viernes, 31 de octubre de 2008

LA COHERENCIA DEL PSOE

Al PSOE le podremos acusar de demagogo, de inmoral, de ultraizquierdista, de manipulador, de enemigo de España, de criminal o de progre, pero difícilmente podremos reprochar a este partido actitudes esencialmente incoherentes.

Es más, a mí me parece que los afiliados al PSOE tienen que sentirse muy orgullosos de su militancia política, pues, nos guste o no, ZP está llevando a buen puerto los ideales de cualquier hombre de izquierdas de nuestro tiempo. Hasta ahora, el señor del talante ha casado a las parejas de “gays y lesbianas”; se ha vengado de Franco en nombre de todos los rojos de España con su Ley de Memoria Histórica; ha impuesto la paridad de género en las elecciones; ha convertido la violencia doméstica en prioridad nacional; ha potenciado la “alianza de civilizaciones” y ha tendido su manga ancha a todos los inmigrantes; ha dialogado hasta la extenuación para solucionar el “conflicto vasco”; a nivel internacional, ha dado la espalda al capitalismo y ha acercado posturas con regímenes alternativos de Hispanoamérica. Por si fuera poco, cuando culminen estas dos legislaturas tenebrosas, nos habrá “regalado” el derecho al aborto libre y a “morir con dignidad”. Nadie puede discutir que todos estos logros satisfacen plenamente las viejas reivindicaciones ideológicas de la progresía más cañera.

Por el contrario, los niveles de desideologización y la actitud vergonzante del PP difícilmente satisfacen nada ni a nadie. La semana pasada, en el Congreso Regional de este partido en Castilla y León, el Presidente Herrera aseguró que el PP es “reformista, moderado y de centro” y que es “un partido de cercanía, próximo e integrador, en el que nadie sobra (…), abierto al mundo, orgulloso y sin complejos”. Esto es lo mismo que no decir nada. Nada de ideas. Nada de principios. Nada de valores.
Nada de alternativas valientes a los desaguisados sociatas. Los “centrismos”, “reformismos” y demás soplapolleces son los comodines políticos de hoy en día, el arlequín en la baraja de quien juega a sumar votos y cargos olvidándose de sus convicciones. Esas mismas palabras mágicas le podrían valer a cualquier formación política moderna de cualquier signo.

Con este bagaje “doctrinal”, con este entusiasmo, ¿a quién quieren ilusionar los peperos?. ¿Cómo pretenden levantar pasiones preocupándose más de su imagen aséptica de centristas que de borrar las huellas terribles de sus supuestos adversarios? Todos sabemos que el PP en el poder jamás se replantearía lo de las bodas entre invertidos, ni derogaría de Ley de Memoria (precisamente un insulto a la memoria de media España), ni frenaría de ningún modo los atentados contra la bioética que pronto se llevarán a cabo, también en forma de Ley.

Sinceramente, me parece que el PSOE es un partido bastante más comprometido y coherente con sus sueños que los chicos de Mariano, que ni siquiera tengo claro que sueñen.

miércoles, 29 de octubre de 2008

¡QUÉ PESADOS!

Me fastidia muchísimo que me llamen por teléfono cuando estoy durmiendo la siesta y más aún si la persona que interrumpe mi momento favorito del día lo hace encubriéndose tras un número oculto. Lo de los números privados me parece escandaloso: gentucilla que se dedica a molestarnos, exigiendo que les atendamos sin tener la deferencia mínima de indicarnos previamente quiénes son. Es como si pretendieran que les abriéramos la puerta de nuestra casa sin identificarse con anterioridad al igual que hacen los ladrones o los acosadores postales anónimos.

Esta última vez les contesté porque sabía quiénes eran (aunque la administración y muchas empresas comparten las mismas prácticas) y porque llevaban cinco días llamándome tres o cuatro veces diarias sin que les descolgara el teléfono. Por la mañana me incordiaron mientras cronometraba los tiempos empleados en montar las tiendas Aneto y les emplacé a molestarme por la tarde
aunque se adelantaron.

¡Qué pesados éstos del Banco! Tanto llamarme y era para ofrecerme un supermegapréstamo que pagaría en cómodas cuotas. Nunca he tenido pelos en la lengua y generalmente solía ser bastante borde con esta gente
hasta que llegué a la conclusión de que una pobre y laboralmente explotada teleoperadora -amable y de voz extremadamente sensual- no tiene la culpa de las artimañanas de ningún banquero. Así que, resignado a no descargar mi furia contra el último eslabón del call center subcontratado por la subcontrata de la subcontrata del banco en cuestión, y abandonando la absurda idea de que la señorita me pasara directamente con un Rothschild a quien cantar las cuarenta, desistí de cachondearme de alguien esclavizado a tan ingrato trabajo y capeé como pude los intentos de la señorita por endosarme un préstamo a toda costa a pesar de que "ya se aproximaban las navidades".

Me parece increíble que la gente se gaste en regalos un dinero que no tiene. Personalmente, me dolería mucho ver
como un allegado empeña su alma y la honra de sus antepasados para que el hombre del traje rojo de Cofidís, ése que parece el mismo Mefistófeles, le conceda un crédito al 30 por ciento para regalarme una chuminada que no necesito. Prefiero una piedra o cualquier cosa envuelta con cariño. Aunque dudo que lo entienda esa panda de malnacidos o de otra cosa que les llamaría Pérez Reverte.

Que no, pesados, que no. Que no me volváis a molestar (ya hablamos tanto que os tuteo). Que no quiero ni una línea ADSL a 100 Gbits por segundo ni un préstamo ni nada. Que antes de tratar con esclavos de Botín a la hora de la siesta preferiría recurrir, para pagar la hipoteca, a un usurero siciliano y, para comunicarme, a las señales de humo. Que no me volváis a molestar.

P.D. Señoritas del call center, si su físico se corresponde con su voz, les emplazo a que me llamen cuando deseen. Siempre a sus pies, su más humilde servidor.

lunes, 27 de octubre de 2008

¿HOMBRES O PATRIOTAS?

Un día prometí que iba a hablar de la extrema derecha española, pero no va a ser hoy. Ahora sólo quiero comentar un aspecto relacionado con ella.

Si algo me ha irritado siempre de esta gran familia socio-ideológica ha sido su monomanía, su obsesión por un par de temas o “problemas de España” y su incapacidad de analizar cualquier otra faceta de la actualidad política sino es bajo este prisma neurótico. Desde principios de los 90, y por mimetismo con diversos partidos europeos, una de estas obsesiones ha sido la presencia de extranjeros en territorio patrio y las políticas migratorias.

El otro día tuve la desdicha de mantener una conversación con uno de estos ultraderechistas (o como queráis llamarlos), a cuenta del supuesto derecho prioritario de los autóctonos españoles para recibir cualquier tipo de asistencia sanitaria frente a cualquier inmigrante y más aún si es ilegal. Esta persona defendía con ardor que de acudir simultáneamente un español y un inmigrante ilegal a un servicio de urgencias, siempre debería pasar en primer lugar nuestro compatriota, con independencia de la gravedad de la dolencia de cada uno. O sea que si el español tenía un uñero doloroso y el marroquí (por ejemplo) había sido atropellado por un camión y precisaba de un trasplante de emergencia, debía ser atendido en primer lugar el del uñero. Y es más, si el moro quería ser salvado, que pagase, porque la Seguridad Social la financiábamos los españoles y bla, bla, bla.

No voy a dar mi opinión sobre el tema de la inmigración. No voy entrar en si extranjeros y españoles deben tener en todos los casos idénticos derechos sociales, educativos, culturales o de vivienda. Pero lo que me parece increíble es que alguien pueda poner su condición de español o su patriotismo por delante de los sentimientos más básicos de humanidad y de amor al prójimo cuando se habla de socorrer necesidades elementales, primarias, como el derecho a la asistencia médica o al alimento. ¿Qué mierda de patriotismo es ése que se regodea en orígenes raciales, culturales o históricos y se salta a la torera cualquier consideración humanitaria?, ¿cómo puedo fiarme de las ideas que representa un sujeto así, que es peor que el más siniestro de los rojos, de los socialistas, de los progres y de los criminales?

En un caso de vida o muerte como el que el “gran patriota” me describía, creo que a cualquier hombre o mujer de bien lo que se le ocurre es tratar de salvar a su semejante sin entrar en consideraciones ridículas sobre la nacionalidad, ni en cálculos chorras de cuánto cotizas o cuánto dejas de cotizar “para que se beneficien los extranjeros”.

Si de algo me siento orgulloso en esta España triste y averiada es de su sistema de sanidad pública, gratuito y accesible para cualquier enfermo, independientemente de su origen, condición e incluso cotización previa. Con todos sus defectos, este modelo me parece la encarnación práctica de los valores de solidaridad y de justicia y, en definitiva, un ejemplo para el mundo en general y para supuestos países avanzados como EE.UU. en particular.

Tengamos la opinión que nos dé la gana sobre la política de inmigración. Seamos todo lo restrictivos que queramos. Defendamos la repatriación de todos los sin papeles que nos apetezca… Pero mientras estén entre nosotros, justa o injustamente, comportémonos con ellos como personas antes que como españoles, como samaritanos antes que como fariseos y como hombres antes que como ideas andantes.

EL COMENTARIO DE LA SEMANA (18): LA PATRIA ESTÁ POR ENCIMA DE SIMPLES SENTIMIENTOS

El mejor comentario de la semana ha sido:

" (Sobre Sangre de mayo
). (...) No Garci, no. Dejas el patriotismo a la altura de los sentimientos y lo único que puedes conseguir con eso es dar argumentos a los nacionalistas. El patriotismo se basa sobre todo en un bien moral que es la Patria, en algo que está por encima de nuestras ideas o simples sentimientos románticos. La Patria es algo clásico, elevado, espiritual. No es lagrimeo, ni orgullo por haber ganado una Eurocopa o sacar una bandera. Es algo más. (...)"

Autor
: Villeguillo

sábado, 25 de octubre de 2008

¿HOY QUÉ ME PONGO?

Cada día compruebo con mayor curiosidad que estamos deseando vestir ropa de verano, o lo que es lo mismo, llevar poca ropa.

Entrado el otoño, lo normal es que haga, cuando menos, fresco, si no frío. Sin embargo, no sé si por la inercia que traemos del rico veranito (que con esto del cambio climático cada vez es menos rico) o por qué, seguimos poniéndonos prendas ligeras y a lo más que llegamos es a tener a mano un jersey o una chaqueta. Igualmente, en cuanto el calendario marca el fin del invierno (finales de marzo) y vemos que llega algún día agradable, tiramos de camiseta y pantalón corto que da gusto.

Una moda que me llama poderosamente la atención es la de esos bufandones de algodón (seguro que tienen un nombre, pero no soy experto en la materia) que se ponen las jovencitas en pleno verano. Y encima lo combinan con unos escotes bien generosos y unas minifaldas de tamaño inversamente proporcional al escote. A mí que me lo expliquen.

Aunque intento vestir en función del tiempo que hace y no fijarme en el calendario, reconozco que no siempre puedo. Soy bastante friolero y realmente iría dando la nota si llevase bufanda y guantes en una de esas horrorosas noches septembrinas que te pillan "en cueros" y pasas más frío que el perro de un pobre. Lo sé, carezco de personalidad, no sé ser yo mismo y todas esas cosas, pero es así.

Me pregunto si la razón de esto es una vez más la presión que las malvadas empresas textiles ejercen sobre nosotros o bien si se trata de un instinto primario que inconscientemente nos hace despojarnos de todo lo artificial. Al fin y al cabo, vinimos al mundo en pelotas.

miércoles, 22 de octubre de 2008

GARCI SE METE A PATRIOTA

Garci, campeón, ¿qué te hemos hecho tus compatriotas para merecer esto? El castigo que nos has infligido con tu último estreno, Sangre de mayo, ha sido demasiado riguroso. ¿Por qué nos tratas así?

Si no fuera porque estuviste saliendo con la Guillén Cuervo y porque dirigiste El crack (1981), El abuelo (1998) y Tiovivo c.1950 (2004), me atrevería a decir que tienes el gusto en los zancajos. Y mira que siempre te he juzgado con benevolencia, por eso de no estar vinculado (en teoría) con los titiriteros rojos del cine español, por tu inquietante reflexión de Las verdes praderas (1979) y por el desnudo de Elsa en Ninette (2005), pero no hay manera, no me terminas de convencer… Me pareces un cursi redomado y –no te enfades- un poco bastante hortera.

Volver a empezar (1982) fue para mí una flagelación en toda regla, pero lo grave del asunto es que, engolosinado con el Óscar, volviste a la carga con el mismo tono lastimero y pseudointelectual en You´re the one (2000) (menudo guiño a los maquis) o Historia de un beso (2002) (ésta no acabé de verla porque me quedé dormido). Casi todas tus pelis son iguales: paisajes idílicos poblados por gentes con exceso de sensibilidad, de amor y de cultura poética, artística o cinematográfica. Una lata, vamos.

Y ahora nos vienes con Sangre de mayo. ¡Dios nos coja confesados con Garci metido a patriota! Y no te critico por tus intenciones, que seguro que son óptimas, ni por el valor que demuestras sacando a colación la gesta del 2 de mayo en este mundillo del cine de casa, donde tus colegas no sólo rojean, sino que odian a España y lo que España ha significado en el mundo. Te pongo verde porque has rodado una película muy aburrida (casi con formato de documental histórico), has desaprovechado el talento interpretativo de algún buen actor y nos has colado a otros que son una verdadera piltrafa, y me refiero, por ejemplo, a Manuel Galiana (Escenas de matrimonio) y al siempre secundario Jorge Roelas, que fue malo hasta haciendo de Marcial en Médico de Familia. Te pongo a caldo porque la peli dura más que un día sin pan, porque el guión es muy ñoño y porque tus guiños a la cultura teatral son soporíferos.

No te negaré en justicia que el vestuario y la ambientación de época están más que logrados, ni que tienes toques de humor notables (los tíos avaros de la protagonista son la monda), pero pienso que has tirado por la borda tu gran oportunidad de dejar una huella imborrable en la historia de nuestro cine. Las “explosiones” de patriotismo y ardor guerrero del pueblo de Madrid, que dosificas cicateramente al final de la cinta, son menos auténticas que un billete del Monopoly. “¡No nos vamos a dejar mangonear por los políticos!”, “¿A ti te gusta que los franceses te digan lo que tienes que hacer?”. Muy poca profundidad, José Luis, y más teniendo en cuenta que después, cuando echamos a los gabachos, nos faltó tiempo para implantar un modelo político basado precisamente en los principios y “valores” que ellos quisieron imponernos por las bravas.

Por no entrar en disquisiciones políticas, también me ha parecido muy poco lograda la escena de la carga de los mamelucos (se ve que el cine bélico no es lo tuyo) y especialmente forzada la secuencia de los fusilamientos de la Moncloa.

Me ha parecido una película mala, que, a pesar de todo, aconsejo ver por su valor histórico y por sus méritos estéticos.

lunes, 20 de octubre de 2008

EL ENIGMA DEL ESCOTE

Un servidor, que es más bien animal de sangre caliente y de mirar ávido y curioso, no sabe muy bien cómo desenvolverse en presencia de uno de esos escotes exuberantes, escandalosos y hasta impúdicos, de los que enseñan mucho más que tapan y comprometen la vista de todos los varones en treinta metros a la redonda.

No me refiero, qué va, al modosito aunque picarón pico en el vestido o en la camiseta que deja intuir el melonar, sino al ventanal descarado y generosísimo que te pone en bandeja una ración a partes iguales de pechuga en crudo, lencería fina y pezoncillo jugando al escondite, que si ahora salgo, que si ahora me oculto.

A mí ya me ha pasado más de una y más de dos veces que en una cena, cocktail, o sarao de ésos se me sienta enfrente la clásica moza de tetamen desbordante y me tiene todo el almuerzo inquieto, desasosegado, sin saber dónde coño poner los ojos para no quedar como un pervertido. Y qué decir del típico encuentro en un bar de copas con una conocida con las tetas a medio tapar, que te pones a mirarla a los ojos pensando “no los bajo, no los bajo”, pero terminas haciendo alguna incursioncilla traviesa en forma de reojo o de cambio de posición más o menos discreto (en mi caso, poco), de la que ella se da cuenta y te mira con cara de asco, como si fueras el Violador del Ensanche.

A algunas chicas con las que he tenido más confianza, me he atrevido a preguntarlas el por qué de esos balcones con vistas al melocotonero, y todas han coincidido en señalar que se visten de esa guisa porque así “se sienten bien con ellas mismas y con su cuerpo”. Justo lo contrario que me pasa a mí al verlas, porque, por muy agradable que sean estos paisajes, a veces puede llegar a temblar el pulso o a quedarse uno bizco, leche.

Otra amiga me matizó una vez que el escote está para mirarlo, pero depende cómo, claro. Que si miras poco y rápido, es halagador; pero si te quedas como medio minuto con los ojos de perro de presa y con la boca abierta y voraz, se ofenden y les parece una actitud guarra. Pues yo no sé, pero más de medio minuto fijo que a veces me quedo, aunque no me miro la cara ni la boca.

A lo mejor deberían colgarse un cartel junto a las domingas (que no tape nada, eso sí) especificando todos estos valiosos consejos, para que supiéramos siempre a qué atenernos sobre el particular.

Uno, que es un machistón irredimible, piensa más bien que estos argumentos son vanas excusillas para salvar el tipo (y la fama) y que en el fondo las mujeres que sacan los cocos a la luz con semejante naturalidad vienen a ser algo así –y disculpad la tosquedad- como el miura en la plaza, que embiste buscando la puya, el estoque y si me apuras la puntilla. Sí que veo muy creíble que las fastidien ciertas miradas especialmente largas y lujuriosas, pero sospecho que más que la calidad de las ojeadas, lo que las irrita o halaga es la autoría de las mismas, y así estarán encantadas si las mira, aunque sea babeando, el que ellas quieren que mire, y que considerarán un degenerado a quien haga el más leve reojillo si el fulano les parece feo, antipático, pobre o, en fin, no ha cautivado su corazón, que, como dicen ellas, es lo importante.

EL COMENTARIO DE LA SEMANA (17): LA VIDA HUMANA EMPIEZA EN LA CONCEPCIÓN

El mejor comentario de las dos últimas semanas ha sido:

Un globulo
rojo esta vivo, al igual que una neurona o un helecho o na margarita, pero ninguna de "esta vida" es humana. La vida humana no es el espermatozoide o el ovulo por separado, la vida humana comienza cuando un espermatozoide fecunda un ovulo, ese es el primer estadio de la vida humana para todos.

Todos, sin distinción, hemos empezado nuestra vida siendo embriones que viajaban a instalarse en el utero, pero la vida ya ha comenzado, ya es vida, el hecho de instalarse en el utero es proveerse de nutrientes para que la vida pueda continuar, pero el hecho en si de instalarse en el utero no es el comienzo, este tuvo lugar como digo en la fecundación. Lo que digo no es doctrina de la iglesia, es simple ciencia, algo aceptado por la ciencia y puedes consultarlo para ver que no te engaño, en ningun momento he pensado que actuaras de mala fe, pero si creo que andas un poco equivocado.

La vida humana empieza en la concepción y termina con la muerte, no hay más secreto, ni niveles, ni preembriones, ni denominaciones juridicas-sociales-politicas etc. La vida empieza y punto, todo lo demas es engañarse.

Autor
: Hispanicus

sábado, 18 de octubre de 2008

LA ESTRELLA SE ESTRELLA.

Desde el final de la última Guerra Carlista hasta el nacimiento de mi abuelo paterno transcurrieron veinticinco años. Aunque me consta que algunos de sus familiares estuvieron en bandos enfrentados, nunca oí a ninguno de mis ascendentes hablar del tema más de dos minutos. Es más, sólo hace unos pocos años que me enteré de cómo fueron asesinados y/o perseguidos algunos parientes durante la Segunda República y la posterior guerra. Hace muy poco me contaron cómo un primo de mi abuela (qepd) poco antes del Alzamiento fue apaleado y arrastrado por un caballo hasta la muerte por el delito de ser afiliado de la Falange. Contaba con quince o dieciséis años. Otros eran amenzados de muerte cuando salían de la iglesia y eran incluidos en listas públicas donde «los rojos» se repartían las escasas posesiones que dejarían tras su asesinato. Parientes más lejanos estuvieron a punto de ser quemados vivos en hornos de leña o, más tarde, murieron en Alto de los Leones y no se sabe dónde están sus cuerpos. Hace poco me enteré de que mi bisabuelo, guarda en una finca de Madrid, o no sé muy bien dónde, salvó la vida porque, cuando acudieron a buscarle los milicianos, uno intercedió por él: «Dejadle en paz que tiene muchos hijos». En fin, algo enterrado SIN ODIO en la memoria como una desgracia lejana. Incluso algunos de mis allegados más próximos han militado en partidos políticos o sindicatos de izquierdas sin problema ninguno porque en mi familia nunca se cultivó el resentimiento contra el enemigo no buscado pero vencido. Todo lo contrario: siempre criticaron mis inclinaciones políticas.
Supongo que todos tendríamos que contar grandes injusticias cometidas contra nuestras familias por y en ambos bandos a poco que indagáramos. Y seguro que si buscamos un poco más logramos encontrar afrentas cometidas contra nuestros antepasados por los carlistas o los liberales, por los franceses, por los partidarios de Juana la Beltraneja o por Galba o por Viariato pues, de seguro, tuvimos ancestros en ambos ejércitos.

Yo he descubierto la mayoría de estas a cosas a raíz de que Z-ETA-Pé diera rienda suelta a las ansias poco contenidas -series, documentales, películas y novelas promovidas por dinero público nos machacan desde hace tres décadas- de algunos impresentables de reavivar las tragedias ocurridas en aquellos años. Monumentos a La Pasionaria, homenajes y honoris ca
usa a reconocidos e hipócritas genocidas, retiradas o sustituciones de callejeros completos, leyes de ¿memoria o venganza? histórica, pensiones a los brigadistas internacionales,... Todo promovido por la mente enferma de un hombre que ni siquiera usa el apellido de su famoso abuelo -el masón y fusilado capitán republicano que enterraba a los fascistas hasta la cabeza para después practicar el tiro con ellos- sino el del militar jurídico franquista.

A la mitad de los españoles que vivieron hace setenta años se les viene humillando sin cuartel e incrementalmente desde un Gobierno y desde un Estado que presumen de democráticos y plurales demostrando que ese punto y a parte, que esa reconciliación nacional ejemplar que nos dicen supuso la Transción ha sido una farsa para incautos.

Y ahora, posiblemente uno de los mayores mezquinos que existan en España -y espero no ser encarcelado por escribir esto- lanza una persecución judicial contra los líderes de uno de los bandos muy posiblemente a modo de cortina de humo que oculte los fracasos y las inconmensurables miserias de la España que nos ha tocado sufrir. El mismo que tiene cientos de asuntos pendientes sobre la mesa de su despacho relacionados con el terrorismo y con chivatazos a etarras desde el Ministerio del Interior, y el mismo que rechaza las denuncias contra Santiago Carrillo por los crímenes de Paracuellos del Jarama, abre diligencias previas contra los dirigentes del franquismo y los dirigentes de Falange por detención ilegal y crímenes contra la Humanidad, delito este último que no se reconocé como tal hasta los juicios de Nuremberg. Además, se salta a la torera la Ley de Amnistía del 77 que, sobre todo, protege a los implicados en la Causa General abierta en 1940.

Para este tipo, la Ley, más que un instrumento para la Justicia, es un engranaje que manipular en su propio beneficio ¿moral? personal y popular. Así, y a base de piruetas jurídicas, justifica Garzón que no entrará a juzgar los crímenes del bando rojo puesto que ya fueron in
vestigados en la Causa General abierta en 1940. Entonces, si las deportaciones, ejecuciones y demás crímenes fueron motivados por aquel proceso, según este razonamiento, serían justas y, de otro modo, si el proceso no es válido, lo lógico es que en sus diligencias también fueran esclarecidos crímenes perpetrados por la Segunda República y los mal llamados republicanos durante la contienda. Por lo visto, este ángel vengador quiere juzgar a los muertos sin condenarlos -faltaría más- y condenar a los que sigan vivos incluso con la oposición de la fiscalía y, por ende, de parte del Gobierno. También quiere desenterrar e identificar a 114.226 cadáveres del bando rojo incluso con la oposición de sus familiares como en el caso de García Lorca. Reconociendo -como hizo el franquismo pues pagaba los desenterramientos de republicanos que fueran solicitados- que es justo que los familiares de los muertos reclamen sus restos y les ofrezcan una sepultura digna, me pregunto si acaso están identificados los cadáveres de los muertos nacionales. Lo dudo mucho pues, en los años 40 no existían pruebas de ADN.

En fin, dejo para el debate esta esquizofréncia e irresponsable decisión, propia de un individuo que seguramente sería más feliz si dejara la judicatura para ser modelo publicitario en folletos de Pryca-Carrefour o si ingresara en la casa del Gran Hermano. Un personaje que parece querer llevar a los españoles, de nuevo, al enfrentamiento y la crueldad más inimaginable. Algo en lo que somos expertos cuando no tenemos nada grande e importante que amar.

«España ha venido a menos por una triple división: por la división engendrada por los separatismos locales, por la división engendrada entre los partidos, por la división engendrada por la lucha de clases. Cuando España encuentre una empresa colectiva que comprenda todas esas diferencias, España volverá a ser grande como en sus mejores tiempos.»

«Ojalá Fuera la mía la última sangre española que se vertiera en discordias civiles. Ojalá encontrara ya en paz el pueblo español, tan rico en buenas cualidades entrañables, la Patria, el Pan y la Justicia.»

jueves, 16 de octubre de 2008

BEBÉS-REPUESTO




Ayer nos desayunamos con la noticia del primer bebé nacido en España seleccionado genéticamente para salvar la vida de su hermano, aquejado de una grave enfermedad hereditaria. Éste es el primer caso de aplicación de la Ley de Reproducción Asistida (2006), que permite seleccionar embriones con fines terapéuticos e implantar únicamente el embrión seleccionado, descartando el resto.

La noticia apareció en la portada de todos los medios de comunicación como un gran avance de la medicina, y salvo en contadas excepciones no se contemplaron en los medios críticas de carácter, no ya religioso, sino al menos ético.

Es humanamente entendible que unos padres hagan lo que sea por salvar la vida de su hijo --aunque habría que saber hasta qué punto estaba en riesgo la vida del niño--, y no por ello querrán menos a este segundo que al primero, pero no debemos olvidar que para obtener un cigoto libre de la enfermedad y con éxito en la implantación hay que fecundar --y posteriormente destruir-- unos veinte embriones en media, lo que supone matar 20 vidas humanas viables para seleccionar una que sirva para curar a otra.

Este último aspecto es el que me parece aún más criticable si cabe, y es que una vida humana debe ser un fin en sí misma, y no un mero medio que sirva para otro, en forma de medicina o repuesto. En este caso se nos dice que la única parte que se utilizará para curar al hermano enfermo es el cordón umbilical, pero ya se advierte que en caso de que no tenga éxito puede que sea necesario uno o varios transplantes de médula. De ahí a "crear" niños para trasplantar un brazo o el corazón a otro sólo hay un paso.

martes, 14 de octubre de 2008

¿LOS FUNCIONARIOS SON UNOS VAGOS?

Quiero trasladar al blog la agria y a veces violenta polémica que ha surgido con más frecuencia de la deseable en mi grupo de amigos. No es necesario que os identifiquéis los que participasteis en el último encontronazo y tampoco considero preciso que hagamos referencias personales sobre lo que opinó cada uno. Me parece simplemente que es un tema que puede generar debate y por eso lo propongo aquí.

El tema de esta última discusión fue: ¿son los funcionarios unos vagos? El enfrentamiento se produjo entre mi amigo A, ingeniero con experiencia en trabajar para las Administraciones en proyectos que éstas externalizan, y mi amigo B, empleado público.

Sin más preámbulos, expongo con la máxima objetividad de que soy capaz los argumentos de cada uno:

AMIGO A: los funcionarios son unos vagos.

1- Los funcionarios son unos vagos que trabajan pocas horas y no rinden casi nada. Salen mucho a tomar café y van a hacer la compra o a recoger a los niños en su tiempo de trabajo.


2- Los funcionarios tienen muy poca preparación, sólo se han aprendido un temario de memoria y no han hecho nada más el resto de su vida. Las oposiciones son un sistema ridículo y anticuado para seleccionar gente que no demuestra los méritos reales.

3- Es injusto que a un funcionario que no rinde no se le pueda echar.

4- Los funcionarios atienden muy deficientemente al público, se van al café, ponen malas caras, y nunca tienen ni puta idea de nada y siempre te mandan a otra ventanilla.

5- Lo único que se les da bien es el procedimiento para externalizar servicios. Cuando hay cualquier trabajo duro, las Administraciones externalizan el servicio con empresas que trabajan duro para sacarles las castañas del fuego.

6- Sobran muchísimos funcionarios. Al menos hay dos por cada uno que se necesita de verdad. Habría que echarles inmediatamente.

7- Los funcionarios se quejan todo el tiempo y es por puro vicio teniendo en cuenta como está el resto de trabajadores españoles. Un funcionario que esté jodido es, por ejemplo, porque le han dado una silla peor.


AMIGO B: los funcionarios no son unos vagos.

1- Decir “funcionarios” no es decir nada, es como decir “empleados”. Hay miles de tipos de funcionarios. Los hay vagos y trabajadores como en cualquier empresa grande. La imagen de los funcionarios en general está condicionada por la imagen que tiene la gente de los funcionarios “de ventanilla”, que son un porcentaje muy pequeño, pero es cierto que son los más quemados y que a veces se comportan con desidia.

2- Los funcionarios son los profesionales mejor preparados pues con la oposición reciben una formación exhaustiva y competitiva para desempeñar su puesto.

3- A un funcionario que no rinde se le podría echar abriéndole “un disciplinario”. Lo que es injusto es que a un trabajador de empresa privada le puedan echar en cualquier momento a cambio de cuatro duros.

4- Los funcionarios son los profesionales con mayor experiencia y calidad en la atención al público. Otra cosa es que las Administraciones tengan los puestos de “ventanilla” como los peor pagados, lo que motiva que estos empleados estén quemados y a veces lo sufra el público.

5- Es cierto que las Administraciones externalizan muchos servicios que suponen el ejercicio de potestades públicas y es una vergüenza. Pero los resultados de estas externalizaciones no son satisfactorios y a menudo la Administración termina trabajando para la empresa y corrigiendo lo que han hecho mal por no conocer el especial funcionamiento de los servicios públicos.

6- Sí hay tendencia a que haya más funcionarios de los necesarios en algunos ámbitos de la Administración, pero esto no es generalizado (en algunos sitios faltan) y se tiende a corregir estos problemas.

7- Cada uno en su ámbito se queja de sus problemas. Muchas críticas contra el funcionariado son pura envidia. Que en la empresa privada no se cumplan los derechos sociales mínimos no quiere decir que su cumplimiento por las Administraciones deba considerarse un privilegio injusto objeto de ataques.


domingo, 12 de octubre de 2008

ÉL SÍ QUE ES UN COÑAZO.

Si de la abundancia del corazón habla la boca, los micrófonos imprudentemente encendidos nos demuestran lo que habita en el pecho de TODOS nuestros políticos: la más baja e hipócrita basura moral e intelectual.

El que hace un año alardeaba de su orgullo hispano y animaba a todos a salir a la calle luciendo la bandera en el día de nuestra patria, comenta con otro impresentable de la nación andaluza, Javier Arenas, lo sacrificado de unas obligaciones que le fuerzan a acudir a un «coñazo» de desfile militar.

He asis
tido, y en ocasiones participado, en desfiles militares y creo que para cualquiera con un mínimo de gusto estético no es, ni mucho menos, un tostón. Bueno, quizás para un hippy o para un etarra sí lo sea.

A imitación
de SM el Rey y sus pellas el día de Santiago y, hace unos años, de SAR el Príncipe de Asturias y sus cacerías, suponemos que cinegéticas, Rajoy prefiere pasar el día de la Hispanidad ocupado en otros menesteres menos pesados y estresantes que aguantar sentado durante una hora (¡¡¡Dios mío, una hora entera!!!) el desfile de cinco mil soldados que llevan semanas de chopeo y orden cerrado. Que gran tortura presenciar como homenajean a España una vez al año aquellos que, a diferencia de estos mal nacidos políticos, están dispuestos a derramar su última gota de sangre por una nación que se ofrece al mundo desde hace 2000 años y que, gentes nefastas como usted, sr. Rajoy, llevan a la ruina más acelerada. Gentes nefastas que, como usted, no han ganado una batalla en su vida, ni siquiera contra un personaje como Z-ETA-pé.



De nada sirve disculparse con pretextos estúpidos y a toro pasado. Como se dice en ese
«coñazo» de Ejército que usted tanto desprecia «las excusas son como el culo; todos tenemos uno y no nos sirve para casi nada.» Bueno, no digo para qué usan el culo los de su secta, sr. Rajoy, para no caer en zafiedades. Y que conste que lo de señor es meramente protocolario. Aún así, le adjunto una foto de su predecesor junto al sultán de Marruecos como pista.

Todos son iguales. Los mismos perros pero con distintos collares. ¿Va a cambiar mucho España si, en lugar de aguantar los verdaderos coñazos de ZP, nos tocara aguantar los de un individuo cuya catadura moral acaba demostrar? ¿Puede alguien dudar que traicionará a su patria como todos sus antecesores en el cargo? ¿Sería capaz de derramar una sola gota, no ya de sangre, sino de sudor por España?

Señor Rajoy, prefiero al peor soldado que pueda encontrar que al mejor político de la españa actual (con minúsculas). Mejor déjenos tranquilos y vuelva a su puesto de registrador de la propiedad de Santa Pola.

¡Por España, y el que quiera
defenderla, honrado muera;
y el que, traidor, la abandone,
no tenga quien le perdone,
ni en tierra santa cobijo,
ni una cruz en sus despojos,
ni las manos de un buen hijo
para cerrarle los ojos!

Eduardo Marquina. «En Flandes se ha puesto el sol»



Aún así
, feliz día de la Hispanidad a todos. Y a ti también, España, porque, pese a todo, te sigo amando.

sábado, 11 de octubre de 2008

UNA PELÍCULA "EMOCIONAL"

Aunque el cine sobre nazis, judíos y holocaustos me suele provocar náuseas (incluyendo la judaica y repelente lista de Schlinder, pese a su calidad cinematográfica, y exceptuando La vida es bella, que me conmovió mucho), me animé el otro día a ver El niño con el pijama de rayas, del australiano Mark Herman.

Al final se confirmaron mis intuiciones más pesimistas, porque me resultó un bodrio de órdago que no recomiendo a nadie. Me pareció el típico film de nazis malvados y judíos bondadosos que no aporta nada original a la recurrente filmografía sobre el tema.

Para empezar, considero que cuando se hace una película sentimental, con aspiraciones de llegar al corazón de los espectadores, hay que ser un poquito más brillante, más innovador, y no limitarse a jugar con las imágenes de toda la vida, con prisioneros escuálidos, soldados alemanes robotizados, burdo suspense en la cámara de gas y niños inocentes que garantizan el lagrimón, aunque el resto de la obra sea un peñazo, como es el caso.

Yo no soy nada experto en cine, pero en lo que a estética se refiere, no me ha agradado nada lo reiterativo de las escenas. Sales con la sensación de que Herman sólo ha rodado con un par de planos todas las conversaciones de los críos, con la alambrada en medio y los bocatas de choped y el balón de fútbol para arriba y para abajo.

Creo que se plantea de forma muy burda y simplona el conflicto moral de la esposa del comandante alemán y que los personajes son excesivamente esquemáticos y previsibles (probablemente se deba a que el libro de Boyne es para niños). Además el fondo de la trama es, ya digo, demasiado maniqueísta. El nazi de turno es un cabronazo sin matices, un inmoral incoherente y un monstruo, mientras que los personajes hebreos se nos muestran como dechados de humanidad y de buenos sentimientos. En este sentido, destaca la bucólica escena del médico prisionero que pela patatas y que cura al niño Bruno, a pesar de ser el hijo de su peor enemigo. El amor al enemigo: la virtud judía por excelencia...

Finalmente, e igual que me pasa con la dichosa “memoria histórica” española, estoy hasta el kimono de que sesenta y pico años después sigan dándonos el coñazo los vencedores de la II Guerra Mundial. Ya sabemos que matar gente, y no sólo semitas (porque da la sensación de que no hubo otras víctimas en la guerra), es una salvajada. Desde luego no voy a defender a los camisas pardas (mi cristianismo y mi sensibilidad me lo impiden), pero a ver cuando nos cuentan las no menos crueles aberraciones de los aliados y de los rusos: el drama de Hiroshima, el saqueo de Alemania, el sometimiento a la esclavitud de millones de soldados germánicos en la postguerra, la deportación masiva de combatientes y civiles de países que apoyaron al Eje, la expulsión de 30.000 italianos de Albania con lo puesto, los campos de tortura soviéticos… Está claro que la historia la escriben los que ganan.

Me estoy acordando de la gran idiotez que soltó el otro día en una entrevista Morris Gleitzman, autor de la novela Una vez (de temática similar a El niño con el pijama): “La verdad emocional debe prevalecer sobre la verdad histórica ante un tema tan delicado como el Holocausto”. ¡Chúpate ésa!

jueves, 9 de octubre de 2008

¿Y AHORA ... QUIÉN HACE DE VERDUGO?

Aprovechando el interés que ha despertado el tema de la pena de muerte, quiero hacer una reflexión sobre el papel quizá más dramático en todo este asunto: el del verdugo.

Todos nos hemos aventurado a opinar a favor o en contra de la pena de muerte, pero a juzgar por los comentarios, no hemos reparado en que alguien tendría que ejecutar al reo. Quienes rechazan la pena capital no aluden al trágico papel de quien la ejecuta en última instancia, quizá porque sus argumentos aparentemente son lo suficientemente pesados como para obviarlo. Quienes la consideran necesaria tampoco entran en quién debería ser el verdugo: ¿un profesional ("El Verdugo", de Luis G. Berlanga, año 1963, muy recomendable)? ¿quizá debería ser funcionario? ¿debería hacer una oposición para acceder al puesto? En ese caso, ¿saldrían muchas plazas a concurso? ¿habría muchos candidatos? ¿cuál sería el temario?

Ante esta retahíla de preguntas, yo, que soy partidario de la pena de muerte, no tendría una respuesta clara. Sólo sé que no soy capaz de quitar la vida a nadie que no me ha hecho nada (ni a mí ni a ninguno de mis seres queridos), y que incluso en ese caso no sé si sería capaz. Creo que lo mismo le sucede a la mayoría de las personas de este país.

Busquemos soluciones a este problema.

lunes, 6 de octubre de 2008

PENA DE MUERTE: EL ETERNO DEBATE


Como hoy no me apetece postear, voy a aprovechar la encuesta sobre la pena de muerte para copiar y pegar mi opinión sobre el asunto, que en diversas ocasiones he vertido como comentarista en otros blogs:

"La pena de muerte es una de las manifestaciones del derecho de legítima defensa de la sociedad, de la comunidad, igual que a cualquier individuo se le reconoce un derecho natural a quitar la vida, en legítima defensa, a quien intenta matarle, si se cumplen ciertos requisitos.

La sociedad está en efecto legitimada para colocar en situación de no hacer daño a un sujeto que represente un peligro para el bien común. Si ese peligro es especialmente grave para la convivencia, la integridad social, la paz, la supervivencia misma de una comunidad o la salud o la vida de sus miembros en su conjunto, yo entiendo que este derecho natural podría extenderse incluso a privar de la vida al agresor.

El problema es delimitar en qué casos es verdaderamente necesario ejecutar a una persona para que ésta deje de representar un peligro grave para la sociedad. Y la verdad es que a mí no se me ocurre casi ninguno, pues las cárceles de hoy en día (no así la duración de las condenas) permiten colocar a cualquier agresor en situación de no hacer ningún daño.

No obstante, sí me parece un error que la legislación española no recoja la posibilidad de la pena de muerte, aunque sea a un nivel teórico y meramente declarativo. No recogerla atenta en mi opinión contra un derecho elemental de la sociedad, que es defenderse hasta las últimas consecuencias de cualquier ataque que ponga en peligro muy grave los valores y la estabilidad social más básicos.

Que no se nos ocurra en este momento un supuesto que justifique la pena de muerte, no quiere decir que en un futuro no pueda darse el caso de que incluso las cárceles resulten insuficientes para neutralizar ciertos peligros que nos amenacen a todos.

No recoger la pena de muerte me parece además muy hipócrita, pues da pie a que pueda rehabilitarse de forma oportunista en el momento en que se dé una situación o unas circunstancias extraordinarias, como puede ser una guerra. De hecho, un conflicto bélico es el ejemplo típico en que la pena capital podría convertirse en único remedio para frenar ciertos crímenes y abusos de los que se cometen aprovechando la inestabilidad y la ausencia de cauces judiciales, cuando ni las cárceles son seguras ni pueden ser vigiladas debidamente.

En este momento ya digo que se me ocurren muy pocos delitos concretos merecedores de este castigo. En ninguno de los casos que conocemos, por ejemplo en EE.UU, la medida me ha parecido justificada, y mucho menos aún en los países “no occidentales”. Quizá yo defendería su aplicación en supuestos de terrorismo a gran escala, atentados contra la salud colectiva (tráfico de drogas en algún caso), daños irreversibles al medio ambiente que repercutan intensamente en la población, estragos de gran envergadura, golpes de estado con grave efecto desestabilizador, etc. En cualquier caso, soy contrario a aplicarla a homicidas, asesinos, violadores, etc, que cometan actos aislados o que afecten únicamente a uno o varios individuos.

Además, defiendo que en el proceso penal o militar que conduzca a esta pena se exijan garantías extraordinarias, como podrían ser pruebas más cualificadas que en el resto de los juicios, menor ponderación de ciertas pruebas (por ejemplo, la testifical), necesidad de reincidencia, etc…"

ENCUESTA SOBRE LA PENA DE MUERTE

Pregunta: ¿Qué opinas sobre la pena de muerte?
Votos: 27

Respuestas:

a) Estoy en contra, ya que ni el Estado ni nadie está legitimado para quitar la vida a una persona. 10 votos (37%)

b) Estoy en contra, pues con la pena de muerte lo único que se hace es crear mártires, sobre todo en casos como ETA. 1 voto (3%)

c) Estoy en contra, ya que me parece una medida muy ineficaz que no contribuye a reducir el número de delitos graves. 0 votos (0%)

d) Opino al mismo tiempo lo dicho en las letras a), b) y c). 6 votos (22%)

e) Estoy a favor sólo en casos de extrema gravedad, como manifestación del derecho de legítima defensa colectiva, cuando a la autoridad pública no le basten los medios incruentos para proteger las vidas humanas y el orden público (Catecismo Iglesia Católica). 3 votos (11%)

f) Estoy a favor sólo en los casos de terrorismo, homicidios múltiples, violaciones a menores y otros delitos gravísimos que provoquen gran alarma social. 4 votos (14%)

g) Estoy a favor en los casos de asesinato (homicidio con ciertos agravantes), al estilo de EE.UU. 1 voto (3%)

h) Ninguna de las anteriores respuestas se ajusta a mi opinión. 2 votos (7%)

Conclusión:
- En contra: 62%
- A favor: 28%
- Ninguna respuesta se ajusta a la opinión: 7%.

domingo, 5 de octubre de 2008

EL COMENTARIO DE LA SEMANA (16): EMPEZAR UNA CASA POR EL TEJADO


El mejor comentario de la semana ha sido:


"(...) me alegro de que en nuestro país se hayan hecho o se estén intentando mejorar los métodos que se usaban en nuestra antigua EGB porque desde luego sólo sobre el papel y con gramática poco se podía aprender de un idioma. Y así estamos la mayoría que no hemos tenido la necesidad de utilizarlo para sobrevivir... chapurreando spanglish.

Pero desde luego no veo imprescindible para la gran mayoría de los ciudadanos el llegar a un nivel de bilingüismo. Y no entiendo ese afán de las instituciones y de los diferentes partidos políticos de incluirlo como un objetivo prioritario. Lo prioritario en la educación básica y obligatoria debería ser enseñar a nuestros hijos a pensar y a ser capaces de comunicarse en primer lugar en su lengua materna. Y con comunicarse me refiero a entender lo que leen/escuchan y a saber expresarse correctamente. Si no, es como empezar una casa por el tejado.

Parecerá una perogrullada, pero personalmente creo que algo tan básico se está perdiendo. ¿De qué les servirá saber frases hechas con un perfecto acento inglés para poder desenvolverse por un mundo empresarial globalizado? A lo mejor les permite comprarse un coche último modelo y un chalet en Los Angeles pero... ¿y disfrutar de un buen libro o de una conversación tranquila?

A veces oigo hablar a jóvenes que van en el autobús o por la calle y me quedo asustada. Si es que hablan con muletillas, juramentos y frases hechas. "Jo, tía, q pasote, como mola, te partes.. ya te digo... no te jode...".

Realmente, me parece muy penoso que los gobernantes se preocupen tanto del nivel de inglés y olviden el nivel de cultura de sus jóvenes, que serán el futuro del país. O... ¿quizás es lo que buscan? (...)"

Autor: Meletea

viernes, 3 de octubre de 2008

GOYITO

Ayer fue el cumpleaños de Goyito, nuestro amigo del alma. Ha cumplido 33 tacos pero el cabrón se conserva fenomenal: ni una entrada, ni un michelín. Va al gimnasio todos los días una hora y cuida la dieta y esas cosas. Pide siempre Cocacola light y pasa de los chuletones hasta en las despedidas de soltero.

La historia de Goyito es la pera. Yo le conocí en el Instituto, en segundo de BUP, y ya por entonces era un negado para los estudios. El tío decía que chapaba un montón de horas, pero le aprovechaba menos que las comilonas a un flaco irredimible como yo.

Los gustos de Goyo siempre fueron muy aristocráticos. Por lo visto procede de una de las familias más pudientes de Zamora, y aunque su madre no es más que una maestra de Primaria y su padre, recién jubilado, trabajaba en la cadena de la FASA, sus abuelos maternos están forrados, por lo que el clan al completo siempre ha vivido un poco a la sombra del anciano matrimonio, que adora a sus nietos y no les ha privado de capricho alguno desde que eran niños. Por eso las aficiones de Goyo no terminaban de cuadrarnos con la situación de sus padres, ni con el piso pequeño y poco céntrico en el que vivía con ellos y con su hermano. Iba al cine dos veces por semana, que a nosotros nos daba mucha envidia, y además estaba apuntado con todos sus primos al club local de equitación, viajaba todas las Semanas Santas a las mejores pistas de esquí y cuando cumplió los 18 comenzó a practicar el golf (que le encantaba) y le compraron un Escarabajo que costó muchos duros, tal como solía contarnos.




Goyito también se pirraba por la ropa de marca y nos daba mucho la chapa a los compañeros con la manera de combinar colores, las calidades de los tejidos y mayormente con los zapatos, que le volvían loco. Y así sigue a sus taitantos.

Duró en Económicas dos cursos, pero sólo llegó a aprobar una asignatura que era de pocos folios, así que hizo un cursillo muy bueno de informática y se lanzó entusiasmado al mercado laboral. Su primer trabajo fue en una inmobiliaria muy famosa en la que tenía que ir con corbata de color verde fosforito, y se mantuvo allí, intentando vender chalets, unos cinco o seis meses. Luego curró de algo así como chico de los recados en el bufete de abogados de su tía carnal, haciendo fotocopias y dándose infinitos paseos al juzgado (también en traje), y finalmente su padre le quiso enchufar en RENAULT, pero él rehusó porque no quería trabajar en una fábrica, sino en una oficina. Aunque sus papis intentaron hacerle ver que estar en una línea de montaje industrial era muy digno y que incluso a los universitarios les costaba encontrar puestos de administrativo, Goyito se puso cabezón, apoyado en todo momento por sus abuelos, que se llevaban las manos a la cabeza. “¡Como va a trabajar el niño vestido de mono!”



Al final la cuestión era trabajar de lo que fuera, pero trajeado y encorbatado. Siguió en el bufete un tiempo más, pero luego se cansó porque era por horas y ganaba solo 450 euros, y se fue a una ciudad cercana a currar en la recepción de una academia de oposiciones, también a jornada partida, a cambio de 600 euros. Iba y venía todos los días desde Zamora, donde seguía viviendo en la casa paterna. Sus compañeras y los profesores iban de sport, pero él no se quitó la corbata en todo el tiempo que le duró el contrato (cuatro meses).

Fue un período muy productivo, no por el sueldo evidentemente, sino porque por aquel entonces se echó a su tercera novia, Nuria, una de las alumnas de la academia. El amor surgió enseñándola a jugar al golf y ya llevan juntos la tira de años. Lo más sorprendente, lo que jamás entendimos y seguimos sin entender, es que Nuria no sólo no es pija en absoluto, sino que además va un poco de punki, con crestita y rapados raros. La chica es sencilla y encantadora, aunque nada convencional, pero como adora a Goyo, soporta estoicamente sus snobismos y sus fardadas.



Tras la academia, Goyito pasó por ONO, por un concesionario de un pueblo y por una consultora donde cogía el teléfono. Luego estuvo casi dos años en paro y acabó en su puesto actual, de secretario en una constructora, también a medio gas y con un sueldo bastante inferior a los mil euros.

La vida sentimental de mi amigo ha tenido bastantes altibajos. Nada mujeriego pero sí enamoradizo, le hemos conocido tres novias serias. La primera, Josune, era una vasca afincada en Zamora que le terminó dejando a los dos años de relación porque era “demasiado infantil”. A los dos o tres días, la pillamos pegándose el filete con un cuarentón calvo, así que todos entendimos el reproche que hizo a Goyito. Mucho después salió con Águeda, que era una chica muy simpática, del Opus, que estudiaba dos carreras a la vez, y que también le abandonó pasados dos años porque, según ella, era muy vago e irresponsable, y no se preocupaba por su futuro. Finalmente, se ligó a Nuria, la medio macarrilla simpática de la academia, con la que nos reímos mucho porque Goyete no hace más que intentar convencerla de que cambie de estilo y ella se defiende como gato panza arriba, pero en el fondo se quieren (aunque no pegan nada) y es muy gracioso. Entre las dos últimas novias, se medio lió con una tía un poco estirada que no nos caía muy bien y que le plantó con la excusa de que era “un tonto de los cojones”.


Aunque ya digo que Nuria le quiere mucho, siempre le está echando la bulla porque gana muy poco, no ahorra nada y se pasa el día comprándose gilipolleces. Le dice que podría ahorrar un poquito al mes y que así entre los dos podrían meterse en un alquiler, aunque una vez la oyeron los abuelos y le dijeron que “cómo iba a vivir el niño de renta”. Ella saltó que con lo que cobraban era imposible meterse en una hipoteca y desde entonces los altivos abuelos no la pueden ni ver y la miran un poco con cara de asco.




El gran misterio para nosotros y el gran motivo de cabreo para Nuria es que Goyito sigue yendo al gimnasio, al golf, viste las mejores marcas, tiene dos portátiles (uno para descargar y otro para trabajar, no sé en qué) y se ha comprado un i-phone de ésos el mes pasado. Además padece un vicio compulsivo con su coche y no hace más que guapearlo, tunearlo o como se diga, pero vamos, que esos alerones y esas ruedas que le coloca para mí que valen bastante más de lo que gana. Por si fuera poco, es materialmente imposible llevarle a tomar algo a un local que no sea de los más selectos del centro. En cuanto entramos en un tugurio mínimamente cutre, siempre comenta “aquí no hay nivel, aquí no hay nivel” y nos brasea hasta que salimos. A veces también se chotea de nosotros por nuestros gustos toscos y proletarios (beber cerveza a morro del botellín, ir de tapas a “Casa Ángelo” o no doblarnos bien los puños de la camisa).

Colecciona botellas de whisky caro y carteles originales de cine, que suele comprar por internet. Una vez pagó 300 euros por un cartel medio roto de “Muerde la bala”, de Richard Brooks.

Su familia está encantada de tenerle en casa, aunque su padre nunca le ha perdonado que rechazara lo de FASA y se lo echa en cara cada vez que discuten. Para mí que Nuria un día le va a poner firme pero a base de bien.




miércoles, 1 de octubre de 2008

LAS VIEJAS NOVATADAS


Ahora que empieza el curso recuerdo mis tiempos de estudiante, en los que al comienzo de curso se sufrían o se realizaban novatadas a los compañeros de primero. ¿Quién no ha escuchado o contado anécdotas sobre las novatadas de la mili, de la carrera o de la residencia estudiantil? Seguramente que los pacientes y muchas veces inocentes sufridores no las olvidarán en su vida.

Ahora esos tiempos pertenecen al pasado, ya que las novatadas están prohibidas en casi todos, por no decir todos, los lugares, y si bien, se siguen produciendo en determinados casos, como residencias estudiantiles o tunas, e incluso publicando en la red de redes, los estudiantes primerizos ya sólo tienen que preocuparse en qué aula tienen clase o donde está situada la fotocopiadora.

No es que reivindique yo desde este foro las bestialidades que se hacían en algunos casos para mofarse de los novatos, pero sí creo que cuando no había mofa o humillación servían como una especie de despertar a la madurez y al mundo más o menos real.

Recuerdo como ejemplo de tal cosa la novatada que sufrí yo en mi primer día de Universidad, en el que tras varias horas de clase que a más de uno nos dejó bastante asustados llenas de integrales y boletines de problemas, llegó la presentación de la clase de informática y los dos supuestos profesores se presentaron. Era la última hora de la tarde y la verdad es que ya casi nos daba igual todo; nos empezaron a preguntar que si teníamos conocimientos avanzados sobre lenguajes de programación que en la vida habíamos oído nombrar, o que teníamos que presentar los trabajos en CD (¡allá por el principio de la década de los 90 del siglo pasado!). Para darle más realismo, supuestos n-petidores situados en la última fila hacían preguntas sobre el examen, o los múltiples trabajos a realizar, lo cual contribuyó a la paranoia y sometimiento general. Tras el asombro de los "profesores" por nuestro bajo nivel informático (hoy en día seguro que no pasaba, en esa materia --claro--, aunque sólo sea a base de google y wikipedia), nos ofrecieron la posibilidad de realizar una serie de seminarios sobre tales materias en horario fuera del de clase para obtener los conocimientos necesarios para entender los contenidos de la asignatura. Ante el asombro de los mismos "profesores", mis compañeros dijeron que la mejor hora para el seminario eran las 7 de la mañana (poco a poco me fui dando cuenta de que en mi clase había bastante porcentaje de gente rara, ahora llamados frikis). Afortunadamente yo me enteré de que había sido una novatada, y me libré del madrugón, del que según contaron no se privaron muchos compañeros.

Me gustaría que los lectores de estas líneas contaran alguna que hayan sufrido en carnes propias, o bien alguna que hayan realizado, y si de paso dicen que sensación les produjo una y otra cosa, mucho mejor.

A mí la que sufrí yo me pareció muy graciosa, y desde luego no me importa nada haberla padecido. Lo que pasa, claro está, es que es difícil poner el límite entre lo que es gracioso y lo que ya es excesivo.