICOS LOS MARICONES?


Una de las muchas soplapolleces que últimamente suelen decirse sobre el colectivo gay es que son gente de mucho dinero, con un gran poder adquisitivo, que pueden comprarse casas lujosas, ropa de marca, hacer frecuentes viajes exóticos y dejarse una pasta en cultivar su cuerpo a base de masajitos, saunas, cosméticos y marifloradas así.

El otro día Antena 3 dedicó el programa GPS-Testigo directo a los homosexuales y aparte de un montón de maricones de todos los coloridos imaginables, salieron bastantes empresarios, agentes inmobiliarios y hosteleros diciendo que este colectivo es muy apetitoso porque tiene más dinero que nadie y además sabe gastarlo.

Hubo dos intervenciones especialmente sublimes: la de un constructor que afirmaba que los pisos de 50 millones de Chueca sólo pueden comprarlos los invertidos (normal, ¡cualquiera se va a vivir allí sin ser maricón!), y la de un bodeguero de Valladolid que había sacado un Ribera de Duero llamado Mundo gay. Este último, el muy subnormal, encima se quejaba de que los bares eran reticentes a comprárselo. No te jode, como que la peña se va a poner a pedir a gritos un “mundogay” en la barra de un bar de la zona de vinos...

Bueno, el caso es que yo esto de que los maricones son ricos no lo entiendo bien. A lo mejor, no sé, es que las familias "con posibles", tras varias generaciones, desarrollan un gen especial, que les inclina a la acera contraria. O quién sabe: quizá los ricachones son más viciosillos y degenerados. Todo puede ser.

Pero bromas a parte, yo pienso que sí existe una percepción generalizada de que las parejas homosexuales masculinas manejan más que la media, aunque para mí no es más que eso: una simple percepción basada en ciertos datos objetivos.

El primero de ellos es que estas parejas no tienen hijos (al menos de momento, gracias al Cielo), por lo que pueden dedicar más dinerito a sus chorradas estéticas y al ocio en general. Esto no quiere decir que tengan más tela, sino que se la gastan en cosas que la gente con familia jamás se la gastaría, dando, eso sí, una imagen de holgura financiera.

En segundo lugar hay un motivo sociológico que suena muy clasista pero es una verdad como un templo: Es mucho más fácil salir del armario para los que tienen una posición acomodada que para los pobres curritos, por lo que al final un elevado porcentaje de los mariquitas visibles suele ser “gente bien”. Los motivos de esto son variados, pero el más elemental es que a mayor nivel cultural suele haber mucho más respeto, no hacia la deformación sexual, sino al menos hacia las personas que la padecen. Imaginemos por un momento la “sutil” diferencia entre un arquitecto que les cuenta a dos compañeras de su estudio que le gustan los maromos y un albañil que un día lo proclama a la cuadrilla después de comerse el bocata de chorizo. Las reacciones del entorno serían bien distintas, ¿no?. Y además ya sabemos que la sociedad es muy hipócrita, de modo que sólo alguien bien situado, un profesional liberal o un trabajador muy estable puede permitirse el lujo de proclamar su desviación, pues de lo contrario es muy probable que no consiguiera situarse ni estabilizarse jamás (ya sabéis que hay mucho facha suelto y todo eso).

Moraleja: como en tantas cosas en la vida, sólo la gente con poder o independencia económica puede permitirse ser realmente como es y comportarse como le apetece.

jueves, 11 de diciembre de 2008

TIROS EN APPALOOSA



Un súper forofo como yo de las películas del Oeste no podía perderse de ninguna manera Appaloosa. Fui a verla nada más estrenarse y aunque no la considero un peliculón, ni mucho menos una muestra representativa del género, por lo menos me lo pasé muy bien.

Pude disfrutar de un argumento clásico (un sheriff y su ayudante deben garantizar la seguridad en una ciudad sin Ley) que me recordó bastante a Wyhatt Earp, si bien con el aderezo de ingredientes no habituales en el cine de vaqueros, como por ejemplo la profundización en la psicología de los personajes, en especial de Virgil Cole (Ed Harris), cuya dureza de hielo se combina deliciosamente con su timidez con las mujeres, que le lleva a enamorarse sólo “de putas y de indias”. Sin duda Harris es lo mejor del film. En mi opinión, Jeremy Irons hace un villano solvente pero un tanto desaprovechado, aunque quizá el problema es que no me hago a verle como cuatrero.

Como escenas a destacar de este interesante título está la infantil reacción de Cole cuando Allison (Renée Zellwegger) le averguenza insinuándole su inexperiencia con las chicas; o cómo el sheriff recurre a su ayudante (Vigo Mortensen) para encontrar las palabras que necesita utilizar, o la relación triangular de amor-odio que preside el argumento.

Lo peor: Ariadna Gil, haciendo de puta callejera dos minutos de metraje. Sin duda éstos de Hollywood son los mejores para buscar el papel más adecuado para cada actriz.

lunes, 8 de diciembre de 2008

IR CON LOS TIEMPOS



Esta mañana he estado con Al Neri en la misa de la Inmaculada que celebran los antiguos alumnos de nuestro colegio. Al igual que todos los años, recordamos las viejas anécdotas de aquellos años felices que pasamos entre sus muros mientras recorremos sus claustros y pasillos.


Algo que nos gusta hacer todos los años es ir a ver la orla de nuestra promoción, que cada año está mas amarillenta y pasada de moda, y ya que estamos siempre hacemos un recorrido a izquierda y derecha para ver a los "mayores" y "pequeños", que claro está, en el momento de hacerse la foto de la orla no eran ni más mayores ni más pequeños que nosotros, pero siempre nos lo parecerán. Es curioso ver como cada vez las orlas son más paritarias y tienen las fotos más separadas y más grandes, debido al descenso de la natalidad a finales de los años 80 y 90, y más curioso aún ver las orlas de los reivindicativos años 70, en las que muchos renunciaban a la corbata, o incluso -según cuentan ahora arrepentidos- a salir en la orla, por considerarlo clasista y retrógado.

Después del nostálgico recorrido acudimos al "vino español", al que este año, por habernos entretenido más de la cuenta con las orlas, nos han dejado poco más que las migajas. Ahí siempre entablamos conversación con algún compañero de promociones anteriores, que nos cuenta anécdotas de cuando el colegio tenía internos, de cuando se otorgaban las dignidades en el Teatro Calderón, o incluso del exilio en Curía ( Portugal) en tiempos de la segunda república.

Otro rito que no puede faltar es la entonación del himno del colegio por parte del coro y orquesta. El himno original fue cambiado en tiempos de la transición para adaptarlo a los nuevos tiempos, modificando habilmente algunas frases respecto al original. Según rumores que nos han llegado entre galletita salada y galletita salada, están pensando en volver a retocar su letra, para adaptarse de nuevo a los cambios que nos ha tocado vivir. A continuación os transcribo el himno original, seguido por el actual y la nueva propuesta según dichos mentideros, a los que claro está hay que hacer el caso que se merecen.

Letra original:

Juventud nueva al viento lanzó el grito;
pido un puesto en vanguardia cara al sol;
voy a Cristo, su nombre en mi bandera,
Loyola en tierra hidalga lo bordó.

En sus pliegues el águila del imperio,
flecha y laurel del Alto del León.
Mi aliento el mando claro de mi virgen;
mi orgullo ser cristiano y español.

Rincón de Castilla, nidal rumoroso,
en tierra de yugos y amor de Isabel.
Tu nombre es la historia de una Virgen bella,
que en blandos arrullos brizó mi niñez.
Tu nombre es el vuelo de un haz de ideales,
espigas de España, capullos de fe.
¡Cobarde es quien deja robarse su haz!
¡En armas por él! ¡Juventudes nuevas!
¡Banderas al viento, morir o vencer!

-o-

Letra actual:

Juventud nueva al viento lanzó el grito,
esperanza de un mañana mejor,
voy a Cristo, su nombre en mi bandera,
Loyola en tierra hidalga lo bordó.

En sus pliegues la historia de mi patria,
en el crisol de Castilla y León.
Mi aliento el manto claro de mi Virgen,
mi orgullo ser cristiano y español.

Rincón de Castilla nidal rumoroso,
en tierras de yugos y amor de Isabel.
Tu nombre es la historia de una Virgen bella,
que en blandas caricias meció mi niñez.
Tu nombre es el vuelo de un haz de ideales,
espigas de España, capullos de fe.
¡Cobarde es quien deja robarse su haz!
¡Colegio San José! ¡Juventudes nuevas!
¡Amigos de Cristo, su luz es mi fe!

-o-

Propuesta de letra nueva:

Juventud nueva al viento lanzó el grito,
libertades, derecho de decisión,
voy a Cristo, a Buda o Mahoma,
Loyola en tierra vasca que es nación.

En sus pliegues la historia de mi autonomía,
en el estatuto de Castilla y León.
No importa si apruebas o suspendes,
lo importante es ser pacifista y molón.

Rincón de Castilla, lugar tolerante,
a orillas del Pisuerga donde Zapatero nació.
Su nombre nos inspira talante a mansalva,
educación para la ciudadanía a tutiplén.
Su nombre es el sueño de la progresía,
de los ciudadanos y ciudadanas del Estado.
¡Tolerante es quien deja robarse su fe!
¡Colegio de José Blanco! ¡Juventudes progres!
¡Alianza de civilizaciones, su luz es mi fe!

domingo, 7 de diciembre de 2008

EL COMENTARIO DE LA SEMANA (22): ASÍ NO SE PUEDE NI SER POLÍGAMO NI NADA

El mejor comentario de la semana ha sido:

"El tema no es que medio mundo esté salido; el tema es que yo siempre coincido con el otro medio y por eso ´no hay tema`... y así no se puede ni ser polígamo ni nada... ¡qué asco de vida!

...¡Coño, mi mujer! "

Au
tor: Ignatus
Entrada: Somos polígamos

sábado, 6 de diciembre de 2008

UNA CIUDAD

Si tuviera que quedarme con una ciudad, la elegiría a ella por sus huellas romanas y porque su primavera la cambia de color como a ninguna. La elegiría por el paseo de La Alameda, que discurre de la mano de un río pleno de vida y de caudal pobre; por el Santuario de su bella Virgen, incrustado entre peñas y custodiado por el vuelo de las grajillas. La escogería sin duda por las escaleras de la Plaza de San Martín, por su Torreón almenado y por la vista de las nieves de Guadarrama desde el recodo de Juan Bravo.

Es mi favorita por sus pinchos de tortilla y calamares, por los cines Miró -a pesar de su oscuro pasado- y por los escaparates de la entrada del cine Zuloaga. Por las armaduras, las ballestas y la poética hiedra en los muros de su grandioso castillo Trastámara; por la Vera Cruz templaria y solitaria y por el ambiente del Titirimundi, exportado a otras plazas no hace mucho. Por Daoiz, por la Loba, por las elecciones municipales y Las Edades del Hombre de 2003, por la “calle de los bares” y por La Plaza, así sin apellido, sin la soberbia de ser Mayor aunque reine, coqueta y luminosa, entre mil venas y rincones medievales, cristianos y judíos.

Por su parecido “con el revés de una taza: todo son cuestas arriba para llegar a La Plaza”, porque sus “leperos” son los de Abades, porque su gente te dice “majo” aunque no te conozca y “modorro” para insultarte, por los inolvidables Linecar, por su lejana estación de RENFE –ahora la reina del mambo- , por su nieve navideña, por sus viejos jugando a la petanca en el Barrio de San José, por el románico desvaído de Santa Eulalia, por la Iglesia de San Esteban, por el Claustro de San Miguel, por la ruta a La Albuera y porque a un tiro de piedra se encuentran los jardines y las fuentes del Versalles español.

Por su ponche cremoso y dulzón –y sus sucedáneos- , por las aulas de Domingo de Soto, por los conserjes de La Casa de la Tierra y por los bares de alrededor, con sus “minis” en vez de “cachis” y su platito de cacahuetes sin pelar. Por los desayunos del José María y del Portobello, por los toneles a modo de mesa a la puerta de ese irlandés de cuyo nombre no quiero acordarme, por El Narizotas, por La Almuzara y hasta por la hamburguesería San Luis.

Por el chocolate de La Colonial de Fernández Ladreda; por sus centros para mayores - públicos y privados- ; por el edificio de la Escuela de Educación; por los Jardines del Cementerio, que exaltaron mi alergia primaveral; por Padre Claret; por Coronel Rexach y por la Plaza del Alto de Los Leones. Por sus inviernos de menos diez grados y sus otoños llenos de sol. Por todas las fotos que les hice a los japoneses con los arcos al fondo. Por el bullicio alegre en sus calles los domingos a última hora…

Si tuviera que escoger una ciudad, me decantaría por ella, aunque no sea grande, ni próspera, ni independiente; aunque muchos sigan queriéndola sólo por sus asadores y por sus dos monumentos intemporales. Puede que no lo tenga todo, pero… tiene algo.

miércoles, 3 de diciembre de 2008

TORTURANDO AL GATO

Nunca dejará de sorprerderme la poca capacidad de reflexión de las masas, dispuestas a repetir u obedecer las consignas del Gran Hermano de turno sin custionárselas ni un simple momento; sin darse cuenta de que llegan a la incoherencia o, lo que es peor, el rídiculo. La mayoría de las veces, lo único importante es no alejarse de la comodidad que supone sentirse «normal».

Una cosa relacionada que me llama mucho la atención es cómo la gente admira a estos grupillos o personajetes musicales tan aficionados a la mal llamada canción protesta. Resulta curioso como casi nadie cae en la cuenta de la desnudez del emperador, es decir, de que tanta preocupación social y tanta memez no es más que una hipócrita máscara con la que aumentar fama, prestigio y, ante todo, dinero.

Y más llamativo resulta contemplar a la masa bailando fervorosamente a las tantas de la madrugada, con un cubata en la mano y otros tantos en el estómago y en la cabeza, a cinco o más euros la pócima, unas notas que hablan sobre las penalidades de la gente y lo malos e insolidarios que somos todos. La solidaridad, esa prostituida y atea hermana bastarda de la caridad, ya se sabe que tiene esas ventajas: permite que luzcas en el espejo una conciencia blanca inmaculada a base de temple liso. Me puedo gastar cincuenta euracos en una mamarrachada sin remordimiento alguno siempre que me aseguren que el 0,001% de mi gasto va a ir a parar al proyecto de una ONG en una aldea de Somalia.

Bueno, al grano. De todos estos cantantes tan solidarios y guays hay dos que me causan especial aversión: Chambao y la rompemicrófonos conocida como Bebe. Afirmo que el español es una lengua universal utilizada por cerca de quinientos millones de personas con diferentes acentos y gramáticas, pero todo tiene un límite y no creo que haya ninguna razón cultural ni artística para destrozar nuestro idioma vocalizando como si padeciéramos alguna parálisis del tracto vocal o, lo que es peor aún, como si estuviéramos aplicando a un tierno minino la más atroz de las torturas orientales.

Tampoco sé nada de música. Sus reglas, mecanismos y lenguajes siempre me han parecido una ciencia oscura y, aun así, no creo equivocarme al decir que las ¿melodías? que acompañan los berridos de estas dos personajas son insoportables, estridentes y carentes de la más mínima armonía y belleza.

Y para concluir, me resulta inconcebible que se intenten hacer millonarias recreándose en desgracias ajenas como la inmigración y los malos tratos sabiendo que cada noche miles de borregos beodos van a bailar y canturrear unas letras que describen como una mujer ruega a su marido que no le dé una paliza:
«No grites. Que los niños duermen».

Y ya para colmo, en los pocos kilómetros que logro sintonizar alguna emisora musical mientras acudo al trabajo siempre tienen que poner a alguna de estas dos o, mucho peor, a Ismael Serrano. Entonces sí que no aguanto más y sintonizo a Jiménez Losantos. Fíjense ustedes lo que me obligan a hacer.


lunes, 1 de diciembre de 2008

SOMOS POLÍGAMOS

Hoy quiero plantearos una pregunta extraña pero no sé si sencilla: ¿Las personas en general (y los varones en particular) somos monógamos por naturaleza o bien se trata de una imposición cultural y/o religiosa?

Adelanto mi opinión diciendo que al menos en el caso masculino considero que la naturaleza humana es fuertemente contraria a la convivencia y a la fidelidad de por vida a una sola persona del sexo contrario.

Lo siento, pero en este asunto me convence, al menos parcialmente, la explicación materialista del marxismo clásico. Es decir, creo que en los albores de la humanidad y durante mucho tiempo la sexualidad esporádica o al menos compartida con diferentes individuos del mismo clan o comunidad era la norma espontánea y habitual, por ajustarse plenamente a la naturaleza humana.

El matrimonio del tipo hoy conocido y por lo tanto la monogamia obligatoria apareció justo en el mismo momento que la agricultura. La economía agraria surgió íntimamente ligada a la propiedad individual sobre la tierra y trajo consigo el sedentarismo como consecuencia del fuerte vínculo del hombre con esta tierra. Así las relaciones familiares y la moral monógamas fueron consolidándose no sólo porque eran mucho más compatibles con este sedentarismo, sino porque constituían la única garantía de que la propiedad se transmitiera a los descendientes legítimos del varón.

Luego por supuesto, y gracias a Dios, influyeron otros factores en la institucionalización de la monogamia. Me refiero al Judaísmo y al Cristianismo, que incorporaron nuevos fundamentos, como la protección de la mujer y de la prole. Debemos pensar que en aquella época una mujer sola o con hijos sin el apoyo de un varón trabajador se encontraba desamparada por completo, en riesgo de muerte. La poligamia y el sexo fuera del matrimonio favorecían estas situaciones de indefensión, por lo que fueron proscritos con dureza por estas sociedades más civilizadas y sensibles.

Desde entonces, cuanto más han avanzado las sociedades y más ha incidido el Cristianismo en la dignidad del ser humano, mayor ha sido la fuerza cultural de la monogamia, por todos los motivos citados y además como una de las manifestaciones del respeto debido al esposo o esposa y padre o madre de los hijos comunes. Todo ello siempre acompañado de una activa represión, de mil maneras, de los comportamientos contrarios a estos principios, desde la fornicación hasta el adulterio, y de una exaltación constante de la virginidad prematrimonial, sobre todo de la femenina.

Pero hoy en día las cosas han cambiado mucho. Ya no existe, salvo en determinadas élites sociales, esa obsesión por la transmisión de los bienes a los hijos legítimos; las mujeres trabajan y en cualquier caso gozan de la protección del Estado y de amplios derechos prestacionales; tanto la Iglesia Católica como el cristianismo cultural han visto ninguneada notablemente su influencia en la sociedad, y, por añadidura, cada vez está más extendido el individualismo atroz y la falta de respeto sistemática a cualquiera que no seamos nosotros mismos. A todo esto hay que unir que la presión social en contra de los comportamientos polígamos o promiscuos se ha mitigado hasta casi desaparecer.

¿Qué ha sucedido por todo ello? Sencillo: lo vemos todos los días. Cada vez más parejas antes del matrimonio; infidelidades conocidas (¡y todas las que no vemos!); divorcios por causa de terceras personas; coqueteos en los ambientes de trabajo; mayor flexibilidad de los noviazgos; mayor incidencia del arrejuntamiento frente al matrimonio… En definitiva, al aflojarse la cuerda de la imposición monógama, la naturaleza humana se ha soltado la melena o se desenvuelve al menos con mucha más naturalidad, ya que la poligamia encubierta siempre ha estado muy presente en todas las épocas.

Basta comprobar cómo miramos todos los hombres (solteros, ennoviados o casados) a cualquier jovencita de buen ver (con mayor o menor disimulo) para caer en la cuenta de que eso de la exclusividad sexual es un gol que la cultura occidental, la Fe, la Iglesia, la generosidad, el respeto, la dignidad, o como quiera llamarse, le ha metido con todo el descaro a nuestra indómita naturaleza. Un gol, por otra parte, muy necesario, pues si somos personas y no animales es precisamente por nuestra capacidad de contradecir nuestros instintos cuando lo exigen valores superiores.

Sobre la tendencia de las mujeres en este sentido, prefiero que sean ellas las que se pronuncien con libertad.